desQbre – 6 formas en que las mascotas benefician tu salud

534957_259920024106574_1969902420_nCada vez más estudios apoyan la premisa de que de las mascotas son buenas para la salud. De allí que no exageraríamos al asegurar que más que el mejor amigo del hombre, un perro podría convertirse también en su mejor enfermero. Entérate aquí de los beneficios que una mascota puede ofrecerle a tu vida y a la de tu familia.

La próxima vez que los niños te supliquen que traigas a casa un perrito, un gato, un ave o incluso un pececito, no rechaces totalmente la idea.  Es cierto que implican responsabilidad y gastos, pero ellos se encargan de compensar tus obligaciones con muchísimos beneficios para la salud de todos. Entre éstos se encuentran los siguientes:

1. Las mascotas ayudan a combatir la ansiedad.

Según un estudio del Medical College de Virginia, a los pacientes hospitalizados con problemas de salud mental, la terapia con animales les ayudó a reducir sus niveles de ansiedad más que otras terapias convencionales. “Las mascotas ofrecen un amor incondicional que puede ser muy útil para las personas con depresión”, indica el Dr. Ian Cook, psiquiatra y director del Programa Clínico y de Investigación de Depresión en UCLA (UCLA Depression Research and Clinic Program).

2. Benefician la salud cardiovascular

En un interesante estudio publicado por la investigadora Erika Friedmann en el American Journal of Cardiology, se les dio seguimiento a más de 400 personas después de que sufrieran un ataque al corazón. Un año más tarde, los dueños de mascotas tenían 8.6 veces más probabilidades de sobrevivir que aquéllos que no tenían mascotas. De manera que los perros y los otros animalitos, pueden ayudar a mejorar la longevidad y la sobrevivencia de sus dueños.

3. Fortalecen tu sistema inmunológico.

“Tener una mascota es la inmunoterapia de la naturaleza”, asegura la Fundación Livestrong.  “Los niños de los hogares con mascotas tienen una asistencia general de tres semanas más por año que los que no tienen mascotas.” Además, otros estudios indican que los niños que están cerca de una mascota son menos propensos a tener eczema e incluso  llegan a tener un  sistema inmunológico más fuerte en general.

4. Las mascotas son magníficas en terapias de salud

La terapia con mascotas puede reducir significativamente el dolor, la ansiedad, la depresión y la fatiga en pacientes con varios problemas de salud, como por ejemplo:

  • Niños con tratamientos dentales
  • Pacientes recuperándose de cáncer
  • Personas internadas a largo plazo en instituciones médicas
  • Veteranos con trastorno de estrés postraumático

5. Las mascotas ayudan a las personas de la tercera edad

Algunos estudios demuestran que los pacientes con Alzheimer tienen menos brotes de ansiedad si hay un animal en casa, y que quienes los cuidan también se sienten menos agobiados cuando hay una mascota en el hogar.

Además, tener una mascota ayuda a las personas mayores a hacer ejercicio y les da el beneficio de sentirse acompañados,  lo que les hace sentir mejor en general.

6. Las mascotas  ayudan a mantenerse en forma

¿Sabías que los perros son responsables de 67 por ciento de las caminatas que sus propietarios toman cada semana?  Tener un perro en la casa te impulsa a salir a caminar,  incluso a jugar con él. Según Sandra McCune, autora del libro  “Health Benefits of Dog Walking for People and Pet”,  las personas que sacan a sus perros a caminar suelen cumplir con su requisito diario de ejercicio, incluso si ellos no hacen ningún ejercicio de importancia. ¡Esta por sí sola es una razón muy fuerte para tener y mantener a un perro en casa!

