La importancia de no suponer

¿Cuántos de tus pensamientos sobre otras personas, situaciones o cosas se deben a las suposiciones? ¿Eres consciente de las implicaciones que éstas pueden tener en tu vida?

Las suposiciones, a menudo compañeras de nuestro viaje


Una de las mayores necesidades que presenta el ser humano es la capacidad de sentirse emocionalmente seguro, y para ello, crea esa sensación de seguridad que tanto desea a través de diferentes medios y mecanismos, entre los que podemos encontrar a las suposiciones.

Suponer es algo que hacemos con mucha frecuencia. Tendemos a hacer suposiciones sobre casi todo a lo largo de nuestra vida.  Y aun teniendo la oportunidad de saber lo que ocurre en realidad, muchas veces damos por ciertas determinadas suposiciones, sin estar lo suficientemente contrastadas y comprobadas, adquiriendo éstas una categoría de certeza o verdad absoluta. El problema de todo esto, se encuentra por lo tanto en que hacemos esas suposiciones como reales, es decir, suponemos y creemos llevar la razón porque lo vemos finalmente como verdad, constituyendo uno de los principales motivos de las discusiones y conflictos que se producen en las relaciones interpersonales.

Un drama de una idea errónea

Hacemos suposiciones de cómo los demás piensan, qué hacen o cómo van a actuar, e incluso llegamos a tomárnoslo como una cuestión personal, culpándoles después por todo ello. Además también suponemos sobre nosotros mismos. Por lo que podemos afirmar que la mayoría de las veces que hacemos suposiciones, nos estamos buscando problemas.

Suponemos, malinterpretamos, personalizamos y hacemos de un grano de arena, una montaña, por intentar evitar la pregunta o ni siquiera haberla tenido en cuenta, tanto con los demás como con nosotros mismos.

Creamos un drama procedente de una idea errónea. 

¿Y por qué suponemos?

Pero, ¿por qué continuamente de manera consciente o inconsciente hacemos suposiciones?

Quizás sea porque nuestra mente continuamente necesite respuestas para entender lo que pasa a su alrededor, y si no se producen, automáticamente puede llegar a suponerlas, rellenando ese espacio vacío. Es mucho más fácil suponer, ya que prácticamente es automático, que interrogar al otro o a nosotros mismos, por eso las suposiciones se multiplican, reemplazando así a la comunicación.

Piénsalo. ¿Qué es lo que te hace dar el paso para el acto de suponer?

Aparte de por nuestra insaciable necesidad de respuesta, otra razón importante es que no tenemos el valor para hacer preguntas, temerosos de confundirnos y no preguntar lo correcto, o de parecer demasiados entrometidos. Parte de nuestra educación es responsable de todo esto, interiorizando como consecuencia que hacer preguntas puede resultar peligroso, y asumiendo la comunicación a partir de las suposiciones.

Y por lo tanto, ¿Cómo podemos solucionarlo?


Preguntando.

Más vale asegurarnos de que las cosas queden claras y de que por mucho que queramos no sabemos todo de la situación, pues hay que tener en cuenta que existen muchos puntos de vista diferentes al nuestro, cada uno con sus preferencias, que dar todo por hecho. Por lo tanto, si no comprendemos algo, preguntémoslo. Atrevámonos a buscar respuestas.

No es necesario hacer suposiciones. Es más, el día que consigamos no hacerlas habremos aprendido una nueva forma de comunicación, donde destacará la claridad de nuestras palabras. Si conseguimos establecer una buena forma de comunicarnos, nuestros problemas comenzarán a disolverse, ya que la base de muchos de ellos se encuentra en la creación de las suposiciones.

Y sí la teoría es fácil, es mucho más difícil la práctica, pero nada se consigue sin esfuerzo y empeño. Si lo hacemos una y otra vez, podremos crear unos pilares sólidos para la instauración de nuestro nuevo hábito. No seamos perezosos.

Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos (Buda) 

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Fuente: Gema Sánchez Cuevas – La mente es maravillosa.com

¿Qué es la coherencia cardíaca? Conexión entre corazón y cerebro

Numerosos estudios actuales demuestran que el corazón y la mente están relacionados biológicamente.

pvisual_inteligencia_emocionalEn la antigüedad, los filósofos y médicos consideraban al corazón como la sede de los pensamientos y el órgano director de todo el cuerpo. Sin embargo, esta concepción cambió en el SXVII cuando se descubrió que el latido del corazón servía para impulsar la sangre por el organismo.

