Noviembre 2014 – desQbre

El final de un d’a.

 

Video recomendado: La sabiduría de Will Smith

Artículo recomendado: Qué aporta al mundo cada estilo de personalidad

 

desQbre en RADIO NACIONAL de ESPAÑA:

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Si quieres escuchar cualquiera de los 35 audios del programa “Espacio Inestable” en los que participamos pulsa aquí.

Podrás escuchar las causas, consecuencias, función, utilidad y el beneficio de nuestras emociones y sentimientos, abordando temas de psicología e inteligencia emocional

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Área PSICOLOGÍA

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Área INFANTIL – EDUCATIVA

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Área DESARROLLO PERSONAL – INTELIGENCIA EMOCIONAL

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Área ENEAGRAMA de la PERSONALIDAD

  • Artículo: Qué aporta al mundo cada estilo de personalidad – leer + info
  • Artículo: Artículos y videos en los medios de comunicación sobre el Eneagrama la personalidad – leer + info

 

CALENDARIOS CURSOS:

FORMACIÓN CONTINUADA en “ENEAGRAMA de la PERSONALIDAD” en MADRID (Atocha y Majadahonda)

 

testimonios

Calendario de CURSOS y TALLERES

 

 

desQbre – Qué es la alegría

smileLa alegría es el estado de regocijo interior que nos hace sentir vivos y  equilibrados; es una excitación que produce placer y felicidad y es un  sentimiento grato que nos obliga a ver el lado risueño y gracioso de las cosas.   Es una emoción expansiva que se necesita expresar y  compartir con los  demás.

En estos tiempos, encontrar una persona alegre por nada, dispuesta a sonreír  a la gente, a esparcir buena onda y a sembrar optimismo, no es cosa fácil,  en  un mundo donde proliferan las caras largas de tanta gente depresiva y amargada  que se complace en quejarse de todo y que se pasa gran parte de la vida  presagiando fracasos y catástrofes.

Sin embargo, puede ocurrir que entre esa masa doliente que no es capaz de ver el  lado bueno que tienen todas las cosas, aparezca alguien como surgido de otra  dimensión, que se atreva a ser optimista y positivo aún en los peores momentos.

Es en ese instante en que podemos reconciliarnos con la vida y comenzar a  respirar el aire fresco de la esperanza, que es la que nos permite vislumbrar el  horizonte impidiéndonos bajar los brazos.

La alegría se contagia y le devuelve a la gente el entusiasmo y las ganas de  vivir, pero todavía hay tan pocos referentes que logran desplazar a los que nada  esperan y que solo se quejan, que sigue venciendo la mala onda de la gente que  vive aferrada al instinto de muerte.

Son demasiadas las cosas que hacen que la mayoría esté de mal humor, pero  desde que el mundo existe han habido calamidades, principalmente por la conducta  de los seres humanos; sin embargo también el hombre tiene la capacidad para  estar alegres aún cuando sus circunstancias no sean las mejores; porque la  alegría es una actitud, una predisposición a aceptar la realidad como es y  entregarse a ella sin ponerse a la defensiva y necesariamente intentar  cambiarla.

La queja no es privativa de los menesterosos, más bien predomina entre los  que más tienen, que nunca están conformes y necesitan más cosas, creyendo  erróneamente que teniéndolo todo podrán ser más felices.

La realidad se puede ver desde distintos ángulos y cada uno de ellos nos  mostrará una cosa distinta.  Si pudiéramos enfocar el aspecto verdadero que  tienen todas las cosas, podríamos reírnos más seguido, principalmente de  nosotros mismos cuando pretendemos aferrarnos a puras ilusiones que nos impiden  pasarla bien y divertirnos.

La alegría no se agota aunque se malgaste, al contrario se convierte en una  inagotable fuente de buen humor que contribuye a hacernos más felices, y en el  mejor de los casos hasta puede llegar a convertirse en un hábito.

Profesionales dedicados al estudio de la salud emocional se reunieron en  Helsinki (Finlandia) y en Buenos Aires, para debatir este tema en función a sus  investigaciones, y llegaron a la conclusión de que cuanta más alegría se gasta  más rápidamente aumenta el caudal de buenas ondas que repercute en los  demás.

Este fenómeno se produce aún en contextos muy diferentes con condiciones  culturales y económicas muy disímiles.

Estos resultados fueron sorprendentes porque cada equipo de trabajo investigó  por su cuenta sin conocer el trabajo que hacía el otro.

Es importante distinguir entre la falsa alegría, que es la grotesca y del mal  gusto, y la genuina, que es la espontánea,  que es la que surge desde adentro  con el solo propósito del buen vivir.

La alegría es como un puente fácil de atravesar, porque hasta el que se  encuentra más deprimido puede cruzarlo y contagiarse y decidir en un solo  instante cambiar su estado de ánimo y elegir ser una persona alegre para  siempre.

La alegría libera para hacer cualquier cosa, nos permite volar con la  imaginación e inventar cosas nuevas, atrae a la gente, abre puertas, disuelve  rencores y resentimientos, permite olvidar las penas y minimizar las  adversidades.

Hay poca alegría porque nadie se atreve a cultivarla y porque no tiene tanto  prestigio como los dramas, porque los asuntos serios parecen ser en este mundo  lo más importante.

Sin embargo, la alegría acelera los procesos de curación, cicatriza más  rápido las heridas, mejora las relaciones, favorece los vínculos, nos hace  felices y nos permite ver el lado bueno que tienen todas las cosas.

Fuente: «Psicología – La guia – http://psicologia.laguia2000.com/psicologia-cuerpo-mente/la-alegria

desQbre – Qué es la Psicología del Desarrollo

La teoría de Arnold Gesell(1880-1961) describe en forma sistemática el crecimiento y desarrollo humanos desde el nacimiento hasta la adolescencia.

Ve una relación de paralelismo entre el desarrollo de un ser humano y la evolución de la humanidad; y le interesa más estudiar la influencia que el desarrollo y la personalidad ejercen sobre la conducta, que investigar sobre estas estructuras.

Considera que el crecimiento es un proceso sujeto a leyes, y que produce cambios de forma y de función.

El crecimiento mental es un amoldamiento progresivo de las pautas de conducta mediante la diferenciación e integración, que incluye la complementación de herencia y ambiente. El ambiente estimula el desarrollo pero para ello necesita de la maduración adecuada.

La maduración se verifica por medio de los genes o sea que la naturaleza determina el orden de aparición de los factores de crecimiento; o sea que la madurez de las estructuras nerviosas es un prerrequisito esencial del aprendizaje.

Las personas que no pueden aprender a hablar (afásicos), por distintas razones tienen afectadas zonas cerebrales que les ha impedido el aprendizaje de la adquisición del lenguaje en el momento oportuno.

Gesell sostenía que cada niño que nace es único, con un código genético individual heredado pero con la capacidad de aprender. Estas diferencias individuales se deben entonces a factores hereditarios y ambientales, ya que también influyen en su desarrollo el hogar en que vive, su educación y su cultura.

La maduración para este autor es de importancia primordial y la influencia ambiental no puede prevalecer.

Existen fluctuaciones en el aprendizaje en forma de espiral a la manera de una diferenciación continua. Se adquieren funciones específicas hasta casi dominarlas para volver a formas anteriores de comportamiento. Es un mecanismo evolutivo de autoadaptación de avances y retrocesos.

Si se observa el desarrollo de la humanidad se podrá comprobar también el avance del proceso evolutivo y los posteriores retrocesos que se registran, para luego continuar con los cambios.

El desarrollo humano no se produce en línea recta continua sino que tiene oscilaciones, sin embargo existe una progresión desde etapas inmaduras a otras maduras, cuando ya no se producen vueltas atrás.

Con respecto a la crianza del niño, Gesell propone una actitud intermedia entre el método autoritario y el permisivo y confiar en la autorregulación, porque principalmente cree en la sabiduría de la naturaleza y en que el educador debe dejarse inspirar por el propio niño.