 

Cuidado, aquí está la otra cara de la moneda

Aún cuando una mascota resulte beneficiosa para tu salud, siempre es bueno hacerte estas tres  preguntas antes de llevar una a casa:

  • ¿Te sientes cómodo con una mascota? Si nunca has tenido un perro u otro animalito, asegúrate que esta es una opción que le dará alegría y no tensión a tu vida.
  • ¿Podría convertirse en una carga económica? De acuerdo a la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (American Society for the Prevention of Cruelty to Animals, ASPCA), la llegada de un gato o un perro a la casa puede representar una inversión financiera importante durante el primer año de su estancia en la casa (adquisición del animal, vacunas, visitas al veterinario, comida, medicinas, juguetes, etc.).
  • ¿Puedes cuidar bien a tu mascota todo el tiempo? Una mascota, además de compañía y beneficios a tu salud, también requiere de ciertos cuidados. Por ejemplo, si sales  de viaje ¿quién la cuidara?

Compara las ventajas y las desventajas y toma tu decisión. Pero si te decides a traer una mascota a la casa, hazlo con el convencimiento de que será una fuente de alegría y de beneficios para tu salud y la de toda la familia.

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Fuente: Vida y Salud – vidaysalud.com

 

Adolescentes y la Fobia Social ¿de qué se trata?

cache_2409999735Todo el mundo piensa que ser adolescente significa disfrutar a pleno de la vida social. ¿Por qué no? Entre la escuela, las fiestas y todas las actividades con amigos, de seguro que hay mucha diversión. Sin embargo, no todos los adolescentes disfrutan al participar en los eventos sociales y hasta los rechazan. Algunos incluso sienten una profunda ansiedad de ser vistos en público en situaciones cotidianas. Aquí te cuento de qué se trata esta fobia social en los adolescentes.

Juliana recuerda que cuando tenía 16 años todo el mundo le decía que dejara de ser tan tímida. Ella era callada, más bien introvertida y odiaba, sobre todas las cosas, tener que pasar delante de mucha gente. Le daba vergüenza por ejemplo, subirse a un autobús (bus, colectivo, guagua, camión) urbano y tener que caminar por el pasillo para buscar un lugar. El sentir las miradas de la gente le producía mucha ansiedad hasta el punto de hacerla sudar y sonrojarse. Por eso, su mamá recuerda que siempre supo que lo de Juliana era mucho más que timidez. En el colegio no quería participar en actividades, como teatro o danza, por el miedo a exponerse en público y ser criticada. No le gustaba ir a fiestas porque le daba pánico no saber si la iban a sacar a bailar o no.

Fue entonces cuando decidieron buscar ayuda profesional y Juliana fue diagnosticada con fobia social. Hoy, ya varios años después, Juliana agradece a su mamá que la haya llevado a esa terapia, pues es abogada litigante y su trabajo le exige hablar en público.

Como Juliana, muchos adolescentes padecen de fobia social, la cual se define como una ansiedad intensa o un miedo persistente ante un objeto, una actividad o una situación social que se evade a toda costa para evitar el estrés. Hablar en público o iniciar una conversación son las principales situaciones de las que huyen los adolescentes.

Las estadísticas indican que el promedio de edad en el que se desarrollan los síntomas de la fobia social es entre los 11 y los 19 años, es decir, durante la adolescencia.

Para identificar si tienes fobia social o si tu hijo(a) adolescente la padece, presta atención a los siguientes síntomas:

  • Sentirse observado en situaciones sociales al punto de sentir      dolor de estómago, tener el pulso acelerado, marearse y llorar.
  • Sentirse cohibido (con timidez) cuando otros observan: pensar      que todos están juzgando lo que haces.
  • Tener un temor extremo de que otros te observen.
  • Temer al qué dirán los demás.
  • Evitar iniciar conversaciones con compañeros de la clase.
  • Sensaciones físicas como sonrojarse, palpitaciones, náusea,      sudor y sentirse humillado(a).

Si piensas que tu ansiedad ante situaciones sociales es extrema hasta el punto de interferir en tu vida diaria y tu bienestar emocional, puede que tengas fobia social. Para saber si es así, debes consultar con un especialista que puede recomendarte los dos tratamientos que hay para tratar este tipo de fobia: medicamentos y terapia psicológica o terapia de comportamiento.

