Coaching e inteligencias multiples

Desde el coaching, facilitamos los contextos de aprendizaje para que la gente pueda trascender sus limitaciones y logre sus resultados deseados.

Ya seas un Coach, Director o Gerente, facilitando la mejora de performance de tu equipo; un profesor/ maestro ayudando a tus alumnos a desarrollarse; o un padre acompañando a tu hijo en su crecimiento; es de suma importancia comprender y utilizar lo que Gardner denomina “Inteligencias Múltiples”.

Como seres humanos tenemos 8 estilos diferentes de inteligencias, cada uno en distintos niveles de desarrollo. Entender esto, te permitirá poder llegar de la manera más efectiva a tu coachee, empleado, alumno, paciente, hijo, si utilizas recursos acorde a la inteligencia más desarrollada por él.

Del Concepto a la Acción:

En cada interacción individual, reunión de trabajo o clase, revisa qué recursos puedes tener disponibles por cada inteligencia, y ten presente estas preguntas a la hora de diseñar tu próximo encuentro:

Inteligencia Lingüística: La gente con esta inteligencia, se relaciona muy bien con las palabras, la gramática, los ritmos y las inflexiones. Les gusta escribir, leer, contar y escuchar historias. Memorizan fácilmente. Necesitan libros, juegos de palabras, actividades para escuchar, brain-storing, entrevistas, dar opiniones.

Pregunta para tener en cuenta: Qué y Cómo decir las palabras que usas?

Inteligencia Lógico-Matemática: Relacionan los principios de causa – efecto, como una acción puede influir sobre otra. Analizan fácilmente procesos de pasos y sistemas. Disfrutan trabajar con números, experimentos, cálculos. Necesitan actividades para desarrollar pensamiento crítico, actividades de resolución de conflictos, rompecabezas.

Pregunta para tener en cuenta: Cómo puedes aprovechar procesos lógicos, números, interrelaciones, pensamiento crítico?

Inteligencia Espacial: Es la habilidad de comprender y percibir los espacios y las trasformaciones. Disfrutar dibujar y armar. Fácilmente visualizan e imaginan. Necesitan materiales como videos, dibujos, fotos, demostraciones, ilustraciones.

Pregunta para tener en cuenta: Cómo puedes integrar colores, visualizaciones, dibujos, películas, videos, luces?

Inteligencia Musical: Habilidad de reconocer y distinguir sonidos, melodías, ritmos. Disfrutan de cantar, aplaudir, zapatear. Necesitan música para aprender y trabajar.

Pregunta para tener en cuenta: Cómo puedes incluir música, sonidos, ritmos en la experiencia?

Inteligencia Corporal: Buena relación con su corporalidad. Disfrutan el movimiento y poner el cuerpo en la experiencia, realizar deportes, actividades, dramatizaciones, role playing.

Pregunta para tener en cuenta: Cómo puedes crear movimiento y una experiencia vivencial?

Inteligencia Interpersonal: Buena relación con las personas. Comprenden los estados de ánimo y los comportamientos de la gente. Disfrutan trabajar con gente en un objetivo común, colaborar.

Pregunta para tener en cuenta: Cómo incluir interacciones, trabajo en equipo, reflexiones de a dos?

Inteligencia Intra-personal: Se conocen muy bien a sí mismos. Disfrutan de reflexionar, meditar, trabajar solos, seguir sus propias ideas, escribir sus diarios. Necesitan objetivos, estudio o trabajo independiente, actividades de expresión.

Pregunta para tener en cuenta: Cómo crear autorreflexiones, meditaciones, preguntas de auto-conocimiento?

Si estás trabajando con un coachee, elige los recursos que más llegada te acerquen con él.

Si lo haces con tu equipo, trata de utilizar la mayor cantidad de recursos disponibles, teniendo en cuenta que cada uno de los integrantes del mismo se relacionará más con ciertas experiencias que con otras. De esta manera, te aseguras de motivar, inspirar, involucrar, enrolar a todos en el tema que estás tratando con ellos.

Utilizar inteligencias múltiples te permitirá crear los contextos adecuados para potenciar el nivel de performance de tu coachee o tu equipo.

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Fuente: Guido Samelnikdegerencia.com

desQbre – ¿Qué tres emociones básicas universales transmite la música?

Independientemente de si se trata de una danza tribal africana o de un sentido solo de jazz tocado por un saxofonista, el lenguaje de la música transmite una serie de emociones comunes básicas que cualquier persona reconoce, incluso si es la primera vez que escucha determinado tipo de música, según demostraba hace poco un estudio encabezado por Thomas Fritz, del Instituto Max Planck (Alemania).

Concretamente, los investigadores trabajaron con miembros de la etnia mafá, de Camerún, a los que hicieron escuchar canciones occidentales de estilos totalmente desconocidos para ellos. Así fue como identificaron tres emociones comunes que la música consigue transmitir a cualquier individuo: felicidad, tristeza y miedo. “Hemos demostrado que el lenguaje de la música es universal, como lo es el reconocimiento de las expresiones faciales humanas”, concluían Fritz y sus colegas en la revista Current Biology.

Fuente: «Muy Interesante» (Elena Sanz) – http://www.muyinteresante.es/ique-tres-emociones-basicas-universales-transmite-la-musica

desQbre – Mirar el futuro con optimismo nos hace felices

Dos nuevas investigaciones australianas revelan que mirar con optimismo hacia el futuro ayuda a alcanzar la felicidad. Paul Frijters, autor de uno de los estudios, trabajó con una muestra de 10.000 australianos durante nueve años para llegar a la conclusión de que las personas se sienten mejor si albergan la esperanza de que sucedan cosas positivas a largo plazo. “En contra de lo que solemos creer, los seres humanos tendemos a pensar que el futuro nos deparará una sorpresa agradable”, asegura el científico, que da a conocer sus resultados en la revista Journal of Economic Psychology.

Tanto la salud actual “real” como las expectativas acerca de nuestra salud futura afectan a nuestro estado anímico, concluyen los investigadores, que también han encuestado a 17.000 chinos para sondear sus niveles de felicidad y optimismo al pensar en el futuro. En este país asiático, los datos muestran que más del 65% de las personas que viven en entornos rurales son felices o muy felices, pero que solo el 56% de los “urbanistas” se declaran felices. Además, por término medio, los chinos son tan felices como muchos europeos, a pesar de los altos niveles de pobreza. Frijters asegura que los altos niveles de felicidad en China pueden atribuirse a las expectativas “extremadamente altas” sobre cómo mejorarán sus vidas (y sus ingresos) en el futuro.

Fuente: «Muy Interesante» (Elena Sanz) – http://www.muyinteresante.es/mirar-el-futuro-con-optimismo-nos-hace-felices

desQbre – Los Mecanismos de Defensa

Los mecanismos de defensa (o estrategias de afrontamiento) son procesos psicológicos automáticos que protegen al individuo frente a la ansiedad y las amenazas externas (como una situación embarazosa) o internas (como puede ser un recuerdo desagradable). El individuo suele ser ajeno a estos procesos.

TIPOS DE MECANISMOS

Estos mecanismos han sido divididos en niveles:

Mecanismos que provocarán una óptima adaptación ante acontecimientos estresantes:

  • Afiliación: El individuo, ante una amenaza interna o externa, busca ayuda y apoyo en los demás.
  • Altruísmo: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales dedicándose a satisfacer las necesidades de los demás.
  • Anticipación: El individuo, ante amenaza interna o externa o conflicto, anticipa las consecuencias y considera de forma realista soluciones alternativas.
  • Autoafirmación: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales expresando directamente sus sentimientos de forma no manipuladora.
  • Autoobservación: El individuo se enfrenta a amenazas internas o externas reflexionando sobre sus propios pensamientos, sentimientos, motivaciones, … y actuando de acuerdo con ellos.
  • Sentido del humor: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales haciendo hincapié en los aspectos divertidos o irónicos de los conflictos o situaciones estresantes.
  • Sublimación: El individuo se enfrenta a las amenazas canalizando sentimientos o impulsos potencialmente desadaptativos en comportamientos socialmente aceptables (deportes).
  • Supresión: El individuo se enfrenta a los conflictos emocionales evitando intencionadamente pensar en problemas, deseos, sentimientos que le producen malestar.

Mecanismos que permiten mantener fuera de la consciencia lo desagradable:

  • Abstención: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales empleando palabras con el propósito simbólico de negar o plantear enmiendas a pensamientos, sentimientos o acciones.
  • Disociación: El individuo se enfrenta mediante una alteración temporal de las funciones de integración de la conciencia.
  • Formación reactiva: Se enfrenta sustituyendo los comportamientos, sentimientos, pensamientos inaceptables por otros opuestos.
  • Intelectualización: Se enfrenta generalizando o implicándose en pensamientos excesivamente abstractos para minimizar sentimientos que le causan malestar.
  • Represión: Se enfrenta expulsando de su consciencia (haciendo inconscientes) sentimientos o deseos que le producen malestar.

Nivel de distorsiones de la imagen de uno mismo de los demás para no perder autoestima o ganarlo:

  • Devaluación: en momentos de conflicto emocional, el individuo se enfrenta atribuyendo cualidades exageradamente negativas a los demás.
  • Idealización: El individuo se enfrenta a situaciones de amenaza interna o externa atribuyendo cualidades exageradamente positivas a los demás.
  • Omnipotencia: El individuo actúa ante conflicto pensando o actuando como si dispusiera de poderes o capacidades especiales y fuera superior a los demás.

