¿Cómo aprenden los niños sin problemas? ¿Y con problemas?

Los niños son una sorpresa cada día, cada momento, muchas veces nos quedamos embelesados mirando su nueva gracia, y no valoramos nada la “magia” que suponen las conexiones relacionales que ellos establecen sin que nadie se las transmita de una forma directa.

Les enseñamos las cosas mediante múltiples ejemplos, pero son ellos los que abstraen el concepto subjetivo gracias a la magia de la mente. Establecen relaciones de igualdad, diferencian el tú de los otros y comprenden lo que implica ser peor.

Seguramente nunca os habéis planteado algo así ¿cómo enseñe a mi niño lo que significa peor? No hay nada material que sea tangible para poder señalarlo y decirle esto es peor, si podemos hacerlo con el calor, frio u otras sensaciones físicas, que también son subjetivas, de hecho esta subjetividad hará que dependiendo de cuando indiquemos estas referencias ellos asocien diferentes temperaturas a frio o calor dependiendo de cuando relacionaron el concepto con la sensación.

Hay un chiste que dice ¿qué es una chaqueta? Lo que la madre le pone al niño cuando ella tiene frio, la gracia está en que transmitimos lo que es frio sin tener realmente la certeza de que el niño lo esté experimentando.

El mecanismo de la mente es muy complejo, y entrenar un concepto gracias a ejemplos en un niño puede suponer entrenar otros muchas relaciones de una forma totalmente inconsciente, por lo que hacemos que nuestros hijos aprendan y ni siquiera sabemos porque sucedió.

Si le decimos a un niño que él es más mayor que su hermano, también estamos entrenando en su mente lo contrario, que su hermano es más pequeño. Si recordáis algunos de los dibujos que nos acompañaron en nuestra infancia, nos ayudaban con esto.

Pensar en Coco volviéndose loco para venir cerca y marcharse lejos, nos  ayudaba mucho para establecer en nosotros esa conexión relacional que saltaba en el niño cuando le decías que querías ir donde la abuela y te decía que estaba lejos ¿cómo puede ser que sepa que es lejos? ¡Coco le enseño, junto con su tía cuando le dijo que venía del supermercado y por ello llego tarde, estaba lejos! Y aquí unió tarde con lejos, sin ni siquiera saberlo, así que en cualquier momento el niño podría decir en la guardería a su profesor que su mama estaba tardando porque vivía lejos, sin que nadie se lo hubiese enseñado, que es una de las grandes preguntas que nos hacemos al sorprendernos por sus ingeniosas frases.

¿Quién habrá enseñado eso al niño? Nadie y todos, múltiples ejemplos dirigidos a él o simplemente dichos en su presencia hicieron que su mente crease la magia de la conexión relacional, tan subjetiva que resultaría muy complicado entrenar de una forma directa.

Aquí está la clave para trabajar con niños que presentan dificultades en las relaciones o en el aprendizaje, hacerles nosotros mismos las conexiones de forma directa, explicar sin dar por hecho ninguna de las asociaciones subjetivas Hay estudios que afirman que la mejora en niños con autismo es notable, aún más cuando logramos establecer esta forma de enseñanza en más personas, no simplemente en un “entrenador”.

Ya he comentado a lo largo del artículo que aprenden con múltiples ejemplos, por lo que para abstraer el concepto debemos enseñárselo en múltiples situaciones y cuantas más personas diferentes mejor, sino podemos encontrar que el niño solo te da el cuento si está colocado donde siempre y se lo solicita la persona que se lo enseñó con la misma rutina de todos los días, eso no asegura que el niño sepa asociar relaciones.

Para trabajar con un niño que presente problemas en el desarrollo sería adecuado para lograr generalizar las conductas que se pretenden flexibilizar, además de realizarlo con diferentes sujetos, entrenar con ellos en un orden creciente de dificultad, procurando que las opciones de error sean mínimas, dándoles pocas opciones de elección.

Los reforzadores no deben ser siempre los mismos ni darse de forma inmediata en todos los momentos, para poder ir adquiriendo reforzadores secundarios y aumentando su tolerancia al malestar, algo útil para cualquier niño.

Es conveniente establecer contingencias diferenciales, es decir, modificar lo que se está entrenando y volver a focalizar su atención visualmente y en el momento presente para extinguir las conductas autoestimuladas que presentan.

Algunos ejemplos de los marcos relacionales que debemos entrenar de forma directa con ellos y subiendo de nivel a medida que dominan un marco relacional son:

1)      Coordinación o igualdad ( “es”, “es como”, “va con”, “es igual ”)

2)      Distinción ( “es distinto”, “es diferente”)

3)      Espaciales (arriba-abajo, cerca-lejos, lleno-vacío, encima-debajo, etc.)

4)      Oposición ( “es opuesto”, “es lo contrario”)

5)      Comparación (“es mayor que”, “es menor que”, “más”, “menos”, “más alto”)

6)      Deícticos (“yo-tú”, “aquí-allí”, “antes-después”)

7)      Relaciones analógicas:

a)      Coordinación: cuando dos elementos o más pertencen a un mismo conjunto, por ejemplo: barbo, sardina

b)      Subordinación: un elemento pertenece a un conjunto, por ejemplo: perro-mamífero

c)       Parte a todo: un elemento es parte de, por ejemplo: pétalo parte de una flor

d)      Supraordenación: un conjunto integra al elemento. por ejemplo: ovíparo integra a las gallinas

e)      Todo a parte: un elemento se compone de, por ejemplo: Agua contiene oxigeno, una tortilla contiene huevos.

f)       Causa-efecto: un elemento es causa de otro, por ejemplo: Enfriar el agua la convierte en hielo.

g)      Proximidad: un elemento suele estar cerca del otro, en el espacio o en el tiempo, pero sin relación de inclusión o causalidad entre ellos, por ejemplo: primavera-lluvia, ciencia-tecnología. Se pueden relacionar por muchos motivos, como su origen, madera puede dar lugar a un armario pero no necesariamente, por su uso como puede ser cuchillo-carnicero, o por oposición, como chocolate-bacalao.

Para entrenar los marcos relacionales siempre se debe comenzar con relaciones que no sean arbitrarias y que sean tangibles, para poder señalar concretamente lo que queremos enseñar y asegurarnos que lo que estamos transmitiendo es exactamente lo que pretendemos ya que es objetivo, una vez que dominan esto podemos pasar a enseñarles relaciones arbitrarias, como el valor del dinero independientemente del tamaño de la moneda o el billete, por ejemplo el euro vale más que la de 50 céntimos aunque la moneda sea más grande.