Los medicamentos se pueden combinar con la terapia (es lo que generalmente se recomienda) y se ha comprobado que son efectivos para tratar y eliminar los síntomas de la fobia social. En los Estados Unidos, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) ha aprobado cuatro medicamentos específicamente para los casos de fobia social: Zoloft (Sertraline), Paxil (Paroxetine), Luvox (Fluvoxamine) y Effexor (Venlafaxine). Puede que en tu país existan con el mismo nombre o que tu médico te recomiende otros con ingredientes similares que sean igualmente efectivos (el ingrediente que se encuentra entre paréntesis es el ingrediente químico que es igual en todos los países).

Lo bueno de los medicamentos es que funcionan. Lo malo, es que sólo tratan los síntomas, en este caso no los curan y podrían causar algunos efectos secundarios. Por lo que, si se suspende su uso, los síntomas pueden regresar.  Por eso, la terapia psicológica o la terapia de comportamiento podría ser mejor a largo plazo si te funciona, ya que con algunos métodos podrías “entrenar” a tu cerebro para que le pierda miedo a las situaciones sociales que no podías enfrentar previamente.

De cualquier manera, el primer paso es identificar si padeces de fobia social para así poder tratarla y disfrutar de tu adolescencia a plenitud, (o ayudar a tu hijo(a) a   superarla).

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Fuente: (Doctora Aliza) – http://www.vidaysalud.com

desQbre: ¿Por qué un padre asesina a sus hijos?

Dos informes parecen señalar, según ha confirmado el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que los restos óseos encontrados en la finca de los padres de José Bretón corresponden a ‘seres humanos inmaduros’. Si finalmente se vincula a Bretón con la muerte de sus hijos, Ruth y José, se convertiría en el último rostro de una macabra lista, la de los filicidas, aquellos padres que asesinan a sus hijos.

El pasado mes de julio, Canarias era escenario de cómo un hombre mataba a puñaladas a su hijo y avisaba a su ex mujer para que viera cómo prendía fuego y estrellaba el coche donde se encontraba el cuerpo del niño de 11 años. Con ello, el padre creyó conseguir «vengarse» de su ex mujer, de la que se había separado hace cinco años.

Ante estos ejemplos, cabe preguntarse si un padre que es capaz de matar a su propio hijo no es un enfermo mental. «En el caso de Bretón, y conociendo únicamente lo que se publica en los medios, no parece que estemos ante una persona con una enfermedad mental«, asegura tajante a ELMUNDO.es José Luis Martínez Fernández, psiquiatra del Servicio de Salud Mental de La Latina (Madrid).

«Cuando no entendemos los actos de alguien rápidamente se le tacha de ‘loco’, pero este tipo de aberraciones de la conducta humana no tienen por qué provenir sólo de personas enfermas, sino de aquellas que sólo buscan vengarse, como parece el caso de Bretón», sugiere este especialista. «Aunque cada caso es diferente, este tipo de sucesos tienen rasgos psicopatológicos similares y obedecen a un bajo control de sus emociones: la ira, la rabia y la venganza. Esto no tiene nada que ver con un enfermo mental. Este tipo de personas es perfectamente consciente de lo que está haciendo y del daño que provocan con ello», sugiere este especialista.

Su opinión coincide con las conclusiones de un estudio que en 2009 realizaba el Hospital Vanha Vaasa, en Finlandia, donde Hanna Putkonen, directora del estudio remarcaba que «los filicidas son un grupo marcado de homicidas. Sin embargo, la patología no surge de un desorden mental como se había supuesto con anterioridad».

Luis de Rivera, psiquiatra, director del Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática y autor del libro ‘Crisis emocionales’, también se postula en esta línea. «Aunque sea evidente que psicológicamente hablando hay algo que no funciona en estas personas, no se habla de enfermos porque sus actos no se deben a la enfermedad psicológica, sino a ellos mismos. Son conscientes del dolor que causan«, indica De Rivera.

Personas conscientes de sus actos

Para ambos psiquiatras, el origen de los actos de estos padres reside en un «intenso dolor» normalmente relacionado con la pérdida de los hijos por una separación de la pareja, lo que viene a mostrarse en frases como «si yo no tengo a mis hijos, tú tampoco».