Mecanismos que permiten mantener situaciones de estrés fuera de la consciencia sin ser atribuidos a causas erróneas:

  • Negación: El individuo se enfrenta negándose a reconocer aspectos dolorosos de la realidad externa o de nuestro interior. En caso de darse una total negación de la realidad se denominaría Negación Psicótica.
  • Proyección: El individuo se enfrenta atribuyendo incorrectamente a los demás sentimientos o pensamientos propios que le resultan inaceptables.
  • Racionalización: El individuo se enfrenta inventando sus propias explicaciones, tranquilizadoras pero incorrectas, para encubrir verdaderas motivaciones que rigen sus pensamientos o acciones.

Nivel caracterizado por una enorme distorsión de la realidad:

  • Fantasía autista: El individuo se enfrenta a situaciones de amenaza interna o externa mediante fantasías excesivas que sustituyen la resolución del problema.
  • Polarización: El individuo tiende a verse a en o a los demás como totalmente buenos o malos sin conseguir integrar las cualidades positivas y negativas de cada uno.

Mecanismos de enfrentamiento a amenaza mediante acción o retirada:

  • Agresión pasiva: El individuo se enfrenta con reacción agresiva interna sin que el otro llegue a percibirla, es como una máscara que esconde hostilidad y resentimiento. Puede ser simplemente una respuesta de supervivencia de un subordinado ante un jefe, que no tiene otra forma más abierta de autoafirmación.
  • Quejas o rechazo de ayuda: El individuo expresa quejas o peticiones de ayuda que esconden rechazo y hostilidad, y que luego se expresan con rechazo o desagrado a cualquier ofrecimiento de ayuda.
  • Retirada apática: Individuo que en vez de enfrentarse, simplemente se retirada sin dar muestras de cambios en sus sentimientos.

Todos estos mecanismos los utilizamos todos como medio de supervivencia, sin embargo, un uso extremo de alguno de ellos sería  desencadenador de trastornos.

Fuente: http://www.vidaysalud.com

desQbre: ¿Es saludable decir siempre la verdad?

  • Un estudio constata que mentir menos tiene efectos positivos en la salud
  • Expertos señalan las ventajas de algunos tipos de mentiras en el día a día

‘Con la verdad se llega a todas a partes’. Con esta frase, seguramente hayamos recorrido parte de nuestra enseñanza más arraigada. Decía Platón que «hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad». Pero además de actos de valentía y franqueza que hemos aprendido desde niños, ¿podría tener consecuencias positivas en nuestra salud?

«Asociar verdad con salud es una relación problemática y compleja», afirma el psicólogo Rubén González, autor del artículo ‘El engaño y la mentira en los trastornos psicológicos y sus tratamientos’, publicado en la revista ‘Papeles del Psicólogo’. Pero esta conexión ha tenido una respuesta afirmativa en un estudio realizado por investigadores de la Universidad americana de Notre Dame y cuyos resultados han sido presentados en la 120ª Convención de la Asociación Americana de Psicología. Uno de los datos más llamativos fue la media de mentiras por semana que verbalizaban los americanos: 11 mentiras.

Durante 10 semanas analizaron las respuestas de 110 personas ante ciertas situaciones. La mitad de ellas fue entrenada para decir menos mentiras. Precisamente, este grupo fue el que, según Anita E. Kelly, profesora de psicología en dicha universidad y autora principal del estudio, «presentó mejoras significativas en su salud«. Tales beneficios iban desde menos sentimientos de tensión y melancolía a un menor número de cefaleas y molestias de garganta.

Sin embargo, la mentira ofrece ciertas ventajas en las relaciones sociales. El psicólogo y criminólogo Jaime Gutiérrez, perteneciente al Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León, asegura que «mentir es una conducta adaptativa».

«Podemos asociar los beneficios con la ansiedad, es decir, con la verdad se disminuye la ansiedad. Pero tampoco podemos afirmar que esto sea mejor o peor para la salud», indica este experto apuntando a que las personas tienen distinto nivel de activación que, traducida en forma de ansiedad, es buena y necesaria.

Fundamentalmente, explica este experto, las personas mienten por tres motivos: para adaptarse a un ambiente hostil, para evitar castigos y para conseguir premios o ganancias sobre los demás. «Por ejemplo, la gente en su curriculum vítae pone un nivel de inglés más alto del que realmente sabe, pero lo hacen para conseguir un premio, un puesto de trabajo en este caso, y esa conducta no tiene porqué ser necesariamente mala», desarrolla.

Buscar el equilibrio

Decía el médico y psicoterapeuta austríaco Alfred Adler que «la verdad es a menudo un arma de agresión. Es posible morir, e incluso asesinar, con la verdad», por lo que a veces ser honesto no podría resultar tan bueno. «En ocasiones decir la verdad, puede ser contraproducente», asegura Gutiérrez, no obstante, aclara que la sinceridad es buena cuando las consecuencias son positivas para la persona que emite la conducta y para su entorno.

Por su parte, Rubén González también apoya esta afirmación. «Hay que buscar el equilibrio entre lo que es bueno para nosotros y para el que recibe la notica». Además, asegura que algunas veces puede asociarse decir la verdad con signos de inocencia o falta de madurez, por tanto, en ocasiones la mentira puede ser incluso necesaria.

Este experto divide la mentira en mentira ‘prudente’ e ‘imprudente’. La primera es aquella que se dice para adaptarse a la situación, la que es «necesaria» decir en ocasiones para evitar un mal mayor. Pone de ejemplo, una situación peligrosa como estar en una habitación con mucha gente y que haya un incendio. «Puedes mentir y decir a la gente que no está pasando nada y evitar así el caos. El control es necesario en estos casos», detalla.

La segunda es cuando lleva consecuencias peores que dificultan ese equilibrio mencionado anteriormente. Decir la verdad, puede tener consecuencias negativas en el otro. Esto es, hay personas que tienen que decir siempre la verdad, «tener la conciencia tranquila», y esto «no siempre es bueno», puntualiza el psicólogo. «Esta sensación de conciencia tranquila es la creencia de creer que han actuado bien y por ello ‘se sienten mejor’ físicamente», explica.

Honestidad, un valor necesario

La honestidad, explica este experto, refuerza el que una relación, sea del tipo que sea, pueda ser mucho más consistente y estable. Pero, «tiene que haber también otras cosas, es un valor que no puede ir separado del resto», matiza.

«La honestidad absoluta en el ser humano no existe, es imposible que un hombre siempre diga la verdad». Ésta, asegura, es un valor que debe ir añadido junto a otros: «De nada vale que una persona sea sincera, si le faltan otros valores».

Como conclusión, los expertos aseguran que no podemos relacionar mentir en contextos cotidianos con una peor salud, pero que es bueno que en la sociedad se eduque desde la honestidad y la franqueza. «Un desarrollo moral adecuado desde la infancia, orientado en la verdad, es positivo», finaliza Gutiérrez.

Fuente: «El Mundo» (Beatriz G. Portalatín) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/09/03/neurociencia/1346690139.html

 
 

desQbre ¿Por qué pensamos?

Un atributo exquisitamente humano puede traicionarnos

Mucho se ha dicho y discutido acerca de las características que distinguen al ser humano del resto de los animales. Desde el pulgar opuesto –gran responsable de nuestro desarrollo tecnológico- hasta el celo crónico en el cual se mantiene la hembra humana –única hembra en el reino animal que se dedica al sexo cuando procrear no está disponible-, las diferencias críticas y esenciales que nos hacen humanos y nos distancian del resto de las especies son todavía una fuente de debate. Aún así, casi todo podemos terminar adjudicándolo al cerebro, órgano único y exquisitamente distinguible de cualquier otro conocido. Quien se sienta atraído por el estudio de entidades complejas cuyo entendimiento se torna difícil, no tiene más que dedicarse a las neurociencias; el cerebro humano es el sistema más complejo conocido hasta hoy.

Por supuesto, resulta muy sencillo decir que una de las cualidades eminentemente humanas es el pensamiento y por consecuencia, el pensar puede trazar una línea divisoria bastante clara entre el hombre y otros animales. Aunque esta posición también presenta sus complicaciones. La primera de ellas es la misma definición de lo que es pensar. Ni que hablar cuando tomamos en consideración el hecho de que en muchas otras especies animales no humanas, también encontramos elementos muy similares a los del pensamiento humano. Por supuesto, nuestros parientes cercanos, los monos, encabezan la lista pero también se han hallado elementos de “pensamiento en sentido amplio” en perros, ratas, palomas, incluso sapos, pero no en lombrices ni moscas. De todos modos, es evidente, hay una diferencia abismal entre el pensamiento humano y el de cualquier otro ser vivo.

¿Por qué pensamos los seres humanos? No hay una única respuesta, hay muchas. Una de ellas destaca el rol favorecedor que el pensamiento tuvo y tiene en la adaptación a nuestro medio, aumentando nuestra capacidad de supervivencia y eficacia reproductiva. Se trata claramente de una línea evolutiva. Tal vez parezca lejana o ajena al trabajo del terapeuta cognitivo conductual, pero no es así.

El pensamiento es una forma de proceso mediacional simbólico, con él construimos una representación del mundo externo con la que luego podemos operar de manera más efectiva y práctica. Nuestra representación simbólica de la realidad nunca es tan compleja como su contraparte “objetiva”, sino que en el proceso de recrear simbólicamente nuestro entorno el cerebro realiza una gran cantidad de transformaciones de la información de las cuales nosotros no tenemos consciencia alguna. Y si bien en esto radica una gran ventaja, también se halla el germen de algunos problemas. Veámoslo más en detalle.

Algunos rasgos adaptativos pueden traicionarnos

El cerebro humano abrevia, organiza, agrupa, da sentido y coherencia al representar, en este proceso de transformaciones logra una imagen del mundo más clara y sencilla con la cual operar. Como es de esperar, el lenguaje juega en esto un papel central, aunque no exclusivo. Veamos un ejemplo: “Me encuentro en este momento escribiendo un artículo de psicología en mi computadora, sentado frente a una ventana desde la cual veo el parque de mi casa”. La frase anterior describe una acción sencilla, trasmite lo esencial de lo que estoy haciendo en este momento y otro ser humano de mi cultura podría entenderla perfectamente bien.