También es necesario relacionar de forma directa la derivación de relaciones mutuas (ej., si A es igual a B, B es igual a A, por ejemplo María es hermana de Sara, por lo que Sara es hermana de Maria; si A es mayor que B, B es menor que A, si Pablo es más alto que Juan, Juan es más bajo que Pablo) y combinatorias (ej., si A es igual que B y B es igual que C, entonces A es igual que C, un ejemplo concreto seria si Laura es enfermera igual que Javier, y Mario se dedica a la enfermería como Javier, Mario y Laura tienen la misma profesión).

Todo esto va estructurándose en nuestra cabeza creando un engranaje en el que todo tiene sentido y organiza conceptos nuevos encajándolos en nuestra mente mediante las relaciones que establecen con lo que previamente hemos adquirido, organizando nuestro cerebro de una forma tan eficaz que nos permite acudir a por la información que necesitamos sin realizar ningún esfuerzo.

Pero cuando tenemos niños con problemas de aprendizaje es conveniente utilizar diferentes juegos y objetos para enseñarles a crear esta organización mental que les facilitara pensar, relacionar y crear nuevos conceptos e ideas, ya que la variabilidad facilita la abstracción de las claves relacionales.

Todos aprendemos pero no todos lo hacemos de la misma manera, del mismo modo que tener un armario estructurado nos facilita encontrar la ropa y saber inmediatamente donde esta aquella camiseta que combina con esa falda y que es apropiado para aquella ocasión, necesitamos “tener la cabeza amueblada”. Aquí entra la teoría del marco relacional que de no producirse de una forma natural, casi mágica tenemos que hacerlo de una forma directa pero igualmente eficaz.

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 Fuente: Lorena Sahagun

La falta de contacto con la naturaleza podría provocar problemas de comportamiento en la infancia

Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid averiguan que el alejamiento de la naturaleza podría llevar implicado problemas de comportamiento en la infancia a largo plazo.

Tienen de todo: móvil, videojuegos, juguetes y ropa. Pero les falta relacionarse con la naturaleza. Los niños que no están en contacto con el entorno son más individualistas y obesos, y viven más estresados. A esta conclusión ha llegado un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, quienes han averiguado que estar alejados del medio ambiente podría llevar implicado un amplio espectro de problemas de comportamiento en la infancia a largo plazo. Los expertos determinaron estos resultados mientras intentaban conocer y definir el «trastorno de déficit de naturaleza».

Entre los principales problemas que puede llevar a desarrollar el «trastorno de déficit de naturaleza» se encuentran: el aumento de la tasa de obesidad, el incremento de déficit por hiperactividad, mayor propensión a padecer enfermedades respiratorias, así como un crecimiento en la escasez de vitamina D, causado por la falta de exposición al sol.

Para el catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, José Antonio Corraliza, estos datos son totalmente razonables. «Nuestro sistema nervioso está más adaptado para funcionar en la naturaleza que en el espacio urbano», explica el profesor. Y añade, «Somos animales que han llegado a las ciudades antes de ayer».

No obstante, este tipo de trastorno puede detectarse también en adultos, en familias y comunidades. En un estudio realizado por el profesor Corraliza se llegó a la conclusión de que los adultos se sienten más cómodos cuando se les enseñan imágenes con paisajes que contienen elementos de agua y vegetación.

En 2012, un estudio realizado por psicólogos de las universidades de Utah y Kansas (Estados Unidos), ya mostró que las personas que habían pasado cuatro días acampando desconectadas de dispositivos electrónicos mejoraban en un 50% su rendimiento en un test de creatividad.

¿Cómo combatirlo?

El profesor Corraliza advierte de que la clave para acabar con este trastorno se encuentra en cambiar la agenda infantil. «Los niños deben descubrir y dejarse estimular por el contacto con la naturaleza», explica el profesor. «Se trata de cambiar la agenda infantil», asegura.

Además, los organizadores de The Wild Network creen que cambiar 30 minutos de televisión y videojuegos cada día por actividades al aire libre puede mejorar la salud, la lucidez y el bienestar de los niños.

Este tipo de trastorno puede detectarse también en adultos, en familias y en comunidades.

¿Dónde surge?

El término «trastorno de déficit de naturaleza» fue acuñado por el periodista y asesor del Comité de Desarrollo Infantil en el Consejo Científico Nacional de los EE.UU. Richard Louv en 2005 en su libro ‘The last child in the woods’ (‘El último chico en el bosque’). Con este término Louv definía un conjunto de dolencias como la depresión, el estrés, el déficit de atención-hiperactividad o la ansiedad con origen en la falta de contacto con la naturaleza.

El periodista pasó 10 años viajando por toda Norteamérica y entrevistando a expertos en naturaleza, padres, niños, universitarios, profesores y sociólogos. Y tras analizar más de 3.000 entrevistas llegó a la determinación de que la generación nacida antes de 1960 era la última que había vivido en contacto estrecho con la naturaleza.

Biofilia

El entomólogo norteamericano de la Universidad de Harvard, Edward O. Wilson ya determinó en los años 80 que las personas evolucionan como seres insertados en la naturaleza, y por ello, tienen inscritas ese vínculo con el medio natural en su sistema nervioso. Es lo que se conoce como la hipótesis de la ‘biofilia’.

Esta teoría sostiene que los millones de años durante los cuales el Homo sapiens se relacionó con su entorno de manera estrecha, creó una necesidad emocional innata de estar en contacto cercano con el resto de los seres vivos, ya sean platas o animales que habitaban en él. La hipótesis de la ‘biofilia’ fue posteriormente retomada por investigadores médicos y psicólogos para aplicar a terapias los beneficios que reporta el campo.

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Fuente: Marta Requejo – lainformacion.com

Más de 350 millones de personas sufren depresión en el mundo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento para con motivo del Día Mundial de la Salud Mental que se celebra este miércoles para acabar con la estigmatización que rodea a la depresión y otros trastornos mentales, al tiempo que ha defendido la necesidad de mejorar el acceso al tratamiento para todas las personas que lo necesiten.

Según asegura este organismo de Naciones Unidas, en el mundo hay más de 350 millones de personas con depresión, un trastorno mental que altera sus vidas y que, debido a la estigmatización que todavía existe, hace que que muchos de estos afectados no reconozcan su enfermedad ni busquen tratamiento.

La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo, y se caracteriza por una sensación persistente de tristeza durante dos semanas o más, que interfiere con las actividades laborales, escolares o domésticas.

