¿Qué es la competencia social?
La capacidad de una persona de llevarse bien con otras personas se llama la competencia social. La competencia social de un niño puede verse afectada por su capacidad de comunicarse con otros niños y con adultos. Las percepciones de un niño o niña sobre sí misma en relación con su familia, sus compañeros y el mundo, también afectan su competencia social.
¿Por qué es tan importante la competencia social durante la niñez?
La capacidad de un niño pequeño de relacionarse con otros niños contribuye mucho a todos los aspectos de su desarrollo. El éxito que experimenta un niño al relacionarse con otras personas podría representar “el mejor factor de predicción durante la infancia sobre la adaptación durante la edad adulta”, señala W. W. Hartup. Por ejemplo, “Los niños que por lo general no caen bien a sus compañeros, que manifiestan agresividad y perturban las actividades de la clase, que no pueden conservar buenas amistades con otros niños y que no pueden establecerse en el grupo de sus compañeros, corren riesgos graves” (Hartup, 1992, pág. 1). Una gran cantidad de investigación durante los últimos 20 años sugiere que los niños que no manifiestan un nivel básico de competencia social para los 6 años de edad, podrán tener problemas con las relaciones durante la edad adulta (Ladd, 2000; Parker y Asher, 1987). Los riesgos a largo plazo para un niño que no puede relacionarse bien con otros niños podrían incluir una mala salud mental, bajos logros académicos y otras dificultades en la escuela y un historial de problemas con el trabajo (Katz y McClellan, 1997).
Por otro lado, es probable que un niño goce de una mejor salud mental y relaciones más fuertes y que tenga más éxito en la escuela y el trabajo si tiene muchas oportunidades de fortalecer su competencia social jugando, conversando, resolviendo los desacuerdos y colaborando con compañeros y adultos. No es necesario que el niño tenga muchísimos amigos. La calidad importa más que la cantidad en las amistades de los niños. Si tienen al menos un amigo íntimo, los niños usualmente tienden a incrementar sus sentimientos positivos hacia la escuela con el paso del tiempo (Ladd, 1999). Es posible que algunos simplemente sean más tímidos, más inhibidos o más cautelosos que otros. Se puede hacer a los niños sentirse muy incómodos al empujarlos a relacionarse con los compañeros. Un niño o niña probablemente superará la timidez si los adultos en su vida manejan la situación con tranquilidad y comprensión, a menos que su timidez extremada le impide gozar de muchas de “las cosas buenas de la vida” como fiestas, comidas con las familiares o excursiones.
¿Cómo desarrolla un niño la competencia social?
El desarrollo social de una persona comienza al momento de nacer. Hasta las criaturas recién nacidas empiezan a interactuar con las personas que las rodean al responder a las voces y al llorar para comunicarles a los cuidadores que necesitan algo. Los bebés miran a la gente a los ojos y sonríen a quienes los alimentan, los cargan o juegan con ellos.
Los adultos y los niños mayores, sin querer o no, sirven como modelos para los niños más pequeños sobre cómo comportarse hacia otras personas. De hecho, lo que los niños pequeños observan a otras personas hacer, tiene una gran influencia en su comportamiento social.
La mayoría de los niños experimentan un gran aumento en sus habilidades sociales durante la etapa preescolar. Es importante tener en cuenta que los niños de la misma edad, tal vez no tengan el mismo grado de competencia social. La investigación demuestra que los niños tienen personalidades y temperamentos distintos desde el nacimiento. Algunos niños hacen frente a desafíos especiales al interactuarse con compañeros y adultos. Un niño con un impedimento visual tal vez no pueda “leer” los gestos y expresiones faciales de los compañeros. Un niño con dificultades del oído, el habla o el lenguaje podría tener problemas con las conversaciones diarias que ayudan a los niños a entablar amistades.
Las relaciones dentro de la familia también pueden afectar el comportamiento social de un niño. Un comportamiento apropiado o efectivo en una cultura podría ser menos apropiado o efectivo en otra. Por lo tanto, los niños de diversas herencias culturales y familiares, podrían necesitar ayuda para superar sus diferencias y para hallar maneras de aprender unos de otros y de gozar de su compañía. Los maestros podrían ayudar al crear en sus aulas comunidades abiertas y francas donde se aceptan las diferencias.
Mucha investigación sugiere que el juego de aparentar puede contribuir al desarrollo social e intelectual de los niños pequeños. Cuando hacen la cuenta de ser otra persona u otra cosa, practican asumir puntos de vista ajenos. Cuando juegan aparentando juntos, los niños frecuentemente se turnan, discuten para llegar a acuerdos y toman decisiones cooperativas. Tales hallazgos sugieren que los niños en programas de cuidado deberían tener oportunidades regulares del juego social y el juego de aparentar. Los maestros podrían observar y vigilar las interacciones de los niños.
¿Cómo se puede evaluar la competencia social de un niño?
