Como decir NO y no morir en el intento.

Son muchas las tareas que tenemos pendientes en el marco de la comunicación interpersonal, pero quizá una de las más complicadas y que  adquiere gran importancia en el ámbito profesional  (y personal) sea el de la puesta en práctica de la asertividad.

El concepto de asertividad se emplea en referencia a una estrategia comunicativa que se ubica como intermedia de dos conductas opuestas: la pasividad y la agresividad.

La persona asertiva logra establecer un vínculo comunicativo sin agredir a su interlocutor/a, pero tampoco sin quedar sometida a su voluntad. Por lo tanto, puede comunicar sus pensamientos e intenciones y defender sus intereses de una manera adecuada.

Cuando una persona logra desarrollar la asertividad, refuerza su imagen positiva a nivel social, mejora la confianza en sus habilidades expresivas, obtiene una mayor satisfacción emocional y logra alcanzar las metas que se propone desde la comunicación.

Antes de darte algunas claves que puedan ayudarte a mejorar tu nivel de asertividad, definiremos primero los tres estilos comunicativos en los que nos movemos las personas normalmente.

  • Estilo pasivo: Es en general el de la persona que posee un estilo de comunicación inhibido, vive preocupada por  satisfacer a los demás y es incapaz de pensar en la posibilidad de enfrentarse a alguien en cualquier sentido. No se respetan a sí mismos y habitualmente anteponen los deseos y opiniones de los demás a los suyos propios. Además, presentan un miedo irracional, casi fóbico, a la posibilidad de ofender a los demás y ser rechazado. En ocasiones, es el miedo lo que se confunde con una apariencia de respeto.
  • Estilo agresivo: Al contrario que la persona que presenta un estilo de comunicación inhibido, la persona con un estilo de comunicación agresivo se caracteriza porque no sólo se preocupa por defender a cualquier precio sus derechos, sino porque su forma de defenderlos lleva aparejada la falta de respeto hacia los derechos de los demás. El estilo de comunicación agresivo conlleva, como característica general, el hecho de que implica agresión, desprecio y dominio hacia los demás.
  • Estilo asertivo: La persona con un estilo de comunicación asertivo, bien porque conoce sus características y las utiliza conscientemente o porque lo ha aprendido sin saberlo, es capaz de expresar sus sentimientos, ideas y opiniones, haciéndolo de forma que aún defendiendo sus propios derechos, se respeten de forma escrupulosa los derechos de los demás. Cuando hace esto, hace que los demás se expresen libremente.

Para poner en práctica nuestra asertividad, lo primero es:

1. Analiza tu estilo de comunicación. ¿Sueles expresar tus opiniones o te quedas callado/a? Debes analizar tu comportamiento antes de realizar cambios. Para ello te dejamos el siguiente ejercicio: te proponemos que realices un registro de acontecimientos, para que ante todo, tomes conciencia de cuál es tu estilo y puedas dar los pasos necesarios para modificarlo.

Anota  el tipo de pensamientos que los acontecimientos importante te suscitan.

No han de ser exactos, es suficiente con que describan más o menos la tendencia de tus pensamientos. Escribe la emoción que experimentas:  puede ser ansiedad, miedo, estrés, angustia, tristeza, rabia… Anota también la intensidad de esa emoción dándole un valor de 0 (nada) a 100 (muy intensa). A continuación observa un ejemplo de cómo se anota en la libreta.

Ejemplo asertividad2. Detección de pensamientos racionales e irracionales (o distorsionados). Para ello nos basamos en la teoría de las creencias irracionales de Albert Ellis (1977). De las 11 creencias irracionales, señalamos las tres básicas y comunes a todos/as.

Asertividad2

3. Modifica tu expresión verbal: habla  en primera persona. Utiliza en primera persona términos que expresen tus propias ideas, opiniones, emociones y sentimientos, tales como “pienso”, “siento” o “quiero”  Al utilizar el “yo” en tu diálogo, podrás emitir lo que estás pensando sin culpar a los demás. Por ejemplo, utiliza “yo no estoy de acuerdo” en lugar de la frase “Estás equivocado”. También es importante que emplees términos que implican colaboración para conseguir algo; del tipo“hagamos”, o bien preguntas encaminadas a la participación de los demás para conseguir la solución de problemas, tales como “¿cómo podemos resolver esto?”, “¿qué piensas?”, “¿qué te parece?”

4. Ensaya tu discurso  y visualiza. Si para ti es difícil expresar tus pensamientos, trata de practicar o de visualizarte en escenarios parecidos y trata de encontrar solución. Emítelo en voz alta o escríbelo en algún diario.

5. Utiliza el lenguaje corporal. Actúa con confianza. Mantén una postura erguida y haz contacto visual constantemente. Trata de tener una expresión facial neutral o positiva en todo momento.

6. Controla tus emociones. Si sientes que tus sentimientos se pueden apoderar de tus decisiones, espera unos segundos para calmarte contando hasta 10  y expresar tus pensamientos de una forma coherente y tranquila. Respira profundamente y emite una voz tranquila y firme.

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Fuente: Marta Bravo Rojo – Taispd.com

5 Principios del marketing que todo docente debería aplicar en el aula

Marketing y Educación. Educación y marketing. Tan lejos, tan cerca… Este artículo quiere seguir una línea que ya hace un tiempo empecé y que tiene que ver con la aplicación de conceptos del marketing al ámbito educativo. Como ya he comentado en anteriores artículos, debo reconocer que cada vez son más las similitudes que voy encontrando entre ambas disciplinas. En esta entrada, concretamente, quiero hablarte de los 5 principios del marketing y cómo puedes relacionarlos con la práctica docente. Te aseguro que el resultado, cuanto menos, te va a resultar sorprendente. ¿Me acompañas?