El principio evolutivo demuestra que el desarrollo tiende hacia una realización óptima y sólo los factores ambientales pueden interferir con ese desarrollo, habiendo sido también expresada esta idea por Rousseau.

La teoría de Gesell es biológica considerando que el aprendizaje depende de la biología y fisiología del desarrollo y no a la inversa.

En consecuencia, todo plan de estudios escolares debería basarse en el conocimiento psicológico de la naturaleza y de la secuencia de la maduración.

Estos conceptos de Gesell se pueden comprobar en el reconocimiento por parte de los educadores actuales que no todos los chicos maduran al mismo tiempo y a la misma edad.

En la práctica se puede observar que los niños con retraso en el aprendizaje suelen no ser anormales sino simplemente inmaduros que pueden lograr posteriormente una nivelación satisfactoria. Los grados de recuperación atienden esta problemática con éxito aunque existen todavía prejuicios por parte de los padres que se niegan a que su hijo sea declarado diferente.

La personalidad también influye, un niño inquieto, activo y ruidoso se pondrá de manifiesto también en el aula, por lo tanto, afectará su aprendizaje.

Para estos niños la doble escolaridad puede ser muy conflictiva y difícil de sobrellevar, por lo que se recomienda para ellos la jornada simple.

La descripción del ciclo de desarrollo evolutivo para Gesell terminaría a los 16 años, aunque esta edad resulta temprana para los tiempos actuales.

Fuente: http://psicologiayelser.blogspot.com.ar/2011/02/psicologia-del-desarrollo.html

desQbre – ¿Preferimos el dinero o la felicidad?

Si te dieran a elegir entre un trabajo bien pagado con un número de horas laborales razonable que te permite disfrutar de tu tiempo libre o un trabajo con un sueldo altísimo que solo te deja seis horas para dormir, ¿qué escogerías? Un estudio de la Universidad de Cornell (EE UU) revela que la mayoría de las personas se decantan por la primera opción, a pesar de renunciar con ello a su propia felicidad.

“Podríamos pensar que la felicidad es el objetivo final de las personas, pero la gente tiene otros objetivos prioritarios como la salud, el bienestar familiar y el estatus social”, explica Alex Rees-Jones, autor de un estudio que publica la revista American Economic Review. Además, la mayoría de los participantes en el estudio (2.600) aseguraron que estaban dispuestos a renunciar a su felicidad si así lograban mayos sensación de control, o que los miembros de su familia vivieran mejor y fueran más felices. “Lo que la gente elige hacer y lo que esas mismas personas piensan que les haría felices normalmente no coincide”, concluye Ress-Jones, que añade que en la sociedad actual “hay cosas más importantes que la felicidad”, y que esta “no es útil para predecir nuestras decisiones”.

Fuente: «Muy Interesante» (Elena Sanz) – http://www.muyinteresante.es/ipreferimos-el-dinero-o-la-felicidad

desQbre – Mirar el futuro con optimismo nos hace felices

Dos nuevas investigaciones australianas revelan que mirar con optimismo hacia el futuro ayuda a alcanzar la felicidad. Paul Frijters, autor de uno de los estudios, trabajó con una muestra de 10.000 australianos durante nueve años para llegar a la conclusión de que las personas se sienten mejor si albergan la esperanza de que sucedan cosas positivas a largo plazo. “En contra de lo que solemos creer, los seres humanos tendemos a pensar que el futuro nos deparará una sorpresa agradable”, asegura el científico, que da a conocer sus resultados en la revista Journal of Economic Psychology.

Tanto la salud actual “real” como las expectativas acerca de nuestra salud futura afectan a nuestro estado anímico, concluyen los investigadores, que también han encuestado a 17.000 chinos para sondear sus niveles de felicidad y optimismo al pensar en el futuro. En este país asiático, los datos muestran que más del 65% de las personas que viven en entornos rurales son felices o muy felices, pero que solo el 56% de los “urbanistas” se declaran felices. Además, por término medio, los chinos son tan felices como muchos europeos, a pesar de los altos niveles de pobreza. Frijters asegura que los altos niveles de felicidad en China pueden atribuirse a las expectativas “extremadamente altas” sobre cómo mejorarán sus vidas (y sus ingresos) en el futuro.

Fuente: «Muy Interesante» (Elena Sanz) – http://www.muyinteresante.es/mirar-el-futuro-con-optimismo-nos-hace-felices

Aún estamos educando para el codazo y la exclusión

Luis López González, especialista en educación emocional

Tengo 50 años. Nací en Mérida y vivo en Castellfedels. Soy doctor en Psicopedagogía.

Cuál es la gran carencia de nuestra escuela?

Que quiere ser efectiva…, ¡y debería ser afectiva!

¿Afectiva?

La neurociencia más avanzada establece que, más que animales racionales, ¡somos animales emocionales!

«Siento, luego existo», dice Damásio.

Sí. Corregido el «Pienso, luego existo» de Descartes, sabiendo ya que pensamos con el cuerpo y la emoción, ¿por qué la escuela sigue eludiendo esta evidencia científica?

¿Hasta qué punto la elude?

¿Está ayudando al alumno a autoconocerse, a entender su interior, a gestionar sus emociones, a formarse una cosmovisión y un proyecto de vida propio? No, no, no y no.

Enseña a leer, dividir y la capital de Francia: ¿acaso eso no está bien?

La mente sabe, pero el cuerpo conoce: ¡enseñemos al alumno a leer los mensajes de su ser íntimo, a interpretar sus emociones, a escuchar su cuerpo!

¿Puede enseñarse eso?

¡Sí! Se aprende y se adiestra: ¡eso es educar! ¿O el objetivo de la educación es capacitar para ser muy eficaz en lo económico? Mire, el objetivo de la educación debería ser uno y principal: la felicidad del ser humano.

¿Y qué entiende por felicidad?

La autorrealización, ¡no la contabilidad!

¿Algún ejemplo?

Una alumna mía gozaba con la fotografía y soñaba con dedicarse a eso. Yo la animaba, pero su padre la convenció para que estudiara Derecho y ganara dinero. Qué lástima…

¿Acaso renuncia usted a ganar dinero?

Ya he aprendido que acumular dinero me gratifica menos que hacer lo que me llena y que compartir, cooperar, ayudar…

¿Manda lo económico en la escuela?

Aún rinde culto a Santa Competencia y Santa Excelencia: aún educamos para el codazo y la exclusión. ¡Eduquemos para la bondad, la belleza y la verdad! Para la humanidad.

Suena muy bien, sí.

En vez de personas competitivas y excelentes, saldrían personas excelsas: amantes de lo verdadero, bello y bueno.

¿Cómo se educa así?

Educamos a los jóvenes para ser brillantes en la logosfera, la tecnosfera, la iconosfera… ¡Y los hacemos analfabetos en la sensosfera!

¿Qué es la sensosfera?

El universo de las sensaciones, los sentimientos, las emociones, la empatía… Los pilotos contra las Torres Gemelas eran brillantes en todo… y analfabetos en sensosfera.

¿Y cómo alfabetizar en sensosfera?

Por ejemplo, con nueve herramientas que he aislado tras cotejar técnicas de todas las tradiciones culturales y espirituales.

Enúncielas, por favor.

Atención. Respiración. Visualización. Habla. Conciencia postural. Sentidos. Energía corporal. Capacidad de soltar. Y enfoque emocional (focusing).

Ilústrelas con algún ejemplo práctico.

Primero educo al alumno en la llamada pausa revolucionaria.

¿En qué consiste?

En guardar silencio y cerrar los ojos… un rato. Luego pregunto: «¿Cómo te sientes hoy, ahora? Presta atención a tu cuerpo, haz un barrido y detecta las sensaciones menos agradables, conflictos, dolencias… y obsérvalas. Y, sin juzgarlas, ¡anótalas, dibújalas!».

