El tiempo lo cura todo, pero….

EL TIEMPO LO CURA TODO, PERO… HAY QUE PERMITIRLE QUE LO HAGA.

“Nos resultaría más fácil olvidar las cosas dolorosas si no insistiéramos tanto en recordarlas.”

En mi opinión, nos cuesta olvidar algunas cosas –sobre todo las cosas que creemos que hemos hecho mal- porque, de un modo inconsciente, al hacerlo así nos seguimos castigando con la rememoración dolorosa del motivo de nuestro reconcomio, y como un modo de persistir en una condena infinita y no terminar de perdonarnos nunca. (Tan injustos llegamos a ser…)

Y si no es ésta, no sé qué otra explicación puede haber para seguir redundando, una y otra vez, y machacándonos con perversa alevosía, en una flagelación mental que puede acabar pasándonos factura en forma de somatización.

No es consistente la razón que algunos creen haber encontrado cuando dicen que insisten en el recuerdo para que no se les olvide, y que se lo repiten como una lección que tienen que aprender grabándosela con hierros al rojo vivo.

Muy injusto.

Se puede aprender la lección, y con mejores resultados, si se hace con amor en vez de con dolor. Antes se decía: “la letra con sangre entra”, pero también entra con amor, y entra mejor.

Todos –y afirmo bien- hemos podido comprobar en alguna ocasión cómo el paso del tiempo va limando las aristas, va menguando la carga onerosa de algunas cosas que en su momento nos parecieron muy dificultosas o trascendentales, cómo se va restando la importancia de aquello que parecía tan importante, y cómo se va apaciguando la furia.

Incluso todos –y otra vez afirmo bien- nos hemos podido ver con una leve sonrisa –de compasión o de arrepentimiento- al recordar hoy, una vez que ha pasado el tiempo, que aquello que nos parecía tan grave no lo era tanto, que en una ocasión nos acaloramos en exceso, o que teníamos que haber corrido a abrazar al otro en vez de seguir empeñados en un enfurruñamiento que acrecentó la distancia y enfrió los corazones… cada uno tiene su historia y su motivo para haber podido comprobar qué bueno es eso de “contar hasta cien antes de…”, qué adecuado es no sacar conclusiones precipitadas, qué bien está  ponerse en la piel del otro y en sus circunstancias para comprender su actitud, cuánto de bueno es no permitirle al ego que se inmiscuya en asuntos personales…

Se dice que el paso del tiempo embellece el pasado, pero, en realidad, no es el tiempo, ni su paso, sino que es uno mismo quien va siendo cada vez un poco más comprensivo con la vida y consigo mismo, y si uno tiene una conciencia sensata y justa, y si uno reflexiona de vez en cuando y observa con honestidad ciertos hechos del pasado, comprende que el arrebato descontrolado en unas ocasiones, o la falta de conocimiento para tomar ciertas decisiones, hacen que más adelante nos demos cuenta de que no estamos del todo satisfechos con algún hecho del pasado y que, ahora, sí seamos capaces de tasarlo en su justa medida y situarlo en el sitio correcto que le corresponde.

Hay que permitir que el paso del tiempo –o sea, el Crecimiento de uno mismo-, cicatrice las heridas.

Es conveniente porque eso nos permite estar en paz, y la paz, para instalarse, necesita que no se tengan guerras a medias, ni odios enquistados, ni la rabia en continua efervescencia.

Ya está.

Pasó.

Si es posible, evitar que vuelva a suceder eso mismo en el futuro.

Si es posible, repararlo, ahora, hoy, antes de que no haya oportunidad, y para no seguir con una conciencia inquieta que nos reclama remediar lo que le molesta.

Hay que vivir en el presente.

Volver al pasado para seguir con la guerra, o traer el pasado a este presente para seguir en lucha contra nosotros mismos, en insensato.

Hay que poner el bálsamo del amor sobre las heridas para que cicatricen.

Hay que perdonarse.

O sea, aceptarse.

Hay que vivir en el presente en vez de quedarse incrustados en la parte del pasado que no nos gusta.

Hay  que dejar que el pasado sea pasado.

Es más sensato no oponerse a que se diluyan los “errores” y los motivos de arrepentimiento, a que se deshaga la tristeza que nos secuestra las sonrisas, a que se disuelvan los nubarrones negros o que llueva hasta empaparnos y purificarnos.

Es más razonable no obstinarse en anclarse a un estado triste y permitir que el presente sea tan natural y fresco como tiene que ser, y que el futuro esperanzado se anime a presentarse. Otro futuro.

Y, claro, por supuesto, todo esto depende de ti.

Tú decides.

Te dejo con tus reflexiones…

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desQbre Aportación de Colaboradores: Francisco de Sales – www.buscandome.es

Adolescentes y desobediencia

La mayoría de las veces los adolescentes no quieren desobedecer, no son desafiantes, ni siquiera irresponsables… en realidad, es algo mucho más sencillo: Simplemente quieren posponer una tarea que no es apetecible. Cuando se está en esa edad, el tiempo se valora de un modo distinto y cuesta mucho reunir la energía necesaria para acometer los trabajos que resultan desagradables.

No quieren desobedecer, sólo quieren saltarse el control… de vez en cuando.
Dicen “Luego lo hago” y es exactamente eso lo que piensan, sólo que ese “Luego” nunca llega. Nunca encuentran el momento de cumplir con una tarea desagradable. La mayoría de las veces, cuando quieren llevarla a cabo… el tiempo se ha esfumado y con él… la oportunidad de cumplir con su obligación.

Durante la niñez, los adultos ejercemos como “fuerza de voluntad externa”: nos ocupamos de que coman lo que tienen que comer, de que se acuesten a la hora adecuada, controlamos que hagan sus tareas… Pero al llegar a la adolescencia, los chicos demandan más autonomía y descubren que pueden tomar sus decisiones. En ese momento descubren lo costoso que es el auto-control. Por este motivo es muy importante trasmitirles de una forma adecuada cuál es el significado más positivo de la palabra “disciplina” y cómo está asociada con la fuerza de voluntad y la constancia.


El  control  que  ejercemos sobre los adolescentes es siempre imperfecto. La realidad es que si de verdad quieren hacer algo, lo harán. Pero también es verdad que sus motivaciones son distintas de las nuestras y que les cuesta mucho esforzarse para lograr un objetivo lejano. Por eso hemos de darles sólo la libertad que pueden asumir y administrar.  

Los adultos tenemos que ir dejando poco a poco nuestro papel de “Pepito grillo” con los hijos, de forma gradual y progresiva. Tenemos que supervisar que tienen la fuerza de voluntad suficiente para cumplir con sus obligaciones, e ir suprimiendo nuestro “control externo” según vayamos constatando que no nos necesitan en ese papel.

La realidad es que los adolescentes aprenden el valor de lo que les exigimos en función de la importancia que le demos a que cumplan con su deber. Si no establecemos bien los límites y les exigimos determinados comportamientos les será muy difícil esta tarea.

¿Qué podemos hacer mientras desarrollan adecuadamente su sentido de la responsabilidad? Ponernos pesados, repetir nuestras peticiones, exigir, recordar…
Con el tiempo… nos lo agradecerán.

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 Fuente: Psicóloga Elia Bernabeu

Tener Coraje

(Y no me refiero a irritación o ira, sino a la impetuosa decisión y al esfuerzo del ánimo: al valor)

 En mi opinión, vivir requiere y exige coraje.

 Se ha organizado el mundo, y la vida, de tal modo que la opción de vivir de un modo relajado se ha quedado reservada a unos cuantos atrevidos que consiguen tener las cosas un poco claras y renuncian a lo que la sociedad promueve como irrenunciable.

 La vida contemplativa, esa vida en la que parece que uno está inmunizado contra todo, que no le afectan las cosas especialmente, que uno no cae en la vorágine vital del resto mayoritario de los mortales, parece reservada para los maestros de yoga y para los monjes Tibetanos.

 Los demás, los que no somos valientes, o no somos inteligentes, los que nos quedamos en el mundo y con sus problemas, tenemos que recurrir, obligatoriamente, al coraje –esa decisión imprescindible y esa voluntad y ese ánimo- para enfrentarnos al día a día, para poner en marcha propósitos, para escapar un poco de la rutina y la pereza, para no dejarnos vencer por la desesperanza, para dar el siguiente paso… porque esto se ha puesto difícil.

 La vida –el tipo de vida que casi todos nos hemos montado- implica tensión, requiere una constancia férrea para supervivir, y una voluntad que a veces ha de ser sobrehumana, porque por todas partes hay reclamaciones, compromisos, obligaciones, responsabilidades, zancadillas, traiciones, desencantos, frustraciones, proyectos que no salen o salen mal, dolor… un nido excelente para la desgana, una razón suficiente para tirar la toalla, y para rendirse y negarse a dar un paso más. (También hay momentos buenos)

 Muchos días, es necesario, antes de levantarse de la cama, echar mano del coraje, porque si no se hace así no hay voluntad ni ánimo para enfrentarse a la vida. Y escribo “enfrentarse” siendo muy consciente de que es esa palabra, y no otra, la que quiero utilizar. Enfrentar: Hacer cara a un peligro, problema o situación comprometida.