Pero justamente para lograr tal objetivo, mi cerebro ha realizado una serie de cómputos de los cuales yo no soy consciente, ello simplifica la descripción y la torna más manejable tanto para mí mismo como para quienes reciben este mensaje. Así, por ejemplo, desatiende totalmente a detalles acerca de cómo yo estoy sentado o los elementos que hay en mi parque. Entendemos que estoy frente a algún entorno con vegetación y espacio libre porque eso significa la palabra “parque”. Y aquí tenemos un ejemplo de las estrategias más comunes y más efectivas, “agrupar”, es decir, juntar en una sola representación todo un conjunto de elementos; luego sólo tengo que pensar o decir una única palabra para tenerlos todos en mente. En el ejemplo, la palabra “parque” significa que hay césped, árboles, plantas, seguramente insectos que no veo y muchos elementos más que no interesan a nadie. Pero no hace falta enumerarlos, todo queda contenido en un simple vocablo, “parque”.

No hace falta mencionar lo que la capacidad de “agrupar” ha permitido en el desarrollo humano particularmente cuando ella se combina con la creación de categorías abstractas y teóricas; como por ejemplo, “política”, “comunicación social”, “inconsciente”, “aprendizaje”. Estas palabras no son sólo agrupaciones de entes físicos tangibles sino que incluyen todo un conjunto de elementos a simple vista heterogéneos pero que terminan unidos por alguna lógica, razonamiento o el mismo conocimiento.

Entonces, recapitulemos. Los cerebros humanos poseen la capacidad de representar el mundo de manera simbólica y esto ha significado una ventaja en la adaptación al medio; los cerebros que mejor se han representado el mundo más chances han tenido de sobrevivir y dejar descendencia fértil; así esta cualidad se ve fuertemente favorecida por la selección natural. En otro artículo de esta revista, Terapias de sentido común, ya hemos defendido la idea de que el grado de adecuación empírica del pensamiento constituye una aspecto clave de los procesos mediacionales que puede incluso trazar una de las líneas divisorias entra la salud y la patología mental. El lector interesado puede remitirse al mismo para ampliar el tema. Nosotros tomaremos acá otro camino en la discusión.

Antes de continuar traigamos dos ideas. Primero, las leyes de la evolución no afirman que una característica determinada es adaptativa para todos los individuos y en todas las circunstancias sino que nos dicen que una determinada característica es adaptativa para la mayoría de los individuos en la mayoría de las circunstancias. Aplicado a nuestra discusión anterior, esto significa que en algunos casos, la capacidad de representar abreviadamente el mundo real puede darnos resultados no tan favorables. Segundo, cuando afirmamos que algún atributo humano ha sido favorecido por la evolución, siempre nos referimos más al ambiente arcaico que al actual. En efecto, la selección natural ha operado a lo largo de miles y miles de años en un ambiente muy diferente del que tenemos hoy los humanos modernos.

La estructura y el funcionamiento de nuestro organismo han sido moldeados por presiones ambientales más parecidas a las de una selva o un bosque que a las de una oficina o casa confortablemente calefaccionada. En otras palabras, nuestro diseño responde más a un ambiente como el de los humanos primitivos, donde existen peligros físicos de los cuales defenderse, donde la diferencia entre la vida y la muerte puede depender de unos escasos segundos que tardamos en reaccionar ante la presencia de un predador o en la velocidad con la que escapamos de él, donde el alimento escasea y requiere esfuerzo físico para ser obtenido. Este es el contexto de presiones ambientales que a lo largo de enormes períodos ha terminado por brindarnos el cerebro que hoy tenemos. Un cerebro que en unos escasos milenios transformó completamente su propio ambiente, salió de las cavernas y creó un mundo tecnológico mucho más confortable para sí mismo.

Pero los tiempos de la evolución cultural son mucho más cortos que los de la evolución biológica y la herencia persiste hoy en nosotros. En gran medida, nuestro cerebro sigue respondiendo a los estímulos de la vida moderna con rasgos que fueron seleccionados para adaptarse a un ambiente arcaico. En esta brecha entre la evolución biológica y la cultural, puede hallarse el origen de muchas de las patologías que hoy observamos.

Así entonces, la misma facultad de representación simbólica que tanto nos ha favorecido en nuestro desarrollo como especie puede en algunos casos volverse en nuestra contra. En términos psicológicos esto es la patología mental. En algunos casos, las construcciones simbólicas de la realidad que las personas efectúan conllevan sesgos y distorsiones que las hacen poco adecuadas. Esto trae aparejado dificultades para operar y ajustarse a los contextos reales por los que la persona transita. Existen muchos escenarios a través de los cuales los procesos mediacionales se pueden tornar desajustados y conducir a la patología psicológica. La ansiedad suele ser un suelo fértil donde germinan los desórdenes psicológicos, se trata de una de las funciones psicológicas más vulnerables a la patología y esto tiene su razón de ser.

Las investigaciones neurocientíficas han mostrado con claridad que nuestro cerebro reacciona fácilmente y en escasos milisegundos a estímulos amenazantes de los cuales muchas veces ni siquiera somos conscientes. Existen vías asociativas que no atraviesan la corteza pero que rápidamente activan los centros cerebrales del miedo y ponen en guardia al organismo para luchar o huir. Asimismo, se ha documentado que tendemos a reaccionar con ansiedad ante estímulos ambiguos probablemente amenazantes, y que sólo luego de una valoración más detallada, cuando estamos seguros de la ausencia de peligro, tendemos a desactivar los mecanismos defensivos.

Vale decir, nuestro cerebro posee una facilidad incrementada para detectar el peligro, para reaccionar con ansiedad y movilizar recursos ante la ambigüedad. ¿Por qué? Pues simplemente esto ha representado una ventaja evolutiva. Dado que los organismos con una reacción de miedo más rápida y lábil han tenido más chances de sobrevivir, esta característica ha sido favorecida por la selección natural . Pero como ya dijimos, nuestro ambiente se ha modificado, ya no somos predados por leones ni las serpientes se encuentran en nuestros hábitats. Sin embargo, ello no borra las marcas de la evolución.

Nuestro cerebro tiene una facilidad incrementada para detectar la amenaza y para interpretar la ambigüedad en su sentido amenazante. Esta tendencia natural puede a su vez verse intensificada por las experiencias de aprendizaje. El Trastorno de Ansiedad Generalizada (T.A.G.) es un buen ejemplo. En este cuadro, típicamente encontramos que las personas suelen padecer de un exceso de preocupación, vale decir, un pensamiento que anticipa exageradamente eventos negativos futuros que poseen muy baja o ninguna probabilidad de ocurrir o que, si ocurrieran, son de fácil solución.

Así, por ejemplo, si la persona que padece T.A.G. recibe una llamada de su jefe suele tener cogniciones tales como “me va a decir que trabajo mal” o “tiene algo malo para decirme”. Aunque la persona ha pasado varias veces por esta situación y sus interpretaciones se han mostrado equivocadas, no puede evitar volver a pensar de manera similar. Este es justamente un ejemplo de cómo los procesos mediacionales simbólicos pueden volverse desadaptativos. No es en sí misma la capacidad de representar, ni tampoco el hecho de que se represente algo negativo pues ello podría ser correcto.

En otras palabras, si esta persona tuviera la experiencia de que la mayoría de las veces que su jefe lo llama es para decirle alguna noticia negativa, entonces el anticiparse a esto ante un llamado suyo no es desadaptado, por el contrario la cognición negativa estaría en este caso representando bien lo que objetivamente pasa en el entorno laboral. Pero en este caso que nos ocupa no es así, la “realidad mediacional” no describe bien a su contraparte objetiva y este es el escenario que normalmente encontramos en personas que padecen este diagnóstico.

El T.A.G. también ilustra bien cómo, ante la ambigüedad, el cerebro tiende a efectuar interpretaciones negativas amenazantes por sobre las neutrales o positivas. Por ejemplo, el paciente con T.A.G. espera a su hijo que regresa de la facultad, pero éste último se retrasa; el paciente pensará muy probablemente “tuvo un accidente”, “le pasó algo malo y grave”. Vale decir, ante la ambigüedad de lo que representa una llegada tarde, el cerebro tenderá a seleccionar una de las peores explicaciones. Y nuevamente, solemos observar el mismo patrón que en el ejemplo anterior, esto es, el hijo del paciente ha llegado muchas veces tarde pero nunca debido a un accidente o suceso grave; no obstante ello, la persona con T.A.G. no puede evitar volver a pensar trágicamente. El ejemplo remarca no sólo que la representación de la situación no es adaptativa, también resalta la idea de que el cerebro preferencia las explicaciones amenazantes por sobre las neutrales en una situación de incertidumbre.

El rol del terapeuta

En el entorno de la Terapia Cognitivo Conductual, casi cualquier afección psicológica podría caracterizarse en alguna medida por el alejamiento que la representación simbólica del paciente tiene respecto de la realidad empírica. Cuanto mayor es la brecha entre una y otra, mayor será el grado de patología y por consecuencia, el trabajo terapéutico consistirá en acortar la distancia, esto es, en ayudar al paciente a que su realidad mediacional describa más adecuadamente a su entorno real.

Técnicamente hablando, este es el marco de trabajo propuesto por Aaron Beck con el nombre de “empirismo colaborador”. Como ya sabemos, se apunta a la modificación de los pensamientos y creencias del paciente siguiendo un criterio empírico: un pensamiento será tomado como válido si existe evidencia favorable al mismo. No obstante, el trabajo terapéutico no termina ahí.