¿Para qué?

Así aprende a desidentificarse de sus sensaciones, emociones y pensamientos. Así comprende que están… ¡pero no son él!

¿Es esto educativo?

¡Muchísimo! ¿Acaso te pegarás con otro por una simple emoción que no eres tú en el fondo? El joven descubre una distancia entre lo que siente y el ser, la vivencia del ser profundo, la llamada ipseidad.

Describa la ipseidad.

Paz. El fondo del ser… ¡es pacífico! Está en la mirada al interior, en inglés, mindsight.

¿Hay paz en el interior de cada uno?

Sí. Y estas técnicas ayudan al alumno a descubrirla dentro de sí.

¿Con qué beneficios?

Mayor capacidad para concentrarse, pacificación del clima del aula, mejor rendimiento académico, bienestar emocional y autoconocimiento.

Expóngame algún otro ejercicio práctico educativo en la sensosfera.

Uno para niños pequeños: «Dibuja tu nombre propio». ¡Así empieza a autoconocerse! Otro: cantamos juntos las vocales y consonantes, y les dices: «Fijaos cada uno en qué sonidos os hacen sentir mejor… y componed vuestro mantra para hoy»…

Otro más.

El profesor les hace cerrar los ojos, visualizar un volcán y recorrer sus partes: ¡así aprenden más rápido y mejor!

¿Qué es el focusing o enfoque emocional, la última herramienta que ha citado?

Focalízate en lo que sientes en tu pecho y pregúntale qué está pidiéndote: ¡escucha, te ayudará a actuar!

¿Me fío de lo que me pida el cuerpo?

Quedarse sólo en el intelecto es cojo. La razón se siente. ¡Einstein sintió que «E=mc2» antes de llegar a formularlo así! Joven: estarás en paz si alineas lo que sientes, piensas y haces.

¿Algún consejo final para estudiantes?

¡Sonríe! Decenas de músculos se relajan así. ¡Y sonríete a ti mismo! Si has estudiado, sonríe: el examen te irá bien. Si has estudiado poco, sonríe: sabes que el examen te irá menos bien. ¡Esto es inteligencia emocional!

Fuente: «La Vanguardia» (Víctor-m. Amela) – http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120915/54350431432/la-contra-luis-lopez-gonzalez.html

 
 

Cambie su modo de pensar y cambiará su modo de actuar

Nicholas Tarrier, enseña terapia cognitivo-conductual en la Universidad de Manchester.

Tengo 61 años. Nací en Londres; para nacer otra vez elegiría Barcelona. Casado con otra psicóloga; dos hijas gemelas médicas que hablan español y un hijo politólogo. Soy ateo y laborista. Colaboro con la Societat Catalana de Recerca i Teràpia del Comportament.

Nuestros pensamientos afectan a nuestras emociones y, con ellas, a nuestra conducta. Así que, si modificamos nuestros hábitos de pensamiento, también corregiremos nuestros problemas emocionales y de comportamiento.

 Higiene mental: no es nuevo.
Porque funciona. La terapia conductista está consolidada tanto para una pequeña obsesión como para una grave esquizofrenia.

 Resúmala en una frase.
Las cosas no son como son, sino como las percibimos. Por eso, si logramos cambiar el modo en que pensamos y sentimos lo que nos pasa, también mejoraremos el modo en que reaccionamos y actuamos. Y cuando usted mejore su comportamiento, también mejorará el que tienen los demás con usted.

 Por ejemplo.
El miedo ha salvado a nuestra especie. Sin miedo la humanidad no existiría. Pero también hay muchas personas que no pueden controlarlo y sufren ansiedad y angustia.

 ¿Puede ser más concreto?
El miedo a un accidente salva vidas cada día, pero ese mismo miedo, cuando degenera en un trastorno obsesivo compulsivo, hace que el conductor obsesionado revise veinte veces los frenos o el cinturón.

 ¿Le ha pasado a usted algo parecido?
Tuve un ataque de ansiedad bajo el agua cuando buceaba. Creí que no podía respirar. Intenté frenar el pánico recordando lo que llevo media vida aconsejando: “Corrige tu conducta con el pensamiento”. Y me dije a mí mismo: “Nicholas, el equipo funciona, así que, si te tranquilizas, podrás respirar”.

 ¿Funcionó?
No, cada vez tenía más ganas de huir: salir a la superficie y respirar, pero eso hubiera precipitado la descompresión con fatales consecuencias. Me concentré en pensar hasta que encontré la idea que me desbloqueó: “¡Ya estás respirando, porque si no respiraras, estarías muerto! O sea, que relájate y respira”. Entonces funcionó. Lógica inmediata.

 El pensamiento corrigió la conducta.
Cito el caso porque ejemplifica el gran error habitual de seguir conductas de huida que perpetúan y agrandan los problemas, aunque la gente crea que la ponen a salvo.

 ¿Los conflictos de la vida cotidiana deben plantearse o rehuirse?
No corra, no huya, pero tampoco plante cara agresivamente. Analice su problema a fondo y negocie una solución. Pero, sobre todo, antes de actuar, anticipe siempre las consecuencias de cada paso que da. Y no lo dé si no sabe hacia dónde le va a llevar.

 ¿En qué sentido?
Antes de actuar plantéese qué quiere conseguir y cómo conseguirlo. Ese planteamiento ya es en sí un primer éxito, porque si uno mismo no se permite enfadarse, ya ha empezado a encontrar una solución: ha controlado su agresividad.

 Pero soltarse también es un desahogo.
Siempre es el reflejo de una impotencia; además, piense siempre: “¿Adónde me lleva?”.

 Si no hago daño a nadie, chillar alivia.
En vez de abandonarse a la espiral de las reacciones, vuelva a los fundamentos y relajará su tensión. Si el conflicto estalla, por ejemplo, en su oficina, piense que su objetivo allí es tener un entorno agradable y una relación racional con sus compañeros.

 Sentido común, pero no fácil de lograr.
Pues antes de hacer nada, recupere el control sobre usted mismo: respire. Ya ve, se trata de volver de nuevo a lo básico en vez de huir hacia el descontrol. Cuando controle la emoción, ya podrá volver a usar su sistema 2: el raciocinio. Ya no será un animal.

 ¿Y si se me va la pinza y no controlo?
Abandone el escenario donde ha perdido el control de sus emociones y vuelva sólo cuando lo haya recuperado. Trate entonces de racionalizar la situación y explicarla.

 Supongo que usted se enfrenta a diario a problemas peores.
A mis pacientes esquizofrénicos que oyen voces les doy siempre el mismo consejo: “No huyas de ellas, ni las ignores: afróntalas y razona con ellas”. De nuevo, recuerde que cuando trata de huir de un problema, suele empeorarlo. La huida aumenta el riesgo.

 Es el primer recurso del débil.
Trato también muchos casos de shock postraumático. Es muy habitual que un paciente sufra flashbacks (recuerdos recurrentes) del momento de un accidente de automóvil. Esos recuerdos degradan su vida.

 Es cuestión de sobreponerse.
De higiene mental: el pensamiento lleva a la emoción y la emoción a la conducta. No huya del pensamiento: ¡afróntelo! Razone.

 ¿Cómo?
La señora víctima del accidente también trataba de evitar recordarlo: huía. Pero la técnica adecuada es la contraria: evocarlo con toda nitidez y cuantas más veces, mejor.

 ¡Qué mal trago! ¿Para qué repetirlo?
Cuando ella trataba de evitar el recuerdo, no podía conducir o iba ridículamente lenta porque temía recordarlo de repente y paralizarse y tener otro accidente, pero cuando conseguí que buscara ese recuerdo, al principio fue peor, sufrió una angustia enorme.