Hay tratamientos psicosociales y farmacológicos eficaces pero, según la OMS, para resolver la depresión «es fundamental la participación activa de las personas que la padecen y de sus allegados». El primer paso consiste en reconocer la depresión y buscar apoyo, y cuanto antes empiece el tratamiento, mayor será su eficacia.

«Disponemos de algunos tratamientos muy eficaces para la depresión. Lamentablemente, sólo la mitad de las personas con depresión reciben la atención que necesitan. De hecho, en muchos países esa cifra es inferior al 10 por ciento», ha reconocido Shekhar Saxena, director del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, que colabora con otros países en la lucha contra la estigmatización como actividad esencial para aumentar el acceso al tratamiento.

Resultado de múltiples factores

 

Además, recuerdan que la depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Hay relaciones entre la depresión y la salud física; así, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa.

Una de cada cinco parturientas sufre depresión tras el parto. De igual modo, hay circunstancias como las presiones económicas, el desempleo, los desastres o los conflictos que también aumentan el riesgo de padecer este trastorno. Según la OMS, en el peor de los casos la depresión puede llevar incluso al suicidio.

La OMS presta asistencia a los gobiernos para que incluyan el tratamiento de la depresión en sus paquetes básicos de atención sanitaria. A través del Programa de acción para superar la brecha en salud mental (mhGAP) se capacita a los profesionales sanitarios de los países de bajos ingresos para que identifiquen los trastornos mentales y proporcionen una atención adecuada, asistencia psicosocial y medicación a las personas con depresión.

La Federación Mundial de Salud Mental inició en 1992 la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, que sirve a muchos países y organizaciones para concienciar a la población de los problemas de salud mental y fomentar un debate abierto sobre los trastornos mentales, así como las inversiones en servicios de prevención, promoción y tratamiento.

Fuente: «La Vanguardia» – http://www.lavanguardia.com/salud/20121010/54352855642/mas-350-millones-personas-sufren-depresion-en-el-mundo.html

desQbre – La infancia, cuanto más infeliz, más materialista

Cuanto más infeliz eres en la infancia, más materialista te vuelves. Al menos eso es lo que se deprende de una investigación holandesa de la Universidad de Ámsterdam realizada con medio millar de niños de 8 a 10 años de edad. En concreto, los resultados apuntan a que “los niños menos satisfechos con sus vidas se vuelven más materialistas a medida que crecen, aunque solo si ven excesiva cantidad de anuncios publicitarios en la infancia”, según expone Suzanna Opree, coautora del estudio que publica la revista Pediatrics. Para los autores, el materialismo se describe como una “preocupación por las posesiones acompañada de la creencia de que los objetos proporcionan felicidad y éxito”.

Los científicos afirman que los niños infelices son más susceptibles a los mensajes de los anuncios televisivos, que por regla general incitan a asociar el consumismo a la felicidad. Por término medio, se estima que un niño británico está expuesto a 10.000 anuncios al año, mientras que un chaval estadounidense visualiza en torno a 40.000 spots televisivos anualmente.

Estudios previos en adultos revelan que las personas poco satisfechas con su vida tienden a adoptar un pensamiento materialista, pero también que las personas más materialistas se sienten cada vez menos satisfechas. «Es una pescadilla que se muerde la cola», aclaran los científicos. Atajarlo desde la infancia, sostienen Opree y sus colegas, sería el mejor remedio

Fuente: «Muy Interesante» (Elena Sanz) – http://www.muyinteresante.es/cuanto-mas-infeliz-mas-materialista

desQbre – Cómo prevenir el abuso sexual en niños

Los estudios hablan de que 1 de cada 5 niños es víctima de abuso sexual teniendo en cuenta a niños de todas las edades, razas, clases sociales y religiones. El 86% ocurre por personas cercanas al entorno del niño aprovechando la confianza de este. Es muy difícil proteger al 100% a nuestros hijos pero sabemos que si prevenimos a los niños y les enseñamos unas reglas básicas ellos mismos pueden poner trabas al abusador o pedir ayuda cuando les haya pasado. Es importante que lo cuenten porque si trabajamos psicológicamente con el niño al poco de ocurrir el abuso, no tiene por qué dejar secuelas en su vida futura.
 
El modo de transmitirle estas reglas de prevención debe ser adecuado ya que se trata de niños pequeños que no tienen un conocimiento de la sexualidad adulta (y no tienen porqué tenerlo en un principio). No podemos dar información que no estén preparados para conocer ya que esto puede confundirles y tener consecuencias para ellos.
 
Algunos organismos europeos y españoles se han reunido para crear unas pautas educativas básicas que enseñar a nuestros pequeños y poder prevenir así el abuso sexual. Se ha creado para esto la regla de Kiko que enseña a los niños dónde otras personas no pueden tocarle, cómo reaccionar si les pasa y a quien dirigirse para pedir ayuda. Se acompaña de un cuento “Kiko y la mano” y de un video de animación.
 
La regla de Kiko tiene 5 puntos a través de los cuales podemos iniciar una conversación con nuestros hijos:
 
1. Tu cuerpo es tuyo: Es necesario que enseñemos a los niños que su cuerpo les pertenece y nadie puede tocarles sin su permiso. Deben conocer el nombre correcto de cada parte del cuerpo y diferenciar las partes “privadas”. Aunque nos resulte molesto porque puedan negarse a dar un beso a un conocido o familiar, deberíamos enseñarles que tienen derecho a decir “no” a un contacto físico que no les guste ya que recordamos que el abuso puede venir de una persona a la que incluso quieran. Hay que enseñarles que ante un contacto físico inadecuado deben alejarse y contárselo a una persona de confianza.
 
2. Buena forma de tocar- mala forma de tocar: Los niños pueden no diferenciar las formas apropiadas de las inapropiadas de tocar, por ello la regla de Kiko les pone una norma clara: la ropa interior. Esta siempre delimita las partes íntimas por lo que no deben permitir que nadie toque o mire sus partes privadas o que les pidan que miren o toquen las partes privadas de otra persona. Como podemos imaginar ciertas conductas de higiene pueden llevarles a error por lo que resulta fundamental crear un ambiente de confianza en el que ellos puedan pedir ayuda a un adulto que compruebe si se trata de un comportamiento aceptable.
 
 
3. Secretos buenos-secretos malos: El secreto es la base sobre la que se ejerce el abuso sexual, los psicólogos encontramos a menudo que el secreto puede hacer más daño que el abuso en sí. Los abusadores suelen inculcar el secreto del abuso en los niños lo que hace que se perpetúe en el tiempo sin que nadie pueda sacarle de la situación. La manera de evitar esto es enseñar a nuestros hijos la diferencia entre “secretos que hacen sentir bien” y “secretos que hacen sentir mal”. Por ejemplo: guardar en secreto un regalo para mamá hasta el día de su cumpleaños es un secreto que nos hace sentir bien pero tener en secreto algo que nos pone tristes es un secreto malo. Los secretos malos siempre hay que contarlos a una persona de confianza (familiar, maestro, médico..)
 