 En muchas ocasiones es necesario echar mano de la fe, recurrir desesperadamente a la esperanza, confiar en el porvenir, recurrir a los Dioses, o rebuscar en el interior por si quedaran migas de optimismo, algún trocito de valentía, o reservas de coraje.

 Tener coraje.

Buscar el coraje donde quiera que esté.

 Y buscar audacia a espuertas, algo de bravura, el necesario ímpetu, cierto arrojo, un poquito de temeridad, alguna pizca de osadía, capacidad de resolución, una decisión casi inquebrantable, el impulso necesario para seguir hacia adelante, y mucho corazón y mucho amor propio.

 En alguna parte tenemos todo eso, porque todo eso viene de serie en el Ser Humano. Son herramientas imprescindibles que traemos (como trae el coche las herramientas para poder cambiar una rueda)

 Se trata de tener confianza. En uno Mismo.

 Confianza no sólo en la fuerza (“Dios aprieta pero no ahoga”, se dice), que siempre queda un último impulso, algo que evita caer del todo, sino confianza en que hay un camino que recorrer, un objetivo -aunque a veces se dude de él-, algo por lo que seguir y por lo que luchar; confianza en que está por llegar algo mejor y para poder llegar a ello hay que seguir echándole coraje a la vida, a pesar de los momentos duros que se presentan, a pesar de las apariciones continuadas del desánimo, a pesar de la opresiva sensación de abandono y de que el corazón se sienta descorazonado a veces.

 En muchas ocasiones, y esto es bastante difícil de creer y de aceptar, la vida nos pone delante un desafío casi inevitable, y parece que con ello quiere demostrarnos que somos capaces, que podemos, aunque sea duro; tenemos reservas de voluntad, de bravura, de agallas, y es conveniente aceptar el reto, del que saldremos fortalecidos, y más cercanos a nuestra esencia y nuestro Ser.

 Te dejo con tus reflexiones…

 

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Fuente: Francisco de Sales – www.buscandome.es

¿ Somos responsables nosotros mismos de nuestra motivación?

Si buscamos en el diccionario la palabra motivación encontraremos la siguiente acepción “Fuerza interna que brota en el interior de los individuos y que les lleva a conseguir incentivos para satisfacer sus necesidades”

El primer autor que habló sobre la motivación fue un psicológo humanista llamado Abraham  Maslow estableciendo una teoría sobre las necesidades del ser humano.

Maslow estructuraba su teoría en una pirámide que consistía en que una vez conseguidas las necesidades de cada uno de los peldaños que componían la pirámide se buscaban nuevas necesidades. Las necesidades superiores surgirian a partir de la cobertura de las básicas.

Pero otra dimensión que afecta a la motivación es las potencialidades de cada ser humano unas ocultas y otras desarrolladas. Este potencial será lo que resulte en cada uno para ser personas motivadas o no serlo . Cuando uno puede desarrollar aquello que le apasiona no necesita ningún factor motivador externo .  Por ello creo que somos nosotros mismos quienes somos los potenciadores de ser personas motivadas como un todo interno.

Es importantisimo vivir motivados tener fines , objetivos porque si fuese de otra forma nuestra propia salud mental se puede ver afectada.

Una persona debería plantearse como las empresas la vida sus objetivos en planes futuros , visionando su futuro dentro de unos años y imaginándose como le gustaría ser sabiendo que el camino no será recto que tendrá que buscar soluciones , alternativas , cambiar estrategias y incluso su fin y misión.

Las personas que tienen clara su misión por muy pequeña que sea son personas motivadas porque se levantan cada mañana sabiendo lo que quieren obtener y lo que quieren hacer.

La motivación es un factor personal importante para la realización personal y para la felicidad que es el fin último que buscamos y es responsabilidad de cada uno hacerlo posible .

En las sociedades actuales la motivación parece que ya está cubierta porque procuramos cubrir todas nuestras necesidades con lo cual es un poco dificil encontrar  objetivos.

Estos objetivo suelen estar asociados a elementos materiales o objetivos pero diferentes estudios han demostrado que para estar motivados los impulsos y objetivos deben ser emocionales debe venir provocado por la parte espiritual porque lo material provoca una satisfacción acotada en un corto periodo de tiempo.

Pasos para motivarse

  • Busca cuáles son tus potencialidades
  • Desarrolla tus potencialidades en un ambiente agradable
  • Ten una misión
  • Confia en tus capacidades y sé fiel a ti mismo

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Fuente: Begoña Viña  – Observatorio de empleo

30 cosas que debes dejar de hacerte a ti mismo


Como María Robinson dijo una vez: «Nadie puede volver atrás e iniciar un nuevo comienzo, pero cualquiera puede comenzar hoy mismo y hacer un nuevo final». No hay verdad mayor que ésta pero, antes de que comiences este proceso de transformación, debes dejar de hacer las cosas que han estado impidiéndote avanzar.

 “Cuando dejes de perseguir las cosas incorrectas, estarás permitiendo que te alcancen las adecuadas.” 

Aquí te dejo unas ideas para ir empezando:

1. Deja de pasar tiempo con la gente equivocada.- La vida es demasiado corta como para pasarla con la gente que te succiona la felicidad. Si alguien te quiere en su vida te hará un hueco, pero tú no tendrías porqué forcejear por ello. Así que, nunca le insistas a alguien que continuamente te está subestimando. Y recuerda, tus verdaderos amigos no son los que están a tu lado cuando mejor te van las cosas, sino aquellos que permanecen contigo cuando estás en tu peor momento.

2. Deja de huir de tus problemas. – Afróntalos. No, no será fácil. No hay ni una sola persona en el mundo capaz de encajar a la perfección cada golpe que le da la vida. No estamos programados para solucionar los problemas al instante. Simplemente, no somos así. Es más, estamos hechos para enfadarnos, entristecernos, herir, tropezar y caer. Pues esa es la finalidad de la vida: afrontar los problemas, aprender, adaptarnos y solucionarlos con el paso del tiempo. Eso es lo que, en última instancia, nos convierte en lo que somos.

3. Deja de engañarte a ti mismo. – Puedes engañar a cualquier persona del mundo, pero no a ti mismo. Nuestras vidas solo mejoran cuando corremos riesgos y el primer y más difícil riesgo que podemos correr es empezar a ser honestos con nosotros mismos.

4. Deja de poner tus propias necesidades en último lugar. – Lo más doloroso de todo es perderte en el proceso de amar demasiado a otros, tanto como para olvidarte de que tú también eres especial. Sí, ayuda a los demás, pero ayúdate a ti mismo también. Si hay un momento para perseguir tu pasión y hacer algo que sea importante para ti, ese momento es ahora.

5. Deja de intentar ser alguien que no eres. – Uno de los mayores desafíos de la vida es ser uno mismo en un mundo que intenta convertirte en otra persona. Siempre habrá alguien más guapo que tú, más inteligente que tú o más joven que tú pero ellos nunca serán tú. No cambies para que los demás te acepten. Sé tú mismo, y las personas adecuadas querrán a tu «yo» auténtico.

6. Deja de vivir en el pasado. – No puedes iniciar un nuevo capítulo en tu vida si permaneces anclado releyendo el anterior.

7. Deja de asustarte por cometer errores. – Hacer algo y equivocarse es por lo menos diez veces más productivo que no hacer nada. Todos los éxitos esconden tras de sí una lista de errores y, cada nuevo error, te conduce al éxito. Al final, te arrepentirás más de las cosas que NO hiciste que de las que sí hiciste.

8. Deja de regañarte por los errores que cometiste. – Podemos amar a la persona equivocada y llorar por lo malo que nos ha ocurrido, pero no importa cómo de mal nos haya ido porque una cosa es segura: los errores nos ayudan a dar con las personas y las cosas que nos convienen. Todos cometemos errores, tenemos problemas e incluso lamentamos sucesos de nuestro pasado. Pero tú no eres tus errores, ni tus problemas y AHORA es cuando tú estás aquí, con la posibilidad de modelar tu día y tu futuro. Todas y cada una de las cosas que suceden en tu vida te preparan para un momento que aún está por llegar.

9. Deja de intentar comprar la felicidad. – Muchas de las cosas que deseamos son caras. Pero lo cierto es que las cosas que verdaderamente nos satisfacen son completamente gratis: el amor, reírse y trabajar en lo que nos apasiona.

10. Deja de buscar la felicidad exclusivamente en los demás. – Si no estás a gusto contigo mismo, tampoco serás feliz en una relación a largo plazo con otra persona. En primer lugar, tienes que crear la estabilidad en tu propia vida antes de poder compartirlo con alguien más.

11. Deja la pereza. – No pienses demasiado porque, si no, generarás un problema que ni siquiera estaba ahí. Analiza las situaciones y pasa a la acción. No puedes cambiar aquello a lo que te resistes a afrontar. Progresar implica riesgo. ¡Punto! No puedes llegar a la segunda base si todavía tienes un pie en la primera.