Con este dolor se desencadenan dos tipos fundamentales de psicopatologías: el suicidio extenso y la desvinculación con los hijos.

«En el primer caso (suicidio extenso), el sujeto decide suicidarse y llevarse a sus hijos con él. Se trata de un proceso de identificación, en el que los hijos son una extensión de la persona que no quiere que estén con nadie más. Dentro de este apartado se encontraría otro tipo de ramificación, en el que se identifica a los hijos con el cónyuge. Si además, el sujeto tiene la percepción de rechazo de los hijos, en este caso, matar a los hijos equivale a matar a la pareja», explica De Rivera.

El homicido altruísta sería una variante de esta situación, señala Martínez Fernández. «Aunque no se puede hacer una separación de los casos por sexos, sí es cierto que se da más en mujeres. Ante un profundo dolor desarrollan una depresión muy grave, y lo que no quieren es que sus hijos lo pasen igual de mal (aunque a ellos no les pase nada), por lo que les asesina» comenta. Sin embargo, ellas son más capaces en general de controlar sus impulsos y emociones, aunque los expertos inciden en que «no se puede generalizar«.

En el segundo tipo de psicopatología, la desvinculación con los hijos, se produce en momentos como una separación o divorcio «que provocan en estas personas la agresión hacía sus hijos, al pensar que no van a poder estar con ellos y se distanciarán, y al creer que su pareja les está separando de ellos. Aquí es una mezcla de machismo y pérdida de los hijos, ya que buscan hacer daño a la pareja. Tienen tendencias suicidas», explica De Rivera.

Aunque siempre se señala a las drogas y otras sustancias como ayudas necesarias para llevar a cabo un acto de violencia, la doctora Hanna Putkonen recuerda en su estudio publicado en ‘BMC Psychiatry’ que «los filicidas no suelen estar borrachos mientras cometen el crimen y tienen menos antecedentes criminales que el resto de los asesinos, suelen tener un empleo estable y no son sociópatas. Sin embargo, los investigadores destacan que tienen problemas para demostrar sus emociones y presentan factores suicidas«.

Precisamente, ese no saber expresar sus emociones más la sensación de dolor en personas que no saben controlar sus impulsos violentos pueden llevar, en un momento dado, a la violencia extrema. «En momentos específicos, sin planificación, en medio de una discusión uno puede pensar en estrangular a alguien o cualquier cosa parecida, pero a diferencia de lo que le ocurre a la mayoría de la gente, este tipo de personas no controla su dolor y actúa», indican los especialistas.

Pero ¿y si está planificado? En este caso, y teorizando con los datos aparecidos en la prensa sobre el caso de Bretón, la quema de los restos, las cartas o las imágenes de las cámaras donde este hombre iba por el parque, ya sin los niños, De Rivera indica una posible crisis catatímica.

«Es muy parecido a lo que le pasó a Breivik en Oslo. En esta situación son todavía más culpables, porque ni siquiera tienen el atenuante de enajenación transitoria. Son conscientes de lo que hacen. En estos casos el sujeto toma decisiones basadas en algo tan irracional como los sentimientos, y más concretamente, el miedo, la rabia o la venganza. Este tipo de personas sufre un estado intolerable de estos sentimientos y busca, para aliviarse, autoconvencerse mediante decisiones racionales de que algo externo a ellos es lo que les provoca este sufrimiento. Simplemente idealizando sobre ello ya se sienten mejor por lo que piensan que es buena idea y si la realizan acabarán con su sufrimiento», comenta De Rivera.