4. La prevención y la protección son responsabilidades que incumben al adulto: Aunque los niños pequeños no tengan del todo instaurado el significado de lo sexual, cuando sufren un abuso pueden percibir que lo que les ha pasado “no está bien” y sentir vergüenza o culpabilidad. Por esto, debemos facilitar un ambiente de comunicación en el que puedan abrirse sin miedo a represalias ya que un niño/a nunca es el responsable de un abuso. Los adultos debemos estar atentos al comportamiento de los niños y permitir que nos puedan hablar de estos temas en cualquier momento.
 
5. Otros consejos útiles:
· Debemos enseñar a los niños qué adultos forman parte de su red de seguridad, a quiénes puede pedir ayuda.
· No olvide el proceso que utilizan los abusadores para ganarse al niño/a: debemos acostumbrarlos a que nos cuenten si en su entorno alguien les ofrece regalos sin motivo aparente, les piden que tengan secretos o trata de quedarse a solas con ellos.

 

· Enseñe a los niños reglas sobre el contacto con extraños: No subir a un coche de un extraño, no aceptar obsequios o invitaciones de un extraño…
· Facilite a su hijo el conocimiento de profesionales que pueden ayudarle: el médico, profesor, psicólogo, policía… Igualmente puede poner a su disposición los números 116111 y 900 20 20 10 de ayuda a niños y adolescentes en riesgo. Estos teléfonos son gratuitos, confidenciales y atendidos por profesionales.
 
Cómo actuar si sospechas un abuso: En caso de que el niño/a cuente un abuso o lo sospechemos por ciertos comportamientos, no te enfades con tu hijo/a y evita interrogarle, sobre todo no podemos preguntar por qué ha sucedido (nunca hay un motivo que el niño pueda entender). Intenta no mostrar tu malestar delante del niño, este le dará un valor a lo sucedido en función de lo que vea reflejado en ti y de esta reacción dependerá su sentimiento de culpa o el que pueda ocultar información. Tranquiliza al niño/a diciendo que tomarás medidas para que no suceda más y ponte en contacto con alguien que pueda ayudarte (psicólogo, médico, policía…). En España puedes llamar al teléfono ANAR de 91 726 01 01 o al 600 50 51 52 ambos atendidos por profesionales 24 horas que pueden ayudar y orientar a adultos que conocen una situación de riesgo de un menor. Es un servicio totalmente confidencial.
Si sospechas que esto está sucediendo a un menor de tu entorno, sobre todo no hagas oídos sordos, como adultos tenemos la obligación de proteger a los menores ya que ellos no cuentan con recursos suficientes para hacerlo.
 
 

desQbre – Los Mecanismos de Defensa

Los mecanismos de defensa (o estrategias de afrontamiento) son procesos psicológicos automáticos que protegen al individuo frente a la ansiedad y las amenazas externas (como una situación embarazosa) o internas (como puede ser un recuerdo desagradable). El individuo suele ser ajeno a estos procesos.

TIPOS DE MECANISMOS

Estos mecanismos han sido divididos en niveles:

Mecanismos que provocarán una óptima adaptación ante acontecimientos estresantes:

  • Afiliación: El individuo, ante una amenaza interna o externa, busca ayuda y apoyo en los demás.
  • Altruísmo: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales dedicándose a satisfacer las necesidades de los demás.
  • Anticipación: El individuo, ante amenaza interna o externa o conflicto, anticipa las consecuencias y considera de forma realista soluciones alternativas.
  • Autoafirmación: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales expresando directamente sus sentimientos de forma no manipuladora.
  • Autoobservación: El individuo se enfrenta a amenazas internas o externas reflexionando sobre sus propios pensamientos, sentimientos, motivaciones, … y actuando de acuerdo con ellos.
  • Sentido del humor: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales haciendo hincapié en los aspectos divertidos o irónicos de los conflictos o situaciones estresantes.
  • Sublimación: El individuo se enfrenta a las amenazas canalizando sentimientos o impulsos potencialmente desadaptativos en comportamientos socialmente aceptables (deportes).
  • Supresión: El individuo se enfrenta a los conflictos emocionales evitando intencionadamente pensar en problemas, deseos, sentimientos que le producen malestar.

Mecanismos que permiten mantener fuera de la consciencia lo desagradable:

  • Abstención: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales empleando palabras con el propósito simbólico de negar o plantear enmiendas a pensamientos, sentimientos o acciones.
  • Disociación: El individuo se enfrenta mediante una alteración temporal de las funciones de integración de la conciencia.
  • Formación reactiva: Se enfrenta sustituyendo los comportamientos, sentimientos, pensamientos inaceptables por otros opuestos.
  • Intelectualización: Se enfrenta generalizando o implicándose en pensamientos excesivamente abstractos para minimizar sentimientos que le causan malestar.
  • Represión: Se enfrenta expulsando de su consciencia (haciendo inconscientes) sentimientos o deseos que le producen malestar.

Nivel de distorsiones de la imagen de uno mismo de los demás para no perder autoestima o ganarlo:

  • Devaluación: en momentos de conflicto emocional, el individuo se enfrenta atribuyendo cualidades exageradamente negativas a los demás.
  • Idealización: El individuo se enfrenta a situaciones de amenaza interna o externa atribuyendo cualidades exageradamente positivas a los demás.
  • Omnipotencia: El individuo actúa ante conflicto pensando o actuando como si dispusiera de poderes o capacidades especiales y fuera superior a los demás.

Mecanismos que permiten mantener situaciones de estrés fuera de la consciencia sin ser atribuidos a causas erróneas:

  • Negación: El individuo se enfrenta negándose a reconocer aspectos dolorosos de la realidad externa o de nuestro interior. En caso de darse una total negación de la realidad se denominaría Negación Psicótica.
  • Proyección: El individuo se enfrenta atribuyendo incorrectamente a los demás sentimientos o pensamientos propios que le resultan inaceptables.
  • Racionalización: El individuo se enfrenta inventando sus propias explicaciones, tranquilizadoras pero incorrectas, para encubrir verdaderas motivaciones que rigen sus pensamientos o acciones.

Nivel caracterizado por una enorme distorsión de la realidad:

  • Fantasía autista: El individuo se enfrenta a situaciones de amenaza interna o externa mediante fantasías excesivas que sustituyen la resolución del problema.
  • Polarización: El individuo tiende a verse a en o a los demás como totalmente buenos o malos sin conseguir integrar las cualidades positivas y negativas de cada uno.

