Los sentimientos que hacen mal a la salud

No solo fumar, consumir alcohol o llevar una dieta poco saludable hacen mal a la salud. El estado de ánimo, los sentimientos o emociones que tengamos, juegan un papel importantísimo en nuestra vida y eso sin dudas repercute en nuestro organismo.

Por ejemplo: ¿De qué sirve alimentarnos bien y hacer ejercicio si somos personas cínicas y envidiosas? Cuando una persona siente envidia o cualquier otra emoción negativa, se genera una mala energía en su interior que finalmente tiene sus consecuencias en la salud física.

Cuando una persona es feliz, sucede todo lo contrario. Ya te hemos dicho que sonreir tiene grandes beneficios. Pero en el día de hoy nos encargamos de contarte aquellos sentimientos que hacen mal a la salud y que ya mismo debes evitar para vivir mejor.

El estrés. Te hemos hablado mil veces sobre los efectos negativos que el estrés genera en nuestro organismo hasta el punto que, si no lo controlas, puede ser muy peligroso.

Melancolía. La melancolía y extrema timidez no solo implican problemas de socialización sino también asuntos físicos. El sistema inmunológico de una persona angustiada se encuentra en desventaja con respecto a aquel que no tiene sentimientos negativos.

Ansiedad. ¿Quieres todo ya? No hace falta aclarar que la ansiedad es mala. Es un sentimiento que literalmente vuelve loco a quien lo padece. Está comprobado que la ansiedad extrema produce demencia.

Falta de control. Según estudios de la Universidad de California, las personas ordenadas viven más que las desorganizadas, pues suelen vivir más relajadamente con menos posibilidades de caer en vicios como el cigarrillo y el alcohol.

Nerviosismo. Las personas ansiosas, a las que todo preocupa, deben bajar un poco los decibeles de su nerviosismo para cuidar su salud. No solo son claros síntomas de la depresión sino que también tienen tendencia a fumar más: el hábito de fumar lo adoptan como forma de calmar la ansiedad.

Desgana. Si eres una persona desganada, trata de cambiarlo. Está demostrado que las personas activas, con iniciativa y objetivos claros tienen un corazón y sistema inmunológico más sano y sufren menos estrés.

Cinismo. Cuando una persona es cínica, tiende a ser hostil y desconfiada de los demás. Según los científicos, este sentimiento eleva el nivel de estrés y por tanto, aumenta las probabilidades de desarrollar enfermedades al corazón

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Fuente: psicologiayelser

desQbre – Optimismo… 5 motivos para ser optimista

 

 

¿Ser optimista o pesimista?

165851_453963824623043_1462044292_nCada vez que surge una conversación en relación al optimismo o pesimismo, siento que el grupo se separa en dos opiniones muy diferenciadas:  la de los optimistas, a los que pintamos como seres bondadosos, delicados y felices en cualquier momento de su vida; y los pesimismtas, esos seres cabizbajos, casi malhumorados, que siempre están en disputa por cualquier asunto.

Estos estereotipos no nos hacen bien, ni a unos ni a otros, sobretodo porque es una perspectiva de aquellos que están en el otro bando.

Con la que está cayendo ahí fuera parece de insensatos pensar en el optimismo como algo funcional, es decir, que nos pueda servir para algo. Este post no aboga por la felicidad a toda costa, sino de encontrar esos motivos por los que merece la pena ser optimista.

MOTIVOS PARA SER OPTIMISTA

1. Objetivos.

Pensar que es posible te ayuda a alinearte con aquello que quieres conseguir. Para tomar una decisión adecuada sobre tus objetivos y metas, te servirás de muchas herramientas: tu experiencia, tus conocimientos, tus contactos, tus características de personalidad, etc…, pero pensar que puedes conseguirlo será una pieza fundamental.

2. Motivación.

“Si tienes claro lo que quieres, ve a por ello”… eso decía Rocky a su hijo en uno de sus discursos paternales.  Y tenía toda la razón, cuando tenemos claro nuestros objetivos, el siguiente paso viene con la motivación, esa llave que nos da la energía para levantarnos día a día y luchar por lo que queremos.

3. Acción

Siendo optimista, tendrás ganas de levantarte, de luchar, de emplearte en nuevos proyectos, a fin de cuentas…. de volver a intentarlo.

4. Valoración

Independientemente de lo que te hayas propuesto, posteriormente siempre viene una valoración, de lo que has hecho bien, mal, de lo mejorable, incluso de lo imperdonable. Con una actitud positiva, serás capaz de ver lo que has conseguido y que te sirva de aprendizaje para futuros intentos.

5. Satisfacción

¿Qué ocurre cuando no conseguimos nuestros objetivos?. Cargarnos de optimismo no implica olvidarnos de lo frustrante que es luchar por algo y no conseguirlo, al contrario, sí que vamos a ser conscientes de ello, y cuando pasemos el mal trago nos podemos armar de valor para apreciar todo lo que aprendimos, lo que nos enseñó esa experiencia, y ¿por qué no?…. volver a empezar con objetivos, planes e ilusiones nuevas

Fuente: http://psicologiadelcambio.com/2012/07/26/optimismofuncional-5-motivos-para-ser-optimista

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Poema de amor de un obsesivo compulsivo

Neil Hilborn es el joven que triunfa en internet con el poema que relaciona amor y TOC.

 “La primera vez que la vi todo en mi cabeza se silenció,

todos los tics, las imágenes constantes desaparecieron.

Cuando tienes trastorno obsesivo compulsivo en realidad no tienes momentos en silencio.

Incluso en la cama estoy pensando:

¿Cerré las puertas? Sí

¿Me lavé las manos? Sí

¿Cerré las puertas? Sí

¿Me lavé las manos? Sí”

Así comienza el poema que Neil Hilborn, un joven artista estadounidense que padece un trastorno obsesivo compulsivo, presentó a la final del concurso ‘2013 Rustbelt Regional Poetry Slam’ y que se ha convertido rápidamente en trending topic.

Con su escrito, titulado “OCD” –las siglas en inglés que definen los trastornos obsesivos compulsivos conocidos en español como TOC-, y a través de su teatralidad a la hora de representarlo, el escritor describe el sufrimiento que causa esta patología psicológica.

Empleando una particular mezcla de humor y drama, Hilborn ha destacado que la mayoría de los tics que aparecen en su recital son intencionados, pero que otros son fruto real de su trastorno TOC.

No en vano, el trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza, principalmente, por la aparición de pensamientos persistentes y recurrentes –obsesiones- que provocan aprensión, preocupación o temor.

Para reducir la ansiedad derivada de estas sensaciones, el paciente comienza a realizar diferentes conductas repetitivas que se denominan compulsiones como, por ejemplo, lavarse constantemente las manos, comprobar si se han cerrado las puertas o las ventanas, ordenar las cosas que les rodean de forma simétrica, repetir las frases dos o más veces, etc.

Diversos estudios apuntan a que el TOC, que incluye distintas variantes, afecta a un 2% de la población en todo el mundo y aún no existe un tratamiento que sea completamente efectivo.

No obstante, sí se ha demostrado que tanto el uso de fármacos como la aplicación de terapias conductistas pueden reducir notablemente los síntomas y permitir llevar una vida completamente normal.

También resulta positivo para los afectados con algún tipo de TOC la normalización de esta patología, tal y como ya demostró el dramaturgo Laurent Baffie con su obra de teatro “TOC TOC”, estrenada en 2005 en diferentes países y aún en cartel en muchos de ellos.

El poema de Neil Hilborn, cuyo final no deja indiferente a sus oyentes, explica cómo vive el amor una persona que sufre un trastorno obsesivo compulsivo.

«La quiero de regreso tanto que…

Dejo la puerta sin cerrar.

Dejo las luces encendidas.»

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Autor: MundoPsicologos.com

Los errores son también motores de cambio

La asunción adecuada de los fracasos personales es fundamental, porque su presencia en nuestra vida, en mayor o menor grado, es inevitable

ERRORE~1¿Estamos preparados para asumir los fracasos y reaccionar adecuadamente ante ellos? Tanto los pesimistas como los optimistas, los alegres y los melancólicos deben afrontar en su vida grandes o pequeñas apuestas fallidas. ¿Cuántas parejas se hacen y se deshacen? ¿Cuántas iniciativas empresariales no se consolidan? ¿Escogimos bien nuestra profesión? Es muy común que en los intentos que hacemos por cambiar malos hábitos, como fumar, comer sin orden o mejorar nuestro comportamiento, acumulamos tentativas infructuosas.