 Comprensible.
Pero, poco a poco, a fuerza de enfrentarse a su miedo y evocar el choque una y otra vez, en su mente el trauma pasó de ser presente a convertirse en ya pasado. Y así lo superó.

 Se trabajó su problema.
Es una sencilla técnica que todos podemos ejercitar para poner nuestro cerebro a trabajar para nuestro bienestar.

Fuente: «La Vanguardia» (Lluís Amiguet) – http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120913/54350265869/la-contra-nicholas-tarrier.html

 
 

Nuestras decisiones se basan en ilusiones y falsas memorias

Michael S. Gazzaniga, padre de la neurociencia cognitiva

Tengo 72 años. Nací y vivo en California. Estoy casado y tengo 6 hijos y 17 nietos. Es peligroso que los humanos dependamos de las estructuras sociales, porque el individuo se vuelve irresponsable, como un niño. No tengo creencias, pero el 95% de las personas las tienen.

Mis sesos son yo?
Sí, su cerebro es lo que genera la mente con sus pensamientos y sentimientos.

Y los pensamientos surgen de la mente…
Estén donde estén, están generados por un proceso del cerebro, pero la capa mental es real. Es como hablar de hardware (el cerebro) y software (la mente), uno sin el otro no tienen sentido y su interacción es lo que produce la función.

Entre otras cosas la conciencia de nosotros mismos.
Sí, y toda la gama de actividades sociales, estados mentales, y todo lo que somos.

¿Nuestros pensamientos pueden variar nuestras redes neuronales?
Va al revés, las neuronas producen la capa o el nivel mental, que a su vez delimita las neuronas. La neurociencia antigua decía que A produce B y B produce C. La neurociencia moderna piensa que A produce B, y B vuelve a A y la influye.

¿Por qué una persona es más inteligente que otra?
Todos los neurólogos están intentando responder a su pregunta y nadie tiene todavía una respuesta. Si la inteligencia es ser bueno en el pensamiento abstracto, se trata de cuántas variables puedes mantener en tu mente, lo normal son 4 o 5, y las personas muy inteligentes en este sentido pueden tener 6 o 7, pero esta es sólo una línea. Estamos hablando de personas que tienen una buena memoria a corto plazo.

¿Qué otras hipótesis se barajan?
Que las personas inteligentes tengan una estructura neuronal distinta. Pero una de mis conclusiones más trascendentes es que hablar de libertad de acción empieza a no tener sentido.

¿Estamos determinados?
Para empezar, hay que entender que una célula humana funciona de manera automática, como funciona su teléfono móvil.

Y, según usted, el cerebro también es un mecanismo.
Sí, que toma decisiones mezclando la información heredada y la aprendida. Y resulta que en el hemisferio izquierdo humano hay algo muy especial a lo que yo llamo el intérprete.

Eso es nuevo.
Este módulo neuronal intenta interpretar el mundo y las propias acciones del sujeto, intenta contarnos la historia de por qué hacemos lo que hacemos, de manera que toda esa argumentación mental que nos parece fruto de nuestra lógica particular…

… Es obra del intérprete.
Sí, y este descubrimiento nos lleva a la conclusión de que la libertad de acción es irrelevante e inexistente. Pero eso no significa que usted no sea responsable de sus actos.

¿Cómo que no?
Porque la responsabilidad es el acuerdo que tomamos todos nosotros, está en lo social. Pero permítame que le cuente una historia.

¿De su intérprete?
Tiene que ver con él. El primer científico en decir que el cerebro estaba hecho de neuronas fue Ramón y Cajal, pese a que Golgi fue el primero en ver una neurona, pero como tenía una teoría distinta sobre el cerebro no la tomó en cuenta, ja, ja, ja.

¿Qué le hace tanta gracia?
Hasta qué punto si uno no quiere, no ve una cosa, aunque la tenga delante no la ve.

El intérprete.
Así es, una herramienta humana muy potente que es la que nos hace estar tan seguros de lo que decimos y pensamos.

¿Y lo que sentimos?
Usted se va a la cama perfectamente feliz, pero se levanta hecha polvo y entonces se dice: «¡Ah!, es que no me apetece ir a trabajar» o «es que mi pareja no me ha dado los buenos días».

¿Mentirijillas del intérprete?
En realidad lo que ha pasado es que ha cambiado su nivel de dopamina.

Vaya, que no nos podemos fiar ni de nosotros mismos.
Un ejemplo muy claro es un ataque de pánico o una fobia, hay una parte del cerebro que te da un impulso, llegas a un nivel de ansiedad brutal porque el intérprete te ha contado una película irreal que para ti es absolutamente real.

O sea, que tenemos un Pepito Grillo grillado.
El intérprete intenta responder al porqué y al cómo incluso a costa de inventar falsas memorias. Estos descubrimientos tienen enormes implicaciones para entender nuestra conducta.

Me ha dejado perpleja.
No sólo más del 98 por ciento de nuestras decisiones son inconscientes, sino que, además, de las pocas decisiones conscientes estas se basan en construcciones que a su vez están basadas, en gran parte, en ilusiones y memorias falsas. Y hay más.

A saber.
Para cuando tú eres consciente de tu pensamiento, tu cerebro ya lo ha ejecutado. Ya ve, todos sus procesos mentales, incluyendo la sensación de tener una mente y un yo, son fruto de su cerebro.

¿Y ahora qué hago?
Nuestra visión de quienes somos está cambiando y cambiará todavía más a medida que hagamos nuevos descubrimientos, y debemos estar atentos, porque organiza-mos nuestra sociedad en función de lo que creemos.

Fuente: «La Vanguardia» (Ima Sanchís) – http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120903/54345758891/la-contra-michael-s-gazzaniga.html

 
 

Se aprende haciendo

Roger Schank, investigador en la teoría del aprendizaje y las ciencias cognitivas

Tengo 66 años. Nací y vivo en Nueva York a medias con Miami. Licenciado en Matemáticas y doctorado en Lingüística. Casado, tengo 2 hijos y 4 nietos. La mayoría de gobiernos no saben lo que están haciendo en el tema educativo, y educación y empleo van muy ligados.

Qué comprendió investigando la inteligencia artificial?
Para que las máquinas fueran inteligentes debía enseñarles a aprender, y para ello tuve que investigar cómo aprenden las personas.

¿Y qué averiguó?
Que absolutamente todo lo que aprendemos se basa en la práctica y que, por tanto, nos educan mal. El sistema educativo, en lugar de formar, deforma.

Trascendente conclusión.
¿Usted aprendió periodismo en la facultad o ejerciéndolo?… Año tras año los profesores enseñan aquello que leyeron y memorizaron pero que no han puesto en práctica, todo es teoría.

No sea radical.
¡Es que hay que transformar radicalmente el sistema educativo! Dígame quién ha sido tradicionalmente la responsable de la educación… La religión. Y la postura de todas las religiones es: “Nosotros estamos en posesión de la verdad y vamos a transmitiros el conocimiento”. Y ese es el concepto opuesto a lo que debería ser la educación.

Aquí las escuelas laicas son mayoría.
Pero utilizan el mismo modelo. Todos nosotros hemos estudiado álgebra, ¿alguien me puede decir la ecuación cuadrática?

Yo no.
¡Pero si la ha estudiado! Ese es el modelo estúpido: Todo el mundo debe aprender algo que luego no pone jamás en práctica. Estamos enseñando las materias equivocadas con la metodología equivocada.

¿Cómo debería enseñarse?
Nadie nos sentó en un aula para que aprendiéramos a hablar. Hablamos, y cuando nos equivocamos, nuestros padres nos corrigen. Y no hay ningún niño de dos años que no haya hecho este experimento.

¡Cuidado que va a romper el vaso!
De eso se trata. Los seres humanos debemos equivocarnos y aprender de nuestros errores a partir de la experiencia, y tener un objetivo claro que nos motive.