Mecanismos de enfrentamiento a amenaza mediante acción o retirada:

  • Agresión pasiva: El individuo se enfrenta con reacción agresiva interna sin que el otro llegue a percibirla, es como una máscara que esconde hostilidad y resentimiento. Puede ser simplemente una respuesta de supervivencia de un subordinado ante un jefe, que no tiene otra forma más abierta de autoafirmación.
  • Quejas o rechazo de ayuda: El individuo expresa quejas o peticiones de ayuda que esconden rechazo y hostilidad, y que luego se expresan con rechazo o desagrado a cualquier ofrecimiento de ayuda.
  • Retirada apática: Individuo que en vez de enfrentarse, simplemente se retirada sin dar muestras de cambios en sus sentimientos.

Todos estos mecanismos los utilizamos todos como medio de supervivencia, sin embargo, un uso extremo de alguno de ellos sería  desencadenador de trastornos.

Fuente: http://www.vidaysalud.com

desQbre – Cómo ayudar a un niño a hacer frente a la timidez

La mayoría de los niños pequeños son  tímidos en algunas situaciones, como su primer día de guardería o preescolar.  Algunas familias también manifiestan una tendencia hacia la timidez. Es buen  indicio que un niño pequeño se muestre un poco tímido; así se confirma que el  niño sabe distinguir entre los seres queridos y los desconocidos. Pero la  timidez ocasiona problemas cuando impide que los niños entablen amistad o  participen en el juego y otras actividades de aprendizaje. Los padres de  familia y maestros pueden ayudar a los niños tímidos a sentirse más a gusto en  situaciones sociales.

Los padres de familia pueden hacer el  trabajo preliminar.

  • Diga a menudo a su hijo cuánto lo quiere y lo contento que lo hace tenerlo de hijo.
  • Ofrezca apoyo a su hijo en situaciones nuevas. Quédese cerca y deje que el niño observe a un grupo para luego unirse a ellos. Dígale que usted comprende que puede       ser difícil conocer a personas nuevas.
  • Haga actuaciones de papeles con su hijo si éste encuentra dificultades. Practique cosas para hacer o decir en situaciones nuevas.
  • Comunique a su hijo que usted está seguro que él podrá resolver muchos problemas por su cuenta, pero que usted está cerca si lo necesita.
  • Arregle citas para que su hijo pueda jugar con un niño amistoso de la misma edad.
  • Busque oportunidades de jugar con otros niños haciendo una actividad que el niño       conoce y puede hacer con confianza. Tal vez sepa nadar bien o construir fácilmente estructuras con bloques.
  • Nótelo y coméntelo cuando su hijo maneja exitosamente una situación social en que podría sentirse incómodo.

Los maestros son clave.

  • Evite decir que un niño es tímido en su presencia o frente a otros niños.
  • Reasegure al niño diciéndole que usted está cerca para ayudar. Dígale que usted       comprende que puede sentirse incómodo en un lugar nuevo o cuando sus padres no están presentes. Diga: “A veces lleva tiempo acostumbrarnos a lugares y personas nuevas”.
  • Deje que el niño observe al grupo por un rato antes de animarlo a acercarse a otro       niño.
  • Sugiera frases que el niño puede usar cuando quiere unirse a un grupo: “¿Qué están       construyendo?”, o: “¿Puedo ayudarlos con eso?”
  • Intervenga para ayudar si el niño parece estar ‘perdido’ o se ha retirado en su clase. Por ejemplo, sugiera una tarea concreta que puede hacer con otro niño o con un       grupo, la cual requiera de sus intereses o talentos.
  • Tenga en cuenta que un niño puede sentirse incómodo recibiendo atención pública, aunque sea positiva. Coménteselo en privado cuando maneja exitosamente una       situación social.
  • Discuta sus preocupaciones con los padres de un niño que sigue retirado. Si la timidez continuada parece impedir el aprendizaje o las amistades, considere consultar a un asistente social o consejero de niños.

Fuente: http://illinoisearlylearning.org/tipsheets-sp/shy-sp.htm

desQbre – La comunicación entre la familia y el colegio.

Lazos estables y de calidad entre la familia de un niño y los otros cuidadores es esencial. Asegurasé de que las líneas de comunicación entre el cuidador o el profesor de su niño y usted esten ampliamente abiertas. Busque oportunidades de saber que esta sucediendo cuando su hijo esta en un centro infántil o en la escuela. Aproveche la ocasión de hablar con los cuidadores durante la llegada y la salida de su niño del centro infántil o la escuela. Estas charlas breves sobre su hijo, su interacción con los amigos o la familia, y sus actividades hacen mucho para construir lazos de confianza entre usted y el cuidador o el profesor. Asegurasé de mantener corriente los cuidadores del progreso positivo o cualquier problema de lo cual deben estar enterados. Las reuniones y los eventos sociales también ayudan a crear un clima de confianza entre las familias y los profesores. Utilice las conferencias de padre-profesor programadas como un tiempo para escuchar que realmente esta pasando en la escuela.

Escuchando ActivamenteLa base para la comunicación es la habilidad de escuchar. Cuando usted asume el papel de una persona que esta escuchando activamente, usted esta comunicando a la persona que esta hablando que usted ha oído correctamente, entendido lo que ha dicho y que le importa. Durante una conferencia de padre-profesor, por ejemplo, mantenga siempre el buen contacto visual. Trata de no estar distraído o agitado, y mantegase concentrado en lo que está diciendo el profesor.         Es también importante dejar a la otra persona saber que usted entiende lo que esta diciendo. Intente de escuchar y reformular lo que le dice el profesor. Diciendo de nuevo en forma modificada las ideas del profesor, verifica que usted esta escuchando y asegura que has entendido lo que ha dicho. Haga preguntas para asegurarsé de que ha entendido por completo el punto de vista del profesor.

Como Ocuparse de la Cólera Es vital establecer simpatía con el profesor de su niño. Pero cómo maneja situaciones que resultan en sentimientos de enojo? La clave esta en mantener las líneas de comunicación abiertas. Hay formas de hacer frente a los sentimientos de enojo que pueden ayudarle a conservar el control de uno mismo y la situación. Primero que todo, reconozca que usted esta enojado. Respira para recobrar el control. Intente de comprender cuales son sus sentimientos y los del profesor y ponga estos en palabras. Controle su reacción y dese tiempo suficiente antes de contestar. Una de las maneras de mantener control es reconociendo los tipos de temas o situaciones que le incomodan especialmente y le hagan enojarse.