Si el paciente padece un desorden psicológico debido en parte a la formación de pensamientos y creencias distorsionadas, parece lógico no sólo ocuparse de modificar a estos últimos sino también enseñar al paciente a que lo haga por sí mismo. Este derrotero técnico aborda un problema de meta-aprendizaje, vale decir, del aprender a aprender. Si la persona ha formado una representación del mundo tan distorsionada que dio lugar a una patología psicológica, han de existir fallas en la manera en la cual la persona aprende de la experiencia.

La forma en que aprovechamos la retroalimentación que nos da la experiencia, el modo en que extraemos conclusiones y aprendemos de los hechos de la vida cotidiana puede mostrar fallas y distorsiones. Por lo tanto, es una de las metas de la Terapia Cognitivo Conductual que el paciente no sólo modifique su representación simbólica del mundo sino que aprenda a realizar por sí mismo las transformaciones de la información necesarias para mantener a largo plazo una realidad mediacional adaptativa. Este es tal vez, uno de los máximos objetivos a los cuales aspiramos.

Conclusión y síntesis

La capacidad de formar representaciones simbólicas del mundo constituye una característica adaptativa fuertemente favorecida por la evolución. No obstante, en algunos casos ella puede tornarse patológica porque el modelo mediacional de nuestra realidad no se ajusta adecuadamente a su contraparte objetiva. Sumado a esto, la brecha existente entre la evolución cultural y la evolución biológica podría dar lugar a que muchas de nuestras reacciones arcaicas no sean adecuadas a las necesidades de nuestra vida moderna. Ambos factores colaborarían en la formación de la patología psicológica.

La Terapia Cognitivo Conductual constituiría un intento por ayudar a las personas con desórdenes psicológicos a ajustar su realidad mediacional más cercanamente al contexto objetivo pero también a que aprendan a realizar este proceso de adecuación por sí mismos. Se trata de un meta-aprendizaje que podemos sintetizar como “aprender a aprender”.

Fuente: Revista de Terapia Cognitivo Conductual (Lic. José Dahab, Lic. Carmela Rivadeneira y Lic. Ariel Minici) – http://cetecic.com.ar/revista/por-que-pensamos/

 
 

La Clave más importante para su futuro: Crecimiento Personal – Jim Rohn

De todas las cosas que pueden tener un efecto en su futuro, yo creo que el crecimiento personal es lo más grande. Podemos hablar acerca del crecimiento de las ventas, el crecimiento de las ganancias, el crecimiento de los bienes, pero todo esto probablemente no acontecerá sin el crecimiento personal. Es realmente la puerta abierta a todo. De hecho yo apreciaría que memorizara una frase muy importante.

Aquí está, «La clave más importante para su futuro es USTED.»
Permita que repita eso.
 
«La clave más importante para su futuro es USTED.»
 
Póngala en alguna parte donde usted la pueda ver a diario, en el cuarto de baño, en la cocina, en la oficina, dondequiera que usted la pueda ver a diario. La clave más importante para su mejor futuro es USTED. Trate de recordarlo cada día de su vida y piense acerca de ello. La clave más importante es USTED.
 
Ahora, hay muchas cosas que ayudarán a que tenga un mejor futuro. Si usted pertenece a una compañía fuerte, dinámica y progresiva, eso ayudaría. Si la compañía tiene buenos productos, buenos servicios de los que usted está orgulloso, eso ciertamente ayudaría. Si hay buenas herramientas de ayuda para ventas, eso ayudaría, una buena instrucción ciertamente ayudaría. Si hay un liderazgo fuerte eso ciertamente ayudará. Todas estas cosas ayudarán, y por supuesto, si no hay una tormenta, eso ayudará. Si su auto no se descompone, eso ayudará. Si los niños no se enferman, eso ayudará. Si los vecinos permanecen medianamente civilizados, eso ayudará. Si sus parientes no lo molestan, eso ayudará. Si no hace demasiado frío, si no hace demasiado calor, todas esas cosas ayudarán a su mejor futuro. Y si los precios no suben mucho y si los impuestos no se ponen mas pesados, eso ayudará. Y si la economía permanece estable, esas cosas todas ayudarán. Podríamos continuar y continuar con la lista; pero recuerde esto, la lista de las cosas
que acabo de cubrir y muchas y más, todo puesto junto, juega un papel secundario en su futuro.
 
La clave más importante para su futuro es usted. Cierre su mente en eso. Este es un punto súper importante de recordar. La clave más importante es usted. El Sr. Shoaff siempre contestó cuando le preguntaban, «¿Cómo usted desarrolla ingresos por encima de la media?». Diciendo, «Simple, llegue a ser una persona por encima de la media. Trabaje en usted.». El Sr. Shoaff diría, «Desarrolle un apretón de manos por encima de la media.» Él diría, «Mucha gente quiere tener éxito, y ellos ni siquiera trabajan en su apretón de manos.» El Sr. Shoaff diría, «Desarrolle una sonrisa por encima de la media. Desarrolle un entusiasmo por encima de la media. Desarrolle una dedicación por encima de la media. Desarrolle un interés en otra gente por encima de la media.» Él diría, «Para tener más, conviértase en más.» Recuerde; trabaje más duro en usted mismo de lo que usted hace en su trabajo. Durante mucho tiempo en mi vida, yo no tuve esto resuelto.
 

 

Alguien dijo una vez, «La magia no está en los productos. La magia no está en la literatura. La magia no está en la película. No hay una reunión mágica, la magia que hace las cosas mejores están dentro de usted, y el crecimiento personal hace este trabajo mágico para usted. La magia está en creer. La magia está en atreverse. La magia está en tratar. La magia verdadera está en perseverar. La magia está en aceptar, está en trabajar. La magia está en el pensamiento. Hay magia en un apretón de manos. Hay magia en una sonrisa. Hay magia en el entusiasmo y la determinación. Hay la magia verdadera en la compasión, en el cuidar y en el compartir. Hay una magia excepcional en un fuerte sentimiento y usted ve, todo viene de adentro, no de afuera. Así, la diferencia está dentro de usted. La verdadera diferencia es usted. Usted es la clave más importante para su mejor futuro.
Jim Rohn
 
 

 
 

Las 8 palabras clave para el ÉXITO

Los Ocho Principios o Secretos del Éxito en ocho palabras clave:
Pasión (tenerla y hacer lo que se haga por amor no por dinero), Elije una pasión y motivado e impulsado por ella genera tu idea de negocio. Lo más importante es recordar cada día que lo haces por amor y no por dinero.

Trabajo (duro, pero divertido), Nada es fácil, hay que trabajar mucho. Pero al mismo tiempo la satisfacción que generas durante la labor compensará los esfuerzos.

 
Sobresalir o Mejorar (en algo, a fuerza de practicarlo), Para ser exitoso dedícate a un rubro y vuélvete muy bueno en ello. No es magia: ¡Practica, practica, practica y practica! Y no te olvides de comunicar cuan bueno eres claramente.

Enfocarse (en una cosa, un tema, un proyecto), Dedica tus esfuerzos a un solo proyecto a la vez. No intentes abarcar dos proyectos a la vez.

Empuje (ejercerlo mentalmente, físicamente), Presiónate física y mentalmente para cumplir con las tareas. Aclara tus dudas y miedos. Cree en ti mismo.

Servir (a los demás con algo que tenga valor), Crea una oferta de valor y irve a tus clientes. El valor que le pones será detectado por los demás.

Persistir (frente al fracaso, la crítica, el rechazo, los que opinan por opinar, la presión), Es la primera razón del éxito. Persiste a los fracasos, a las críticas, a los rechazos, a los negativos, y a la presión.

Ideas (buscarlas, investigarlas, tenerlas), Escucha, observa, se curioso y haz preguntas, resuelve problemas, amplia tu red de contactos y rodéate de talentos.

 
 
TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño) es una conferencia anual que define su misión como «ideas que vale la pena difundir» («ideas worth spreading»). Las charlas, también llamadas TED Talks, cubren un amplio espectro de temas que incluyen ciencias, arte y diseño, política, educación, cultura, negocios, asuntos globales, tecnología y desarrollo, y entretenimiento. Los conferencistas han incluído a personas como el ex-Presidente de los Estados Unidos Bill Clinton, los laureados con el Premio Nobel James D. Watson, Murray Gell-Mann, y Al Gore, el co-fundador de Microsoft, Bill Gates, los co-fundadores de Google Sergey Brin y Larry Page, y Billy Graham.
La conferencia TED fue fundada por Richard Saul Wurman y Harry Marks en 1984, y se lleva a cabo anualmente desde 1990. Después de la conferencia de 2002, Wurman cedió los derechos de la conferencia a Chris Anderson, quien es ahora el anfitrión de la misma. La conferencia es propiedad de The Sapling Foundation, fundación sin ánimo de lucro de Anderson, dedicada a «potenciar el poder de las ideas para cambiar el mundo».
 
 

 
 

Miedo a ganar

NIKEFOBIA, vaya nombre para un hecho que es más frecuente de lo que quisiéramos, de verdad es así, es cosa de ver como hay personas que se trazan un objetivo y por una u otra razón no lo alcanzan, como si fuese un deportista que «casualmente» el día anterior a su gran carrera se lesiona.
 
¿Pero como es posible que alguien no quiera ganar?
En realidad se trata del temor al triunfo, El miedo al fracaso guía a muchas personas a la inercia – la inhabilidad de tomar decisiones o realizar acciones en el caso de ellos recibir rechazo o negativas.
 