De una u otra manera, el fracaso nos acompaña durante toda la vida a la par que lo hacen los triunfos. Sin embargo, no estamos preparados para aceptarlos. Ni la pedagogía social, ni la escolar, ni la familiar nos entrena de manera adecuada para asumir los errores (tampoco los éxitos) que cometemos. La consecuencia: no aprendemos a responsabilizarnos de ellos.

Probemos a convertir, como hacen los científicos, los fallos en motores del cambio. Sin errores no hay avance. Aprendamos, por tanto, a reaccionar de forma que también podamos sacar partido de los momentos menos satisfactorios.

Primero
Conozcamos las reacciones menos convenientes ante el error:
La consideración sistemática, en ocasiones de forma patológica, de ser responsable de todos los errores que se cometen desemboca en profundos sentimientos de culpabilidad y poca autoestima.
La creencia de que son los demás quienes tienen la culpa de los errores significa no hacerse responsable de los actos. La negación del error nos separa de la realidad y puede llevarnos a perder las riendas de la vida.

Segundo

Preguntémonos el por qué del fracaso. Un fracaso se puede producir por errores de cálculo en las propias pretensiones: se esperaba tener más capacidad de la real para conseguir la meta. Puede no haberse previsto dificultades en el entorno que podían obstaculizar los logros.
Otras personas pueden intervenir de forma deliberada para que el fracaso se produzca.

O el fracaso es una sensación personal, producto de la convicción íntima y secreta de que uno se ha decepcionado a sí mismo.

Tercero

Aprendamos a gestionar en el ámbito social el propio fracaso.
Si se oculta, conviene que seamos conscientes de que es una reacción típica de defensa. Quiere evitarse que los demás conozcan los puntos débiles.

Si se exhibe, se busca compasión. La ostentación de los errores es una fórmula de seducir a los otros. Si se comunican, se busca aceptación y ayuda.

A la larga, son mejor consideradas aquellas personas que no han tenido ningún inconveniente en reconocer públicamente sus fracasos y puntos débiles cuando esa manifestación se ha hecho de manera equilibrada: sin esconderlo y sin presumir.

Cuarto

Interioricemos los fracasos como parte esencial y necesaria del proceso de evolución personal. Ante un fracaso, el lamento es comprensible, pero después conviene reflexionar por qué se ha producido y qué consecuencias está teniendo en nuestra vida. A partir de ahí, se pueden buscar las soluciones y las alternativas. Hay que reivindicar los errores y los fracasos como un derecho del ser humano y como elementos necesarios para el aprendizaje. Conviene adquirir el hábito de hacer autoevaluaciones frecuentes sobre la propia vida para valorar con justicia no sólo nuestros fracasos, sino también los logros. El recuento con éstos es un factor que ayuda a compensar las desilusiones.
Es recomendable buscar una adecuación justa entre el concepto que se tiene de uno mismo y lo que uno realmente es. Para realizar ese ejercicio suele ser conveniente contrastar los puntos de vista propios con los de alguna persona cercana o con la intervención de un profesional adecuado. Cuando la sensación de fracaso es reiterada, global y tan profunda que sume a la persona en la depresión y la falta de ilusión por vivir, conviene buscar la ayuda de profesionales de la psicología.

No somos nuestro súper yo

La distancia que hay entre lo que uno cree que es y lo que realmente es representa el enfrentamiento entre el verdadero yo y el súper yo. Este desencuentro es la evidencia de que no hemos aprobado la principal asignatura en la vida: el conocimiento de uno mismo y de sus potencialidades reales. Sólo con el paso de los años, a medida que se va consiguiendo una cierta madurez, y con la resignación propia de quien ve que no ha llegado ni llegará a alcanzar los ideales pretendidos, se va adquiriendo la convicción personal de que uno es «normalito», sin más. Lo importante es que esa constatación no sea una decepción, sino una autoaceptación.

La aceptación de la propia persona asegura la serenidad, propia de las personas maduras. La de aquellas que logran con elegancia y sin preocupación afirmar: «esto es lo que hay», «me acepto con lo que soy y con lo que tengo y quien me quiera que me reciba tal cual»

Fuente: http://psicologiayelser.blogspot.com.ar/2011/11/los-errores-son-tambien-motores-de.HTML

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Trastorno Obsesivo Compulsivo – TOC – Psicología

imagesLa prevalencia global de este trastorno está alrededor del  3 % en la población general (en España alrededor de 1.500.000 personas y más de 100 millones en todo el mundo), aunque hay entorno a un 13 % que presenta algún  síntoma obsesivo-compulsivo que le interfiere en su vida diaria. Dicho síntomas  suelen mantenerse estables a lo largo de muchos años.

Las obsesiones y compulsiones pueden aparecer en tres  momentos: infancia, adolescencia y vida adulta joven, entre los 20 y 25 años.  Los adultos maduros y las personas de edad avanzada aunque pueden presentar  “manias” y comportamientos ritualizados, es muy poco probable que generen un  Toc por primera vez.

Los comportamientos obsesivo-compulsivos con comienzo  temprano abundan más en los chicos que en las chicas, sin embardo los de  comienzo tardío abundan más en las mujeres. Por eso en los adultos se presentan  aproximadamente por igual.

Tipos de Obsesiones Frecuentes

Si se siente identificado con algunas de estas necesidades es muy posible que tenga TOC

  • Necesidad de lavarse o limpiar
  • Necesidad de comprobar
  • Necesidad de ordenar
  • Necesidad de repetir
  • Necesidad de acumular
  • Necesidad de asegurarse de no haber hecho daño
  • Necesidad de restituir mentalmente
  • Necesidad de comprobar mentalmente
  • Necesidad de repetir mentalmente

Tipos de obsesiones más frecuentes en función del tipo de ritual básico

Necesidad de lavarse o limpiar

Las obsesiones se centran en la contaminación,  suciedad, enfermedades, putrefacción o temas similares. En ocasiones el miedo  es a contraer una enfermedad, en otras son pensamientos más difusos como “qué  asco, no soporto estar sucio o esto es asqueroso”. Los rituales pueden ser de  lavado o de limpieza y ser más o menos elaborados.

Necesidad de comprobar

Las obsesiones se centran en la ocurrencia de  posibles catástrofes. Los miedos más frecuentes son a incendios o explosiones  relacionados con espitas de gas, cigarrillos o aparatos eléctricos pero también  son frecuentes los miedos a ser robado comprobando puertas y ventanas. También  podemos encontrar  comprobadores de  documentos, trabajos numéricos y en general cualquier ejecución profesional  comprobando compulsivamente si hay faltas de ortografía, de cálculo o de  cualquier tipo. En general todos los comprobadores tienden a utilizar mucho la  estrategia de reaseguración, preguntando a las personas cercanas “¿tú me has  visto apagar el fuego?, ¿he cerrado la puerta?

Necesidad de ordenar

Las obsesiones son más genéricas pero se basan en “es  absolutamente imprescindible que todo esté ordenado y en su sitio”, pueden ser  del tipo “si el escritorio no está ordenado no podré estudiar y rendiré menos””  qué pensará mi suegra si viene a casa y la encuentra desarreglada”

Necesidad de repetir

Las obsesiones se centran en que va a suceder una  catástrofe y la forma de neutralizarla es repetir varias veces una acción  cotidiana. Las catástrofes más temidas son que gente querida o ellos mismos  tengan accidentes de tráfico, enfermedades o problemas en el trabajo o  estudios. Las acciones repetidas pueden ser tocar x veces el picaporte,  santiguarse repetidamente, etc.

Necesidad de acumular

Las obsesiones se centran en el temor a tirar algo  importante o que puedan necesitar en el futuro. Las compulsiones consisten en  acumular, guardar y almacenar objetos que no tiene mucho sentido conservar.

Necesidad de asegurarse de no haber hecho daño

Los miedos se centran en hacer daño a ciertas personas  o a uno mismo. Estas obsesiones son muy perturbadoras y aparecen en la mente  como “golpéalo, arrójalo por la ventana, clávale un cuchillo” o “¿y si le diera  un golpe en la cabeza?”, el malestar que provocan es muy intenso ya que el  afectado cree que si estos pensamientos están en su cabeza es porque realmente  desea cometer esa acción aunque nada más lejos de la realidad.

    Una variedad de estas obsesiones son las de violencia  sexual, se suele temer agredir sexualmente a alguien.