Familias y Niños en Crisis Estas mismas habilidades pueden ser aplicadas a sus hijo, especialmente en tiempos de crisis. Una familia en crisis es un niño en crisis. Bien sea enfermedad, muerte, perdiendo un trabajo o un divorcio, las crisis de la familia pueden presentarle con uno de sus retos más grandes. Durante tiempos difíciles que trastornan usted puede ayudar a sus niños hacer frente a la situación dejándolos saber que usted sigue apoyandolos y queriendolos. Primero que todo, diga la verdad. No ignora la situación o finge que nada esta mal. Evite los aseguramientos no realistas, prometiendo que todo va estar bien cuando desde el punto de vista de su niño, no estará. Escucha lo que esta diciendo su hijo, y ayudale expresar sus sentimientos y preocupaciones de lo que esta sucediendo.         Mantengase en constante contacto con los profesores o los cuidadores así usted podrá conectar lo que esta pasando en la escuela con lo que esta ocurriendo en la casa. El juego y las actividades creativas son foros excelentes para que un niño exprese sus pensamientos y miedos íntimos. Los juegos imaginativos y de agua y la pintura de dedo ayuda a los niños expresar sentimientos y eliminar tensión. Intente de no reaccionar en una manera exagerada a los llantos u otro comportamiento trastornante. Llorando también elimina tensión y ayuda a su hijo. Cuando la vida es demasiado difícil para los niños y se sienten desamparados, a menudo demuestran compartamiento menos maduro tal como chupandose el dedo o mojando la cama. Usted puede ayudarles a sentirse mejor dandoles oportunidades de hacer decisiones simples para que puedan sentirse como si estuvieran a cargo y para combatir los sentimientos del desamparo y pánico que acompañan a menudo una crisis.

Fuente: http://www.pbs.org/wholechild/spanish/parents/f-s.html

desQbre – Salud Emocional en Niños y Adolescentes

Toma mucha paciencia combinado con el buen juicio y relaciones cariñosas y calorosas para críar niños emocionalmente sanos y alegres. Pero no importa lo qué usted hace, sus niños todavía van a sentirse tristes, asustados, ansiosos y enojados, de vez en cuando. Su desafío, como padre, es aprender cómo ayudar a sus niños hacer frente a sus sentimientos y a expresarlos de una manera socialmente aceptable que no causa daño a otros y que sea apropiada para su edad y sus capacidades.

La Importancia de la Confianza El factor más importante de fomentar salud emocional en su niño es la calidad de la relación que usted tiene con él. Sin la presencia de la confianza en este lazo, es imposible que su niño se siente seguro, cerca de usted o cómodo. La confianza tiene sus raíces en la infancia cuando los bebés sientan que pueden depender de los adultos cerca de ellos para ocuparse de sus necesidades básicas. De la perspectiva de su bebé, el cuidado razonablemente rápido y constante es un ingrediente esencial para crear confianza. Cuando las necesidades de su bebé son cumplidas, su hijo desarrolla confianza en usted y él se siente valorado e importante.         También es importante mantener este sentimiento de confianza mientras que su hijo continúa creciendo. Una de las maneras más fáciles de construir confianza es manteniendo una rutina ordenada para el día, así su hijo puede predecir que va a suceder. Reglas concistentes que su niño puede entender también contribuyen a su sentido de confianza. Los adultos que se pueden mantener bajo control también animan la confianza de los niños. Así los niños pueden predecir que serán las respuestas de los adultos y crea confianza. Es también importante que las reglas y las tareas sean apropiadas para la edad y las capacidades del niño.         La confianza entre usted y otros que cuidan su niño es esencial. Esta conección es importante para todos los niños, pero especialmente para los niños con inhabilidades.

Las Opciones y los Límites El mecanismo impulsor del niño hacia independencia y la propia-afirmación es una etapa importante del desarrollo emocional. Mantenga límites cuando sea necesario y permite independencia cuando sea posible. Evite las confrontaciones cuando pueda, pero insista en hacer cosas en su manera cuando es necesario y dele a su hijo muchas opciones para que pueda tomar sus propias decisiones. Hay muchas opciones que usted puede ofrecer, pero deben ser opciones limitadas; no «desees ponerte una sudadera? » pero » cual sudadera? » no «cual vejetal queires en su plato? » pero «quieres zanahorias o habas? » Usted puede también dar a sus niños opciones sobre sus juegos y actividades. Cuando espera que los niños elijan para sí mismos qué desean hacer, tienen oportunidades infinitas para tomar decisiones.         Niños mayores como de 4 ó 5 años necesitan hacer conecciones con el mundo a su alrededor, de ser parte de un grupo. Trata de animar a niños de esta edad de pensar en ideas por si mismos y de intentar nuevas actividades. Es importante que ellos sientan la satisfacción emocional que viene de tener experiencias nuevas con sus amigos.
Cuando los niños no tienen oportunidades de escoger opciones, el resultado son luchas sin fin con un niño con bastante espíritu y una pérdida de confianza en niños con menos espíritu. Pero no todo es una opción y la respuesta es a veces » no. » Aprendiendo cómo manejar las decepciones, y los retardos son también una parte crítica de desarrollar una actitud emocional sana y equilibrada. Intente reducir el nivel y la frecuencia de decepciones y de frustraciones para evitar batallas innecesarias.

Sienta Lo Que Desea, Controle lo Que Hace Una de las habilidades más valiosas que usted puede enseñar a sus niños es como expresar emociones fuertes sin lastimarse a sí mismo, a otros o dañando propiedad. Ayude a sus niños aprender a sentir lo que desean, pero controlar lo que hacen. Comunicasé con su hijo de una manera no-crítica, mostrándole que entiende como él se siente. Anime su hijo a expresar sus sentimientos verbalmente y de decirle a la otra persona como se siente. Si el niño es demasiado joven para saber que decir, crea una frase simple para que la pueda copiar. Lo importante de recordar es que la misma regla se aplica a usted: sienta lo que desea, pero controle lo que hace.

Los Sellos de la Salud Emocional Aquí estan algunos puntos que pueden ayudarle decidir si su niño está haciendo todo a la derecha:

  • Su hijo está trabajando en las tareas emocionales que son apropiadas para su edad y capacidad? Por ejemplo, si ella tiene dos años y medio, ella se está afirmando de vez en cuando?
  • Su hijo puede apartarse de usted sin tensión indebida y formar una conección con por lo menos un otro adulto?
  • Su hijo está aprendiendo conformarse según las rutinas en la escuela sin demasiado problemas?
  • Su hijo puede enrrollarse profundamente en un juego?
  • Su hijo puede mantenerse tranquilo y concentrarse para una actividad?
  • Su hijo esta consciente de todo sus sentimientos y puede expresarlos sin lastimarse a sí mismo u otros?