Me ha empapado el pantalón.
… Por esta razón se nos deben plantear escenarios reales en los que experimentar, equivocarnos y analizar posteriormente nuestros errores, con tal de conseguir interiorizar y solidificar nuestros conocimientos y prepararnos para la vida real. Otro experimento que todos hemos llevado a cabo…

No por favor.
La pataleta, que en algún momento de nuestra vida adulta dejamos de hacer.

¿Quién?
Ja, ja, ja… Si hay adultos que todavía tienen rabietas es porque a los dos años no aprendieron lo que tocaba. Se aprende a través de la práctica. No sirve el “esto no se hace”.

Educación experiencial.
La educación debería estar enfocada a ayudarte a vivir una vida mejor. ¿En qué clase le enseñaron a ser una buena madre?

Usted hace preguntas trampa.
Lo que necesitamos es conocimiento práctico de por qué suceden las cosas con las que nos enfrentamos cada día de nuestras vidas.

¿Cómo enseñar eso en las aulas?
Las escuelas deberían ser eliminadas, para empezar están controladas por los gobiernos y su pretensión no es que salgan de ellas personas inteligentes que piensen por sí mismas, sino simples y obedientes, que no se hagan preguntas y que produzcan.

¿Y entonces?
Cuando mi hija me hizo esta misma pregunta le propuse montar una escuela con otros padres de chicos de seis años (doce niños con un profesor) y creé para ellos un programa en el que les enseñamos a ser ingenieros. Y no hay suspensos frustrantes porque aprenden equivocándose. Así se aprende, ¿o no?

Sí, y es mejor no frustrarse.
A los niños de esa edad les gusta construir, así que construyen puentes, trenes… Tienen que poner en marcha una fábrica de chocolate con todo lo que implica…

Pero no todos los niños saben lo que quieren ser en la vida.
Hay que observarles y preguntarles. Si a un niño le gusta subirse a los árboles, probablemente le gustará ver cómo funciona una granja y a partir de ahí le podemos introducir en temas agrícolas. Debemos hacer de su afición su profesión.

Suena utópico.
Hoy la escuela parte del concepto opuesto: Todos los niños son iguales y todos deben aprender lo mismo. Mi idea de la educación son clases superreducidas, de unos cinco alumnos, con un profesor que está ahí para alentarles y ayudarles a seguir el proceso formativo especificado en el programa on line basado exclusivamente en la metodología del aprender haciendo.

¿Y los ciclos superiores?
Cuando ya son más mayores no necesitan aulas, todo es vía internet.

Pero en la escuela ya se les expone a distintos temas: música, arte, ciencias… y luego eligen.
Esa es precisamente la línea argumental que se ha cargado el sistema educativo. En lugar de exponerles a profesores tenemos que exponerles a la vida, y esta les sugerirá sus materias de interés.

Internet no es la vida.
El cambio es cómo se enseña, no los instrumentos. Yo presento diferentes programas, según el interés del niño, que les exponen a situaciones reales y les damos una metodología para resolverlos. Un interés es un activo que es muy triste perder.

Fuente: «La Vanguardia» (Ima Sanchís)- http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120831/54343882373/la-contra-roger-schank.html

 
 

El estrés en el trabajo eleva el riesgo de infarto

El estrés en el trabajo aumenta en un 23% el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, según el estudio más amplio que se ha realizado sobre la relación entre condiciones laborales y enfermedades coronarias.

Aunque esta cifra es inferior a la de otros factores de riesgo de infarto como el tabaquismo, la obesidad o la inactividad física, el estrés laboral es responsable de “una proporción notable de enfermedades coronarias en las poblaciones activas”, escriben los investigadores en la revista médica The Lancet, donde presentan sus resultados.

El estudio, realizado con datos de más de 197.000 personas, no aclara de qué modo el estrés en el trabajo puede conducir a un infarto. Pero “sabemos que, en situaciones de estrés, los fumadores tienden a fumar más, las personas con sobrepeso tienden a ganar más peso y los trabajadores tienden a hacer menos actividad física”, ha aclarado por correo electrónico, Mika Kivimaki, epidemiólogo del University College de Londres y primer autor del estudio. Por lo tanto, “los datos indican que hay un efecto indirecto”, es decir, que el estrés lleva a adoptar comportamientos poco saludables, que a su vez llevan a un mayor riesgo coronario.

Kivimaki apunta que el estrés laboral también podría tener un efecto más directo sobre el corazón -por ejemplo, descompensando las hormonas que regulan el estrés o elevando la tensión arterial de manera permanente-. Pero advierte que este efecto directo no está demostrado. “Recientemente hemos empezado a analizar esta cuestión, pero aún no tenemos resultados”, informa.

Estudios anteriores han demostrado de manera inequívoca que los episodios de estrés agudo elevan el riesgo de infarto de manera transitoria por el efecto directo de hormonas de estrés. Esto explica, por ejemplo, los casos de personas que sufren un paro cardiaco durante un ataque de ira, al declarar ante un juez o tras la muerte de su pareja.

Pero la influencia del estrés crónico sobre la salud cardiovascular, menos directo, no ha llegado a establecerse con la misma nitidez. Para solventarlo, un equipo de epidemiólogos de ocho países liderados por Kivimaki ha realizado un metaanálisis que ha sintetizado los resultados de 13 estudios anteriores realizados en países europeos.

Han recogido datos de 197.473 personas que tenían una media de edad de unos 45 años al iniciar los estudios. De ellas, 30.214 (alrededor de un 15%) dijeron sufrir estrés laboral. Los estudios se prolongaron una media de siete años y medio, durante los que 2.358 de los participantes sufrieron un infarto de miocardio u otra enfermedad coronaria.

Los resultados muestran que los empleos en que se exige mucho de los trabajadores y se les da muy poco control sobre lo que hacen son los que más estrés causan y mayor riesgo de enfermedad coronaria comportan. En el otro extremo, los empleos en que los trabajadores pueden controlar qué hacen y a qué ritmo lo hacen son los de menor riesgo coronario.

Los investigadores han calculado que, si nadie sufriera el estrés laboral, se evitarían el 3,4% de los infartos de miocardio en los países analizados –entre los que no se encuentra España-. Este porcentaje es inferior al 12% que se conseguiría si nadie estuviera físicamente inactivo o al 36% que se conseguiría si nadie fumara.

Factores como la inseguridad laboral “tendrán probablemente una importancia mayor en el futuro” y “la actual crisis económica aumentará esta importancia con casi toda seguridad”, apunta Bo Notterstrom, investigador del hospital Bispebjerg de Copenhague, en UN editorial que publica The Lancet. “La prevención del estrés en el lugar de trabajo –afirma Notterstrom- podría reducir la incidencia de las enfermedades coronarias más de lo que han calculado los autores de la investigación”.

Fuente: «La Vanguardia» (Josep Corbella) – http://www.lavanguardia.com/salud/20120914/54349541322/estres-trabajo-eleva-riesgo-infarto.html

 
 

Cada órgano dañado responde a un sentimiento

Christian Flèche, padre de la teoría de la descodificación biológica.

Tengo 53 años. Nací en Arcachon y vivo en la Provenza. Casado, tres hijos. Licenciado en Enfermería. Me interesa la relación de persona a persona. Mi religión es vivir el momento presente y como Jung creo que la enfermedad es el esfuerzo de la naturaleza por curar el cuerpo.

El cuerpo es nuestra herramienta de curación?

Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy diferente.

 Bueno, cada uno es cada cual…

Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

 ¿Eso es para usted la enfermedad?

Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos… Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.

 ¿Nace el conflicto?

Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.

 Póngame otro ejemplo.

Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.

 Pero tener prisa es psicológico.

Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.

 ¿Y provoca un síntoma?

Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.

 Dígame.

El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.

 ¿Realidad energética?

Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.

 ¿Y es irreversible?

Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. «¿Desde cuándo?», le pregunté. «La primera vez estabas sola con mis hijos» «Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?» «Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada». Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.