    Otra variedad es la de quienes tienen miedo a perder  el control en forma de agresiones verbales o revelación de secretos.

    También pertenecen a esta categoría las obsesiones de  suicidio del tipo “si me tirase por el balcón moriría seguro””¿y si doy un  volantazo y choco contra ese camión?”.

Necesidad de restituir mentalmente

La obsesión se centra en una imagen o pensamiento  obsceno o inaceptable, la imagen se neutraliza con otra imagen o pensamiento  contrario. Por ejemplo, la persona piensa “¿y si fuese gay?” y la  neutralización consiste en rescatar datos de experiencias heterosexuales  vividas. Otro ejemplo “Dios es un hijo de puta””eso no es cierto Dios es amor”.

Necesidad de comprobar mentalmente

Es la versión mental de los comprobadores físicos. Se  temen catástrofes concretas: robos, incendios o más leves como que los  alimentos se echen a perder por haber dejado la nevera abierta. El ritual en  este caso tiene que ver con rescatar de la memoria la imagen de uno mismo  cerrando el gas, la puerta o la nevera.

Necesidad de repetir mentalmente

Es la versión mental de los repetidores físicos. Se  temen catástrofes en personas queridas o uno mismo y se neutraliza ese miedo  repitiendo mentalmente frases, palabras, operaciones matemáticas o imágenes.  Por ejemplo: al parar en un semáforo piensa “voy a tener un accidente” y se  consigue el alivio sumando los números de la matrícula del coche delantero  cuatro veces.

Otros tipos

Existen tantos tipos de obsesiones como personas  afectadas hay en el mundo. Hemos intentado explicar las más frecuentes pero existen  otras muchas, menos frecuentes en consulta pero igualmente perturbadoras

    Los que intentan responder a dudas cotidianas o sobre  relaciones personales, utilizan mucho la reaseguración en forma de pedir  consejo a los demás.

    Los que intentan comprobar que no son engañados,  sufren celos y el ritual tiene que ver con verificar que no están siendo  engañados interrogando, llamando por teléfono o revisando sus cosas.

    Los que intentan cerrar asuntos, su malestar proviene  de pensar si su actuación en el pasado fue adecuada los rituales intentan  revisar cómo fue la conversación, recordar que se dijo y qué no o pensar en una  alternativa mejor de respuesta. No hay fin, nunca llegan a una conclusión.

    Los que buscan simetría corporal, buscando la  perfección corporal comparando partes de su cuerpo.     Los que realizan acciones lentamente buscando la  ejecución perfecta realizando las acciones muy lenta y deliberadamente.

Los que intentan responder a dudas filosóficas  intentado encontrar una respuesta satisfactoria.

Los que niegan la muerte, descartando imágenes  macabras y sustituyéndolas por imágenes de vida.

Otros indicadores

Cuando se sorprenda diciendo  algo parecido o poniendo frases como estas en los buscadores de internet le recomendamos consultar a un profesional.

Búsqueda de técnicas de control

  • Técnicas para controlar la ansiedad
  • Cómo liberar ansiedad
  • Relajación
  • Técnicas para relajación

Búsqueda de técnicas para evitar:

  • Miedo
  • Angustia

Problemas de entorno social:

  • Llamar frecuentemente a los seres queridos  para comprobar que están bien
  • Llegar con antelación a las citas
  • Limpiar diariamente por si alguien viene  inesperadamente
  • Asegurarse con exceso de que un trabajo está  bien hecho
  • Rehuir conversaciones incómodas
  • Posponer actividades
  • No aceptar invitaciones a reuniones sociales
  • Negarse a leer esquelas o noticias  desagradables
  • Incapacidad para negarse a demandas de otras  personas

Sentimientos asociados al TOC

  • Me siento mal y no sé lo que me  pasa
  • La relación con mi pareja / familia  me genera sufrimiento
  • No sé cómo actuar
  • Tengo miedos y preocupaciones,  que dificultan mi vida
  • Me cuesta mucho tomar decisiones
  • Tengo dificultades para controlarme
  • Mi estado de ánimo es muy cambiante
  • Me siento desbordado
  • No puedo dejar de darle vueltas en mi cabeza
  • Me abruman los  problemas y no encuentro solución
  • Me siento  insatisfech@ con mi vida
  • Me va a dar  algo
  • Si me preocupo por ello antes de que ocurra  estaré más preparado para afrontarlo cuando ocurra
  • Pospongo tomar decisiones
  • Lo veo todo  raro
  • Me da miedo lo  que pienso
  • Soy malvado
  • Se me meten  ideas raras en la cabeza
  • Me dan miedo  mis pensamientos
  • No puedo dejar  de cantar esa canción una y otra vez
  • Tengo miedo a  casi todo
  • No sé decir no
  • Compruebo una y  otra vez que un trabajo está bien hecho
  • Me echo la  culpa de todo lo que ocurre a mi alrededor
  • A veces siento  como si estuviese fuera de mí

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La armadura que nos protege también nos limita

SitiosEnElCorazon-exoesqueleto-BionLa infancia es crucial para lo que será nuestra vida posterior como adultos. Es en esta fase del desarrollo evolutivo en la cual aprendemos los mecanismos que nos permitirán adaptarnos a los retos armatura medievaleque se nos van presentando. Un mecanismo de adaptación se puede definir como un ajuste que realizamos en nuestra personalidad aunque la mayor parte de ellos hemos aprendido a realizarlos en la infancia. Podríamos decir que estas adaptaciones son los esquemas que, aprendidos en nuestra infancia, pondremos en funcionamiento cuando a lo largo del resto de nuestra vida nos encontremos ante situaciones frustrantes, estresantes y ante las cuales decidimos actuar para afrontar las diversas situaciones con que nos encontramos en nuestra vida diaria.

Por ejemplo haber tenido un padre que era un maltratador adaptará al individuo hacia una situación en la cual el dolor físico no le hará mella. Esta adaptación puede provocar cuando el sujeto sea adulto una indiferencia total ante las relaciones afectivas, sean estas del tipo que fueren. Si por el contrario el panorama con el que se encuentra el niño es una familia desestructurada puede provocar en el niño que se enmascare en cualquier situación con un antifaz de indiferencia para intentar lograr que las turbulencias familiares no recaigan sobre él. Situaciones constantemente impredecibles en la infancia pueden provocar que el niño convertido ya en adulto intente rodearse de un entorno en el cual prácticamente no se produzcan cambios.

Aunque estos mecanismos defensivos que hemos aprendido en la infancia para solventar los momentos difíciles pueden ser útiles en nuestra vida adulta la mas de las veces se convierten en elementos fijos de nuestra personalidad que lo único que provocan es que no podamos crecer como seres humanos en plenitud. La mayor parte de las personas, llegadas un determinado momento evolutivo prácticamente renuncian a seguir adaptándose a las nuevas realidades y su vida se convierte en algo monótono. Esas primeras adaptaciones en la niñez se van fijando en la adolescencia y en la primera juventud y finalmente se convierten en una auténtica coraza a través de cuyo yelmo el adulto interactúa con la realidad que le rodea. Si bien es cierto que este comportamiento también es adaptativo renunciar a las nuevas experiencias es una asunción de negarse a seguir creciendo como ser humano.

Fuente: Psychology / psicologiayelser.blogspot.com.ar

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desQbre – El arte de Vivir

ser-feliz2Charles Chaplin escribió que la vida es tan corta que solo nos alcanza para ser amateurs. Esta afirmación también se puede aplicar al llamado arte de vivir. Cuando ya vamos aprendiendo, la función se termina. No hay recetas mágicas, y cada persona sabe en qué consiste su particular modo de alcanzar ese arte. Los grandes filósofos se han ocupado de ello. Y, por supuesto, los psicólogos. En este artículo nos centraremos en la gestión de las emociones y los pensamientos.

Porque, como escribí en el libro El oficio de vivir bien (Aguilar), con miedo, enfado o envidia (o con dolor de muelas) difícilmente podemos tener la percepción subjetiva de estar viviendo bien. Lo mismo sucede si estamos en una playa paradisiaca tomando el sol y enfurruñados con la pareja, o pensando en el trabajo que nos espera en septiembre. El arte de vivir pasa necesariamente por observar, y cuidar, lo que pensamos y sentimos.