Fuente: http://www.pbs.org/wholechild/spanish/parents/dealing.html

Radio Nacional de España – Programa Espacio Inestable en colaboración con desQbre – Cuentos Infantiles

Nos complace enormemente anunciaros el acuerdo de colaboración entre el programa “Espacio Inestable” de Radio Nacional de España, Radio 3, y desQbre para la próxima temporada.

Queremos presentaros el programa en el que participamos:

ESPACIO INESTABLE – Radio Nacional de España – Radio 3

Inestable es un edificio en ruinas que la madrugada del domingo ocupa dos consultas. En la única planta que queda en pie, cuatro desequilibradas intentan comprender el mundo: lo observan, preguntan y se lo comentan al doctor Burón, un psicólogo muy poco cuerdo. En el sótano está Clemente Cato, que con su grupo de parapsipasaos intentará dar respuesta a los hechos más inverosímiles e inexplicables del más allá y del más acá.

Domingos a las 07.00 horas

 

Madrugar el domingo nunca había sido tan productivo

(Puedes descargar los podcast y programas en internet)

 

Para que empecéis el precalentamiento, os adjuntamos el link para que podais escuchar la primera sección que hemos realizamos.

La violencia en los Cuentos Infantiles
Comparativa de versiones en el tiempo.

Hermanos Grimm – Charles Perrault

 

Si quieres escuchar la sección del programa:

http://www.youtube.com/watch?v=7GJA0u13D5E&feature=plcp

Si quieres escuchar el programa completo:

http://www.rtve.es/alacarta/audios/espacio-inestable/espacio-inestable-23-07-12/1488205/

 

Todos conocemos los clásicos de las películas de Disney, que viene lanzando desde 1937 con “Blancanieves” (La primera película animada de Disney) basada en la obra de los hermanos Grimm.

Lo que muchos no saben es que las historias que Disney adaptó para sus películas no eran 100% fieles a las originales, sino que eran adaptadas para que tuvieran finales felices, “fueron felices y comieron perdices”, con desenlaces asombrosamente diferentes.

Originalmente los cuentos infantiles fueron creados para dar a los niños valiosas lecciones sobre la vida.

Los Cuentos Originales y sin censura de:

Charles Perrault
(Enero de 1628 – Mayode 1703)
Escritor francés.

Jakob Ludwig Karl Grimm (1785-1863) y Wilhelm Karl Grimm (1786-1859)
Hermanos y escritores alemanes.

 

Caperucita Roja – Charles Perrault

(leer cuento original sin censura)

Originario de la tradición oral europea tiene versiones más extremas que las que se han dado a conocer.

Una de ellas es que el lobo es más un licántropo que un animal y tras comerse a la abuela de la niña, invita a ésta a ingerir la carne de su abuela y beber su sangre.

En otras versiones, la niña percibe la trampa y escapa.
Engaña al lobo, diciéndole que necesita ir al baño pues no quiere hacerlo en la cama de la abuela.

El final de Disney: Cuando Caperucita está a punto de ser comida por el Lobo, llega un leñador del bosque y la salva a ella y a su abuela.

El final original: Charles Perrault escribió este cuento y no es tan inocente ni feliz como la historia que todos conocemos. En su versión, Caperucita sí es comida por el lobo, al igual que su abuela.

Cenicienta – Hermanos Grimm

(leer cuento original sin censura)

Es una historia con muchas versiones, la mayoría de ellas provienen de la tradición oral. Las más conocidas son la del francés Charles Perrault escrita en1697 y la de los hermanos Grimm, de 1812.

En esta última versión las hermanastras, en un intento desesperado por hacer que el zapato de cristal les quedara bien se cortaron el dedo gordo del pie y el talón, cuando el príncipe vio el zapato ensangrentado se dio cuenta del engaño.
Como castigo los pájaros sacaron los ojos a ambas hermanastras.

Los pájaros llevan a la nueva princesa los ojos de su ex familia como regalo de bodas.

Hansel y Gretel – Hermanos Grimm

(leer cuento original sin censura)

La tradición de esta historia tiene sus raíces en la Edad Media, época en que la pobreza extrema de algunas familias los obligaba al infanticidio.

Bajo esta premisa se desarrolla la historia ya que los padres de la pareja de hermanos los abandonan en el bosque con la intención de que mueran.
Los niños encuentran la casa de la bruja y después de quemarla en el horno roban todas sus pertenencias y regresan a disfrutarlas con su padre.

desQbre: Cuentos Originales y sin censura de los Hermanos Grimm y Charles Perrault

Todos conocemos los clásicos de las películas de Disney, que viene lanzando desde 1937 con «Blancanieves» (La primera película animada de Disney) basada en la obra de los hermanos Grimm.

Lo que muchos no saben es que las historias que Disney adaptó para sus películas no eran 100% fieles a las originales, sino que eran adaptadas para que tuvieran finales felices, “fueron felices y comieron perdices”, con desenlaces asombrosamente diferentes.

Originalmente los cuentos infantiles fueron creados para dar a los niños valiosas lecciones sobre la vida.

 

Los Cuentos Originales y sin censura de:

 Charles Perrault
(Enero de 1628 – Mayode 1703)
Escritor francés.

Jakob Ludwig Karl Grimm (1785-1863) y Wilhelm Karl Grimm (1786-1859)
Hermanos y escritores alemanes.

Caperucita Roja  – Charles Perrault

(leer cuento original sin censura)

Originario de la tradición oral europea tiene versiones más extremas que las que se han dado a conocer.

Una de ellas es que el lobo es más un licántropo que un animal y tras comerse a la abuela de la niña, invita a ésta a ingerir la carne de su abuela y beber su sangre.

En otras versiones, la niña percibe la trampa y escapa.
Engaña al lobo, diciéndole que necesita ir al baño pues no quiere hacerlo en la cama de la abuela.

El final de Disney: Cuando Caperucita está a punto de ser comida por el Lobo, llega un leñador del bosque y la salva a ella y a su abuela.

El final original: Charles Perrault escribió este cuento y no es tan inocente ni feliz como la historia que todos conocemos. En su versión, Caperucita sí es comida por el lobo, al igual que su abuela.

Cenicienta – Hermanos Grimm

(leer cuento original sin censura)

Es una historia con muchas versiones, la mayoría de ellas provienen de la tradición oral. Las más conocidas son la del francés Charles Perrault escrita en1697 y la de los hermanos Grimm, de 1812.

