desQbre – ¿Qué es la Alegría?

risa-984538La alegría es el estado de regocijo interior que nos hace sentir vivos y equilibrados; es una excitación que produce placer y felicidad y es un sentimiento grato que nos obliga a ver el lado risueño y gracioso de las cosas. Es una emoción expansiva que se necesita expresar y compartir con los demás.

En estos tiempos, encontrar una persona alegre por nada, dispuesta a sonreír a la gente, a esparcir buena onda y a sembrar optimismo, no es cosa fácil, en un mundo donde proliferan las caras largas de tanta gente depresiva y amargada que se complace en quejarse de todo y que se pasa gran parte de la vida presagiando fracasos y catástrofes.

Sin embargo, puede ocurrir que entre esa masa doliente que no es capaz de ver el lado bueno que tienen todas las cosas, aparezca alguien como surgido de otra dimensión, que se atreva a ser optimista y positivo aún en los peores momentos.

Es en ese instante en que podemos reconciliarnos con la vida y comenzar a respirar el aire fresco de la esperanza, que es la que nos permite vislumbrar el horizonte impidiéndonos bajar los brazos.

La alegría se contagia y le devuelve a la gente el entusiasmo y las ganas de vivir, pero todavía hay tan pocos referentes que logran desplazar a los que nada esperan y que solo se quejan, que sigue venciendo la mala onda de la gente que vive aferrada al instinto de muerte.

Son demasiadas las cosas que hacen que la mayoría esté de mal humor, pero desde que el mundo existe han habido calamidades, principalmente por la conducta de los seres humanos; sin embargo también el hombre tiene la capacidad para estar alegres aún cuando sus circunstancias no sean las mejores; porque la alegría es una actitud, una predisposición a aceptar la realidad como es y entregarse a ella sin ponerse a la defensiva y necesariamente intentar cambiarla.

La queja no es privativa de los menesterosos, más bien predomina entre los que más tienen, que nunca están conformes y necesitan más cosas, creyendo erróneamente que teniéndolo todo podrán ser más felices.

La realidad se puede ver desde distintos ángulos y cada uno de ellos nos mostrará una cosa distinta. Si pudiéramos enfocar el aspecto verdadero que tienen todas las cosas, podríamos reírnos más seguido, principalmente de nosotros mismos cuando pretendemos aferrarnos a puras ilusiones que nos impiden pasarla bien y divertirnos.

La alegría no se agota aunque se malgaste, al contrario se convierte en una inagotable fuente de buen humor que contribuye a hacernos más felices, y en el mejor de los casos hasta puede llegar a convertirse en un hábito.

Profesionales dedicados al estudio de la salud emocional se reunieron en Helsinki (Finlandia) y en Buenos Aires, para debatir este tema en función a sus investigaciones, y llegaron a la conclusión de que cuanta más alegría se gasta más rápidamente aumenta el caudal de buenas ondas que repercute en los demás.

Este fenómeno se produce aún en contextos muy diferentes con condiciones culturales y económicas muy disímiles.

Estos resultados fueron sorprendentes porque cada equipo de trabajo investigó por su cuenta sin conocer el trabajo que hacía el otro.

Es importante distinguir entre la falsa alegría, que es la grotesca y del mal gusto, y la genuina, que es la espontánea, que es la que surge desde adentro con el solo propósito del buen vivir.

La alegría es como un puente fácil de atravesar, porque hasta el que se encuentra más deprimido puede cruzarlo y contagiarse y decidir en un solo instante cambiar su estado de ánimo y elegir ser una persona alegre para siempre.

La alegría libera para hacer cualquier cosa, nos permite volar con la imaginación e inventar cosas nuevas, atrae a la gente, abre puertas, disuelve rencores y resentimientos, permite olvidar las penas y minimizar las adversidades.

Hay poca alegría porque nadie se atreve a cultivarla y porque no tiene tanto prestigio como los dramas, porque los asuntos serios parecen ser en este mundo lo más importante.

Sin embargo, la alegría acelera los procesos de curación, cicatriza más rápido las heridas, mejora las relaciones, favorece los vínculos, nos hace felices y nos permite ver el lado bueno que tienen todas las cosas.

Fuente: http://psicologiayelser.blogspot.com.ar/2011/06/la-alegria.html

Firma desQbre 2012

desQbre – Mirar el futuro con optimismo nos hace felices

Dos nuevas investigaciones australianas revelan que mirar con optimismo hacia el futuro ayuda a alcanzar la felicidad. Paul Frijters, autor de uno de los estudios, trabajó con una muestra de 10.000 australianos durante nueve años para llegar a la conclusión de que las personas se sienten mejor si albergan la esperanza de que sucedan cosas positivas a largo plazo. “En contra de lo que solemos creer, los seres humanos tendemos a pensar que el futuro nos deparará una sorpresa agradable”, asegura el científico, que da a conocer sus resultados en la revista Journal of Economic Psychology.

Tanto la salud actual “real” como las expectativas acerca de nuestra salud futura afectan a nuestro estado anímico, concluyen los investigadores, que también han encuestado a 17.000 chinos para sondear sus niveles de felicidad y optimismo al pensar en el futuro. En este país asiático, los datos muestran que más del 65% de las personas que viven en entornos rurales son felices o muy felices, pero que solo el 56% de los “urbanistas” se declaran felices. Además, por término medio, los chinos son tan felices como muchos europeos, a pesar de los altos niveles de pobreza. Frijters asegura que los altos niveles de felicidad en China pueden atribuirse a las expectativas “extremadamente altas” sobre cómo mejorarán sus vidas (y sus ingresos) en el futuro.