«A una persona se le puede arrebatar todo menos la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias»

Felicidad Interior Bruta. Los países, y sobre todo en tiempos de crisis, miden lo bien o lo mal que vivimos por la situación económica. Pero como afirma el filósofo Jordi Pigem, el producto interior bruto solo mide transacciones económicas, y sabe muy poco del auténtico bienestar de las personas. «Desde hace décadas existen indicadores menos reduccionistas, que miden el bienestar no solo a través del flujo de dinero. Pero hay muy pocos. Por ejemplo, en Bhutan identifican tres venenos en nuestras vidas: la codicia, la hostilidad y la ignorancia (en el sentido de confusión mental). Estos tres venenos han crecido en el mundo materialista, hasta encontrarlos hoy institucionalizados en nuestros sistemas económico, político, y mediático», afirma en su libro La buena crisis (editorial Kairós). Según Pigem, un progreso en la generosidad, la solidaridad y la sabiduría contribuirían a pasar de una sociedad basada en el crecimiento económico a otra basada en el crecimiento vital.

¿Por dónde empezar? Por la persona. Por la educación y por la gestión emocional. Según el psiquiatra Claudio Naranjo, «la educación actual solo se ocupa de la mente racional, práctica, instrumental, como si fuéramos solo eso. Se crean seres egoístas y prácticos que no tienen una dimensión del goce de la vida. No parece legítimo educar para la felicidad. Si se calculara el precio de la infelicidad que se crea, se vería lo antieconómica que es nuestra educación».

Algunas cifras de esta infelicidad: en 2020, según la Organización Mundial de la Salud, la depresión será la segunda enfermedad más extendida, superada solo por enfermedades cardiovasculares. El suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes. El estrés, la ansiedad y la depresión son la segunda causa de baja laboral en España.

ser-felizBienestar emocional. El arte de vivir empieza por una correcta gestión de las emociones. En Occidente nos hemos fijado en el desarrollo intelectual de las personas, pero no en el desarrollo emocional. Nunca es tarde para cambiar nuestros patrones emocionales. ¿Cómo? Según la filósofa Elsa Punset, con el viejo conócete a ti mismo de los griegos. «Aunque ellos no nos decían cómo. Se trata de conocer y gestionar nuestros mecanismos emocionales. Es decir, lo contrario a la represión emocional que hemos ejercido hasta ahora».

Afirma el doctor Mario Alonso Puig que una emoción es un fenómeno físico en el que se producen una serie de cambios fisiológicos que afectan a nuestras hormonas, a nuestros músculos y a nuestras vísceras. Estos cambios tienen una duración limitada a minutos, o, como mucho, a algunas horas. «Digamos que una vez que el elemento interno (un pensamiento angustioso) o externo (un insulto) han pasado, la reacción emocional que se ha desencadenado poco a poco va remitiendo hasta que volvemos al estado en el que nos encontrábamos antes de que el pensamiento o el insulto se produjeran». El problema es que si esa emoción se reprime, se puede convertir en un estado de ánimo, que puede durar meses o años.

«De alguna manera», afirma el doctor Mario Alonso Puig en su libro Reinventarse (Plataforma), «nos quedamos como congelados en un tipo de emoción, hasta el punto de que llegamos a identificarnos con ella, casi como si formara parte de la realidad que somos». Y hay estados de ánimo que aportan ventajas, y otros que son muy disfuncionales y nos generan un enorme sufrimiento.

Un ejemplo: la ira. La ira es como un cubo lleno de agua sucia. Cuando nos enfadamos, o bien lanzamos el oscuro contenido de ese cubo a la cara de quien nos ha provocado la ira, o bien callamos, de modo que nos lo lanzamos encima. Lo ideal sería lanzar el agua sucia a un terreno neutro; practicando deporte, por ejemplo. Y después, cuando estemos ya tranquilos, expresar al otro cómo nos hemos sentido, con asertividad. Por eso no es recomendable escribir e-mails cuando estamos enfadados. Así se estropean muchas relaciones interpersonales.

Gestión de los pensamientos. Nadie nos ha enseñado a gestionar nuestros pensamientos. Tenemos cada día entre 40.000 y 60.000 pensamientos y a la mayoría les hacemos caso. El arte de vivir también es incompatible con los pensamientos obsesivos sobre el pasado o futuro. Afirma Miriam Subirana, profesora de meditación, que el pasado, en gran medida, nos impide ser libres. «Vivir del recuerdo es no gozar plenamente del presente. Vivir del recuerdo nos debilita. Es como ser un enchufe que se conecta a una toma de corriente por la que no pasa la corriente. Vamos perdiendo nuestra energía. Queremos revivir una experiencia que ya pasó, y finalmente nos sentimos decepcionados y con un gran desgaste emocional y mental».

Todos los sabios orientales coinciden en que el arte de vivir se basa, en buena medida, en nuestra conexión con el momento presente. La mente tiende a ir hacia el pasado y el futuro. Y muchos de los pensamientos sobre el futuro son proyecciones negativas, como el miedo, que normalmente no sirve para nada (aunque a veces es amigo de la prudencia).

El miedo tiene una base biológica; es una emoción que nos ha ayudado a evolucionar, porque nos alerta de los peligros. Pero en nuestra sociedad es excesivo: se trata de reconducirlo. Cuanto más pensamos en el miedo, más fuerza le damos.

Empieza en la mente. «El sufrimiento creado por uno mismo es fundamentalmente una fabricación de la mente», afirma uno de los más celebrados maestros de meditación tibetanos de la nueva generación, Yongey Mingyur Rimpoché. En su libro La dicha de la sabiduría (Rigden Institut Gestalt) cuenta cómo un alumno empezó a analizar su propia ansiedad, y comenzó a ver que el problema no estaba en el trabajo, sino en lo que él pensaba de su trabajo. «Poco a poco», dice el alumno, «empecé a darme cuenta de que la esperanza y el miedo no eran más que ideas que flotaban en mi mente. En realidad, no tenían nada que ver con mi trabajo». Ese cambio de perspectiva transforma nuestra realidad. «Cuando estoy angustiado, puedo observar esos impulsos y ver que tengo una elección. Y si elijo observarlos, aprendo más sobre mí mismo y sobre el poder que tengo para decidir cómo reaccionar a los acontecimientos de mi vida».

Podemos elegir siempre cómo reaccionar ante pensamientos y emociones. Pero hace falta entrenamiento. (Ojalá meditación y gestión emocional se enseñen en las escuelas). El psiquiatra Víctor E. Frankl, que fue una de las víctimas de Auschwitz, afirmaba que a la persona se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas: «La elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias». A menudo no podemos elegir los hechos, pero sí el cómo enfrentarnos a estos hechos.

Según el budismo, la mayor parte del sufrimiento es creado por uno mismo. Afirma Yongey Mingyur Rimpoché que este sufrimiento es fundamentalmente una fabricación de la mente, pero que no es menos intenso que el sufrimiento natural: «En realidad puede ser bastante más doloroso». Este sufrimiento se puede expresar en forma de historias que nos contamos a nosotros mismos, a menudo incrustadas en lo más profundo de nuestro inconsciente, según las cuales no somos suficientemente buenos, ricos o atractivos, o nos falta algún tipo de estabilidad.

La meditación nos permite observar los pensamientos y las sensaciones asociadas a este sufrimiento. Al hacerlo, se desvanecen. El mundo que nos rodea, nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y sentimientos están en constante cambio. En términos budistas este cambio se conoce como impermanencia. Aceptar que todo es impermanente y no aferrarnos a las cosas ni a las personas es uno de los pilares del arte de vivir, según el budismo. Ni un solo maestro oriental defendería que el arte de vivir consiste en adquirir posesiones -en tener-, sino en ser. Casi nada de lo que nos ha proporcionado felicidad lo hemos logrado con dinero.

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Fuente: Garpar Hernández – «El País»

Identifican las redes de neuronas en el cerebro que se rompen en la enfermedad psicológica

13876623-brain-neurons-concepts-as-human-brain-medical-symbol-represented-by-geometric-windows-close-up-of-neEl estudio de las redes de conexiones en el cerebro de las personas afectadas por esquizofrenia, enfermedad bipolar o depresión ha permitido a Peter Williamson, de la Universidad de Western, en Ontario (Canadá), obtener una mejor comprensión de las bases biológicas de estas enfermedades.

   Junto a sus colegas, este científico ha demostrado que las diferentes redes que se encuentran específicamente en los seres humanos se interrumpen en las diferentes enfermedades psiquiátricas.