 A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.

Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños… todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.

 ¿Todo conflicto provoca enfermedad?

No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

 ¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?

Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.

 ¿Estómago e intestino?

No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: «No me respetan y me dejan de lado». Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización…

 ¿Lo adecuado para estar sano?

Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine… Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.

 La ira y la violencia se expresan a sus anchas.

Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: «Lo que tengo es miedo», su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.

Fuente: «La Vanguandia» (Ima Sanchís) –  http://www.lavanguardia.com/lacontra/20110530/54163306905/cada-organo-danado-responde-a-un-sentimiento.html

 
 

desQbre: ¿Por qué un padre asesina a sus hijos?

Dos informes parecen señalar, según ha confirmado el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que los restos óseos encontrados en la finca de los padres de José Bretón corresponden a ‘seres humanos inmaduros’. Si finalmente se vincula a Bretón con la muerte de sus hijos, Ruth y José, se convertiría en el último rostro de una macabra lista, la de los filicidas, aquellos padres que asesinan a sus hijos.

El pasado mes de julio, Canarias era escenario de cómo un hombre mataba a puñaladas a su hijo y avisaba a su ex mujer para que viera cómo prendía fuego y estrellaba el coche donde se encontraba el cuerpo del niño de 11 años. Con ello, el padre creyó conseguir «vengarse» de su ex mujer, de la que se había separado hace cinco años.

Ante estos ejemplos, cabe preguntarse si un padre que es capaz de matar a su propio hijo no es un enfermo mental. «En el caso de Bretón, y conociendo únicamente lo que se publica en los medios, no parece que estemos ante una persona con una enfermedad mental«, asegura tajante a ELMUNDO.es José Luis Martínez Fernández, psiquiatra del Servicio de Salud Mental de La Latina (Madrid).

«Cuando no entendemos los actos de alguien rápidamente se le tacha de ‘loco’, pero este tipo de aberraciones de la conducta humana no tienen por qué provenir sólo de personas enfermas, sino de aquellas que sólo buscan vengarse, como parece el caso de Bretón», sugiere este especialista. «Aunque cada caso es diferente, este tipo de sucesos tienen rasgos psicopatológicos similares y obedecen a un bajo control de sus emociones: la ira, la rabia y la venganza. Esto no tiene nada que ver con un enfermo mental. Este tipo de personas es perfectamente consciente de lo que está haciendo y del daño que provocan con ello», sugiere este especialista.

Su opinión coincide con las conclusiones de un estudio que en 2009 realizaba el Hospital Vanha Vaasa, en Finlandia, donde Hanna Putkonen, directora del estudio remarcaba que «los filicidas son un grupo marcado de homicidas. Sin embargo, la patología no surge de un desorden mental como se había supuesto con anterioridad».

Luis de Rivera, psiquiatra, director del Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática y autor del libro ‘Crisis emocionales’, también se postula en esta línea. «Aunque sea evidente que psicológicamente hablando hay algo que no funciona en estas personas, no se habla de enfermos porque sus actos no se deben a la enfermedad psicológica, sino a ellos mismos. Son conscientes del dolor que causan«, indica De Rivera.

Personas conscientes de sus actos

Para ambos psiquiatras, el origen de los actos de estos padres reside en un «intenso dolor» normalmente relacionado con la pérdida de los hijos por una separación de la pareja, lo que viene a mostrarse en frases como «si yo no tengo a mis hijos, tú tampoco».

Con este dolor se desencadenan dos tipos fundamentales de psicopatologías: el suicidio extenso y la desvinculación con los hijos.

«En el primer caso (suicidio extenso), el sujeto decide suicidarse y llevarse a sus hijos con él. Se trata de un proceso de identificación, en el que los hijos son una extensión de la persona que no quiere que estén con nadie más. Dentro de este apartado se encontraría otro tipo de ramificación, en el que se identifica a los hijos con el cónyuge. Si además, el sujeto tiene la percepción de rechazo de los hijos, en este caso, matar a los hijos equivale a matar a la pareja», explica De Rivera.

El homicido altruísta sería una variante de esta situación, señala Martínez Fernández. «Aunque no se puede hacer una separación de los casos por sexos, sí es cierto que se da más en mujeres. Ante un profundo dolor desarrollan una depresión muy grave, y lo que no quieren es que sus hijos lo pasen igual de mal (aunque a ellos no les pase nada), por lo que les asesina» comenta. Sin embargo, ellas son más capaces en general de controlar sus impulsos y emociones, aunque los expertos inciden en que «no se puede generalizar«.

En el segundo tipo de psicopatología, la desvinculación con los hijos, se produce en momentos como una separación o divorcio «que provocan en estas personas la agresión hacía sus hijos, al pensar que no van a poder estar con ellos y se distanciarán, y al creer que su pareja les está separando de ellos. Aquí es una mezcla de machismo y pérdida de los hijos, ya que buscan hacer daño a la pareja. Tienen tendencias suicidas», explica De Rivera.

Aunque siempre se señala a las drogas y otras sustancias como ayudas necesarias para llevar a cabo un acto de violencia, la doctora Hanna Putkonen recuerda en su estudio publicado en ‘BMC Psychiatry’ que «los filicidas no suelen estar borrachos mientras cometen el crimen y tienen menos antecedentes criminales que el resto de los asesinos, suelen tener un empleo estable y no son sociópatas. Sin embargo, los investigadores destacan que tienen problemas para demostrar sus emociones y presentan factores suicidas«.

Precisamente, ese no saber expresar sus emociones más la sensación de dolor en personas que no saben controlar sus impulsos violentos pueden llevar, en un momento dado, a la violencia extrema. «En momentos específicos, sin planificación, en medio de una discusión uno puede pensar en estrangular a alguien o cualquier cosa parecida, pero a diferencia de lo que le ocurre a la mayoría de la gente, este tipo de personas no controla su dolor y actúa», indican los especialistas.

Pero ¿y si está planificado? En este caso, y teorizando con los datos aparecidos en la prensa sobre el caso de Bretón, la quema de los restos, las cartas o las imágenes de las cámaras donde este hombre iba por el parque, ya sin los niños, De Rivera indica una posible crisis catatímica.

«Es muy parecido a lo que le pasó a Breivik en Oslo. En esta situación son todavía más culpables, porque ni siquiera tienen el atenuante de enajenación transitoria. Son conscientes de lo que hacen. En estos casos el sujeto toma decisiones basadas en algo tan irracional como los sentimientos, y más concretamente, el miedo, la rabia o la venganza. Este tipo de personas sufre un estado intolerable de estos sentimientos y busca, para aliviarse, autoconvencerse mediante decisiones racionales de que algo externo a ellos es lo que les provoca este sufrimiento. Simplemente idealizando sobre ello ya se sienten mejor por lo que piensan que es buena idea y si la realizan acabarán con su sufrimiento», comenta De Rivera.

Fuente: «El Mundo» (Silvia R. Taberné) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/08/27/neurociencia/1346085067.html

 
 

 

desQbre: Cómo hacer más fácil y llevadera la vuelta al cole

El final del verano llega para todos y las prisas y la rutina volverán a ocupar los largos días del invierno. Los niños, aunque todavía pequeños e inmaduros, sufren como cualquiera el final de sus días de libertad. La ‘vuelta al cole’ es difícil también para ellos.

«Para un niño de cuatro años, tres meses, lo que dura el verano, es un porcentaje muy elevado de su vida, cosa que para un adulto no es nada. Conforme los pequeños van creciendo, ese porcentaje es menor, pero no es fácil el cambio de la diversión y el ocio al trabajo«, explica el psicólogo educativo Jesús Ramírez.

Los niños pasan de no tener disciplina al deber de cumplir de nuevo unos horarios y unas normas fijas y establecidas. Por ello, el cambio es «costoso». Aunque de forma distinta, «lo mismo nos pasa a los mayores, ¿no?», señala el psicólogo.