Fuente: «Muy Interesante» (Elena Sanz) – http://www.muyinteresante.es/mirar-el-futuro-con-optimismo-nos-hace-felices

desQbre – Sufre por amor, pero sólo lo justo

¿Quién no ha sufrido un desengaño, una rotura, un abandono amoroso? ¿Quién no ha pensado que nada merecía ya la pena, que no podría vivir sin el ser amado, que ya nunca sería capaz de querer a otra persona?

El sufrimiento amoroso es natural, pero no hay que exagerarlo. Hoy en día la resolución o desaparición de los problemas más elementales (de salud, supervivencia, etc.) para la mayoría de la sociedad han creado nuevas patologías que llenan nuestras mentes de dolor y adicciones desconocidas hace siglos.

Pero regodearse en la desgracia, empeñarse en no salir del pozo, auto compadecerse o dedicarse a llorar por las esquinas no son las soluciones ni el camino. Hay formas de sufrir menos y convertir la amarga experiencia del desamor en un viaje más llevadero e incluso provechoso para la persona.

El psicólogo Walter Riso, especializado en terapia cognitiva y docto en bioética, ha publicado recientemente el libro Manual para no morir de amor, en el que desgrana algunos ‘consejos’ para superar las rupturas de la mejor manera posible (dentro de lo doloroso).

Cuando una persona enamorada descubre, de un día para otro, que ya no es objeto del amor de su pareja, lo mejor que puede hacer es asumirlo. Como explica Riso en una entrevista con El Confidencial, “lo más importante es el realismo afectivo”, es decir, ver las cosas como son “y matar la esperanza inútil”.

La esperanza no es lo último que se pierde

Parece duro y contradictorio decir así, a bocajarro, que lo primero que hay que hacer es precisamente perder la esperanza, pero es una de las mejores formas de evitar el “sufrimiento inútil”, el irracional.

Si conseguimos deshacernos de ese tipo de sufrimiento que sólo nos hace perpetuarnos en los recuerdos, creer que la persona amada va a volver y analizar nuestro comportamiento hasta la obsesión, tendremos gran parte del camino ya andado.

Por supuesto el dolor permanece durante un tiempo (el luto, según Riso, va de los seis meses al año, dependiendo de la cultura y de la persona), pero se puede sobrellevar. ¿Cómo? Hay que hacer un esfuerzo, poner la voluntad a trabajar, “pelear, dominar la depresión y luchar contra ella”, según Riso. “Es como cuando tienes que pincharte una medicina para sanarte, no quieres, pero tienes que hacerlo”.

En el caso del desamor, es lo mismo. Seguramente no apetezca salir, hablar con nadie, arreglarse o participar en eventos sociales. Pero hay que hacerlo, uno tiene que obligarse a sí mismo, porque quedarse en casa es una solución mucho peor que, además, seguramente nos lleve a ese “sufrimiento inútil” de recordar y hundirnos en la melancolía.

Pero hay más formas. El Manual para no morir de amor, publicado por Zenith, desmenuza los siguientes principios:

1- Aprender a perder, aunque duela

2- Si ya no te quieren, retírate dignamente

3- En los amores imposibles, la esperanza es lo primero que hay que perder

4- Evita el sesgo confirmatorio del “aún me quiere”

5- ¿Para qué humillarte? Huye de ello

6- Rodéate de gente que te ame

7- Aléjate de todo aquello que te recuerde a tu ex

8- Aplica la técnica del stop y corta por lo sano todos los pensamientos negativos

9- Si tienes hijos, únete a ellos.

10- Recuerda tanto lo bueno como lo malo, no idealices a la persona

 Estos son los principales ‘remedios caseros’ para luchar contra el desamor, pero a veces resultan difíciles de aplicar. En ese caso Riso aconseja fervientemente recurrir a la ayuda profesional para ‘curarse’ de esta “enfermedad socialmente aceptada” que es el desamor. De hecho, confiesa, el 40% de las consultas en psicología tienen que ver con el dolor del corazón.

Pero hay otra técnica, de lo más popular, para olvidar a los ex: reemplazarlos. Como asegura Riso, precipitarse a buscar un sustituto o sustituta para tratar de apaciguar el corazón herido no suele ser la mejor opción. “Si el amor reciente todavía está vivo y navegando por la memoria consciente o inconsciente, la reciente adquisición no le hará ni cosquillas y no tendrá dónde ni cómo prosperar”, explica.

¿Porqué, entonces, hay tanta gente que se echa en brazos del primero que pasa? Por tres causas principales, en opinión del psicólogo: necesidad de ser amados, baja tolerancia al dolor afectivo o revanchismo. Esto provoca lo que en psicología recibe el nombre de “estrategia de Tarzán”, que consiste en encadenar una pareja con otra y no ‘soltar’ a una persona hasta que no le hayamos encontrado un sustituto, al igual que el personaje no suelta una liana hasta haberse agarrado a la siguiente.

Pero tampoco es lo más aconsejable, aunque, obviamente, cada persona es un mundo y necesita un proceso distinto.

Eso sí, si el proceso es natural y sano, las fases que experimentará la persona abandonada serán, más o menos, las siguientes: aturdimiento, intento de recuperar a la persona amada, rodeo de la depresión y, finalmente, reorganización de la vida. Así, como augura Riso, “el amor enquistado será absorbido por el organismo de manera natural y sin necesidad de martillazo alguno”.

Para entonces se habrá superado el sufrimiento, pero que nadie se crea que puede evitarlo del todo. Más allá del sufrimiento, el dolor es la ‘sanación’ que ofrece la naturaleza, y por eso es importante vivirlo y dejarlo fluir, aunque sin dejar que se desmadre

Fuente: «El Confidencial» (Alejandra Abad) – http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2011/10/01/sufre-por-amor-pero-solo-lo-justo-76553/