   Anteriormente, los investigadores habían intentado utilizar métodos genéticos para ayudar a explicar las bases biológicas de las enfermedades neuropsiquiátricas, pero la genética sólo puede explicar un pequeño porcentaje de los casos. Hoy en día los científicos han comenzado a utilizar nuevas técnicas de imagen para estudiar las conexiones en el cerebro de los pacientes que viven y este enfoque revela diferencias importantes entre los pacientes que sufren de esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión, y las personas no afectadas por estos trastornos.

   La esquizofrenia y el trastorno bipolar son enfermedades exclusivamente humanas, ya que, aunque existen algunos modelos animales de estas enfermedades, los animales no pueden experimentar estas enfermedades como los humanos, ya que carecen de las capacidades lingüísticas y la capacidad para representar los sentimientos e ideas propios y los de los demás.

   Estas capacidades específicamente humanas están codificadas en redes neuronales específicamente humanas, como una red de codificación emocional, que se interrumpe en los trastornos del estado de ánimo, como depresión y trastorno bipolar, y la red de esfuerzo dirigido que falla en la esquizofrenia.

   «No es probable que entendamos las muy complejas interacciones entre los cientos de genes y eventos ambientales que subyacen a los trastornos neuropsiquiátricos en nuestras vidas. El desafío de nuestro tiempo es encontrar las vías finales comunes de estos trastornos», afirma el principal investigador de este estudio, cuyos resultados se presentaron en la Reunión Neuroscience 2013, la reunión anual de la Asociación Canadiense de Neurociencias.

Fuente: EUROPA PRESS – europapress.es

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¿Qué es la Compasión? Su utilidad y función emocional

Sección “Piel Adentro” Radio 5, en colaboración con desQbre

desQbre “Qué es la COMPASIÓN”

Su utilidad y función emocional

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Personalidad de Margaret Thatcher – La dama de Hierro – El Eneatipo 1 el perfeccionista, el reformador del Eneagrama

Lady Margaret Hilda Thatcher, La Dama de Hierro, (13 de octubre de 1925 – 8 de abril de 2013), la única mujer que llegó al puesto de primera ministra en el Reino Unido y se enfrentó a Argentina en la guerra de las Malvinas en 1982, estuvo en el poder entre 1979 y 1990.

margaret-thatcherSu llegada al poder supuso una completa transformación del Reino Unido al apoyar la privatización de industrias estatales y el transporte público (trenes y autobuses); la reforma de los sindicatos, a los que prácticamente despojó de poder, la reducción de los impuestos y del gasto público y la flexibilidad laboral.

Ejerció inicialmente como química y luego como abogada. En las elecciones generales de 1959 Thatcher se convirtió en miembro del Parlamento (MP) por Finchley, desde donde juzgó duramente la política fiscal del gobierno laborista. Edward Heath la nombró ministra de Educación y Ciencia en 1970. En 1975 venció a Heath en las elecciones del Partido Conservador y pasó a ocupar la presidencia del partido, llegando a ser la líder de la oposición y la primera mujer en dirigir uno de los principales partidos políticos en el Reino Unido. Después de triunfar con su partido en las elecciones generales de 1979, Thatcher se convirtió en la primera ministra del Reino Unido.

Thatcher introdujo una serie de iniciativas políticas y económicas para revertir lo que percibía como un precipitado declive nacional en el Reino Unido. Su filosofía política y su política económica hicieron hincapié en la desregularización (especialmente del sector financiero), la flexibilización en el mercado laboral, la privatización de empresas públicas y la reducción del poder de los sindicatos. Durante sus primeros años de gobierno la popularidad de Thatcher disminuyó en medio de la recesión y el alto desempleo, hasta que la recuperación económica y la victoria en la Guerra de Malvinas de 1982 le brindaron un aumento en su popularidad, que se tradujo en la reelección en 1983. Llevó adelante una férrea política exterior caracterizada por su oposición a la formación de la Unión Europea y un completo alineamiento con la política exterior de Estados Unidos. Sin embargo, firmó el Acta Única Europea, que establecía formalmente el mercado único y una cooperación más estrecha en Europa.

Thatcher fue reelegida para un tercer mandato en 1987, pero su impuesto a la comunidad (conocido popularmente como poll tax) fue muy impopular y otros miembros de su gabinete no compartían sus puntos de vista sobre la Comunidad Europea. Así, en noviembre de 1990 renunció al cargo de primera ministra y líder del partido, después de que Michael Heseltine desafiara su puesto como cabeza del partido para luego ser sucedida por John Major como primer ministro. Obtuvo el título nobiliario de Baronesa Thatcher de Kesteven, en el condado de Lincolnshire, que le otorga el derecho vitalicio y no hereditario de ser miembro de la Cámara de los Lores.

El estilo de  personalidad de Margaret Thatcher es el eneatipo 1, el perfeccionista, el reformador del Eneagrama:

Margaret_Thatcher_cropped1Miedo básico: ser “malo”, defectuoso, perverso, corrupto Deseo básico: ser “bueno”, equilibrado, íntegro

Motivaciones clave. Desean hacer lo correcto, esforzarse y mejorar todas las cosas, ser constantes con sus ideales, justificarse a sí mismos, estar más allá de las críticas para no ser condenados por nadie.

Sanos. Los tipo Uno sanos son escrupulosos y poseen un profundo sentido del bien y del mal así como valores morales muy sólidos. Son racionales, razonables, autodisciplinados y moderados. Éticos en extremo: la verdad y la justicia son valores fundamentales. La integridad y la rectitud los convierten en sobresalientes maestros morales. En su mejor estado: se vuelven extraordinariamente sabios y juiciosos. Al aceptar las cosas como son, adquieren un sentido increíble de la realidad y saben qué hacer en cada situación. Humanos, inspiradores y tolerantes: la verdad será escuchada.

Promedio. Los tipo Uno promedio no están satisfechos con la realidad y empiezan a sentir que ellos deben mejorar las cosas a su alrededor; son defensores, críticos e idealistas. Buscan razones a todo y explican a los demás cómo deben ser las cosas. Tienen miedo de cometer errores; todo debe ser consecuente con sus ideales. Son ordenados, pulcros, metódicos, bien organizados, lógicos, detallistas, aunque muy rígidos. Con frecuencia tienden a trabajar compulsivamente. Son muy puntuales, pedantes y un tanto fastidiosos. Llegan a ser muy críticos de sí mismos y de los demás; son melindrosos, perfeccionistas y juzgan todo. Siempre tienen una opinión acerca de todo; corrigen y fastidian a los demás para que hagan lo que, según ellos, es “lo correcto.” Son impacientes y nunca están satisfechos con nada a menos que se hagan las cosas como ellos las ordenen. Generan juicios morales todo el tiempo; se enojan con indignación, son regañones y represores.

Malsanos. Pueden llegar a ser muy dogmáticos, moralistas, intolerantes e inflexibles. Empiezan a ver las cosas con base en absolutos: ellos tienen la verdad; todos los demás están equivocados.

Pueden llegar a ser muy severos en sus juicios al mismo tiempo que racionalizan todos sus actos. Se vuelven obsesivos con las imperfecciones y los errores de los demás; sin embargo, pueden caer en contradicciones al hacer lo contrario de lo que predican. Condenan a los demás y pueden ser crueles y punitivos para deshacerse de los que ellos consideran “malhechores.” Llegan a caer en depresiones severas, crisis nerviosas y existe la posibilidad de intento de suicidio.

Hay muchos personajes con este estilo de personalidad, algunos de ellos son Juana de Arco, Mercedes Milá, Jodie Foster  o Mahatma Gandhi, y otros tantos de ficción, entre ellos tenemos a la Srta. Rottenmeyer, Yoda (Star Wars),  y Mary Poppins.

 

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Autor: desQbre / Jesús Seijas Queral

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Análisis de la Personalidad de NELSON MANDELA – Psicología

mandelaPolítico sudafricano nacido en 1918. Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa, Nelson Mandela se hizo abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros sudafricanos. Mandela fue uno de los líderes de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del ANC; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.

En 1952 Mandela pasó a presidir el ANC del Transvaal. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica.

En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza.

El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales supuestamente independientes, en los que confinar a la mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.

Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes (1960).

En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana. A su regreso fue detenido y condenado a cadena perpetua en 1964. Ese mismo año fue nombrado presidente del ANC.

Prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.

En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento.