12. Deja de pensar que no estás listo. – Nadie se siente nunca listo al 100% cuando se presenta una oportunidad. Y es que la mayoría de las grandes oportunidades de la vida nos obligan a salir de nuestra zona de confort, lo que significa que no nos sentiremos completamente cómodos al principio.

13. Deja de implicarte en relaciones por motivos equivocados. – Las relaciones deben escogerse sabiamente. Más vale estar solo que mal acompañado. No hay ninguna necesidad de precipitarse. Si algo tiene que ser, será: en el momento adecuado, con la persona adecuada y por el motivo adecuado. Enamórate cuando estés listo, no porque te sientas solo.

14. Deja de rechazar nuevas relaciones solo porque las anteriores no funcionaron. – En la vida te darás cuenta de que conoces a las personas por un motivo. Algunas te probarán, otras te usarán y otras te enseñarán. Pero lo más importante, algunas sacarán lo mejor que hay en ti.

15. Deja de competir con los demás.– No te preocupes de lo que otros hacen mejor que tú. Concéntrate en batir tus propios records día a día. El éxito es una batalla en la que solo compites TÚ CONTIGO MISMO.

16. Deja de envidiar a los demás. – La envidia es el arte de fijarse en las virtudes de los demás sin reparar en las propias. Pregúntate esto: «¿Qué tengo yo que querrían los demás?».

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17. Deja de lamentarte y de compadecerte de ti mismo. – La vida nos plantea dificultades por una razón: para orientar nuestro camino en la dirección más adecuada para cada uno de nosotros. Puede que no lo veas o no lo entiendas del todo en el momento en que las cosas ocurren, y puede que sea duro pero, reflexiona sobre las dificultades que soportaste en el pasado; comprobarás que, casualmente, te condujeron a un lugar, una persona, estado de ánimo o situación mejores. Así que ¡sonríe! Deja que todo el mundo sepa que hoy eres un poquito más fuerte que ayer, y lo serás.

18. Deja los rencores. – No pases tu vida albergando odio en tu corazón. Acabarás tú mismo haciéndote más daño que las personas a las que odias. Perdonar no significa decir «no importa aquello que me hiciste», sino «no pienso dejar que lo que me hiciste acabe con mi felicidad para siempre». El perdón es la respuesta… déjalo, encuentra la paz y ¡libérate! Y recuerda que el perdón no se refiere solo a los demás sino también a ti mismo. Si tienes que hacerlo, perdónate a ti mismo, pasa página y trata de hacerlo mejor la próxima vez.

19. Deja de permitir que otros te rebajen a su nivel. – Niégate a bajar tu nivel para acomodarte al de aquellos que se niegan a subir el suyo.

20. Deja de perder el tiempo justificándote ante los demás. – Tus amigos no lo necesitan y tus enemigos no lo creerán, de todas formas. Simplemente, haz lo que tú consideres correcto.

21. Deja de hacer lo mismo una y otra vez sin tomarte un descanso. – El momento para darse un respiro es cuando no tienes tiempo para ello. Si sigues haciendo lo que haces, seguirás obteniendo lo que has obtenido hasta ahora. A veces es necesario distanciarse para ver las cosas con claridad.

22. Deja de ignorar la belleza de los pequeños momentos. – Disfruta de las pequeñas cosas, porque un día mirarás atrás y descubrirás que ésas fueron las grandes cosas. La mayor parte de tu vida estará compuesta por los pequeños e innombrables momentos que pasas sonriendo con la gente que te importa.

23. Deja de intentar que todo sea perfecto. – El mundo real no recompensa a los perfeccionistas, sino a quienes hacen las cosas.

24. Deja de seguir el camino del mínimo esfuerzo. – La vida no es fácil, sobre todo si tu objetivo es lograr algo valioso. No tomes el camino fácil. Haz algo extraordinario.

25. Deja de actuar como si todo estuviese bien cuando en realidad no lo está. – No pasa nada porque un día te derrumbes. No tienes que fingir todo el tiempo que eres fuerte ni tampoco hay necesidad de que demuestres constantemente que todo va bien. Tampoco debería preocuparte lo que los demás piensen: si necesitas llorar, hazlo; te vendrá bien desahogarte. Cuanto antes lo hagas, antes volverás a sonreír.

26. Deja de culpar a los demás por tus problemas. – Las probabilidades de que alcances  tus sueños dependen de la medida en la que hayas asumido la responsabilidad de tu vida. Cuando culpas a los demás de lo que te sucede estás negando tu responsabilidad: le estás otorgando a los demás poder sobre parte de tu vida.

27. Deja de intentar serlo todo para todos. – Simplemente, es imposible e intentarlo acabará quemándote. Pero hacer sonreír a una persona PUEDE cambiar el mundo. A lo mejor no al mundo entero, pero sí al de esa persona así que, limita tu foco.

28. Deja de preocuparte tanto. – El hecho de que te preocupes no te quitará la carga mañana, pero si la felicidad de hoy. Una forma de saber si merece la pena calentarse con algo es preguntarse: «¿Importará esto dentro de un año? ¿de tres? ¿de cinco?» Si la respuesta es que no, entonces no merece la pena.

29. Deja de centrarte en lo que no quieres que ocurra. – Céntrate en lo que sí quieres que te suceda. El pensamiento positivo es clave en todas las historias de grandes éxitos. Si te despiertas cada mañana con la idea de que algo maravilloso va a suceder en tu vida, y prestas mucha atención, a menudo descubrirás que estabas en lo cierto.

30. Deja de ser desagradecido. – No importa lo bien o mal que te vaya, levántate cada mañana dando gracias por estar vivo. En algún lugar alguien está luchando desesperadamente por los suyos. En lugar de pensar en lo que te falta, trata de pensar en lo que sí tienes y que les falta a los demás.

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Fuente: Laura Ribas – www.lauraribas.com

desQbre – Los Mecanismos de Defensa

Los mecanismos de defensa (o estrategias de afrontamiento) son procesos psicológicos automáticos que protegen al individuo frente a la ansiedad y las amenazas externas (como una situación embarazosa) o internas (como puede ser un recuerdo desagradable). El individuo suele ser ajeno a estos procesos.

TIPOS DE MECANISMOS

Estos mecanismos han sido divididos en niveles:

Mecanismos que provocarán una óptima adaptación ante acontecimientos estresantes:

  • Afiliación: El individuo, ante una amenaza interna o externa, busca ayuda y apoyo en los demás.
  • Altruísmo: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales dedicándose a satisfacer las necesidades de los demás.
  • Anticipación: El individuo, ante amenaza interna o externa o conflicto, anticipa las consecuencias y considera de forma realista soluciones alternativas.
  • Autoafirmación: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales expresando directamente sus sentimientos de forma no manipuladora.
  • Autoobservación: El individuo se enfrenta a amenazas internas o externas reflexionando sobre sus propios pensamientos, sentimientos, motivaciones, … y actuando de acuerdo con ellos.
  • Sentido del humor: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales haciendo hincapié en los aspectos divertidos o irónicos de los conflictos o situaciones estresantes.
  • Sublimación: El individuo se enfrenta a las amenazas canalizando sentimientos o impulsos potencialmente desadaptativos en comportamientos socialmente aceptables (deportes).
  • Supresión: El individuo se enfrenta a los conflictos emocionales evitando intencionadamente pensar en problemas, deseos, sentimientos que le producen malestar.

Mecanismos que permiten mantener fuera de la consciencia lo desagradable:

  • Abstención: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales empleando palabras con el propósito simbólico de negar o plantear enmiendas a pensamientos, sentimientos o acciones.
  • Disociación: El individuo se enfrenta mediante una alteración temporal de las funciones de integración de la conciencia.
  • Formación reactiva: Se enfrenta sustituyendo los comportamientos, sentimientos, pensamientos inaceptables por otros opuestos.
  • Intelectualización: Se enfrenta generalizando o implicándose en pensamientos excesivamente abstractos para minimizar sentimientos que le causan malestar.
  • Represión: Se enfrenta expulsando de su consciencia (haciendo inconscientes) sentimientos o deseos que le producen malestar.

Nivel de distorsiones de la imagen de uno mismo de los demás para no perder autoestima o ganarlo:

  • Devaluación: en momentos de conflicto emocional, el individuo se enfrenta atribuyendo cualidades exageradamente negativas a los demás.
  • Idealización: El individuo se enfrenta a situaciones de amenaza interna o externa atribuyendo cualidades exageradamente positivas a los demás.
  • Omnipotencia: El individuo actúa ante conflicto pensando o actuando como si dispusiera de poderes o capacidades especiales y fuera superior a los demás.

Mecanismos que permiten mantener situaciones de estrés fuera de la consciencia sin ser atribuidos a causas erróneas:

  • Negación: El individuo se enfrenta negándose a reconocer aspectos dolorosos de la realidad externa o de nuestro interior. En caso de darse una total negación de la realidad se denominaría Negación Psicótica.
  • Proyección: El individuo se enfrenta atribuyendo incorrectamente a los demás sentimientos o pensamientos propios que le resultan inaceptables.
  • Racionalización: El individuo se enfrenta inventando sus propias explicaciones, tranquilizadoras pero incorrectas, para encubrir verdaderas motivaciones que rigen sus pensamientos o acciones.