Volvamos al ejemplo, El lesionarse es una forma de escapar del éxito cuando todas las expectativas están puestas en el deportista. Esta lesión se da por causas psicológicas y no físicas.
Lesionándose se escapa de tanta presión y expectativa y así no queda mal con nadie. Es la excusa perfecta y es real. Es igual que cuando el estrés se incrementa aumentan las probabilidades de que ocurran enfermedades (se debilita el sistema inmunológico). De igual manera las lesiones tienen su origen en aspectos mentales, lesión real no psicológica, pero se origina por la mente, esto ya ha sido investigado. Es una excelente forma de escapar cuando el atleta siente que no le dejan salidas, ya lo hemos visto, no pocas veces.
 
 Cuando uno se supera a sí mismo está poniendo cada vez el listón más alto y esto implica cambiar. Estos cambios incluyen nuevas cargas, presiones y responsabilidades.
El éxito trae también consigo cambios sociales, en el entorno, con los amigos, incluso con la familia y entrenadores. El éxito implica un nuevo estatus, por lo tanto mayor responsabilidad y seriedad en el trabajo, lo que ocasiona incremento de estrés para el deportista.
A partir de ese momento la responsabilidad de volver a demostrar que uno es bueno o el mejor hace que el deportista comience a tener más presión, más inseguridad…en definitiva, más miedo. Muchas veces es más fácil permanecer en el mismo nivel para mantener el equilibrio y quedarse en el lugar en que se encuentra para sentirse cómodo considerando que es el lugar que le corresponde, por costumbre. De aquí el dicho de “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.
“Nikefobia (succes phobia) significa literalmente miedo a la victoria, fenómeno por el cual el atleta rinde más en entrenamiento que en la competición, falta sistemáticamente a los eventos deportivos más importantes y falla cuando está a punto de conseguir una victoria casi segura.”(Tamorri, 2004).

Esta definición nos indica que el deportista o equipos fallan en los momentos importantes de la actuación, en las situaciones que tienen que demostrar y dar lo mejor de sí, caen, se equivocan, pierden, no rinden adecuadamente o no dan la talla para la situación. Esto sucede desde las etapas formativas, hasta los más altos niveles competitivos.

La diferencia entre el bueno y el mejor está en una buena preparación mental. Aprender a que los pensamientos negativos o los miedos no interfieran en tu actuación deportiva y confíes más en ti mismo es uno de los principales objetivos.

Aunque parezca extraño, la gente le tiene más miedo al éxito que al fracaso.
Ese miedo es el que mantiene a las personas alejadas de sus posibilidades de triunfar sin permitirles avanzar hacia la realización de sus metas.
Si vives la mayor parte de tu vida con miedo, no tendrás éxito: el miedo domina el resto de las emociones paralizándote por completo.
Por esto, si has encontrado tu nicho y estás seguro de los pasos a seguir, sólo debes enfocar tu mente hacia adelante y concentrar tu esfuerzo.
Sentir miedo a equivocarte es un error: el peor fracaso es no intentarlo.
 
Confía en tu decisión, cree en tu capacidad, mira hacia adelante, trabaja con orden y…

 

¡Programa tu mente para ganar!

 

No es tan difícil, ya lo han hecho los hombres más exitosos.
Realmente la mente humana puede programarse tal como lo hacemos con la computadora.
La forma más simple es mediante la repetición, en voz alta, de pensamientos correctos.
1- Realiza una lista de pensamientos positivos, que reflejen tus objetivos y te ayuden a mantener una actitud positiva y ganadora
 
2- Repítelos en voz alta todos los días, una vez al día como mínimo y dos como máximo; repite una veinte veces tu frase elegida
3- Elige un momento clave: como durante el baño por la mañana ó mientras te relajas antes de dormir
 
No olvides que la gente exitosa ha hecho cosas diferentes, haciendo siempre lo mismo nada cambiará…
 
 

 
 

Un 65% de los españoles sufre estrés antes de las vacaciones de verano

Un 65% de los españoles sufre estrés antes de las vacaciones de verano

Un 52% no desconecta y piensa en el trabajo durante el verano

El 65% de los españoles sufre estrés antes de las vacaciones, un porcentaje que ha aumentado en seis puntos en los dos últimos años. Los factores más importantes son la impaciencia que se genera antes de las vacaciones, la acumulación de trabajo los días previos y el gasto.

Más de la mitad de los españoles, un 52%, no desconecta y piensa en el trabajo durante su descanso estival aunque la mayoría admite que, aunque procura no hacerlo, no lo puede evitar.

Existen opciones para no sufrir estrés antes de las vacaciones de verano

Para una gran parte de los encuestados viajar sigue siendo la mejor alternativa contra el estrés, como así lo confirman un 62%. Otros factores que los españoles valoran como receta contra la monotonía son el ocio urbano y las salidas nocturnas con los amigos.

La playa es el destino favorito contra el estrés por un 37% de los encuestados. Asimismo, crecen las escapadas a la montaña, elegida por dos de cada diez españoles.

A veces pueden aparecer limitaciones para disfrutar del descanso estival

Según el estudio dos de cada tres (67%) encuentran limitaciones por parte de sus compañías a la hora de escoger los días de descanso.

La mayoría se ve obligado a coger fechas concretas y se encuentra sin capacidad de poder disfrutar de las vacaciones los días elegidos.

Fuente: Cadena Ser – http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/65-espanoles-sufre-estres-vacaciones-verano/csrcsrpor/20120627csrcsrsoc_3/Tes

 
 

¿Tienes la cabeza quemada? El efecto “burn out”


Tener la cabeza quemada, o el cerebro frito son algunas de las mejores formas de traducir el término “burn out” empleado para definir un tipo muy particular de estrés laboral.

Estamos acostumbrados a reconocer el estrés físico que nos provoca el trabajo, estrés relacionado con el cansancio que nos produce cumplir horarios, quedarnos horas extras para ganar unas monedas más o hacer el doble de tareas porque han echado a nuestro compañero de trabajo. Este estrés esta muy ligado a la fatiga que nos provoca ese aspecto del trabajo que tiene que ver con las obligaciones y la coerción externa.

Pero hay otro tipo de estrés laboral, conocido como burn out que hace referencia al desgaste emocional que nos provoca nuestro compromiso interno con el trabajo que asumimos.

La particularidad de este estado es que se juega en el plano de la relación emocional que se plantea con el trabajo y tiene mucho que ver con la forma en que han cambiado las relaciones laborales en los últimos tiempos.

Décadas atrás la gente, en general, trabajaba para ganarse así un sustento. La relación que primaba entre el trabajador y su trabajo o empleador era la económica, basada en la remuneración.

Actualmente la remuneración económica sigue siendo importante, pero ciertas empresas apuntan a generar con sus empleados un vínculo emocional basado en generar en el mismo un sentimiento de pertenencia a la empresa. Así los empleados son tratados como parte de una familia o club: se les invita a eventos deportivos, se otorgan premios especiales por logros, se proponen ámbitos distendidos de trabajo cambiando los horarios fijos por cumplimiento de objetivos.

En definitiva se les hace sentir queridos e importantes para la empresa. Lo que se genera es un vinculo de amor, la gente ya no trabajo sólo por dinero, sino por amor. Pero, para ser amado y seguir perteneciendo al lugar de trabajo la empresa no exige ni más ni menos que un compromiso total, una dedicación full time, una disposición absoluta.

Por ello el estrés que genera este vínculo se juega en el nivel emocional y resultado es el síndrome del burn out.

Samuel Lopez De Victoria, psicoterapeuta y colaborador de Psychcentral describe muy bien tres indicadores del burn out.

1-Percepción o sensación de inequidad y desvalorización: La persona comienza a sentirse poco valorada en su trabajo. No se trata tanto se sentirse mal pago sino de no sentirse apreciado por los pares o por los jefes, en relación a la importancia que ocupa uno en la empresa o lugar donde se trabaja.

2-Agotamiento emocional: Sensación de estar emocionalmente exhausto. Humor inestable, falta de energía y motivación.

3-Cinismo o paranoia: Comienzas a pensar que todos están en tu contra, que nadie te aprecia, que son todos trepadores, esperando a sacarte el lugar.

Si comienzas a sentir alguno de estos efectos, es buen momento para flexionar cual es tu relación con el trabajo o buscar ayuda en algún profesional.

Fuente: Psychcentral – http://psicologiayelser.blogspot.com.ar

 
 
 

desQbre – ¿Disfrutamos más de las cosas cuando están a punto de acabarse?

ultimo-trozoTanto si una experiencia es positiva como si es negativa, cuando está a punto de acabarse nos produce una sensación “extra” de placer. Es lo que asegura el investigador Ed O’Brien, del Departamento de Psicología de la Universidad de Michigan (EE UU), en el último número de la revista Psychological Science. Para demostrarlo realizó un experimento con medio centenar de sujetos a los que pidió que cataran diferentes tipos de chocolates (negro, con leche, con crema, con caramelo y con almendras), sin informarles de cuantos trozos de cada uno tomarían. Pero si les avisaron de cuándo sería el último. Todos los participantes disfrutaron más de ese trozo final, independientemente de cuál fuera su sabor.

O’Brien asegura que esta tendencia puede tener implicaciones en la vida cotidiana. Por ejemplo, el último libro de una trilogía y el último ponente en una conferencia serán recibidos de manera más positiva. Y el último candidato en una entrevista de trabajo parecerá más cualificado que el resto

Fuente: «Muy Interesante» (Elena Sanz) – http://www.muyinteresante.es/idisfrutamos-mas-de-las-cosas-cuando-estan-a-punto-de-acabarse

 
 

No se puede ganar siempre sin dar nada a cambio – Eduard Punset

Ahora resulta que nada es verdad y todo es mentira. Durante más de un siglo se nos vendió la idea de que el comportamiento humano es racional e interesado. Miles de dirigentes fueron educados con la idea de que el móvil de nuestros actos era conseguir no solo el reconocimiento, sino el consiguiente interés propio. En las instituciones sociales, en el Congreso, en las grandes empresas… nos dotamos de los mejores personajes racionales e interesados.