Mandela fue liberado en 1990 y se le concedió el Premio Nobel de la Paz en 1993.

Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional.

ESTILO DE PERSONALIDAD: NUEVE, subtipo Social del ENEAGRAMA

nelson-mandelaMiedo básico: de pérdida y separación

Deseo básico: mantener la estabilidad interior y la paz mental

Motivaciones clave. Desean crear armonía a su alrededor, evitar conflictos y tensiones, mantener las cosas como son, resistirse a cualquier cosa que los pueda molestar o incomodar.

Las personas que tienen este estilo de personalidad se caracterizan por:

Su mayor deseo es ser aceptado. Sienten amor por las grandes cosas. Tienen un alto sentido de la patria, familia, grupo amigos, amor a la tierra. Su mayor sufrimiento es que en un grupo no le acepte. Pueden llegar a aguantar todo poniéndose una piel de elegante y tragándose todo.

Su madurez sería aceptar la soledad. Les atraen mucho los líderes, los que hacen algo por el grupo.

Están encantados cuando pueden unirse a los demás. Les gusta mucho participar, pero tampoco les gusta que se espere mucho de ellos. Tienen mucha energía y son muy activos, pero con cosas conocidas. No les importa trabajar para los otros pero necesitan saber que los otros los necesitan a ellos.

Satisfacen las expectativas de su grupo y les angustia perder su identidad.

Oculta sus intereses bajo un disfraz emocional, como si a él no le pasará nada.

Muy interesado en unir a las personas y que la paz perdure. Le gusta relacionarse, participar en lo que haga el grupo. Cuando cree que se espera demasiado de él acaba resistiéndose y aunque se le ve presente físicamente es capaz de mantenerse separado emocional y mentalmente lo que refuerza su sensación de estar excluido.

La dificultad de integración se relaciona con la angustia por la idea de perder su identidad. De ser absorbido por el grupo. La inseguridad respecto a su valía más el deseo de agradar y encajar le hace difícil decir no. Con lo que acaba resistiéndose de forma pasiva/agresiva. Es de hábitos y estructuras conocidas y no le gusta modificar sus rutinas.

Hay muchos personajes históricos con este estilo de personalidad, algunos de ellos son el Dalai Lama, Ringo Starr, George Lucas,  Nelson Mandela, Gerald Ford o Mariano Rajoy,  y otros tantos de ficción, entre ellos tenemos a Sancho Panza, Willy (Abeja Maya)Marge Simpson.

 

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Autor: desQbre – Jesús Seijas Queral

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Dime qué padre eres y te diré como es tu hijo

Los estudios demuestran que existen tres tipos de padres, cuyas características tendrán una repercusión directa en el desarrollo del hijo. Estos roles, a saber, de distinguen en los padres autoritarios, los permisivos o los autorizados.

El padre autoritario es aquel arquetipo que destilaba en la época de generaciones anteriores, aproximadamente hasta la disolución de la dictadura franquista. El rol autoritario intenta controlar constantemente a los hijos estableciendo normas muy estrictas y fundamentadas sobre la base de la estructura y la tradición conservadora. Esto supone una carga de gran peso para el hijo, quien, como consecuencia de este control rígido en la educación, se desarrollará como un individuo infeliz, reservado y con dificultades a la confianza.

El extremo opuesto es la posición del padre permisivo. La comprenden aquellos padres que se autodenominan “democráticos” en tanto que tratan al hijo como a un igual. En este estilo educativo, los padres buscan la plena aceptación de su hijo, pensando más en el amor que desean recibir del niño que no en su educación. El problema, apuntan los psicólogos especialistas, es que el hijo no puede ver a sus progenitores como “amigos” ya que necesita la figura de un padre o de una madre que demuestre cierto grado de imposición.  Los padres permisivos intentan apoyar y ayudar a sus hijos en todo y, en consecuencia, son poco firmes ante las desobediencias y no saben poner límites. ¿Qué ocurre? El hijo se crece conforme sus inclinaciones, sin exigencias ni metas claras, de modo que desarrolla una personalidad exigente, caprichosa y autoritaria. “No es lo mismo preocuparse por el hijo que consentirlo todo”, apuntan los expertos de PsicoArea, y es que este amor excesivo hacia los hijos termina perjudicándoles, ya que resultará difícil negarles cualquier cosa.

¿Cuál es la solución? Un intermedio. Ni blanco, ni negro, sino gris. En esta situación se ubica el padre autorizado. Se alza como el ideal de estilos de educación paterno-filial, apuntan los expertos. El padre autorizado se comporta de forma contenedora con los hijos y sabe marcar los límites claros, siempre en un ambiente “afectuoso y estimulante”. Actuar con el estilo autorizado significa saber argumentar con coherencia y saber atender a los argumentos de los hijos. El control paterno desmesurado queda desbancado pero, a cambio, el padre se compromete a que los hijos sepan acatar la responsabilidad de sus acciones. Se trata de no temer a que el hijo se equivoque, a fin de que pueda aprender de los errores. Este ideal promueve que los niños desarrollen confianza en sí mismos, más independencia, creatividad, adaptabilidad y simpatía.

La comunicación como base de la relación

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La autoestima personal es un elemento clave para nuestro desarrollo personal y es uno de los factores que más se demanda en las consultas terapéuticas. La falta de autoestima es una de las principales carencias personales de nuestra sociedad y que más refuerzo necesita en los tratamientos psicológicos. No obstante, ¿de dónde procede esa baja autoestima? Según los estudios del respetado psicólogo Stanley Coopersmith (1926-1979), especializado en la autoestima infantil, el desarrollo de la autoestima se produce durante la niñez y depende directamente de su relación con los padres. En este sentido, también hay una estrecha influencia de la autoestima de los propios padres hacia la que desarrollarán los hijos. Como apuntó Coopersmith, el nivel de autoestima se relaciona directamente con tres condicionantes que actúan durante el crecimiento: la total aceptación del niño por sus padres, la necesidad de recibir instrucciones claras y definidas, nada ambiguas, y la existencia de un respeto paterno por la individualidad del niño.

Una de las principales estrategias para potenciar de forma beneficiosa estos condicionantes es la comunicación. La psicóloga y psicoterapeuta especialista en Salud Mental, Marta Ceballos, matiza en un artículo que la comunicación afectiva es la mejor forma de acercarse a los hijos y lograr sus objetivos. Según la experta, “para considerar una comunicación efectiva y asertiva se requiere contemplar la decodificación del mensaje por lo que es necesario tener presente que el receptor vive y actúa de una determinada manera, lo que requiere una retroalimentación del mensaje, para llegar a la comprensión real y satisfacción de la comunicación que logre el efecto vinculante de la misma”. Los padres deben comprender la comunicación con el hijo como una vía expresiva donde nadie actúa por encima del otro, sino donde la asertividad y la empatía dominan el ambiente. De este modo, se podrá conseguir una relación sana y respetuosa, donde ni la autoridad ni la permisividad imperen en las relaciones.

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Fuente: Glenda Otero – siquia.com

Sindrome de Wendy

wendy-disney-01Wendy es un personaje del conocido cuento de Peter Pan, que protagoniza uno de los papeles femeninos del relato. Peter Pan es un niño de trece años que no quiere crecer y que también olvida fácilmente. Deseoso de convertir su vida en una gran aventura, aprovecha un descuido de sus padres para salir volando por la ventana, porque no olvidó que antes de nacer fue un pájaro. Se va a vivir a la Isla de los Pájaros, el país de Nunca Jamás, donde se encuentran los niños perdidos y donde es posible vivir como un héroe y realizar proezas y donde existen los duendes, las hadas, los indios y los piratas. Peter Pan, aprovechando que Wendy no es feliz en su casa, la invita a vivir en el país de Nunca Jamás para contar sus bellos cuentos y cuidar a los niños perdidos.