Desde entonces, se ha pensado en el cerebro como el responsable del intelecto y las emociones y el corazón quedó relegado a ser visto como una simple bomba impelente, con la única función de mantener la sangre circulando por nuestras arterias y venas.

Sin embargo, en los últimos años, los hallazgos científicos han puesto en duda esta consideración y han revelado que el corazón tiene mucho más que decir y juega un papel clave en la vida emocional de las personas. Así, se ha comprobado que es un órgano altamente complejo, dotado de un sistema nervioso propio de más de 40.000 neuronas que se comunica de forma muy estrecha con las zonas del cerebro encargadas de la regulación de las emociones y la fisiología del organismo.

Gracias a esta conexión entre el corazón y el cerebro, el cambio en la actividad en uno de estos dos órganos puede ejercer un profundo impacto en el funcionamiento del otro.

De esta forma, no es sorprendente encontrarnos con que las emociones que sentimos se reflejen de una forma directa en nuestro ritmo cardíaco. Por ejemplo, ante el miedo, la ira o el estrés el corazón late de una forma caótica y altamente irregular. Pero como los lazos entre este órgano y el cerebro son recíprocos, esta desorganización en el ritmo de los latidos producida por las emociones negativas acaba afectando al cerebro y al resto del cuerpo, perjudicando y dificultando su correcto funcionamiento.

Y, por el contrario, con las emociones positivas el corazón adquiere un ritmo regular y armonioso que a su vez facilita la disminución del estrés y nos ayuda a alcanzar el equilibrio en la actividad del resto de los sistemas del organismo. A este estado de armonía en el ritmo cardíaco se le conoce con el nombre de Coherencia Cardíaca, en el cual los sistemas nervioso, cardiovascular, endocrino e inmune del organismo trabajan de una forma eficaz y óptima.

¿Cómo podemos entrar en el estado de coherencia cardíaca?

Lo verdaderamente interesante es que las personas podemos aprender a entrar voluntariamente en este estado de Coherencia Cardíaca a través del control de nuestro propio ritmo cardíaco. Aunque a simple vista nos pueda parecer imposible ser capaces de regular los latidos del corazón de una forma consciente, esto se alcanza de dos formas:

  1. Mediante el cultivo y el fomento de las emociones positivas, como los sentimientos de aprecio por las personas que amamos y las cosas que nos rodean.
  2. Y con el uso de herramientas que nos permitan observar nuestro ritmo cardíaco y entrenarnos en la Coherencia Cardíaca. Esto se puede hacer de una manera fácil empleando aparatos y programas informáticos de biofeedback. Estos dispositivos registran nuestros latidos y nos devuelven la información de una forma intuitiva y sencilla de comprender mediante gráficos en la pantalla de un ordenador y señales sonoras. De esta forma, podemos tomar conciencia sobre el funcionamiento de nuestro propio corazón y empezar a controlarlo a través de diversas técnicas de respiración e imaginación. Así, podremos observar los cambios en el ritmo de nuestros latidos en el mismo momento en que éstos suceden y saber cuándo estamos consiguiendo acercarnos al estado de Coherencia Cardiaca, reforzando y facilitando el aprendizaje de esta capacidad. Finalmente, seremos capaces de entrar en este estado de una forma rápida y sencilla cuando lo necesitemos, como ante una situación difícil, en momentos de alta tensión o estrés o cuando necesitemos rendir a un mayor nivel.

Aprender a entrar en el estado de Coherencia Cardíaca no sólo ayuda a controlar y gestionar el estrés y las emociones negativas como la depresión, la ira y la ansiedad,  sino que, además, facilita un mejor funcionamiento cerebral y tiene efectos positivos en la salud. Así, en varios estudios realizados el Entrenamiento en Coherencia Cardíaca ha mostrado ser beneficioso en la hipertensión arterial, en el asma o en personas que padecen fibromialgia, reduciendo el dolor y la depresión.

Pero la utilidad de esta técnica va mucho más allá: deportistas y ejecutivos también obtienen un enorme provecho mediante su uso, gracias al autocontrol y la mejora en el funcionamiento cognitivo que les proporciona.