La lista de verificación de más abajo se creó para ayudar a maestros y cuidadores a comprobar si la competencia social de un niño se está desarrollando bien. Esta lista no está destinada a prescribir el comportamiento social correcto, sino a ayudar a los maestros a observar, comprender y apoyar a los niños cuyas habilidades sociales todavía se están formando. La lista se basa en la investigación sobre los elementos de la competencia social de niños pequeños y en estudios que comparan el comportamiento de niños que caen bien a sus compañeros, con el de otros que no les caen tan bien. (Katz y McClellan, 1997; Ladd y Profilet, 1996; McClellan y Kinsey, 1999).
La lista abarca muchos atributos que indican el desarrollo social adecuado si usualmente caracterizan al niño. La enfermedad, la fatiga u otros factores de estrés podrían ocasionar variaciones a corto plazo en la aparente competencia social de un niño. Tales dificultades tal vez solamente duran unos días. Se sugiere que los maestros y cuidadores evalúen a cada niño a partir de su frecuente contacto directo con el niño, su observación del mismo en una variedad de situaciones e información aportada por sus padres y otros cuidadores.
Si un niño parece manifestar la mayoría de los atributos de la lista, probablemente no necesitará ayuda especial para superar las dificultades ocasionales. Por otro lado, un niño que manifiesta pocos atributos de la lista podría sacar provecho de estrategias iniciadas por los adultos y destinadas a ayudarlo a entablar relaciones más satisfactorias con otros niños.
Lista de verificación de atributos sociales
I. Atributos individuales
El niño:
- Usualmente tiene buen estado de ánimo.
- Usualmente viene al programa de buena gana.
- Usualmente hace frente adecuadamente a los rechazos y otras decepciones.
- Evidencia tener interés en otras personas.
- Manifiesta la capacidad de tener empatía.
- Demuestra tener un sentido del humor.
- No parece tener sentimientos extremos de soledad.
II. Atributos de habilidades sociales
El niño:
- Se relaciona en formas no verbales con otros niños sonriendo, diciendo adiós con la mano, meneando la cabeza, etc.
- Espera una respuesta positiva al acercarse a otras personas.
- Expresa sus deseos y preferencias claramente; menciona los motivos de sus acciones y posturas.
- Sostiene sus propios derechos y necesidades de una forma apropiada.
- No se deja intimidar fácilmente cuando otros niños lo acosan.
- Expresa las frustraciones y el enojo efectivamente, sin discusiones que se intensifican y sin lastimar a otras personas.
- Puede acceder a grupos mientras están jugando o trabajando.
- Entra en una conversación ya en marcha sobre cierto tema; hace contribuciones relevantes a actividades ya en marcha.
- Mantiene relacionas positivas con uno o dos compañeros; manifiesta la capacidad de interesarse sinceramente por ellos, y los extraña si están ausentes.
- Tiene intercambios con otras personas donde tanto ofrece como recibe información, sugerencias o materiales.
- Negocia y hace compromisos con otras personas de maneras apropiadas.
- Puede conservar amistades con uno o más de sus compañeros, aún después de tener desacuerdos.
- No llama la atención sobre sí mismo de maneras inapropiadas.
- Acepta a compañeros y adultos que tienen necesidades especiales y goza de su compañía.
- Acepta y goza de la compañía de compañeros y adultos que pertenecen a etnias distintas de la suya.
III. Atributos de las relaciones con los compañeros
El niño:
- Usualmente es aceptado por otros niños en vez de ser descuidado o rechazado.
- Usualmente es respetado por otros niños en vez de ser temido o evitado.
- A veces es invitado por otros niños a unirse a sus juegos, sus amistades o su trabajo.
- Es mencionado por otros niños como amigo suyo o una persona con quien les gusta jugar o trabajar.
Referencias:
- Hartup, W. W. (1992). Having friends, making friends, and keeping friends: Relationships as educational contexts. ERIC Digest. Champaign, IL: ERIC Clearinghouse on Elementary and Early Childhood Education.
- Katz, L. G., & McClellan , D. E. (1997). Fostering children’s social competence: The teacher’s role. Washington, DC: National Association for the Education of Young Children.
- Ladd, G. W. (1999). Peer relationships and social competence during early and middle childhood. Annual Review of Psychology, 50, 333-359.
- Ladd, G. W. (2000). The fourth R: Relationships as risks and resources following children’s transition to school. American Educational Research Association Division E Newsletter, 19(1), 7, 9-11.
- Ladd, G. W., & Profilet, S. M. (1996). The child behavior scale: A teacher-report measure of young children’s aggressive, withdrawn, and prosocial behaviors. Developmental Psychology, 32(6), 1008-1024. EJ 543 361.
- McClellan, D. E., & Kinsey, S. (1999) Children’s social behavior in relation to participation in mixed-age or same-age classrooms. Early Childhood Research & Practice [Online], 1(1). Available: http://ecrp.uiuc.edu/v1n1/mcclellan.html.
- Parker, J. G., & Asher, S. R. (1987). Peer relations and later personal adjustment: Are low-accepted children at risk? Psychological Bulletin, 102(3), 357-389.
Fuente: http://www.illinoisearlylearning.org/faqs/socialcomp-sp.htm