Ansiedad por separación

Uno de las claves fundamentales en la que coinciden todos los expertos para hacer el proceso de adaptación más llevadero es la normalización. Es decir, no dramatizar la situación y no prestarle más atención de la que tiene. Así, lo explica la directora del Centro madrileño de Atención Temprana Imagina, Mónica Flores. «Lo normal es que los niños lo pasen mal. Realmente cuando se falla es cuando se quiere que las cosas se normalicen lo antes posible».

La ansiedad por separación es algo normal que ocurre en todo proceso de crianza y afecta tanto a niños como a padres, por ello todo depende de la importancia que se le dé. «Está mal visto que los niños lloren en su primer día, y solemos incluso poner etiquetas como ‘el llorón’. Parte de culpa para que ese proceso de adaptación tenga éxito la tiene la acogida que tenga el niño esos primeros días de clase«, asegura.

Otro de los factores de los que depende esta adaptación, como señalan los expertos, es la edad que tengan los niños y de si se inician en la escuela por primera vez, o si por el contrario ya son ‘veteranos’.

Niños primerizos y veteranos

En el caso de que sea un niño que va a empezar su andadura escolar, y va a entrar en la educación primaria, el proceso es un tanto más costoso que si ya fuera un niño que ha acudido previamente a una guardería o jardín de infancia. «Va a suponer para el niño un cambio muy grande, en el que va a perder durante una buena parte del día a sus figuras paternas», comenta Ramírez. Pero para ellos, los colegios toman medidas. Por ejemplo, inician el colegio unos días antes, durante periodos cortos de tiempo y con la presencia de sus padres, puntualiza el experto. Muchos centros llevan tomando esta iniciativa desde hace ya varios años. ¿La ventaja? Los expertos lo tienen claro: mejorar la adaptación del niño a su nueva vida.

Por su parte, el niño ya veterano, que ha acudido al jardín de infancia, tal como explica el pediatra Jordi Pau, coordinador de Prevención y Seguridad de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se muestra más nervioso, inquieto inseguro y además se enfrenta a una clara dicotomía: el duelo por el final del verano y las ganas por volver a ver a sus amigos. Pero para ellos, el proceso es más fácil porque enseguida comienzan de nuevo a jugar con sus viejos amigos y a olvidarse de los padres.

El periodo de adaptación suele durar, aproximadamente una semana», concreta el doctor. Por su parte, Mónica Flores asegura que el 90% de los niños en un mes ya se ha adaptado plenamente a la nueva vida.

Recomendaciones para padres

No hay un manual perfecto para padres, pero sí unas pautas adecuadas para poder hacer más fácil esta vuelta al cole. Sobre todo, una actitud positiva por parte de los padres.

«Cariño y escucha«, reafirma Flores. Hay que saber escuchar a los niños, que verbalicen lo que les pasa y que puedan expresar sus emociones». Esto es, la llamada «acogida emocional» que apunta la directora del centro de Madrid. «Hay familias que no perciben que los niños necesitan expresarse, y una parte fundamental, no solo de este proceso de vuelta al cole, sino de todos, es que los padres atiendan las necesidades emocionales que les presentan sus hijos.

Por otro lado, es recomendable que los últimos días de vacaciones los niños sigan manteniendo los mismos hábitos de horarios, relacionados con su ocio y simultáneamente vayan teniendo momentos de adaptación al medio escolar, como por ejemplo ir forrando sus nuevos cuadernos. «Que empiece a familiarizarse con sus nuevos libros y materiales, personalizándolos y revisando sus contenidos», explica Ramírez.

Una vez iniciado el curso escolar, todavía podemos disfrutar de un buen clima, hay muchos días con temperaturas agradables, por ello los expertos recomiendan seguir realizando las actividades de parque o piscina durante unos días. «Con esta simple actividad, se elimina casi de raíz esa adaptación al nuevo curso», detalla el experto en psicología educativa.

Pero algo muy importante que quiere matizar es que estén seguros de los profesionales. «Es importante que los padres tengan confianza en los profesores, pues son los que se van a responsabilizar de su hijo. Y sobre todo, que estén tranquilos», concluye.

Fuente: «El Mundo» (Beatriz G. Portalatín) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/08/31/neurociencia/1346441333.html

 

 

 
 

 

desQbre: Si quieres aprobar, duerme lo suficiente.

Entre libros y apuntes, cafeína en mano y ojeras. A muchos estudiantes se les reconoce porque sus bienvenidas a los meses de julio y septiembre son una constante de noches mal dormidas, datos, nombres y fórmulas en la cabeza con los que enfrentarse a los últimos exámenes del curso.

Da igual los años que pasen. Seguramente todos sepan lo que es quedarse las noches de antes en vela por preparar estos exámenes, todos ellos con la vana pero presente ilusión de que estudiando de forma intensiva los días de antes, incluso la noche antes, se tienen los conocimientos más frescos.

Sin ánimo de darles una mala noticia, las evidencias científicas demuestran todo lo contrario. Los últimos en echar por tierra esta ‘teoría’ ha sido un grupo de investigadores de la Universidad de California (Los Ángeles, EEUU). Según el análisis que publican en ‘Child Development’, quitarse horas de sueño para estudiar más no sólo no fija los conocimientos, sino que aumentan las posibilidades de terminar con problemas académicos al día siguiente.

Largas noches

Para subrayar esta afirmación, los investigadores siguieron durante 14 días próximos a las fechas de exámenes a 535 estudiantes de distintos cursos de Secundaria de Los Ángeles para analizar, mediante preguntas y tests, el tiempo que dormían, las horas que estudiaban, cuándo lo hacían y su rendimiento académico, sus hábitos de estudio y sus resultados.

«Esperábamos como conclusión demostrar que no se conseguía mejorar significativamente los resultados de los exámenes, pero lo que nos ha sorprendido es que por cada noche en vela o con insuficientes horas de sueño por estudiar más tiempo se consigue el efecto contrario, los resultados en los exámenes, así como en la comprensión de la materia que se imparte en las clases es peor», afirma Andrew J. Fuligni, profesor de Psiquiatría y Ciencias Bioconductales del Instituto de Neurociencia y Comportamiento Humano de la Universidad de Los Ángeles.

Para los psicólogos, estos resultados vienen a apoyar una vez más la lucha contra las leyendas urbanas. «Muchos estudiantes creen que con cafeína y una semana durmiendo poco y estudiando mucho conseguirán buenos resultados, pero lo cierto es que, aunque puede haber sus excepciones, en la mayoría de las ocasiones sus resultados son peores estudiando de forma intensiva en vez de extensiva«, afirma a ELMUNDO.es José Antonio Portellanos Pérez, doctor en Psicología y profesor del departamento de Psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid.

«¿Para qué nos sirve dormir?», se pregunta este especialista. «Dormir nos sirve tanto para la recuperación fisiológica del cuerpo como, sobre todo, para mantener el equilibrio de nuestro cerebro. La falta de sueño daña más al cerebro que al cuerpo. Es una exigencia del cerebro», explica.

Precisamente, como actividad mental, Portellanos asegura que uno de los beneficios del sueño es que consolida el aprendizaje del día «ordenando y guardando la información». Por ello, «cuando se restan horas de sueño por el estudio, al cerebro no le da tiempo a procesar y organizar esta información por lo que se produce el olvido», comenta.

Además, este doctor explica el porqué de ese lapsus que muchos estudiantes sufren en pruebas que ya tendrían que saber: «Aunque de manera directa la falta de sueño no influye en lo que ya se sabe, en el aprendizaje consolidado, sí es cierto que cuando no se duerme de forma más o menos continuada, unido a los nervios del examen, se producen lapsus o bloqueos. La información que se está asimilando en los últimos días, directamente se pierde», explica.