Beneficios de la prática de la Coherencia Cardíaca:

  • Sensación de tranquilidad, paz y bienestar.
  • Reducción y manejo más efectivo del estrés y la ansiedad.
  • Pensar con mayor serenidad.
  • Conseguir mayor autocontrol y capacidad de decisión.
  • Reducir la fatiga e incrementar la energía.
  • Potenciar el funcionamiento del sistema inmunológico.
  • Mejora del estado de salud.
  • Tener un mayor control de las situaciones de tensión propias y las de otras personas.
  • Descenso de la tensión arterial.

 

Autor y fuente: Adrián Gaitán – mundopsicologos.com

 

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desQbre – Un videojuego para tratar la depresión

Cada año entre el 1% y el 6% de los adolescentes del mundo padecen depresión, pero la mayoría de ellos no tiene un diagnóstico y, consecuentemente, no recibe tratamiento. Sin embargo, una terapia informatizada, un videojuego, puede ser una buena elección para este colectivo tan familiarizado con los ordenadores. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de científicos de Nueva Zelanda tras realizar una investigación, y cuyos resultados se publican en el último ‘British Medical Journal’.

Sally Merry, de la Universidad de Auckland, declara a ELMUNDO.es: «Tenemos algo que poder ofrecer a los jóvenes con depresión. Un tipo de intervención con la que disfrutan y además es eficaz».

El trabajo ha sido llevado a cabo con 187 adolescentes de entre 12 y 18 años que acudieron a 24 centros de atención primaria de Nueva Zelanda por síntomas depresivos. Todos se sometieron a pruebas psicológicas para evaluar su gravedad y, posteriormente, fueron divididos en dos grupos. La mitad de ellos (94) se asignó al grupo de terapia con el videojuego, mientras que el resto (93) siguió los tratamientos tradicionales, en consulta.

Elegir un avatar

El ‘SPARX’ es un programa informático de autoayuda para personas jóvenes con síntomas de depresión que utiliza un entorno de fantasía, juegos en 3D y una banda sonora hecha a medida. El programa enseña técnicas para controlar los síntomas de la depresión, en un formato de aprendizaje autodirigido.

Al mismo tiempo, los jóvenes aprenden las técnicas de la terapia cognitivo-conductual para tratar los síntomas (por ejemplo, hacer frente a los pensamientos negativos, resolución de problemas, planificación de la actividad y la relajación). El programa se puede utilizar con un mínimo de supervisión y en él los usuarios pueden personalizar su avatar y el viaje a las siete provincias, cada una con un conjunto único de desafíos y puzles, detallan los investigadores.

«El tiempo necesario para hacer el SPARX es de 30 a 40 minutos por módulo, con un tiempo total de duración de la terapia de cuatro a siete semanas. Lo más positivo del programa es que está directamente a disposición de los jóvenes para que ellos trabajen su problema», destaca la investigadora principal.

Los resultados

Una vez finalizado el juego, todos los jóvenes fueron evaluados a través de varios tests psicológicos. Los datos revelan que el «SPARX fue tan eficaz o más que la atención habitual a la hora de reducir los síntomas de depresión y ansiedad en por lo menos un tercio», detallan los investigadores.

Además, un 44% del grupo que siguió el videojuego se recuperó completamente en comparación con 26% de los que siguieron la terapia habitual. Además, es importante que el 95% de los usuarios del SPARX se mostró satisfecho con esta fórmula y hasta un 81% reconoció que se lo recomendaría a algún amigo. «No obstante, la satisfacción fue igual de elevada en el grupo que siguió el tratamiento convencional», determinan los investigadores.

La terapia cognitivo conductual informatizada SPARX es un «recurso eficaz para los adolescentes con depresión que buscan ayuda en atención primaria. El uso del programa resultó en una reducción clínicamente significativa en la depresión, la ansiedad y la desesperanza y una mejora en la calidad de la vida. Los resultados son mejores si se considera que SPARX es totalmente un recurso de autoayuda. El único contacto con el médico fue al inicio (cuando se acude al centro de salud) y, posteriormente, a través del teléfono pasado un mes del tratamiento», concluye el ensayo.

Además, los efectos del tratamiento persistieron durante tres meses después del programa, que fue más eficaz para «aquéllos que en un principio estaban más deprimidos. La intervención es al menos tan buena como el tratamiento habitual para atención primaria, pero sería más barata y más fácil difundir», agregan los investigadores.

Fuentes: «El Mundo» (Patricia Matey) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/04/19/neurociencia/1334857831.html