Wendy es una niña real de doce años, una persona responsable, afectuosa y sensible, que ama y quiere ayudar a Peter Pan y que se encarga a los niños como una verdadera madre bondadosa y cariñosa, cumpliendo con su deber aunque tenga solamente doce años. Campanilla es un hada, el otro personaje femenino de este cuento, que tiene un perfil diferente y que puede ser celosa, caprichosa y sobre protectora. Al principio conspira para eliminar a Wendy, dando rienda suelta a su lado malo, pero luego se arrepiente y logra ser más amistosa. Se trata de alguien que se ocupa de Peter Pan, que lo ama y que también lo protege, pero que es también capaz de dejarse vencer por sus pasiones y deseos. Después de trabajar incansablemente cuidando a Peter Pan y a los niños, Wendy se da cuenta que en el país de Nunca Jamás tampoco puede ser feliz porque tiene que hacer cosas que no le gustan y aunque ame a Peter Pan y sea amada por él, Wendy adopta a los niños y decide volver a su hogar que ahora considera que es el mejor lugar para ella. Peter Pan promete visitarla en el futuro, pero no olvidemos que siempre será un niño y que tiene muy poca memoria. Campanilla también se cansa de haber perdido su libertad por amar a Peter Pan  y también se va. En la vida real estos personajes también existen. Existen muchos Peter Pan que no quieren crecer, que prometen amar eternamente y brindar una vida feliz, pero que no son capaces de perseverar ni de cumplir sus promesas, que esperan todo de los demás y que no hacen nada por los que dicen amar. También existen muchas Wendy, seres dispuestos a perder su libertad y dar todo a quienes dicen amarlas pero que sólo las utilizan para sus fines. Si existe un Peter Pan también habrá una Wendy que se someta a su voluntad por amor y le brinde todo su esfuerzo aunque su vida se torne miserable.

En este relato, Wendy tiene el ejemplo de sus padres, que también son una pareja que se complementa, un hombre egoísta e inmaduro que manipula a su mujer, quien a su vez se somete adoptando el rol de una niña obediente. Wendy fue primero la madre de sus hermanos y luego continuó con ese rol estimulada por Peter Pan que la utilizó para que cuidara de los niños perdidos en el país de Nunca Jamás. El temor al abandono, a la pérdida de los afectos y la necesidad de agradar a todos a toda costa, hace que estas personas estén dispuestas a adoptar una actitud complaciente y sumisa con tal de no quedarse solas. En este tipo de relación, la sexualidad está desdibujada, más bien se trata de un amor fraterno o maternal. Afortunadamente se puede salir de esta situación y no repetir historias, tomando conciencia de que se está cargando con las responsabilidades de otro y llegar así a encontrar el equilibrio en la pareja; y si eso no fuera posible, repensar la relación y liberarse definitivamente de ese vínculo.

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Fuente: psicologia.laguia2000.com

Soy Inseguro…

CALENTAMIENTO GLOBAL¿Qué es lo que hace que algunas personas se sientan inseguras y otras no? ¿Cuál es la diferencia? ¿Se puede cambiar esta forma de sentir y tener la audacia de perderle el miedo a la vida por temor a equivocarse?

Sin duda, el sentirse inseguro y tener miedo a arriesgarse a tomar una decisión, es un rasgo de carácter que se relaciona con nuestras experiencias de la infancia; porque básicamente toda persona sana viene al mundo con los recursos que necesita para desenvolverse normalmente en su ambiente.

El hombre como especie es el más indefenso, porque no puede sobrevivir si no recibe cuidados desde que nace hasta que crece y se pueda manejar solo.

El resto de las especies adquiere independencia más rápido y algunos hasta pueden defenderse solos al poco tiempo de nacer. Es más, si alguno de ellos se resiste a realizar por si solo lo que le corresponde en su momento, se lo abandonará a su suerte para que aprenda.

Eso sucede por ejemplo con las aves, que empujan del nido a las crías en el momento indicado para que aprendan a volar.

Los humanos, sin embargo, son capaces de permanecer con su madre mucho tiempo, a veces para siempre, cuando entre madre e hijo se establece una relación simbiótica.

La persona que aprende a ser dependiente es insegura, no confía en si misma, tiene miedo de asumir responsabilidades, de comprometerse y de tomar decisiones propias, debatiéndose casi siempre en un mar de dudas, para evitar cometer errores.

Estar demasiado seguro de nuestras decisiones en esta vida no es posible, porque existen los otros, seres libres como nosotros que pueden interferir en nuestra propia libertad y nosotros en las de ellos y ocasionar conflictos.

La persona segura de si misma sabe que se arriesga, porque en toda decisión siempre existe un riesgo.

El inseguro no quiere arriesgarse, porque tiene miedo y anhela el estado de seguridad que le brindó el útero materno, donde recibía lo que necesitaba, disfrutaba de la temperatura ideal y donde se sentía contenido, protegido y cuidado.

Pero el hecho de nacer, ser arrojado al mundo y existir, es otra cosa bien diferente, porque hay que adaptarse a condiciones muy distintas; y esta adaptación sana depende de los estímulos que se reciban.

Vivir exige un mínimo de audacia porque no hay certezas, solo hay probabilidades, pero si aprendemos a mirar, podremos comprobar que existe un orden que siempre surge después de cualquier desorden y que la intención es más importante que el error.

La naturaleza nos enseña que si respetamos su ritmo y sus leyes, podemos sentirnos más seguros que si hacemos lo contrario, porque la ley de causa y efecto nos muestra que lo que pasa se relaciona con lo que hacemos.

El caos es el producto de la sin razón, o sea que si actuamos en forma lógica y coherente es probable que nuestras decisiones sean las correctas.

El desarrollo de la tecnología ha favorecido a la humanidad en muchos aspectos, pero también ha separado al hombre de la naturaleza y lo ha hecho sentir ajeno a ella creando en el él un sentimiento de aislamiento.

Esa sensación de no verle sentido a la existencia hace que el hombre se sienta inseguro creyendo que puede sucederle cualquier cosa, al margen de sus decisiones, y por eso tenga miedo, se sienta inseguro y desee inconscientemente volver al útero materno para volver a sentirse contenido y protegido.

Los que se sienten seguros tienen fe, creen en ellos mismos, aprovechan esta oportunidad que tienen de vivir y se arriesgan, porque intuyen que vivir tiene un significado y que todo lo que hacen puede tener una consecuencia que los trascienda.

La naturaleza tiene misterios que aún no conocemos, puede que oculte todavía secretos que ni siquiera todavía nos atrevemos a imaginar.

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Fuente: psicologiayelser.blogspot.com.ar

desQbre – 6 formas en que las mascotas benefician tu salud

534957_259920024106574_1969902420_nCada vez más estudios apoyan la premisa de que de las mascotas son buenas para la salud. De allí que no exageraríamos al asegurar que más que el mejor amigo del hombre, un perro podría convertirse también en su mejor enfermero. Entérate aquí de los beneficios que una mascota puede ofrecerle a tu vida y a la de tu familia.

La próxima vez que los niños te supliquen que traigas a casa un perrito, un gato, un ave o incluso un pececito, no rechaces totalmente la idea.  Es cierto que implican responsabilidad y gastos, pero ellos se encargan de compensar tus obligaciones con muchísimos beneficios para la salud de todos. Entre éstos se encuentran los siguientes:

1. Las mascotas ayudan a combatir la ansiedad.

Según un estudio del Medical College de Virginia, a los pacientes hospitalizados con problemas de salud mental, la terapia con animales les ayudó a reducir sus niveles de ansiedad más que otras terapias convencionales. “Las mascotas ofrecen un amor incondicional que puede ser muy útil para las personas con depresión”, indica el Dr. Ian Cook, psiquiatra y director del Programa Clínico y de Investigación de Depresión en UCLA (UCLA Depression Research and Clinic Program).

2. Benefician la salud cardiovascular

En un interesante estudio publicado por la investigadora Erika Friedmann en el American Journal of Cardiology, se les dio seguimiento a más de 400 personas después de que sufrieran un ataque al corazón. Un año más tarde, los dueños de mascotas tenían 8.6 veces más probabilidades de sobrevivir que aquéllos que no tenían mascotas. De manera que los perros y los otros animalitos, pueden ayudar a mejorar la longevidad y la sobrevivencia de sus dueños.

3. Fortalecen tu sistema inmunológico.

“Tener una mascota es la inmunoterapia de la naturaleza”, asegura la Fundación Livestrong.  “Los niños de los hogares con mascotas tienen una asistencia general de tres semanas más por año que los que no tienen mascotas.” Además, otros estudios indican que los niños que están cerca de una mascota son menos propensos a tener eczema e incluso  llegan a tener un  sistema inmunológico más fuerte en general.