Nivel caracterizado por una enorme distorsión de la realidad:

  • Fantasía autista: El individuo se enfrenta a situaciones de amenaza interna o externa mediante fantasías excesivas que sustituyen la resolución del problema.
  • Polarización: El individuo tiende a verse a en o a los demás como totalmente buenos o malos sin conseguir integrar las cualidades positivas y negativas de cada uno.

Mecanismos de enfrentamiento a amenaza mediante acción o retirada:

  • Agresión pasiva: El individuo se enfrenta con reacción agresiva interna sin que el otro llegue a percibirla, es como una máscara que esconde hostilidad y resentimiento. Puede ser simplemente una respuesta de supervivencia de un subordinado ante un jefe, que no tiene otra forma más abierta de autoafirmación.
  • Quejas o rechazo de ayuda: El individuo expresa quejas o peticiones de ayuda que esconden rechazo y hostilidad, y que luego se expresan con rechazo o desagrado a cualquier ofrecimiento de ayuda.
  • Retirada apática: Individuo que en vez de enfrentarse, simplemente se retirada sin dar muestras de cambios en sus sentimientos.

Todos estos mecanismos los utilizamos todos como medio de supervivencia, sin embargo, un uso extremo de alguno de ellos sería  desencadenador de trastornos.

Fuente: http://www.vidaysalud.com

La Clave más importante para su futuro: Crecimiento Personal – Jim Rohn

De todas las cosas que pueden tener un efecto en su futuro, yo creo que el crecimiento personal es lo más grande. Podemos hablar acerca del crecimiento de las ventas, el crecimiento de las ganancias, el crecimiento de los bienes, pero todo esto probablemente no acontecerá sin el crecimiento personal. Es realmente la puerta abierta a todo. De hecho yo apreciaría que memorizara una frase muy importante.

Aquí está, «La clave más importante para su futuro es USTED.»
Permita que repita eso.
 
«La clave más importante para su futuro es USTED.»
 
Póngala en alguna parte donde usted la pueda ver a diario, en el cuarto de baño, en la cocina, en la oficina, dondequiera que usted la pueda ver a diario. La clave más importante para su mejor futuro es USTED. Trate de recordarlo cada día de su vida y piense acerca de ello. La clave más importante es USTED.
 
Ahora, hay muchas cosas que ayudarán a que tenga un mejor futuro. Si usted pertenece a una compañía fuerte, dinámica y progresiva, eso ayudaría. Si la compañía tiene buenos productos, buenos servicios de los que usted está orgulloso, eso ciertamente ayudaría. Si hay buenas herramientas de ayuda para ventas, eso ayudaría, una buena instrucción ciertamente ayudaría. Si hay un liderazgo fuerte eso ciertamente ayudará. Todas estas cosas ayudarán, y por supuesto, si no hay una tormenta, eso ayudará. Si su auto no se descompone, eso ayudará. Si los niños no se enferman, eso ayudará. Si los vecinos permanecen medianamente civilizados, eso ayudará. Si sus parientes no lo molestan, eso ayudará. Si no hace demasiado frío, si no hace demasiado calor, todas esas cosas ayudarán a su mejor futuro. Y si los precios no suben mucho y si los impuestos no se ponen mas pesados, eso ayudará. Y si la economía permanece estable, esas cosas todas ayudarán. Podríamos continuar y continuar con la lista; pero recuerde esto, la lista de las cosas
que acabo de cubrir y muchas y más, todo puesto junto, juega un papel secundario en su futuro.
 
La clave más importante para su futuro es usted. Cierre su mente en eso. Este es un punto súper importante de recordar. La clave más importante es usted. El Sr. Shoaff siempre contestó cuando le preguntaban, «¿Cómo usted desarrolla ingresos por encima de la media?». Diciendo, «Simple, llegue a ser una persona por encima de la media. Trabaje en usted.». El Sr. Shoaff diría, «Desarrolle un apretón de manos por encima de la media.» Él diría, «Mucha gente quiere tener éxito, y ellos ni siquiera trabajan en su apretón de manos.» El Sr. Shoaff diría, «Desarrolle una sonrisa por encima de la media. Desarrolle un entusiasmo por encima de la media. Desarrolle una dedicación por encima de la media. Desarrolle un interés en otra gente por encima de la media.» Él diría, «Para tener más, conviértase en más.» Recuerde; trabaje más duro en usted mismo de lo que usted hace en su trabajo. Durante mucho tiempo en mi vida, yo no tuve esto resuelto.
 

 

Alguien dijo una vez, «La magia no está en los productos. La magia no está en la literatura. La magia no está en la película. No hay una reunión mágica, la magia que hace las cosas mejores están dentro de usted, y el crecimiento personal hace este trabajo mágico para usted. La magia está en creer. La magia está en atreverse. La magia está en tratar. La magia verdadera está en perseverar. La magia está en aceptar, está en trabajar. La magia está en el pensamiento. Hay magia en un apretón de manos. Hay magia en una sonrisa. Hay magia en el entusiasmo y la determinación. Hay la magia verdadera en la compasión, en el cuidar y en el compartir. Hay una magia excepcional en un fuerte sentimiento y usted ve, todo viene de adentro, no de afuera. Así, la diferencia está dentro de usted. La verdadera diferencia es usted. Usted es la clave más importante para su mejor futuro.
Jim Rohn
 
 

 
 

Las 8 palabras clave para el ÉXITO

Los Ocho Principios o Secretos del Éxito en ocho palabras clave:
Pasión (tenerla y hacer lo que se haga por amor no por dinero), Elije una pasión y motivado e impulsado por ella genera tu idea de negocio. Lo más importante es recordar cada día que lo haces por amor y no por dinero.

Trabajo (duro, pero divertido), Nada es fácil, hay que trabajar mucho. Pero al mismo tiempo la satisfacción que generas durante la labor compensará los esfuerzos.

 
Sobresalir o Mejorar (en algo, a fuerza de practicarlo), Para ser exitoso dedícate a un rubro y vuélvete muy bueno en ello. No es magia: ¡Practica, practica, practica y practica! Y no te olvides de comunicar cuan bueno eres claramente.

Enfocarse (en una cosa, un tema, un proyecto), Dedica tus esfuerzos a un solo proyecto a la vez. No intentes abarcar dos proyectos a la vez.

Empuje (ejercerlo mentalmente, físicamente), Presiónate física y mentalmente para cumplir con las tareas. Aclara tus dudas y miedos. Cree en ti mismo.

Servir (a los demás con algo que tenga valor), Crea una oferta de valor y irve a tus clientes. El valor que le pones será detectado por los demás.

Persistir (frente al fracaso, la crítica, el rechazo, los que opinan por opinar, la presión), Es la primera razón del éxito. Persiste a los fracasos, a las críticas, a los rechazos, a los negativos, y a la presión.

Ideas (buscarlas, investigarlas, tenerlas), Escucha, observa, se curioso y haz preguntas, resuelve problemas, amplia tu red de contactos y rodéate de talentos.

 
 
TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño) es una conferencia anual que define su misión como «ideas que vale la pena difundir» («ideas worth spreading»). Las charlas, también llamadas TED Talks, cubren un amplio espectro de temas que incluyen ciencias, arte y diseño, política, educación, cultura, negocios, asuntos globales, tecnología y desarrollo, y entretenimiento. Los conferencistas han incluído a personas como el ex-Presidente de los Estados Unidos Bill Clinton, los laureados con el Premio Nobel James D. Watson, Murray Gell-Mann, y Al Gore, el co-fundador de Microsoft, Bill Gates, los co-fundadores de Google Sergey Brin y Larry Page, y Billy Graham.
La conferencia TED fue fundada por Richard Saul Wurman y Harry Marks en 1984, y se lleva a cabo anualmente desde 1990. Después de la conferencia de 2002, Wurman cedió los derechos de la conferencia a Chris Anderson, quien es ahora el anfitrión de la misma. La conferencia es propiedad de The Sapling Foundation, fundación sin ánimo de lucro de Anderson, dedicada a «potenciar el poder de las ideas para cambiar el mundo».
 
 

 
 

El Amor y la Libertad

En la relación amorosa se pone en juego la libertad individual a favor del vínculo. Pero un vínculo de esta clase no puede durar porque la libertad es esencial para un ser humano, y en algún momento se pondrá esta necesidad en evidencia.

No se puede elegir entre el amor de alguien y los intereses personales. El sacrificio de renunciar a ellos por amor deja un residuo de resentimiento que no se borra con besos ni abrazos.

La persona que vive para el otro sin condiciones se opaca hasta quedar reducida a una sombra, la sombra del otro.

Esa devoción, lejos de atraerlo termina alejándolo, porque sólo se puede amar a una persona con identidad propia.

En el amor de pareja el conflicto es parte de la relación, porque son dos seres libres que pueden llegar a obstaculizarse mutuamente.

