Cuando en nuestro cuerpo aparece el estrés o la ansiedad, se activa la reacción de la lucha/huida respuesta que cada uno de nosotros tenemos. Científicamente, la lucha o huida es un mecanismo de reacción automática (o de respuesta al estrés) de nuestro cuerpo que nos prepara para luchar o huir cuando se enfrenta a un ataque o una amenaza para nuestra supervivencia inminente percibida.
La respuesta de lucha/huida fue descubierta y descrita por un gran fisiólogo de Harvard, llamado Walter Cannon. Su teoría sostiene que esta respuesta son unas conexiones que están en nuestros cerebros, un sistema genético creado para proporcionar una garantía de respuesta ante cualquier daño físico. La parte del cerebro llamada hipotálamo es responsable de iniciar las señales eléctricas y liberar sustancias químicas en nuestro cuerpo que estimulan la respuesta.
Durante la lucha o la activación de la respuesta de huida, nuestro cuerpo experimenta los siguientes cambios fisiológicos:
Nuestro corazón empieza a bombear más rápido. Las arterias se contraen y esto sirve para aumentar la presión en la sangre, mientras que un sistema de las venas se abrirán para permitir un fácil retorno de la sangre de vuelta al corazón .
Las pupilas de los ojos se dilatan para que podamos ver las cosas con más claridad, especialmente en la oscuridad, para ver cualquier señal de peligro con mayor claridad.
Nuestros otros sentidos también se activan y perfeccionan. Se ponen los pelos de punta, mientras que esta respuesta parece ser poca cosa en los seres humanos, ya que el pelo del cuerpo es corto, en los animales los hace parecer más grandes con la esperanza de intimidar al enemigo. Somos más agudos y sensibles a los olores, sonidos y el tacto.
Nuestro paso de aire reacciona, la apertura de las ventanas de la nariz, la garganta , los pulmones permiten una respiración más rápida, para que nuestra sangre puede ser llenada con oxígeno fresco rápidamente. Los músculos necesitan oxígeno para convertir las reservas de combustible de nuestro cuerpo en energía en la lucha o la huida.
El flujo sanguíneo se cierra a nuestro sistema digestivo y se dirige a nuestros músculos, brazos y piernas para proporcionar la energía extra para correr y pelear.
Las endorfinas, los analgésicos naturales de nuestro cuerpo se liberan para que podamos obtener una falsa sensación de ser insensibles al dolor. La grasa y la glucosa del hígado son inmediatamente metabolizadas para crear energía.
Nuestra mente racional se debilita temporalmente y nuestros instintos más primitivos se disparán, tendemos a percibir todo aquello en nuestro entorno que pueda ser una posible. Estamos en nuestro modo de supervivencia.
En épocas prehistóricas, la lucha o el modo de supervivencia de huida es lo que protegía a nuestros antepasados de los peligrosos depredadores que acechan en la oscuridad de la selva y amenazaban su supervivencia. Cuando se activa la respuesta de lucha o huida, la adrenalina y varias hormonas fluyen a través del cuerpo, dándole mayor fuerza, la velocidad, la agresividad, el coraje necesario para defenderse a sí mismos y a los que protegen.
Por supuesto , en circunstancias normales, nosotros no tenemos que evitar los depredadores peligrosos de la selva, más bien, el estrés que enfrentamos provienen de cada día las cosas como el tráfico de hora punta, discusiones con nuestros socios, familiares y amigos, el mal comportamiento de un hijo o perder un vuelo importante. Nuestro cuerpo está diseñado para activar la lucha o la huida bajo estas circunstancias en la actualidad.
En tiempos prehistóricos, la lucha o la reacción de huida era una necesidad para la supervivencia. En tiempos modernos, según la situación, la respuesta de lucha o huida es posible que sea más negativa que positiva. Debido a que en nuestro mundo civilizado, la respuesta agresiva es considerada como negativa. Por ejemplo, el hecho de que tuviste una discusión con el jefe, no quiere decir que le vas a dar un puñetazo en la cara. En cambio, la reacción más probable sería la de volver a su sitio y ponerte de mal humor, sólo tienes que controlar tus reacciones instintivas, porque vivimos en un mundo civilizado. Sin embargo, nuestro cuerpo sigue activo los cambios fisiológicos y esto tiene un pago en nuestra mente y cuerpo.
Algunos resultados negativos muy comunes de la supresión de estos instintos primarios son evidentes en algunos trastornos mentales que vemos hoy. Por un lado, se alteran la respuesta sexual y los sistemas digestivos. Algunos de los síntomas comunes incluyen diarrea, estreñimiento y dificultad para mantener la erección. Además, el sistema inmunológico puede verse comprometido si los períodos de estrés son prolongados, provocando que seamos un blanco fácil para una infección por virus y bacterias.
Las respuestas al estrés cíclico que la gente moderna se someten también pueden causar una de las más famosas categorías de trastornos mentales, que son los ataques de pánico o ansiedad.Estos son los ataques de ansiedad intensa con síntomas de marcas como el sudor, temblores, palpitaciones y opresión en el pecho. Vivir con los ataques de pánico es una experiencia muy traumática para los pacientes, ya que tiene un impacto negativo sobre su calidad de vida. Para empezar, su trabajo y su vida social serían interrumpidos en gran medida por los ataques de ansiedad, repentinos al azar. La aleatoriedad de este tipo de ataques los hace víctimas emocionalmente angustiados y preocupados debido al hecho de que nunca saben cuándo esperar el próximo ataque. Podría ocurrir en las circunstancias más incómodas o incluso a veces embarazosas. La autoestima también baja.
En resumen, la naturaleza nos integro esta herramienta para nuestra supervivencia, mecanismo de lucha/huida , pensado originalmente para ayudar a defendernos en momentos de peligro, en nuestros días convertido en un peligro en sí misma. Este mecanismo puede causar grandes trastornos en la vida diaria normal de una persona, causando a su vez más angustia entre los seres queridos de las victimas. Sin embargo, es importante saber que la mayoría de los trastornos que resultan de la lucha prolongada y de las respuestas de huida o respuestas de estrés repetitivas pueden ser curados o incluso prevenirse.
Fuente: Angel – ansiedadtratamiento.es
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