Los 5 principios del marketing aplicado a la labor docente.

1. Información. No cabe duda de que la sociedad en la que vives es una sociedad de la información o, mejor dicho, una sociedad de la sobreinformación. Los alumnos están completamente saturados de definiciones, fechas, características, clasificaciones, excepciones… Y esta sobrecarga no hace más que perjudicarles porque, si bien les aportas mucha información, en muchas ocasiones se te olvida enseñarles a cómo gestionarla. Como docente te olvidas de que de alguna manera estás compitiendo a lo largo de la mañana con otros compañeros, los que vendrían a ser otras empresas que también quieren colocar su producto. Es por ello que la información debe ocupar un lugar relevante en cualquier estrategia de marketing, en cualquier metodología de enseñanza-aprendizaje. Es por ello que debes elegir y muy bien qué información quieres dar a tus alumnos para, a continuación, enseñarles a gestionarla y utilizarla en beneficio propio. Si no eres capaz de dar una información que el cliente o el alumno no sea capaz de ver como útil, entonces esta información está destinada al más absoluto olvido, desaparecerá en pocos segundos de la memoria de tus alumnos. Así que cuando aportes información a tus alumnos intenta siempre aportar un valor añadido, añádele algo personal y, sobre todo, hazles ver lo útil que puede resultarles la información que les facilitas de cara al futuro.

2. Emoción. ¿Te has parado a pensar por un momento qué pasaría si en lugar de transmitir conocimientos, transmitieras emociones? La emoción es un aspecto fundamental en cualquier campaña de marketing, en cualquier campaña que intente convencer que su producto es único, necesario e imprescindible. Así que, cuando enseñes, ten en cuenta que no basta con explicar, nada más lejos. Si quieres llegar a tus alumnos debes hacerlo con emoción, pasión y entusiasmo. Debes cautivar a tus alumnos, enamorarlos con aquello que les enseñes.

3. Consumidor. No hay nada más importante en una campaña de marketing que el consumidor de un producto. Puedes tener el mejor producto del mundo, pero si no eres capaz de cuidar o de mimar a tus alumnos, tus productos no tendrán ningún valor. En tu caso los consumidores son tus alumnos y como tales son lo más preciado que tienes. Y en muchos casos te olvidas de este detalle con facilidad. Además, cometes el error de pensar que toda los consumidores de tu producto, que todos los alumnos a los que enseñas, deberían interesarse por igual por aquello que enseñas. Y esto es un error. ¿Te has parado a pensar que no puedes interesar a todos enseñando a todos de la misma manera? De ahí que la clave para que todos tus alumnos disfruten de tu producto, de tus clases es intentando personalizar al máximo aquello que enseñes de tal manera que puedas llegar, si no a todos, a una gran mayoría. Seguramente habrás oído la frase Think outside the box -piensa diferente. Pues bien, pensando en la diversidad de tus alumnos serás capaz de ofrecerles a cada uno un producto que les gustará tanto que acabarán por consumirlo.

4. Creatividad. Tienes una enorme competencia y no lo sabes. Tu asignatura compite todos los días con otras seis o siete asignaturas. Tus compañeros son tus rivales, son las otras empresas que intentarán vender sus productos dando lo mejor de sí mismos. Es por ello que resulta fundamental que puedas diferenciarte del resto. Y para ello es fundamental que te sirvas de la creatividad parar conseguirlo. Cuanto más creativo seas, más diferenciarás tu marca. Diferénciate del resto de compañeros, haz que tu asignatura sea la que más quieran consumir tus alumnos. Y para conseguirlo puedes hacerlo teniendo en cuenta estos tres aspectos:

  • Haz que la información que des siempre sea útil.
  • Plantéate convertirte en tu propia marca. Diferénciate como docente del resto de compañeros explicando desde la originalidad, pero sin olvidar la emoción, la pasión y el entusiasmo.
  • Aquello que vendas, aquello que enseñes envuélvelo con las mejores herramientas, haz de las Nuevas Tecnologías tus mejores aliadas y que ellas te ayuden también a diferenciarte del resto, a ser especial, a ser único, a ser necesario.

5. Planificación y estrategia. Todo producto que quiera venderse necesita de una planificación, de una estrategia de venta. Pues bien, en tu caso como docente planificar tus sesiones lectivas es fundamental. De lo que se trata es de preparar a conciencia cada una de tus clases, intentando no dejar nada para la improvisación. Cuanto más calcules, cuanto más visualices una sesión lectiva, más recursos tendrás para llevarla a cabo de forma satisfactoria. La improvisación no es la mejor compañera de una marca, ni tampoco de ningún docente. Y cuando planifiques, no olvides que es mucho más importante pensar en cómo vas a enseñar el contenido previsto que el contenido en sí. Es decir, es más importante pensar qué estrategia utilizarás para captar y seducir a tus alumnos que no aquello que pretendes enseñar. Este último aspecto es algo que con frecuencia se olvida y a mí me parece fundamental. Como sabes que te sabes lo que sabes no piensas en pensar cómo enseñarlo. ¿Lo has captado?

Estos son los 5 principios del marketing que hoy te he enseñado y que he relacionado con tu labor docente. Sin duda son cinco principios muy válidos para tu profesión que bien ejecutados te pueden dar unos resultados tremendamente óptimos. Acabaré este artículo con una cita de Philip Kotler que me encanta de y que reza así:

 

El marketing no es el arte de vender lo que uno produce, sino de saber qué producir

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Fuente: Justifica tu Respuesta