 Es más, los psicólogos experimentaron en el laboratorio hasta el punto de demostrar que las descargas de testosterona durante el embarazo conseguían que el dedo anular de los hombres fuera más largo que el índice, en promedio, que el de las mujeres, siendo ello un dato inédito e incontrovertible de la mayor ambición de los primeros con relación a las segundas. No solo eso, sino que se pudo demostrar que los agentes de la Bolsa con el anular superior al índice acababan ganando más dinero que nadie. Había pruebas concretas de que, cuanto más racional e interesado, mejor le iba a ir a uno.

Nuestra clase política está atiborrada de personajes que están negociando siempre a su favor; que están en un duelo constante del que tienen que salir triunfadores, incluso cuando defienden el interés general. Los negociadores de las empresas importantes no hacen otra cosa que sobreponer el interés particular al deseo íntimo de ser de utilidad a los demás. Se le ha enseñado a la gente que nos dirige que el ser humano es, por encima de todo, racional e interesado. Es paradójico, pero eso es lo que estamos viendo todos los días en el curso de la actual discusión o negociación en la Unión Europea.

La meta, algo que no se puede alcanzar siempre sin dar nada a cambio (imagen: Boston Public Library / Flickr).

¿Alguien ha podido identificar algún dirigente que defienda, por encima de todo, la necesidad de que él o su país pueda ayudar a los demás? Si no se tiene obligación alguna de mostrar que uno confía en los demás y nadie sabe si Rajoy o Merkel son de fiar, ¿en nombre de qué se podría premiar la confianza mostrada por un extranjero con una dosis recíproca e idéntica de confianza que puede costarte dinero? Si nadie lo va a saber, no hay problema en comportarse como un gusano venenoso, explotando al otro hasta que no pueda resistir más. Según la teoría económica que ha regido durante la mayor parte del siglo XX, esa ha sido la manera real de comportarse de las autoridades competentes tanto nacionales como de los organismos internacionales.

Los dirigentes del mundo que hemos conocido se enamoraron de la teoría que llamaban «del interés propio racional», en virtud de la cual cada individuo tomaba decisiones en función de su propio interés o solo de su país. En el mundo del videojuego lo denominaban el «juego de la confianza», sin darse cuenta de que no iba en absoluto con la gente real.

Mira por donde, nuestros dirigentes no se han enterado de que todo está cambiando. Los científicos que se han puesto a comprobar la supuesta inexistencia de la confianza en los demás basada en la persecución del interés propio están descubriendo que las cosas no funcionan así. Ahora resulta que las dosis de comportamiento positivo aumentan el bienestar de los colectivos considerados; los científicos están demostrando, además –aunque pocos les hagan caso todavía–, que factores biológicos como la oxitocina, pero no solo ella, están desempeñando un papel importantísimo a la hora de responder a un gesto de confianza desprendiéndose de dinero.

Dentro de muy poco tiempo se considerarán alumnos extraviados los preparados para triunfar cueste lo que cueste; aquellos cuyo comportamiento está regulado por el puro racionalismo y la consecución del propio interés. Porque las nuevas competencias estarán demostrando claramente que no se puede ganar siempre sin dar nada a cambio.

Fuente: Eduard Punset – http://www.eduardpunset.es

 

 
 

Lanzamiento de penalties ¿inteligencia emocional o suerte?

Tras el partido de semifinales de la Eurocopa de 2012 que ha enfrentado a España y Portugal, leía los labios de Cristiano Ronaldo decir “No es justo, no es justo”.
Realmente ¿la tanda de penalties es cuestión de suerte? ¿Es justo vencedor el equipo que marca más penalties? Mi respuesta es SI.

¿Cuántos penalties ensayan los jugadores en sus entrenamientos sin errar, y por qué fallan en el momento crítico? ¿Por qué se agarrotan los músculos o me paralizo ante una situación tensa?

¿Os habéis parado a pensar el gran control emocional y las habilidades que deben gestionarse al lanzar o tratar de parar un penalty en un momento de tanta presión como puede ser una semifinal o una final de un torneo de envergadura?

Al enfrentarse al momento de máxima presión de lanzar o parar un penalty, el control de las emociones debe ser óptimo para llevar a cabo la habilidad del lanzamiento, o la parada. Todo control emocional, nos llevará a una mejor ejecución de la habilidad.

Todo esto conlleva un entrenamiento previo de la mente, no solo de la habilidad. Debe producirse una introspección interior, es decir, hablar hacia dentro de nosotros mismos.
El deportista debe sentirse solo entre las 100.000 personas de un estadio. El gran Andrés Iniesta (“¡¡¡Iniesta de mi vida!!!), comentaba tras marcar el gol que hizo a España campeona del mundo en el año 2011, que cuando fue a golpear el balón, no oía nada, sentía que estaba solo frente al balón. Esa introspección fue lo que le llevo a empujar el balón dentro de la portería. Eso mismo, hizo Cesc Fábregas en el lanzamiento del penalty que ha llevado a España a la Final de la Eurocopa 2012….hablar con la pelota…. Su diálogo con la pelota diciéndole: “Vamos juntos a hacer historia, vamos hasta el final”, le llevo a realizar esa introspección, como herramienta de gestión de sus emociones.

Este entrenamiento de introspección, es cuanto menos, más entrenado y utilizado por un portero que por un jugador de campo. ¿Os podéis imaginar la cantidad de diálogos internos que puede tener un portero de fútbol durante 90 minutos? Este entrenamiento previo del día a día en un partido, debe llevarle a gestionar de mejor manera su estado emocional frente a una pena máxima, pero al igual que un jugador de campo, debe entrenar las habilidades de su puesto.

No podemos olvidar del entrenamiento de la habilidad. Estoy seguro que si tengo que lanzar un penalty en un partido entre amigos, si no lo ensayé previamente, reduzco mis posibilidades de éxito. Entrenamiento de habilidades y de emociones deben ir de la mano para alcanzar el éxito.

Dejemos de lado la típica y tópica frase de “la suerte de los penalties”. Todo entrenamiento de habilidades y emociones, nos llevarán a enfrentarnos a las situaciones que se nos presentan en el día a día, y nos ayudarán a superar estas situaciones de forma óptima.

Por último,no os olvidéis de una última cosa….¡¡pensad siempre que alcanzaréis el éxito, visualizarlo!!….y junto a ese entrenamiento previo de emoción y habilidad, se conseguirán las metas.

Fuente: RRHH Digital – (Juan Pedro Vegas Rodríguez) – http://www.rrhhdigital.com

 
 

 

Nadie nos ha enseñado a sonreir – Inteligencia Emocional – Eduard Punset

Si me preguntaran sobre la revolución que se nos viene encima y que nos va a desconcertar a todos, respondería, sin vacilar, la irrupción del aprendizaje social y emocional en nuestras vidas cotidianas.

Ahora más que nunca nos estamos dando cuenta de la necesidad de acabar de una vez por todas con el desdén sistemático hacia nuestras emociones básicas y universales. Antaño, se aparcaban las emociones -o peor aun, se destruían- en el caso de que afloraran. Sea como fuera, en ningún caso la gente profundizaba en su conocimiento y ni mucho menos se planteaba la idea de gestionarlas. Hay que tener en cuenta que el único conocimiento con el que venimos al mundo, lo poco que traemos incorporado «de fábrica», es un inventario de respuestas inconscientes a afectos, pasiones y olvidos de quienes nos rodean.

Que son innatos es algo que en realidad contemplamos desde hace ya algo más de un siglo. De entre su obra, Charles Darwin fue el autor de un tratado fascinante, pero que quizá pasó algo desapercibido a la sombra de su célebre «El origen de las especies». Hablo de «La expresión de las emociones en los animales y en el hombre», un libro cuya tesis defiende esta naturaleza innata de las emociones. En sus páginas, el naturalista analiza cómo por medio de nuestra expresión facial y de nuestra gesticulación comunicamos lo que nos pasa por dentro a los demás. Por lo general esto, expresar nuestras emociones, lo hacemos de manera instintiva: nadie nos ha enseñado a sonreír.

Antes de que podamos explicar con palabras y de modo consciente qué sentimos, desde la cuna ya damos a conocer las emociones básicas y universales que nos embargan. Y hasta ahora, no hemos sabido hacer otra cosa que machacar esos sentimientos con los que llegamos al mundo.

Afortunadamente, estamos descubriendo por fin la prioridad que deberíamos otorgar al aprendizaje emocional. Algo que está constatando la ciencia es la importancia de la gestión de las emociones básicas y universales y de su prioridad frene a los contenidos académicos como la capacidad de cálculo de los más pequeños, la caligrafía, la gramática… Incluso la adquisición de valores queda en un segundo plano. Aquí, en aprender a manejar las propias emociones –que no reprimirlas, como hemos venido haciendo durante siglos- reside la clave del éxito de los futuros adultos.

Es requisito indispensable para aprender a gestionar las emociones el saber contar con el resto de la manada. La inteligencia, sea emocional o de cualquier otro tipo, o es social o no es inteligente. Hasta tal punto es esto cierto que el reconocimiento social de lo que uno dice y hace es un buen indicador de la salud del individuo. El último mono en la escala social carece de buena salud, mientras que la de los diez primeros suele ser excelente. La relación con los demás es esencial para que el individuo sobreviva y por ello, forjar una inteligencia emocional pasa por adquirir habilidades sociales. No basta con mirarnos al obmligo, también debemos ser capaces de entender qué conmueve, perturba o alegra a quienes tenemos al lado.