El camino de la negociación es el único viable en estos casos siempre que éste no implique estancamiento de alguno de los dos.

El amor no puede ni debe ser una cuestión puramente emocional, necesariamente debe ser un sentimiento reflexivo, porque si no fuera así seríamos esclavos de él y además de podría llegar a convertir en odio.

Como bien decía Freud, el único amor posible sin condiciones es el de una madre por su hijo.

Los demás vínculos afectivos deben ser racionales, no se puede aceptar, en nombre del amor, el desprecio, la infidelidad, la mentira o el maltrato.

La persona que quiere vivir en permanente estado de enamoramiento, alienada en el otro, se verá obligada a lo largo de su vida a tener un gran número de parejas inestables y a sufrir la desilusión o el abandono.
El amor no puede borrarlo a uno de la escena para ser el otro. El otro siempre será otro diferente y nunca en una pareja los dos alguna vez podrán ser uno.

El amor maduro a veces llega gracias a una gran desilusión. Después de haber sufrido un gran amor que también destruyó la autoestima, se puede recuperar la razón y comenzar a creer que tiene que ser posible amar y ser feliz al mismo tiempo.

Estar enamorado no es sinónimo de querer a alguien, porque es un estado de alienación que idealiza al otro al extremo de no verlo tal cual es.

Como con una droga somos esclavos de sus efectos, aunque las acciones colaterales sean desastrosas.

Solamente es posible tener una pareja estable por mucho tiempo cuando los dos siguen creciendo.

Es inútil pretender que alguien nos quiera si no le place. En un amor sin esperanza somos perdedores de entrada porque no existe nada menos atractivo que el que se humilla.

Además, lograr una conquista de esa manera obliga a entregarse sin condiciones, porque todos sabemos que el que tiene el poder en una relación es el que menos necesita del otro.

Por otro lado se está renunciando a la propia dignidad, al respeto por uno mismo, porque la esclavitud se opone a la dignidad, cuando uno se convierte en un objeto.

No todos los conflictos de pareja se resuelven con una negociación, se necesita además una dosis de paciencia, intercambio de opiniones, aprender a equilibrar las diferencias, establecer acuerdos, armonizar desajustes, etc.

Fuente: http://psicologia.laguia2000.com

 
 

El Deseo ¿Qué nos hace desear lo que deseamos?

Uno de los grandes misterios de la humanidad, que la ciencia todavía no puede explicar con certeza es por qué deseamos cosas. ¿Por qué queremos chocolate? ¿Por qué…? Cualquier cosa. La pregunta de por qué deseamos cosas que deseamos puede obtener respuestas apasionadas de científicos pertenecientes a un variado número de disciplinas, pero algunos dicen que todavía estamos bien lejos de entender nuestros deseos y preferencias de una forma significativa.

Podemos predecir cómo nos vamos a comportar en condiciones particulares, o conocer que algunas preferencias emergen en ciertas situaciones, pero es muy poco lo que sabemos sobre el origen de estas inclinaciones, de dónde vinieron en un primer lugar, según un científico social.
Yo creo que las respuestas que hay hoy en día de parte de diversas ciencias son tautológicas, muy superficiales, dice en Live Science Dalton Conley, sociólogo de la Universidad de Nueva York.

Psicólogos evolutivos, sociólogos y economistas, todos tienen diferentes ideas sobre lo que impulsa nuestras preferencias, pero ninguno llega al fondo del asunto, opina Conley.

Por ejemplo, es muy fácil dar explicaciones evolutivas para nuestras preferencias luego de los hechos, dice Conley.

El psicólogo evolutivo Gad Saad, de la Universidad Concordia de Canadá, que hace poco publicó un libro sobre el tema está de acuerdo con que es un problema complicado. Hay una diferencia, dice él, entre entender cómo opera un mecanismo y el por qué sucede.

Podremos saber que las preferencias culinarias de una mujer cambiarán de acuerdo al momento de su ciclo menstrual, dice Saad, pero entender por qué sus preferencias cambian en ese modo es un tema totalmente diferente.

Son muchas las explicaciones que se dan para decir por qué nos gusta una determinada cosa, pero esencialmente son dos las que lideran todo. Es de nacimiento, o lo adquirimos con la experiencia, influenciados por nuestro entorno.

Saad opina que la biología influencia todo lo que hacemos, él cree que nuestros gustos son de nacimiento. “Al contrario que los científicos sociales”, dice, “que dicen que nacemos con mentes vacías, yo creo en lo opuesto”.

Joseph Simmons, científico social de la universidad de Yale, está de acuerdo con que la biología tiene algo que ver en el rompecabezas. “No aprendemos a tenerle miedo a los sonidos agudos, o a rostros amenazadores, sino que esto parece ser algo innato”.

Pero no todos piensan eso. Algunos como el mismo Simmons argumentan que la experiencia, o lo que nos rodea, juegan un rol muy importante en moldear lo que somos, y por ende nuestras preferencias.

Pero Dalton Conley opina que tal vez no exista respuesta a la pregunta del título, sólo acercamientos.

Fuente: LiveScience – http:/psicologiayelser.blogspot.com.ar/2010/09/por-que-deseamos-cosas-que-nos-hace.html

 

 
 

desQbre – Localizan el lugar exacto en el que se origina el amor

  • Está en la misma zona cerebral de la adicción a las drogas.
  • Tiene vínculo con el área donde se origina el deseo sexual, aunque son partes bien diferenciadas.
  • La zona que se activa con el amor es mucho más compleja que la que se activa con otras cosas que producen placer, como la comida.

Investigadores de las universidades de Concordia (Canadá), Sycaruse y Virginia Occidental (Estados Unidos) y el Hospital Universitario de Ginebra en Suiza han descubierto el sitio exacto del cerebro en el que se originan los sentimientos que se experimentan cuando alguien está enamorado. En concreto, han descubierto que el amor está en la misma zona cerebral de la adicción a las drogas y, asimismo está vinculado al lugar donde se origina el deseo sexual, si bien matizan que ambas zonas están separadas.

A diferencia de otras emociones como la ira, el amor es más complejo y abstractoEstudios del cerebro previos ya habían demostrado que las emociones humanas se originan en el llamado sistema límbico, un conjunto de estructuras importantes que incluyen el hipocampo y la amígdala, entre otras. En esta región se controlan las emociones, la conducta, la atención, el estado de ánimo, la memoria, el placer o la adicción.

Hasta ahora, sin embargo, había sido muy difícil ubicar el lugar exacto del amor, porque tal como señalan los expertos, a diferencia de otras emociones «concretas» como la ira o el placer, es mucho más complejo y abstracto y parece involucrar muchas áreas del cerebro.

Para este trabajo se revisaron 20 estudios que habían analizado la actividad cerebral del amor y el deseo sexual, cuyos participantes se sometieron a escáneres de FMRI (imágenes de resonancia magnética funcional) para observar la actividad de su cerebro mientras estaban comprometidos en tareas relacionadas a imágenes eróticas o a observar la fotografía de la persona de quien estaban enamorados.

Los resultados de los estudios revelaron que dos estructuras del cerebro en particular, la ínsula y el núcleo estriado, eran las responsables tanto del deseo sexual como del amor. La ínsula es una porción de la corteza cerebral que está plegada en una zona entre el lóbulo temporal y lóbulo frontal, mientras que el núcleo estriado está localizado cerca, en el cerebro anterior.

Áreas diferentes en la misma zona

El amor es menos dependiente de la presencia física de otra personaLos científicos observaron que tanto el amor como el deseo sexual activan diferentes áreas del núcleo estriado, que a su vez se activa también con otras cosas que producen placer, como la comida. No obstante, el área del núcleo estriado que se activa con el amor es mucho más compleja y, aunque también se activa con el placer o deseo sexual, solo funciona cuando hay algo con «un valor inherente» para activarla, han explicado los científicos.

«Nadie había colocado estos dos sentimientos juntos para ver cuáles eran los patrones de activación», explicó el profesor Jim Pfaus, director del estudio, a la BBC.

Pfaus reconoció que, aunque pensaban que ambos estarían «completamente separados», los estudios han concluido que mientras el placer es más específico «el amor es más abstracto y complejo y, por lo tanto, menos dependiente de la presencia física de otra persona».

Fuente: «20 Minutos» (EUROPA PRESS) – http://www.20minutos.es/noticia/1516854/0/lugar-exacto/origen/amor/#

 

 
 

desQbre – Un videojuego para tratar la depresión

Cada año entre el 1% y el 6% de los adolescentes del mundo padecen depresión, pero la mayoría de ellos no tiene un diagnóstico y, consecuentemente, no recibe tratamiento. Sin embargo, una terapia informatizada, un videojuego, puede ser una buena elección para este colectivo tan familiarizado con los ordenadores. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de científicos de Nueva Zelanda tras realizar una investigación, y cuyos resultados se publican en el último ‘British Medical Journal’.

Sally Merry, de la Universidad de Auckland, declara a ELMUNDO.es: «Tenemos algo que poder ofrecer a los jóvenes con depresión. Un tipo de intervención con la que disfrutan y además es eficaz».