Y todo ello sin contar con los trastornos de conducta producto de una falta de descanso adecuando. «Todos necesitamos dormir entre siete u ocho horas, sin este respiro a nuestro cerebro y nuestro cuerpo es normal que se produzcan situaciones de irascibilidad, irritación, etc, ya que no hemos recuperado ese equilibrio de nuestro cerebro. Esto se acentúa en periodos de estrés como son los exámenes», añade el doctor Portellanos.

¿Alondras o búhos?

En el estudio, el profesor Fuligni pone el acento en la falta de sueño también producto de la excesiva carga en la agenda de chavales de 12 años en adelante, por lo que recomienda «que estos jóvenes consigan unos hábitos para que sus horas de sueño no se vean afectadas por el estudio, ya sea mejorando la efectividad de las horas electivas o restando el tiempo de otras actividades extracadémicas, los amigos o las nuevas tecnologías», recalca.

A este respecto, tanto José Antonio Portellanos como Andrés González Bellido, presidente de la Sección de Psicología de la Educación del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña, recuerdan que «falta enseñar a estudiar». Para ambos, aunque existen técnicas de estudio, los adolescentes han de aprender a «estudiar de forma constante, repasando y descansando lo suficiente».

«Darse la paliza a estudiar la semana antes es una locura que produce efectos académicos negativos», insiste este especialista. «Como mucho, lo que sí se puede hacer, ya que su eficacia está comprobada, es estudiar unas horas antes de irse a la cama y luego dormir siempre las horas necesarias (entre siete y ocho), con esto se asimila mejor la información», subraya González Bellido.

Pero ¿entonces no existen las personas diurnas y nocturnas? «Existen personas cuyos biorritmos naturales marcan que su mejor horario para estudiar es entrada la tarde, los llamados ‘búhos’; aunque la mayoría de las personas son ‘alondras’, aquellos cuyo pico de rendimiento se desarrolla en las mañanas», afirma González Bellido. «Cada persona tiene que descubrir a qué grupo pertenece y planificarse en función de ello. El verano es un buen momento para hacer este experimento. Si estudias mejor por la mañana, la idea sería acostarse antes para levantarse temprano, si es a la inversa y ya está iniciado el curso, hay que planificarse las tardes y ser constante estudiando todos los días para no bajar nunca del umbral de las seis-siete horas de sueño. Yo siempre recuerdo que el curso se se empieza a aprobar desde el momento en que comienza», asegura.

Es más, los psicólogos llegan a afirmar que es mejor no estudiar los dos días antes del examen. «El día anterior al examen es mejor repasar algo, pero de forma leve, no estudiar. El hacerlo supone aumentar nuestra ansiedad, genera un bloqueo mental y no se consigue el objetivo de aprender lo que no sabemos», aseguran.

Fuente: «El Mundo» (Silvia R. Taberné) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/08/21/neurociencia/1345569548.html

 

 

 
 

 

desQbre: ¿Es saludable decir siempre la verdad?

  • Un estudio constata que mentir menos tiene efectos positivos en la salud
  • Expertos señalan las ventajas de algunos tipos de mentiras en el día a día

‘Con la verdad se llega a todas a partes’. Con esta frase, seguramente hayamos recorrido parte de nuestra enseñanza más arraigada. Decía Platón que «hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad». Pero además de actos de valentía y franqueza que hemos aprendido desde niños, ¿podría tener consecuencias positivas en nuestra salud?

«Asociar verdad con salud es una relación problemática y compleja», afirma el psicólogo Rubén González, autor del artículo ‘El engaño y la mentira en los trastornos psicológicos y sus tratamientos’, publicado en la revista ‘Papeles del Psicólogo’. Pero esta conexión ha tenido una respuesta afirmativa en un estudio realizado por investigadores de la Universidad americana de Notre Dame y cuyos resultados han sido presentados en la 120ª Convención de la Asociación Americana de Psicología. Uno de los datos más llamativos fue la media de mentiras por semana que verbalizaban los americanos: 11 mentiras.

Durante 10 semanas analizaron las respuestas de 110 personas ante ciertas situaciones. La mitad de ellas fue entrenada para decir menos mentiras. Precisamente, este grupo fue el que, según Anita E. Kelly, profesora de psicología en dicha universidad y autora principal del estudio, «presentó mejoras significativas en su salud«. Tales beneficios iban desde menos sentimientos de tensión y melancolía a un menor número de cefaleas y molestias de garganta.

Sin embargo, la mentira ofrece ciertas ventajas en las relaciones sociales. El psicólogo y criminólogo Jaime Gutiérrez, perteneciente al Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León, asegura que «mentir es una conducta adaptativa».

«Podemos asociar los beneficios con la ansiedad, es decir, con la verdad se disminuye la ansiedad. Pero tampoco podemos afirmar que esto sea mejor o peor para la salud», indica este experto apuntando a que las personas tienen distinto nivel de activación que, traducida en forma de ansiedad, es buena y necesaria.

Fundamentalmente, explica este experto, las personas mienten por tres motivos: para adaptarse a un ambiente hostil, para evitar castigos y para conseguir premios o ganancias sobre los demás. «Por ejemplo, la gente en su curriculum vítae pone un nivel de inglés más alto del que realmente sabe, pero lo hacen para conseguir un premio, un puesto de trabajo en este caso, y esa conducta no tiene porqué ser necesariamente mala», desarrolla.

Buscar el equilibrio

Decía el médico y psicoterapeuta austríaco Alfred Adler que «la verdad es a menudo un arma de agresión. Es posible morir, e incluso asesinar, con la verdad», por lo que a veces ser honesto no podría resultar tan bueno. «En ocasiones decir la verdad, puede ser contraproducente», asegura Gutiérrez, no obstante, aclara que la sinceridad es buena cuando las consecuencias son positivas para la persona que emite la conducta y para su entorno.

Por su parte, Rubén González también apoya esta afirmación. «Hay que buscar el equilibrio entre lo que es bueno para nosotros y para el que recibe la notica». Además, asegura que algunas veces puede asociarse decir la verdad con signos de inocencia o falta de madurez, por tanto, en ocasiones la mentira puede ser incluso necesaria.

Este experto divide la mentira en mentira ‘prudente’ e ‘imprudente’. La primera es aquella que se dice para adaptarse a la situación, la que es «necesaria» decir en ocasiones para evitar un mal mayor. Pone de ejemplo, una situación peligrosa como estar en una habitación con mucha gente y que haya un incendio. «Puedes mentir y decir a la gente que no está pasando nada y evitar así el caos. El control es necesario en estos casos», detalla.

La segunda es cuando lleva consecuencias peores que dificultan ese equilibrio mencionado anteriormente. Decir la verdad, puede tener consecuencias negativas en el otro. Esto es, hay personas que tienen que decir siempre la verdad, «tener la conciencia tranquila», y esto «no siempre es bueno», puntualiza el psicólogo. «Esta sensación de conciencia tranquila es la creencia de creer que han actuado bien y por ello ‘se sienten mejor’ físicamente», explica.

Honestidad, un valor necesario

La honestidad, explica este experto, refuerza el que una relación, sea del tipo que sea, pueda ser mucho más consistente y estable. Pero, «tiene que haber también otras cosas, es un valor que no puede ir separado del resto», matiza.

«La honestidad absoluta en el ser humano no existe, es imposible que un hombre siempre diga la verdad». Ésta, asegura, es un valor que debe ir añadido junto a otros: «De nada vale que una persona sea sincera, si le faltan otros valores».

Como conclusión, los expertos aseguran que no podemos relacionar mentir en contextos cotidianos con una peor salud, pero que es bueno que en la sociedad se eduque desde la honestidad y la franqueza. «Un desarrollo moral adecuado desde la infancia, orientado en la verdad, es positivo», finaliza Gutiérrez.

Fuente: «El Mundo» (Beatriz G. Portalatín) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/09/03/neurociencia/1346690139.html