No hay duda de que tenemos que tejer redes sociales. Una persona que habla dos idiomas en lugar de uno está mejor preparada para afrontar dificultades. Quien intercambia conocimientos, sentimientos, chismorreos, genes, o información con otras personas va a salir ganando por fuerza y encima, la revolución tecnológica nos brinda una oportunidad de oro. Estamos más conectados que nunca –o tenemos la capacidad de estarlo-, somos más sociales que nunca –o al menos podemos serlo- y eso es algo que no se puede desaprovechar. En nuestras manos tenemos herramientas con las que mejorar nuestro aprendizaje social y emocional: conocer la importancia del miedo, controlar la ira y empatizar con nuestro entorno.

Adquirir todas estas habilidades es algo que hay que hacer cuanto antes y para ello es necesario que la gestión emocional se introduzca en la educación desde la más tierna infancia. Hoy sabemos, gracias a la ciencia, que entre los cuatro y los diez años hay que activar los afectos en los niños para que tengan la curiosidad intelectual necesaria. Pero por sorprendente que parezca, esta tarea remonta incluso a los meses previos al nacimiento de nuestros hijos. Hasta hace poco, nadie tenía en cuenta el impacto que podrían tener los niveles de estrés de la madre en la criatura dentro de su vientre. Uno de los descubrimientos sociales de mayor trascendencia de estos dos últimos siglos es, sin duda, el impacto en su vida de adulto de lo acontecido al bebé desde su gestación.

Por si no parecen suficientes, hay más motivos que confieren urgencia a favor del aprendizaje social y emocional. Una razón de peso es el hecho de que uno de cada tres niños en educación primaria no consigue adaptarse al mismo tiempo que no tiene otro entorno social al que acudir que no sea la escuela. Posteriormente, el joven que no acaba de encajar en el entramado social y con una autoestima por los suelos, regresa fácilmente a los ritos arcaicos de la especie como la violencia, la pelea o las drogas.

La manera ideal de reducir los futuros niveles de violencia, de aumentar los de altruismo, de prevenir los tambaleos de la salud y, con ello, de disminuir la presión que está colapsando los sistemas sociosanitarios y la asfixia a todo tipo de prestaciones, pasa por la temprana puesta en práctica del aprendizaje social y emocional.

Debemos reinventar las políticas de prevención y la manera ideal de hacerlo es introduciendo la gestión emocional. Algo que se debe abordar de manera transversal desde las aulas y, tan o más importante, desde nuestros hogares.

Ahora más que nunca, la educación debe apuntar al corazón.

 

Nota: Este es el prólogo que Eduard Punset escribió para el cuaderno «¿Cómo educar las emociones?», publicado el martes 6 de marzo por el Observatorio FAROS Sant Joan de Déu y que cuyos contenidos fueron coordinados por la Fundación Eduardo Punset.

Inteligencia Emocional en la Salud

Es innegable, tanto desde la antigua intuición de los fundadores de la medicina, como desde las innumerables estadísticas de los últimos años, la influencia que tienen las emociones en la salud humana.

Las emociones positivas previenen enfermedades, o una vez que éstas se han manifestado, contribuyen a su curación, y las emociones negativas ayudan a contraer enfermedades.

Los datos clínicos a nivel mundial confirman los beneficios médicos de los sentimientos positivos y el poder curativo del apoyo emocional proporcionado por las personas que rodean a un paciente, desde los familiares más íntimos hasta los profesionales que trabajan en el área de la salud y tienen contacto con él.

El descuido por la realidad emocional de la enfermedad deja de lado un conjunto creciente de pruebas que demuestran que los estados emocionales de las personas pueden jugar a veces un papel significativo en su vulnerabilidad ante la enfermedad y en el curso de su recuperación, pero los cuidados médicos modernos a menudo carecen de inteligencia emocional.

Para el paciente, cualquier encuentro con una enfermera o un médico puede ser la oportunidad para obtener información, consuelo y tranquilidad; y, si no se maneja adecuadamente, una invitación a la desesperación. Pero con demasiada frecuencia, quienes se ocupan de los cuidados médicos actúan con precipitación o son indiferentes a la aflicción del paciente.

Por supuesto, existen enfermeras y médicos compasivos que se ocupan de tranquilizar e informar, además de administrar medicamentos. Pero también existe una tendencia a un universo profesional en el que los imperativos institucionales pueden hacer que el personal médico pase por alto la vulnerabilidad del paciente, o se sienta demasiado presionado para hacer algo por él. Una intervención emocional debería ser una parte corriente de la atención médica de todas las enfermedades graves.

Si los descubrimientos sobre emociones y salud significan algo, es que el cuidado médico que pasa por alto lo que la gente siente mientras lucha con una enfermedad grave o crónica ya no es adecuado. Ha llegado el momento de que la medicina saque un provecho más metódico de la relación que existe entre emoción y salud.

Lo que ahora es la excepción podría -y debería- formar parte de la corriente principal, de modo tal que todos tuviéramos acceso a una medicina más cuidadosa. Al menos eso convertiría a la medicina en algo más humano. Y para algunos podría acelerar el ritmo de la recuperación. ‘La compasión’, como le dijo un paciente a su cirujano en una carta abierta, ‘no sólo consiste en tomar a alguien de la mano. También es una buena medicina’.

(Carta abierta a un cirujano: A. Stanley Kramer, ‘A Prescription for Healing’, NEWSWEEK, junio de 1993).

Tal vez el testimonio más revelador de la capacidad curativa de los vínculos emocionales es un estudio sueco publicado en 1993. Todos los hombres que vivían en la ciudad sueca de Göteborg y que habían nacido en 1933 fueron sometidos a un examen médico gratuito; siete años más tarde, los 752 hombres que se habían presentado al examen fueron convocados nuevamente. De éstos, 41 habían muerto en los años transcurridos.

Los hombres que originalmente habían informado que se encontraban sometidos a una intensa tensión emocional tenían un índice de mortalidad tres veces mayor que aquellos que decían que su vida era serena y plácida. La aflicción emocional se debía a acontecimientos tales como un grave problema financiero, sentirse inseguro en el trabajo o quedar despedido del empleo, ser objeto de una acción legal o divorciarse. Haber tenido tres o más de estos problemas en el curso del año anterior al examen fue un pronosticador más claro de muerte dentro de los siete años siguientes de lo que fueron indicadores médicos tales como la elevada presión sanguínea, las altas concentraciones de triglicéridos en la sangre, o los niveles elevados de serum colesterol.

Sin embargo, entre los hombres que dijeron que tenían una red confiable de intimidad -una esposa, amigos íntimos, etc.- no existía ningún tipo de relación entre los niveles elevados de estrés y el índice de mortalidad. Tener a quién recurrir y con quién hablar, alguien que podía ofrecer consuelo, ayuda y sugerencias, los protegía del mortal impacto de los rigores y los traumas de la vida.

En ese sentido, y refiriéndose a los mecanismos de respuesta conductuales, los Dres. Bonet y Luchina, señalan: ‘Pensamos que la respuesta de un individuo no se da en el vacío. Está organizada en función de la situación dada, del contexto social, cultural, psicológico y biológico del individuo. En la respuesta están involucradas las características del estímulo, la codificación simbólica y cognitiva que determina las emociones del individuo, sus posibilidades fácticas y sociales (soportes, etc.) y el estado de funcionamiento de sus órganos y sistemas’.

(Dres. José Bonet y Carlos Luchina, EL ESTRÉS, EL ‘SÍNDROME X’ Y LA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR, en PSICONEUROINMUNOENDOCRINOLOGÍA, Edit. Biblos, 1998)

Fuente: http://www.inteligencia-emocional.org

 

 
 

Consejos para mejorar nuestras decisiones

En su nuevo libro “Kluge”, el profesor Gary Marcus de la Universidad de Nueva York, compara la mente humana con un artefacto torpe y descuidado a la hora de tomar decisiones o de ponerlas en marcha.
Según Marcus a nuestro cerebro no se le da bien eso de decidir y menos aún correctamente. Para atenuar un poco esta situación Marcus nos propone algunos consejos:
Puesto que las emociones suelen teñir nuestro juicio, nuestro cerebro no es muy bueno para evaluar la evidencia en forma desapasionada y objetiva. Una forma de lograr cierta objetividad es pensar las cosas desde el lado opuesto, es decir considerar otros puntos de vista. Una buena forma de hacerlo es hablando con otras personas que piensen diferente.

Cuando vayas a tomar una decisión trata de poner el asunto en concreto. Por ejemplo si tu meta es algo vago y general como “perder peso” o “leer más”, para poder cumplirla trata de ponerla en forma concreta, como “Esta semana voy a leer x libro” o “durante esta semana no comeré panes y postres” Así la meta se hace más clara y es más fácil determinar pasada la semana si la hemos cumplido o no.
Evalúa costos y beneficios de las opciones que se te presenten. Este antiguo y conocido consejo nunca deja de ser útil.
Imagina que lo que decidas va a ser evaluado por alguien. Cuando nos sentimos evaluados solemos hacer un esfuerzo cognitivo mayor para pensar los problemas, por eso es un buen ejercicio imaginar cómo alguien evaluaría nuestra decisión.

Recuerda que no todas las decisiones son iguales. Hay decisiones que se refieren a temas más importantes y otras a menos. Cuando se trata de un tema importante, que puede llegar a tener impacto en nuestro futuro trata de pensar y racionalizar sin apresuramiento. Pero cuando se trata de algo nimio, como empezar el gimnasio, muchas veces es mejor dejarse llevar por el impulso y poner manos a la obra.
Por último el profesor Marcus nos recuerda que pensar racionalmente es un esfuerzo y que tenemos que recordarnos a nosotros mismo que tenemos un raciocinio y hacer uso de él.

Fuente: http://psicologiayelser.blogspot.com.ar

 

 
 

El Deseo ¿Qué nos hace desear lo que deseamos?