El trabajo ha sido llevado a cabo con 187 adolescentes de entre 12 y 18 años que acudieron a 24 centros de atención primaria de Nueva Zelanda por síntomas depresivos. Todos se sometieron a pruebas psicológicas para evaluar su gravedad y, posteriormente, fueron divididos en dos grupos. La mitad de ellos (94) se asignó al grupo de terapia con el videojuego, mientras que el resto (93) siguió los tratamientos tradicionales, en consulta.

Elegir un avatar

El ‘SPARX’ es un programa informático de autoayuda para personas jóvenes con síntomas de depresión que utiliza un entorno de fantasía, juegos en 3D y una banda sonora hecha a medida. El programa enseña técnicas para controlar los síntomas de la depresión, en un formato de aprendizaje autodirigido.

Al mismo tiempo, los jóvenes aprenden las técnicas de la terapia cognitivo-conductual para tratar los síntomas (por ejemplo, hacer frente a los pensamientos negativos, resolución de problemas, planificación de la actividad y la relajación). El programa se puede utilizar con un mínimo de supervisión y en él los usuarios pueden personalizar su avatar y el viaje a las siete provincias, cada una con un conjunto único de desafíos y puzles, detallan los investigadores.

«El tiempo necesario para hacer el SPARX es de 30 a 40 minutos por módulo, con un tiempo total de duración de la terapia de cuatro a siete semanas. Lo más positivo del programa es que está directamente a disposición de los jóvenes para que ellos trabajen su problema», destaca la investigadora principal.

Los resultados

Una vez finalizado el juego, todos los jóvenes fueron evaluados a través de varios tests psicológicos. Los datos revelan que el «SPARX fue tan eficaz o más que la atención habitual a la hora de reducir los síntomas de depresión y ansiedad en por lo menos un tercio», detallan los investigadores.

Además, un 44% del grupo que siguió el videojuego se recuperó completamente en comparación con 26% de los que siguieron la terapia habitual. Además, es importante que el 95% de los usuarios del SPARX se mostró satisfecho con esta fórmula y hasta un 81% reconoció que se lo recomendaría a algún amigo. «No obstante, la satisfacción fue igual de elevada en el grupo que siguió el tratamiento convencional», determinan los investigadores.

La terapia cognitivo conductual informatizada SPARX es un «recurso eficaz para los adolescentes con depresión que buscan ayuda en atención primaria. El uso del programa resultó en una reducción clínicamente significativa en la depresión, la ansiedad y la desesperanza y una mejora en la calidad de la vida. Los resultados son mejores si se considera que SPARX es totalmente un recurso de autoayuda. El único contacto con el médico fue al inicio (cuando se acude al centro de salud) y, posteriormente, a través del teléfono pasado un mes del tratamiento», concluye el ensayo.

Además, los efectos del tratamiento persistieron durante tres meses después del programa, que fue más eficaz para «aquéllos que en un principio estaban más deprimidos. La intervención es al menos tan buena como el tratamiento habitual para atención primaria, pero sería más barata y más fácil difundir», agregan los investigadores.

Fuentes: «El Mundo» (Patricia Matey) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/04/19/neurociencia/1334857831.html

 
 

Las diez lecciones que deberíamos aprender de los animales de compañía

Las mascotas han dejado de ser un simple animal de compañía para convertirse en un miembro más de la familia. Se dice de los perros que son el mejor amigo del hombre, pero no siempre se saca el máximo provecho a su fidelidad ni se aprecian ciertas enseñanzas que podrían ser beneficiosas para la vida de las personas. Lo mismo ocurre con el resto de mascotas que se tienen en casa, ya sea un gato, un hámster o un loro. Además, pueden influir positivamente en el estado de ánimo de las personas, alejar las preocupaciones y contribuir a incrementar el bienestar general. Las mascotas tienen una marcada capacidad para empatizar con sus dueños, sobre todo cuando llevan bastante tiempo conviviendo con ellos. Especialmente, los perros y los gatos son expertos en captar las emociones y rápidamente perciben cuando uno está triste o enfermo. Por eso, se puede aprender de las mascotas, conociendo su manera de actuar y su forma de reaccionar ante los estímulos externos, para enriquecer la vida de las personas.

La primera lección que se puede sacar de un animal de compañía es que su aprecio y amor es siempre incondicional. Querer a alguien sin esperar nada a cambio no es más que el amor verdadero, es decir, amar a las personas por lo que son y no por el rédito que se pueda obtener de una determinada relación.

La lealtad es otra de las máximas de las mascotas. Pase lo que pase siempre estarán ahí, pues es más fácil perder la lealtad de los familiares o amigos que la de un animal de compañía. Este rasgo de los animales de compañía marca una clara distancia con la crisis de valores que vive la sociedad contemporánea. Saber pedir ayuda cuando realmente se necesita, sin creer que se trata de una debilidad. El ego impide muchas veces a las personas buscar ayuda en los demás porque se asocia a una falta de capacidad resolutiva. Sin embargo, es necesario tener el suficiente coraje para admitir la necesidad de ayuda cuando sea necesaria, sin miedo a abrirnos a los demás. El rencor es una característica propia de los humanos. Los animales de compañía pueden expresar su ira o enfado cuando se les está reprendiendo para disciplinarlos, sin embargo, consiguen olvidarlo enseguida, casi inmediatamente después de que se les deje de regañar. Saber pedir perdón y, más aún, saber perdonar a los demás, es otra de las lecciones importantes que se pueden aprender de las mascotas. Los animales utilizan una serie de signos para expresar sus emociones. Los perros mueven la cola cuando algo les hace felices y los gatos muestran su aprecio cuando ronronean o se frotan con su dueño. No tener miedo a mostrar los sentimientos y, sobre todo, a ser agradecido, es una cualidad no siempre presente en los humanos. Con la práctica resultará menos embarazoso agradecer un gesto con un beso o un abrazo. Los beneficios emocionales de saber corresponder cuando es preciso superan con creces todos los esfuerzos que puedan suponer en un principio.

Ciertas actitudes de las mascotas son claves para alcanzar la felicidad

Saber disfrutar de la soledad y alejar el miedo a pasar tiempo a solas es imprescindible para alcanzar la felicidad, pues en un momento u otro estas situaciones son inevitables. Mucha gente odia estar sola, pero se debe buscar un equilibrio para minimizar nuestra percepción negativa de estos momentos. Es más, apreciar el tiempo que se pasa solo puede ser muy beneficioso a largo plazo y servirá para incrementar el conocimiento personal. Para saber cuidarse a uno mismo, primero hay que saber cuidar a los demás. Los animales suelen adoptar esta actitud a rajatabla con sus retoños, asegurándose de cubrir sus necesidades antes que las propias. Una máxima imprescindible entre las personas que vayan a formar una familia. No tener miedo a equivocarse es una buena enseñanza de las mascotas, pues la clave del desarrollo humano y personal se basa precisamente en el ensayo y el error. Para perfeccionar el talento o resolver ciertos problemas es necesario intentar ciertas acciones que no siempre salen bien a la primera. Lo importante es aprender de esos errores y no volver a cometerlos, pues como afirma el dicho popular: “El ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. Conseguir apreciarnos a nosotros mismos, siendo conscientes de nuestras limitaciones y capacidades, es el primer paso para acercarnos a la felicidad. Los animales se reconocen como lo que son y sus pretensiones no impiden que se sientan realizados. Fingir lo que no se es tampoco contribuirá al bienestar, pues engañarse a uno mismo suele tener consecuencias negativas a medio y largo plazo. El primer paso para ser feliz es quererse a uno mismo tal y como se es.

Cometer errores no es malo si se aprende de ellos

La austeridad y saber acoplarse a una vida sobria es una característica común a los animales. Vivir de forma sencilla y sólo con lo que realmente se necesita puede ser un objetivo casi impensable en la sociedad de consumo, donde parece que la felicidad no reside en tener cubiertas las necesidades personales, sino en tener más y más que el vecino. De todos es sabido que no es más feliz el que más tiene porque esta ambición siempre será insaciable y nunca se tendrá lo suficiente. Diferenciar lo que se necesita de lo que se quiere es fundamental para sentirse a gusto con uno mismo y con la vida que se tiene. Ponerse metas y perseguir los sueños es especialmente beneficioso, pero deben considerarse como lo que son para minimizar las consecuencias psicológicas del fracaso.

Fuente: «El Confidencial» (Iván Gil)

¿Qué pasa en tu cerebro cuando pierdes la paciencia y el autocontrol?

rechinarNeurocientíficos de la Universidad de Iowa (EE UU) han descubierto qué ocurre en el cerebro humano cuando una persona pierde la paciencia y la capacidad de autocontrol. Sus conclusiones se publican en la revista Journal of Consumer Psychology.

William Hedgcock, coautor del trabajo, ya había demostrado con anterioridad que el autocontrol es un recurso finito que se gasta con el uso. Cuando se utiliza demasiado de forma continuada, es más difícil que nos mantengamos calmados la siguiente vez que nos enfrentamos a una situación que exige controlar nuestros impulsos.