Fuente: «El Mundo» (Silvia R. Taberné) – http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/08/27/neurociencia/1346085067.html

 
 

 

desQbre – La DEPRESIÓN… la otra crisis mundial

En 20 años, la depresión se convertirá en la enfermedad que más padecerán los seres humanos, superando al cáncer y los trastornos cardiovasculares, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según la organización, este trastorno mental será el mayor problema de salud para las sociedades, tanto económica como socialmente. Y sin embargo, agrega la OMS, la mayoría de los países en desarrollo actualmente sólo gastan menos de 2% de sus presupuestos nacionales en servicios de salud mental. La advertencia fue hecha durante la primer Cumbre Global de Salud Mental que se lleva a cabo en Atenas, Grecia. Según la OMS, actualmente más de 450 millones de personas están directamente afectadas por algún trastorno o discapacidad mental, y la mayoría de éstas viven en los países en desarrollo…

«Las cifras de la organización muestran claramente la magnitud del problema y sus probabilidades de que sea cada vez más grande», dijo a la BBC el doctor Shekhar Saxena, del Departamento de Salud Mental de la OMS.

«Tanto es así que en 2030 la depresión será, entre todos los trastornos de salud, el que causará la mayor carga de salud», agrega.

Cuando se habla de «carga», explica el experto, se considera la medida de años perdidos de vida debido a una muerte temprana o a una discapacidad severa causada por una determinada enfermedad, que en este caso es la depresión.

Epidemia silenciosa

El doctor Saxena afirma que la depresión actualmente es mucho más común que otras enfermedades más temidas, como el VIH-Sida o cáncer.

Y sin embargo, agrega el experto, la depresión es uno de esos temas de los que la gente no suele hablar mucho, sobre todo cuando la persona es la afectada.

«La llamamos la epidemia silenciosa porque a menudo pasa sin ser reconocida», dice el psiquiatra de la OMS.

«Pero siempre ha estado presente y es probable que aumente en términos de proporción mientras otras enfermedades disminuyen».

Esta creciente carga de salud será un problema particularmente grave para los países en desarrollo que cuentan con menos recursos para servicios de salud mental.

«Tenemos cifras que muestran que los países más pobres en realidad tienen más depresión comparados con los países ricos», explica el doctor Saxena.

«E incluso la gente pobre en los países ricos tiene una incidencia de depresión más alta que las personas más ricas en esos mismos países».

Más pobres, más deprimidos

Las cifras de la OMS muestran que los países de altos ingresos destinan 200 veces más recursos a su salud mental que los de bajos ingresos.

Y como cerca de la mitad de los trastornos mentales comienzan antes de que la persona cumpla 14 años, los expertos subrayan la importancia de disponer servicios de salud durante la infancia.

Sin embargo, los países de bajos y medianos ingresos tienen sólo un psiquiatra infantil por cada 1 a 4 millones de personas.

Los estudios de la OMS muestran que cerca de 800.000 personas se suicidan cada año y 86% de éstas viven en países de bajos y medianos ingresos.

Y más del 50% de estas personas, dice la organización, tienen entre 15 y 44 años.

Pero las pérdidas no son sólo importantes en términos sociales, porque las enfermedades mentales también tienen un enorme impacto en la productividad de un país.

Expertos britanicos del King’s College en Londres han calculado en términos financieros cuál es la carga de una persona con depresión para una sociedad.

«Parte de esta carga es por la pérdida de productividad, porque una persona con depresión grave tienen muy pocas posibilidades de estar empleada o mantenerse empleada» afirma el profesor Martin Prince, experto en epidemiología psiquiátrica del King’s College de Londres.

«Pero también se incluyen los costos de los beneficios de incapacidad o desempleo, particularmente en países desarrollados», dice el experto.

«Estos costos combinados suman unos US$19.000 millones al año o cerca de 1% del PIB, así que es una suma extraordinariamente grande» agrega.

Con las perspectivas de que aumente la carga de las enfermedades mentales y continúe incrementándose en los próximos años, es urgente que cambie la actitud de la sociedad hacia las enfermedades mentales.

«La depresión es una enfermedad tan real como cualquier otro trastorno físico que hace sufrir a la gente», expresa el doctor Saxena.

«Y la persona afectada tiene el derecho de obtener asesoría y tratamientos correctos en el mismo entorno de salud que se ofrece a los que padecen otras enfermedades», agrega el experto.

Fuente: http:/psicologiayelser.blogspot.com.ar