Uno de los grandes misterios de la humanidad, que la ciencia todavía no puede explicar con certeza es por qué deseamos cosas. ¿Por qué queremos chocolate? ¿Por qué…? Cualquier cosa. La pregunta de por qué deseamos cosas que deseamos puede obtener respuestas apasionadas de científicos pertenecientes a un variado número de disciplinas, pero algunos dicen que todavía estamos bien lejos de entender nuestros deseos y preferencias de una forma significativa.

Podemos predecir cómo nos vamos a comportar en condiciones particulares, o conocer que algunas preferencias emergen en ciertas situaciones, pero es muy poco lo que sabemos sobre el origen de estas inclinaciones, de dónde vinieron en un primer lugar, según un científico social.
Yo creo que las respuestas que hay hoy en día de parte de diversas ciencias son tautológicas, muy superficiales, dice en Live Science Dalton Conley, sociólogo de la Universidad de Nueva York.

Psicólogos evolutivos, sociólogos y economistas, todos tienen diferentes ideas sobre lo que impulsa nuestras preferencias, pero ninguno llega al fondo del asunto, opina Conley.

Por ejemplo, es muy fácil dar explicaciones evolutivas para nuestras preferencias luego de los hechos, dice Conley.

El psicólogo evolutivo Gad Saad, de la Universidad Concordia de Canadá, que hace poco publicó un libro sobre el tema está de acuerdo con que es un problema complicado. Hay una diferencia, dice él, entre entender cómo opera un mecanismo y el por qué sucede.

Podremos saber que las preferencias culinarias de una mujer cambiarán de acuerdo al momento de su ciclo menstrual, dice Saad, pero entender por qué sus preferencias cambian en ese modo es un tema totalmente diferente.

Son muchas las explicaciones que se dan para decir por qué nos gusta una determinada cosa, pero esencialmente son dos las que lideran todo. Es de nacimiento, o lo adquirimos con la experiencia, influenciados por nuestro entorno.

Saad opina que la biología influencia todo lo que hacemos, él cree que nuestros gustos son de nacimiento. “Al contrario que los científicos sociales”, dice, “que dicen que nacemos con mentes vacías, yo creo en lo opuesto”.

Joseph Simmons, científico social de la universidad de Yale, está de acuerdo con que la biología tiene algo que ver en el rompecabezas. “No aprendemos a tenerle miedo a los sonidos agudos, o a rostros amenazadores, sino que esto parece ser algo innato”.

Pero no todos piensan eso. Algunos como el mismo Simmons argumentan que la experiencia, o lo que nos rodea, juegan un rol muy importante en moldear lo que somos, y por ende nuestras preferencias.

Pero Dalton Conley opina que tal vez no exista respuesta a la pregunta del título, sólo acercamientos.

Fuente: LiveScience – http:/psicologiayelser.blogspot.com.ar/2010/09/por-que-deseamos-cosas-que-nos-hace.html

 

 
 

desQbre – Localizan el lugar exacto en el que se origina el amor

  • Está en la misma zona cerebral de la adicción a las drogas.
  • Tiene vínculo con el área donde se origina el deseo sexual, aunque son partes bien diferenciadas.
  • La zona que se activa con el amor es mucho más compleja que la que se activa con otras cosas que producen placer, como la comida.

Investigadores de las universidades de Concordia (Canadá), Sycaruse y Virginia Occidental (Estados Unidos) y el Hospital Universitario de Ginebra en Suiza han descubierto el sitio exacto del cerebro en el que se originan los sentimientos que se experimentan cuando alguien está enamorado. En concreto, han descubierto que el amor está en la misma zona cerebral de la adicción a las drogas y, asimismo está vinculado al lugar donde se origina el deseo sexual, si bien matizan que ambas zonas están separadas.

A diferencia de otras emociones como la ira, el amor es más complejo y abstractoEstudios del cerebro previos ya habían demostrado que las emociones humanas se originan en el llamado sistema límbico, un conjunto de estructuras importantes que incluyen el hipocampo y la amígdala, entre otras. En esta región se controlan las emociones, la conducta, la atención, el estado de ánimo, la memoria, el placer o la adicción.

Hasta ahora, sin embargo, había sido muy difícil ubicar el lugar exacto del amor, porque tal como señalan los expertos, a diferencia de otras emociones «concretas» como la ira o el placer, es mucho más complejo y abstracto y parece involucrar muchas áreas del cerebro.

Para este trabajo se revisaron 20 estudios que habían analizado la actividad cerebral del amor y el deseo sexual, cuyos participantes se sometieron a escáneres de FMRI (imágenes de resonancia magnética funcional) para observar la actividad de su cerebro mientras estaban comprometidos en tareas relacionadas a imágenes eróticas o a observar la fotografía de la persona de quien estaban enamorados.

Los resultados de los estudios revelaron que dos estructuras del cerebro en particular, la ínsula y el núcleo estriado, eran las responsables tanto del deseo sexual como del amor. La ínsula es una porción de la corteza cerebral que está plegada en una zona entre el lóbulo temporal y lóbulo frontal, mientras que el núcleo estriado está localizado cerca, en el cerebro anterior.

Áreas diferentes en la misma zona

El amor es menos dependiente de la presencia física de otra personaLos científicos observaron que tanto el amor como el deseo sexual activan diferentes áreas del núcleo estriado, que a su vez se activa también con otras cosas que producen placer, como la comida. No obstante, el área del núcleo estriado que se activa con el amor es mucho más compleja y, aunque también se activa con el placer o deseo sexual, solo funciona cuando hay algo con «un valor inherente» para activarla, han explicado los científicos.

«Nadie había colocado estos dos sentimientos juntos para ver cuáles eran los patrones de activación», explicó el profesor Jim Pfaus, director del estudio, a la BBC.

Pfaus reconoció que, aunque pensaban que ambos estarían «completamente separados», los estudios han concluido que mientras el placer es más específico «el amor es más abstracto y complejo y, por lo tanto, menos dependiente de la presencia física de otra persona».

Fuente: «20 Minutos» (EUROPA PRESS) – http://www.20minutos.es/noticia/1516854/0/lugar-exacto/origen/amor/#

 

 
 

desQbre – Un videojuego para tratar la depresión

Cada año entre el 1% y el 6% de los adolescentes del mundo padecen depresión, pero la mayoría de ellos no tiene un diagnóstico y, consecuentemente, no recibe tratamiento. Sin embargo, una terapia informatizada, un videojuego, puede ser una buena elección para este colectivo tan familiarizado con los ordenadores. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de científicos de Nueva Zelanda tras realizar una investigación, y cuyos resultados se publican en el último ‘British Medical Journal’.

Sally Merry, de la Universidad de Auckland, declara a ELMUNDO.es: «Tenemos algo que poder ofrecer a los jóvenes con depresión. Un tipo de intervención con la que disfrutan y además es eficaz».

El trabajo ha sido llevado a cabo con 187 adolescentes de entre 12 y 18 años que acudieron a 24 centros de atención primaria de Nueva Zelanda por síntomas depresivos. Todos se sometieron a pruebas psicológicas para evaluar su gravedad y, posteriormente, fueron divididos en dos grupos. La mitad de ellos (94) se asignó al grupo de terapia con el videojuego, mientras que el resto (93) siguió los tratamientos tradicionales, en consulta.

Elegir un avatar

El ‘SPARX’ es un programa informático de autoayuda para personas jóvenes con síntomas de depresión que utiliza un entorno de fantasía, juegos en 3D y una banda sonora hecha a medida. El programa enseña técnicas para controlar los síntomas de la depresión, en un formato de aprendizaje autodirigido.

Al mismo tiempo, los jóvenes aprenden las técnicas de la terapia cognitivo-conductual para tratar los síntomas (por ejemplo, hacer frente a los pensamientos negativos, resolución de problemas, planificación de la actividad y la relajación). El programa se puede utilizar con un mínimo de supervisión y en él los usuarios pueden personalizar su avatar y el viaje a las siete provincias, cada una con un conjunto único de desafíos y puzles, detallan los investigadores.

«El tiempo necesario para hacer el SPARX es de 30 a 40 minutos por módulo, con un tiempo total de duración de la terapia de cuatro a siete semanas. Lo más positivo del programa es que está directamente a disposición de los jóvenes para que ellos trabajen su problema», destaca la investigadora principal.

Los resultados

Una vez finalizado el juego, todos los jóvenes fueron evaluados a través de varios tests psicológicos. Los datos revelan que el «SPARX fue tan eficaz o más que la atención habitual a la hora de reducir los síntomas de depresión y ansiedad en por lo menos un tercio», detallan los investigadores.

Además, un 44% del grupo que siguió el videojuego se recuperó completamente en comparación con 26% de los que siguieron la terapia habitual. Además, es importante que el 95% de los usuarios del SPARX se mostró satisfecho con esta fórmula y hasta un 81% reconoció que se lo recomendaría a algún amigo. «No obstante, la satisfacción fue igual de elevada en el grupo que siguió el tratamiento convencional», determinan los investigadores.

La terapia cognitivo conductual informatizada SPARX es un «recurso eficaz para los adolescentes con depresión que buscan ayuda en atención primaria. El uso del programa resultó en una reducción clínicamente significativa en la depresión, la ansiedad y la desesperanza y una mejora en la calidad de la vida. Los resultados son mejores si se considera que SPARX es totalmente un recurso de autoayuda. El único contacto con el médico fue al inicio (cuando se acude al centro de salud) y, posteriormente, a través del teléfono pasado un mes del tratamiento», concluye el ensayo.

Además, los efectos del tratamiento persistieron durante tres meses después del programa, que fue más eficaz para «aquéllos que en un principio estaban más deprimidos. La intervención es al menos tan buena como el tratamiento habitual para atención primaria, pero sería más barata y más fácil difundir», agregan los investigadores.

Fuentes: «El Mundo» (Patricia Matey) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/04/19/neurociencia/1334857831.html