Ahora, un nuevo estudio con imágenes de resonancia magnética funcional le ha permitido demostrar que la corteza cingulada anterior (ACC), encargada de reconocer que una situación tiene muchas posibles respuestas y que algunas son más convenientes que otras, se activa siempre independientemente de la decisión que tomemos. Esta zona reconoce, por ejemplo, cuando algo nos tienta. Por lo tanto, la verdadera «llave» del autocontrol reside, según Hedgcock, en la región conocida como corteza prefrontal dorsolateral -la que dice “querría hacer esto, pero debo sobreponerme a ese impulso y actuar de manera inteligente”- se activa con menos intensidad a medida que nuestra capacidad de autocontrol se agota. Y las técnicas de neuroimagen revelan que es la falta de actividad de las neuronas de esta zona lo que hace que, en ocasiones, “las situaciones nos saquen de nuestras casillas” y no actuemos con sensatez, aclaran los científicos.

Hedgcock asegura que, de acuerdo con el hallazgo, el autocontrol debería ser comparado con una piscina que se puede vaciar por el uso y volverse a llenar cuando estamos en un ambiente sin excesivos conflictos, lejos de «tentaciones que lo desgastan».

Los resultados del estudio podría ayudar a desarrollar mejores programas de desintoxicación para personas adictas a las drogas, al alcohol, a las compras o a la comida, que suelen hacer cosas que preferirían no hacer. También ayudará a sujetos que nacen sin capacidad de autocontrol por un daño cerebral.

Fuente: «Muy Interesante» (Elena Sanz) – http://www.muyinteresante.es/ique-pasa-en-tu-cerebro-cuando-pierdas-la-paciencia-y-el-autocontrol

 

 
 

El estrés infantil frena el desarrollo del cerebro

El estrés puede alterar el desarrollo de diversas partes del cerebro de niños y adolescentes, y perjudicar ciertas capacidades como la memoria espacial y a corto plazo, según revela un estudio publicado en Journal of Neuroscience.

Durante los primeros años de vida el cerebro continúa desarrollándose y es vulnerable a factores externos como el estrés. Los investigadores, de la Universidad de Wisconsin-Madison, evaluaron mediante entrevistas el nivel de estrés de 60 adolescentes de entre 9 y 14 años, a los que también se les realizó un escáner cerebral y diversos test de inteligencia. Los resultados revelaron que los niños que habían sufrido más episodios traumáticos a lo largo de su vida tenían menor memoria espacial y a corto plazo que sus compañeros. Además, algunas zonas como el córtex del cíngulo anterior estaban menos desarrolladas, y tanto las cantidades de materia gris como de materia blanca eran menores.

Sin embargo, estas diferencias no tienen porqué ser irreversibles. «Los resultados no están diciendo que el estrés perjudique permanentemente el cerebro», explica Jamie Hanson, uno de los autores. «Los efectos podrían ser solo temporales, ya que el cerebro es muy plástico, muy propenso al cambio, y puede re-adaptarse».
Las nuevas investigaciones irán encaminadas, precisamente, a buscar métodos para ayudar a estos adolescentes a `poner al día´ a su cerebro después de sucesivos episodios traumáticos.

Fuente: «Muy Interesante» (Victoria González) – http://www.muyinteresante.es/el-estres-infantil-frena-el-desarrollo-del-cerebro

 
 

¿QUÉ ES SER FELIZ Y CÓMO PUEDO LOGRARLO? – ENTREVISTA A ENRIQUE G. FERNÁNDEZ-ABASCAL

 

Durante mucho tiempo, las emociones positivas, tales como la alegría, el amor, la felicidad, etc., han suscitado poco interés científico. Sin embargo, en los últimos años, se han recuperado del olvido, especialmente a partir de 1998 cuando M. Seligman inició su presidencia en la Asociación Americana de Psicología (APA). Efectivamente, a lo largo de esta última década, son muchos los investigadores que han iniciado el estudio científico de las emociones positivas o la llamada Psicología Positiva.

Probablemente, uno de los grandes retos a los que se enfrentan las personas en la sociedad actual es aprender a ser felices y a mantener la experiencia de emociones positivas. En España, existen múltiples grupos de investigación que han tratado de dar respuesta a éstas y otras preguntas con una exquisita rigurosidad científica. Enrique G. García-Abascal ha contado con los investigadores de mayor prestigio en el área y ha coordinado la publicación de todos estos avances en un nuevo libro, Emociones Positivas, que de una forma amena y entretenida, pero sin perder la rigurosidad científica, trata de explicar qué son las emociones positivas, cuáles son y para qué sirven, pero también analiza los procesos cognitivos que se asocian a ellas, su relación con la salud, y su importante labor en relación a los momentos adversos de la vida, el estrés, o los sucesos traumáticos.

Enrique G. Fernández-Abascal, catedrático de Psicología de la Emoción y la Motivación en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

ENTREVISTA:

Durante mucho tiempo, la Psicología ha estado anclada sobre todo en las emociones negativas. Sin embargo, desde hace unos años, las emociones positivas se han recuperado del olvido. En su calidad de experto en el área, ¿podría explicarnos por qué la Psicología Positiva o de las Emociones Positivas surge ahora y además con tanta fuerza, tanto en el campo más básico como en el aplicado?

La ratio entre las publicaciones que recoge el PsycINFO, desde 1887 hasta la actualidad, constatan que un 95% de ellas se han dedicado al afecto negativo y un escaso 5% al positivo. Las razones de este desequilibrio son varias, en primer lugar la mayor presión e interés por entender y paliar el sufrimiento humano asociado con el afecto negativo, y que sólo cuando se ha dispuesto de un bagaje consolidado de técnicas terapéuticas el interés se ha tornado por la prevención y las formas de disfrute asociadas al afecto positivo. Por otra parte, se encuentran las dificultades de medida de las emociones positivas, ya que todas ellas comparten muchos elementos comunes tanto en la comunicación no verbal, como en los autoinformes o en el afrontamiento, lo que ha dificultado su medida y discriminación, frente a las emociones negativas como el miedo, la ira o la tristeza que presentan elementos de medida mucho más fáciles de objetivar y diferenciar, lo que ha facilitado y primado su estudio, todo lo cual a su vez las convirtió en el prototipo del estudio de la emoción en el laboratorio, lo que limitó severamente la posibilidad de estudiar con esos procedimientos las emociones positivas. Por último, otra parte del interés por el afecto positivo proviene de las también recientes aportaciones proporcionadas por el estudio de la inteligencia emocional y especialmente el papel regulador que las emociones positivas ejercen sobre las negativas, lo que ha puesto de manifiesto las importantes funciones adaptativas que tienen las emociones positivas y que hasta ahora habían sido ignoradas.

En su opinión, ¿cuáles son las emociones positivas fundamentales?

Durante los primeros meses de vida la alegría, que surge cuando conseguimos alguna meta u objetivo deseado o cuando experimentamos una atenuación en un estado de malestar, es prácticamente la única emoción positiva con la que contamos, pero en la medida que el bebé comienza a desarrollar capacidades manipulativas y de interacción con el medio se desarrollan las dos familias de emociones positivas fundamentales en nuestra vida, las que tienen que ver con la presencia de otras personas, como el amor, y las que tienen que ver con la realización de actividades, como el disfrute o el fluir.

En relación a los últimos hallazgos científicos, ¿cuáles serían las diferencias más relevantes entre las emociones positivas y las negativas?

Las emociones positivas frente a las negativas presentan importantes diferencias, que en algunos aspectos parecen jugar papeles antagonistas, aunque no lo sean. Así, las emociones positivas tienen importantes efectos sociales que hacen que mejoren nuestras relaciones humanas, influyendo tanto en el establecimiento de relaciones interpersonales como en las expectativas que tenemos frente a las mismas; hoy sabemos que cuando predomina el afecto positivo actuamos de forma más prosocial, que se ve incrementada la probabilidad de ayudar a otras personas, que expresamos mayor agrado por los demás, que somos más generosos con los otros y con nosotros mismos, que actuamos de manera más cooperativa o que somos menos agresivos. Por otra parte, las emociones positivas también tienen efectos sobre nuestro rendimiento cognitivo mejorándolo, por ejemplo sabemos que nos permiten actuar de forma más creativa, que tomemos decisiones de manera más eficiente, que incrementemos nuestra motivación intrínseca o que nos hace ser más persistentes ante señales de fracaso. O, por último, otros importantes hallazgos tienen que ver con su influencia sobre la salud y los importantes beneficios que la aportan, así las emociones positivas nos hacen más resistentes al estrés, es decir, crean tendencia a percibir los potenciales eventos traumáticos en términos menos amenazadores, y sabemos que desde el procesamiento de los acontecimientos hasta la activación fisiológica en respuesta a los mismos es modulada por el afecto positivo reduciendo su posibles efectos patógenos.

De forma análoga al dilema «lloro porque estoy triste o estoy triste porque lloro», ¿»sonrío porque estoy contento o estoy contento porque sonrío»? ¿Cuál es la evidencia empírica en relación a dicho dilema?