4. Las mascotas son magníficas en terapias de salud

La terapia con mascotas puede reducir significativamente el dolor, la ansiedad, la depresión y la fatiga en pacientes con varios problemas de salud, como por ejemplo:

  • Niños con tratamientos dentales
  • Pacientes recuperándose de cáncer
  • Personas internadas a largo plazo en instituciones médicas
  • Veteranos con trastorno de estrés postraumático

5. Las mascotas ayudan a las personas de la tercera edad

Algunos estudios demuestran que los pacientes con Alzheimer tienen menos brotes de ansiedad si hay un animal en casa, y que quienes los cuidan también se sienten menos agobiados cuando hay una mascota en el hogar.

Además, tener una mascota ayuda a las personas mayores a hacer ejercicio y les da el beneficio de sentirse acompañados,  lo que les hace sentir mejor en general.

6. Las mascotas  ayudan a mantenerse en forma

¿Sabías que los perros son responsables de 67 por ciento de las caminatas que sus propietarios toman cada semana?  Tener un perro en la casa te impulsa a salir a caminar,  incluso a jugar con él. Según Sandra McCune, autora del libro  “Health Benefits of Dog Walking for People and Pet”,  las personas que sacan a sus perros a caminar suelen cumplir con su requisito diario de ejercicio, incluso si ellos no hacen ningún ejercicio de importancia. ¡Esta por sí sola es una razón muy fuerte para tener y mantener a un perro en casa!

 

Cuidado, aquí está la otra cara de la moneda

Aún cuando una mascota resulte beneficiosa para tu salud, siempre es bueno hacerte estas tres  preguntas antes de llevar una a casa:

  • ¿Te sientes cómodo con una mascota? Si nunca has tenido un perro u otro animalito, asegúrate que esta es una opción que le dará alegría y no tensión a tu vida.
  • ¿Podría convertirse en una carga económica? De acuerdo a la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (American Society for the Prevention of Cruelty to Animals, ASPCA), la llegada de un gato o un perro a la casa puede representar una inversión financiera importante durante el primer año de su estancia en la casa (adquisición del animal, vacunas, visitas al veterinario, comida, medicinas, juguetes, etc.).
  • ¿Puedes cuidar bien a tu mascota todo el tiempo? Una mascota, además de compañía y beneficios a tu salud, también requiere de ciertos cuidados. Por ejemplo, si sales  de viaje ¿quién la cuidara?

Compara las ventajas y las desventajas y toma tu decisión. Pero si te decides a traer una mascota a la casa, hazlo con el convencimiento de que será una fuente de alegría y de beneficios para tu salud y la de toda la familia.

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Fuente: Vida y Salud – vidaysalud.com

 

Entrevista a Claudio Naranjo – “La educación debería liderar el cambio, pero es la institución más obsoleta”

claudio-naranjoEl psiquiatra chileno Claudio Naranjo (Valparaíiso, 1932) es una de las figuras más relevantes del humanismo contemporáneo. Aunque se dio a conocer por sus trabajos en torno a la terapia gestalt y el eneagrama de la personalidad, desde finales de los noventa ha centrado sus estudios en el ámbito de la educación. Pese a tener ya 80 años, Naranjo escribe una media de dos o tres libros al año y sigue impartiendo conferencias en todo el mundo.

En su última visita a Madrid, Naranjo atendió a El Confidencial en un pequeño piso del barrio de Ibiza, donde suele pasar las noches cuando visita nuestro país. El psiquiatra no necesita hoteles: en casi todas las ciudades tiene admiradores que le ofrecen techo, amistad y le siguen a todas partes. En cierto modo Naranjo parece un profeta, aunque él nunca se definiría como tal. Su misión, en cualquier caso, sí la tiene clara: trasmitir la idea de que es necesario cambiar este mundo, y de que ese cambio tiene que empezar en nosotros mismos.

Sólo hay dos cosas que pueden hacer que el mundo se transforme: un cambio personal y una nueva educación

“Las personas están mal”, explica Naranjo, “y sufren en parte porque no saben que sufren”. Esta desazón vital, cuenta el psiquiatra, hace que aparezcan la depresión, las enfermedades psicosomáticas y se pierda la motivación y el sentido de la vida. “Hay malestar”, asegura, “pero el malestar no llegará más lejos mientras no se transforme en algo más”. En su opinión, sólo hay dos cosas que pueden hacer que el mundo se transforme: un cambio personal y una nueva educación.

Cambiar la educación para cambiar el mundo

Para Naranjo la educación es la institución más podrida de nuestra civilización pues lo que debería servir para hacernos hombres sirve en realidad para acabar con nuestra humanidad: “Hoy la educación está al servicio del poder y las empresas. Hay una voluntad política para que la educación sirva para tener a la persona dormida, para que forme parte del rebaño. No se puede comprobar, pero funciona así. Uno tarda en darse cuenta porque hemos sido educados en los valores de esta educación. La educación cumple su función deshumanizadora, pero no nos damos cuenta porque somos inconscientes”.

La verdadera función de la educación, cuenta el psiquiatra, debería servir para ir más allá de lo que somos. “En una escuela ideal”, explica Naranjo, “acompañaríamos los procesos de aprendizaje, fomentaríamos la creatividad y ayudaríamos a los niños a saber, sin la presión de las clasificaciones. Los exámenes son trabajo, no educación. Se enseña a los niños a pasar exámenes que no sirven para nada y no son útiles en la vida”.

Los propios maestros, por mucho que critiquen el sistema, son responsables de que éste siga funcionando

El psiquiatra, que vinoa España, entre otras cosas, para impartir un curso para profesores, cree que los propios maestros, por mucho que critiquen el sistema, son responsables de que éste siga funcionando sin mayores problemas: “El espanto de la escuela es que el profesor se pone un uniforme interior, y al dar clase deja de ser persona. Son como robots. Muchas mujeres están en la educación por un instinto maternal, pero lo ponen de lado, como si no fuese adecuado dar cariño a los niños y proporcionales una vida feliz”.

La nave se está yendo a pique, pero tenemos un bote salvavidas

En su último libro, La revolución que esperábamos (Ediciones La Llave), Naranjo asegura que estamos entrando en una transformación que habíamos dejado de esperar, y que más bien nos asusta: hasta hoy solo hemos conocido revoluciones políticas e ideológicas, y lo que ahora ocurre es una revolución de la consciencia.

En opinión de Naranjo, nuestros problemas sólo pueden ser resueltos con una conciencia distinta de los que los ha creado. “La educación”, cuenta, “debería ser la institución que liderara este cambio, debería estar a la cabeza, pero es la más obsoleta. Así son las burocracias. Comienzan teóricamente al servicio de algo, pero al final se sirven a sí mismas”.

La transformación, por tanto, no vendrá de manos de un cambio político, del que Naranjo no se fía. “Estoy en una época de mi vida en que estoy tirando la toalla respecto al cambio de las instituciones”, reconoce el psiquiatra. “No creo que se pueda ya hablar con las autoridades, con los que supuestamente tienen poder. Creo que la educación cambiará, si es que cambia, porque cambian los individuos”.

El colapso del sistema es nuestra única esperanza para construir algo mejor

A lo largo de su vida, el psiquiatra, que en Latinoamérica es una reconocida personalidad, se ha citado con todo tipo de ministros y presidentes para hablarles de sus teorías sobre la educación pero, a día de hoy, no tiene la más mínima confianza en ellos: “Pienso que los políticos tienen un acuerdo para irse cambiando sin hacer nada. Cuando llegan al poder creen que van a ostentarlo, pero son parte de una red que no se puede modificar. Hoy en día la política no tiene poder. Los partidos tienen algo de poder aparente, no los gobernantes, pero es el poder económico el que controla todo, y la educación es su socio invisible, parte del complejo militar-industrial”.

Naranjo ya no cree, siquiera, en la protesta ciudadana. Y tiene un mensaje para la ‘marea verde’: “Las protestas educativas no tienen contenido, no piden un cambio en la educación, piden mejores sueldos. No se cree en una educación para trascender la mente patriarcal”.

Esta mente patriarcal, sobre la que Naranjo ha escrito largo y tendido, es para el psiquiatra el origen de nuestros males como sociedad. “Es una mentalidad de hombres cazadores que ya no cazan animales, sino hombres”, explica. “Una mentalidad que nos convierte en depredadores de nosotros mismos”. Por suerte, cuenta, la nave del sistema patriarcal, que construimos hace miles de años, ya no funciona, y está naufragando: “El colapso del sistema es nuestra única esperanza para construir algo mejor. No debemos preocuparnos por que se hunda o no el barco, debemos preocuparnos por encontrar el barco salvavidas”.

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Fuente: (Miguel Ayuso) – El Confidencial – elconfidencial.com