Se produce el «sonrío porque estoy contento» ya que sin duda la sonrisa es la manifestación distintiva de las emociones positivas, aunque no toda sonrisa es genuina y responde a una emoción positiva, incluso existen sonrisas falsas que intentan esconder una emoción negativa. Y también se produce el que «estoy contento porque sonrío», ya que se encuentra avalado tanto el hecho de que manifestar una sonrisa incrementa la intensidad emocional, como que el simplemente hecho de tensar el risorio, como mera mueca, produce afecto positivo y es de hecho un método utilizado en el laboratorio con ese fin.

¿Qué es el «optimismo inteligente»? ¿Qué papel juegan los procesos y los componentes cognitivos en el optimismo o en las emociones positivas?

El optimismo inteligente o realista se refiere a un uso eficiente de nuestros recursos emocionales y a la ponderación de los elementos positivos que todas las circunstancias de la vida tienen. Ser optimista es una tendencia a esperar que el futuro nos deparará resultados favorables, y esto es fruto de nuestras experiencias anteriores y de las expectativas que tenemos sobre el futuro, y ambas condicionan directamente nuestro sistema de análisis emocional. Pasado nuestro primer año de vida, el mundo deja de ser un blanco y negro emocional, es decir, para un adulto las cosas no son totalmente positivas o negativas emocionalmente hablando, sino que todas las circunstancias tienen aspectos tanto positivos como negativos. Quien sólo ve los elementos negativos, o los positivos (como el optimista ingenuo), se pierde una parte de la realidad y tendrá dificultades para adaptarse a ella. En estas circunstancias, el pensamiento optimista se caracteriza por recordar los acontecimientos felices del pasado, minimizar el peso de los negativos, al mismo tiempo que selecciona la información actual de la manera más beneficiosa para su propia autoestima. Para ello sesga la memoria emocional, hace atribuciones autocomplacientes (sesgo autocomplaciente) y crea una ilusión de control. Es decir, el optimismo actúa sobre los principales mecanismos de valoración emocional, que se basa en los sesgos en el procesamiento de los acontecimientos.

Actualmente, los problemas que se presentan no suelen amenazar la supervivencia, y, sin embargo, la reacción emocional es la misma que antaño, lo cual facilita la aparición de trastornos de ansiedad, estrés, etc. ¿Qué potencial podría tener para los tratamientos psicológicos incluir un componente para el entrenamiento sistemático de las emociones positivas?

No es del todo correcto pensar que no vivamos rodeados de peligros, aunque estos sean evolutivamente muy diferentes de los que padecían los primeros humanos. Un conductor que pierde el control de su coche y nos enviste, el aire que derriba una cornisa cuando paseamos por la calle o un escape de gas en nuestra propia casa, son amenazas presentes a las que nuestro sistema emocional puede y tiene que dar respuesta, y del que dependemos para sobrevivir. Incluso no se puede pensar que ya no vivamos rodeados de depredadores, ya que lo hacemos del mayor depredador de toda la evolución, el ser humano. Desde un atraco hasta un atentado terrorista o una guerra, nuestra vida depende muchas veces de nuestra capacidad de reacción emocional.

Además, emociones negativas no son sinónimo de malas, si manipuláramos genéticamente al ser humano y le suprimiéramos las emociones negativas, simplemente no sobreviviríamos ni como personas ni como especie. Muchas de las cosas «positivas» que hacemos están motivadas por emociones negativas, así cuando estamos enfermos vamos al médico por miedo al sufrimiento y a la muerte.

El problema de los trastornos de ansiedad y estrés tiene más que ver con un incorrecto procesamiento y regulación emocional, en este caso, al contrario de lo que hemos comentado en el optimismo, se crean sesgos emocionales que focalizan nuestra atención en las amenazas, sesgan nuestra memoria haciéndonos recordar sólo aspectos catastróficos y sesgan negativamente la interpretación que hacemos de los acontecimientos. Ante este cuadro sin duda las emociones positivas presentan el mejor antídoto, ya que entre sus características están las de proporcionar una atención más global, un acceso a la memoria antagónico y proporcionar una interpretación de las consustancias más realista. Pero esto no siempre es posible ya que, por ejemplo, la depresión está asociada a una anhedonia lo que limita severamente su uso como medida terapéutica, y en los trastornos de ansiedad la persona debería contar previamente con un robusto repertorio de emociones positivas, ya que en los momentos de crisis es muy difícil su creación. Cuando nos encontramos en una situación de emergencia emocional, es difícil desarrollar nuevas emociones de signo hedónico contrario al que estamos involucrados, sólo en los momentos en los que no tenemos ninguna demanda emocional es cuando estamos en condiciones óptimas para el desarrollo de éstas. Así pues, un entrenamiento sistemático en emociones positivas tiene su ubicación más en la prevención que en el tratamiento. Pero si ya existe un repertorio previo de emociones positivas, su empleo tiene efectos reguladores realmente importantes. Si alguna vez has tenido un dolor de muelas, puedes haber observado que éste es mucho menor cuando estamos rodeados de un grupo de amigos y nos divertimos, que cuando estamos solos contemplando nuestro propio dolor.

Parece que existen datos empíricos que evidencian que el humor mejora la salud, que el optimismo ayuda a superar el estrés, o, en general, que las emociones positivas son un factor de protección para la salud psicológica y física. Sin embargo, ¿cuál es la situación actual respecto a la validación empírica de tratamientos psicológicos para desarrollar las emociones positivas?

Creo que parte de esta pregunta ya te la he contestado en la anterior. Considerando que la salud es algo más que la ausencia de enfermedad, es obvio que las emociones positivas juegan un importante papel en la misma. Los resultados de los estudios de mortalidad evidencian una asociación entre afecto positivo y supervivencia. Así mismo, el afecto positivo es de especial importancia en el bienestar de las personas sanas por encima de los 55 años. Y en los estudios de morbilidad se ha encontrado, casi unánimemente, que el afecto positivo está asociado con menos riesgo de enfermedad y de lesiones, y generalmente con mejor salud; ambos tipos de estudios, los de corte transversal y prospectivos, que relacionan afecto positivo y enfermedad apoyan unánimemente esta asociación. Por contra, en cuanto a la supervivencia, son escasos los estudios existentes, y aunque parecen apuntar en esa dirección, aún hay poca consistencia en sus resultados. Respecto a la validación empírica de tratamientos específicos desarrollados con esta finalidad, los estudios son escasos, solo abordan objetivos parciales y la dificultad implícita de los estudios prospectivos, hacen que esta sea la nueva frontera de este campo de estudio.

Vivir el presente, disfrutar de las pequeñas cosas, cuidar las relaciones sociales, etc., son las recetas para ser feliz. No obstante, ¿es posible aprender a disfrutar de la vida? ¿Cómo habría de aplicarlo un psicólogo a un paciente de su consulta?

No sólo es posible aprender a disfrutar de la vida, sino que es necesario hacerlo. Ya que frente a las emociones negativas con las que nacemos más elaboradas, las positivas es necesario aprenderlas y practicarlas. Somos el organismo más capacitado para disfrutar de la vida, y por ello las emociones positivas son procesos más abiertos y versátiles, lo cual abre un abanico casi ilimitado de las actividades con las que podemos disfrutar. Se trata de emociones más personales que las negativas, no solo por las diferentes condiciones desencadenantes, sino por la propia variedad de los procesos que implican en cada persona. Un ejemplo claro puede ser el humor, no a todo el mundo le gusta lo mismo, según maduramos van cambiando las cosas que nos hacen reír y no todas las personas tienen la madurez suficiente para entenderlo. El procedimiento más elaborado para su aplicación clínica es el desarrollado por Peterson y Seligman, que cuenta con instrumentos como el «VIA de fortalezas personales» para determinar cuales son las capacidades que pueden ser objeto de entrenamiento, ya que no todos disfrutamos con lo mismo ni estamos capacitados para disfrutar con cualquier actividad, y una vez realizado el diagnóstico sobre las 24 fortalezas nos da las pautas de cómo trabajar sobre ellas para su desarrollo.

En cierto sentido, la Psicología Positiva o de las Emociones Positivas, es un área relativamente joven. ¿Qué retos se plantean los especialistas en este campo para el futuro?

Sin duda aún queda mucho por hacer, personalmente hay un tema que me interesa especialmente y que pienso es un condicionante para el futuro desarrollo de este campo. Me refiero a la intensidad de las emociones positivas, la mayoría de las investigaciones están realizadas con emociones de baja intensidad y por generalización se han asignado los beneficios del afecto positivo al pequeño disfrute cotidiano, y en ese sentido se han desarrollado los propios procedimientos de actuación; pero tenemos antecedentes en la literatura psicológica de que una sola emoción de alta intensidad no sólo puede tener los mismos efectos, sino una mayor duración temporal, como las experiencias pico que postuló Maslow o los propios efectos que aparecen en el fenómeno de crecimiento postraumático. Esto podría suponer un cambio radical en los procedimientos de actuación y en los campos de aplicación.

Fuente: http:/www.infocop.es/view_article.asp?id=2234&cat=5