En esta última versión las hermanastras, en un intento desesperado por hacer que el zapato de cristal les quedara bien se cortaron el dedo gordo del pie y el talón, cuando el príncipe vio el zapato ensangrentado se dio cuenta del engaño.
Como castigo los pájaros sacaron los ojos a ambas hermanastras.

Los pájaros llevan a la nueva princesa los ojos de su ex familia como regalo de bodas.

Hansel y Gretel – Hermanos Grimm

(leer cuento original sin censura)

La tradición de esta historia tiene sus raíces en la Edad Media, época en que la pobreza extrema de algunas familias los obligaba al infanticidio.

Bajo esta premisa se desarrolla la historia ya que los padres de la pareja de hermanos los abandonan en el bosque con la intención de que mueran.
Los niños encuentran la casa de la bruja y después de quemarla en el horno roban todas sus pertenencias y regresan a disfrutarlas con su padre.

 

 

 

 

 

 

 

¡¡¡Mírame mama¡¡¡ – La Histeria en la infancia

 Aproximarnos hoy en día a la histeria es complejo, más si tenemos en cuenta la banalización, incluso el tono peyorativo, que la utilización del término ha sufrido a lo largo de los años, y «su expulsión» de los criterios diagnósticos psiquiátricos (a partir de la redacción del DSM-III, donde el término histérico, considerado «solo» como un cajón de sastre, se había sustituido por el de trastorno de conversión). Seguramente el carácter camaleónico que pueden presentar los síntomas histéricos habrá influido en ello, puesto que sus manifestaciones clínicas quedan dispersas en diferentes categorías diagnósticas. Pero lo cierto es que las conductas histéricas siguen presentándose en la clínica, aunque como ocurre en otras muchas enfermedades, con las características propias de los tiempos actuales. Síntomas puestos en el cuerpo que nos permitirán pensar no solo en las posibles conversiones sino en las somatizaciones, y poder reflexionar sobre si existen o no elementos comunes en ambas.

La sintomatología histérica es aparatosa y a menudo puede atraparnos, impidiendo que podamos ver más allá. En la clínica infanto-juvenil es frecuente encontrarnos con pacientes que presentan estas conductas, debido a su momento evolutivo, a la poca habilidad para regular sus emociones y, a menudo, a la necesidad de reclamar, como pueden, la mirada de sus adultos de referencia.

Cuando los padres nos describen las conductas de su hijo, es frecuente oírles decir: «Se pone histérico y no podemos calmarlo». Evidentemente éste no sería un síntoma de la patología histérica considerada como tal, pero sí nos acercaría a esa banalización que mencionábamos antes y, sobre todo, a una dificultad de los padres para captar el malestar interno de ese niño. Pueden caer, entonces, en una actitud peyorativa que lo acreciente. ¡Cuán importante es rescatar esos aspectos!, ocultos tras las conductas, para acercarnos al sufrimiento real del niño y no confundirnos, ni confundir a su entorno.

 

Históricamente la histeria ha sido el prototipo de las neurosis. Freud escribió y reflexionó mucho sobre ella, pero tardó en darse cuenta de que los traumas sexuales que sus pacientes adultas le describían, solo habían pasado en su fantasía. Cambió entonces su idea inicial, de una seducción traumática real, por la existencia de una fantasía inconsciente acerca de una seducción fantaseada en su realidad psíquica. Freud partió, para su estudio de la histeria, de su modelo de desarrollo psicosexual, y lo fundamentó en la existencia de conflictos intrapsíquicos, de tipo edípico o fálico que generaban ansiedades intolerables para el Yo. Consideró los síntomas histéricos como la consecuencia de conflictos en la resolución edípica, ligada a las vicisitudes del complejo de castración, y que se expresaban externamente, bien en el propio cuerpo, bien en el tipo de relación (patológica) que el paciente establecía con su entorno.

 

Psicoanalíticamente fueron descritas como «neurosis de transferencia», en oposición a las «neurosis narcisistas», llamadas también psicosis. Históricamente los casos descritos, por lo menos desde la perspectiva descriptiva y sintomática, incluían entre sus síntomas momentos delirantes o alucinatorios que les otorgaban un matiz psicótico o narcisista. Fue éste el motivo por el que durante un tiempo se habló de psicosis histéricas.

 

Para que se dieran estas circunstancias hacía falta un considerable grado de desarrollo del aparato psíquico, con buenos recursos yoicos y cierta capacidad de simbolización que facilitara la teatralización, como recurso para seducir, calmar angustias y reforzar el propio narcisismo.

 

Pero en realidad las manifestaciones histéricas disimularían una patología más profunda que hoy en día correspondería más al diagnóstico de patología borderline, cuyo inicio no siempre situaríamos en la edad cronológica a la que se refería Freud, sino en un momento evolutivo bastante anterior. La situación traumática que él referenciaba sexualmente, puede muy bien ser una situación traumática carencial primaria, lo que nos abre la puerta a la histeria infantil y éste es el aspecto que voy a desarrollar a partir de algunas viñetas clínicas.

 

Actualmente, y yo comparto este criterio, se entiende el desarrollo psicoemocional como un proceso de diferenciación.

 

A partir de un inicio indiferenciado que situaríamos en la etapa fetal, el individuo avanza por un camino que lo lleva al reconocimiento consciente y real de los otros, como individuos diferentes, con un pensamiento diferente.

 

La construcción de un self propio es una tarea compleja y a menudo se ve entorpecida, sobre todo en los momentos iniciales, por la aparición de ansiedades catastróficas que no pueden ser contenidas ni acompañadas por el entorno del niño.

Construir el self requiere ir incorporando nuevas capacidades evolutivas, tanto físicas como mentales. Esta construcción se va dando en un ir y venir, de lo ya conocido a lo nuevo, todavía desconocido pero que ya es posible.

Podemos pensar, por ejemplo, en lo que le sucede a un niño que empieza a caminar y que, en principio, está adquiriendo una nueva habilidad motora.

 

Evidentemente, ya posee el desarrollo muscular adecuado para hacerlo, pero debe superar también la inquietud que le despierta una situación tan distinta. Todas sus referencias cambian. De gatear, o estar sentado, a deambular, la percepción de su entorno es básicamente distinta y si la inquietud o miedo, en según qué casos, es excesivo puede llevarlo a demorar la utilización de una capacidad física que ya posee.

La confianza en sí mismo y la intervención de un entorno estimulante o el contrario, que lo deja a su aire, condicionará tanto la forma como el momento de ese aprendizaje. Las variantes son tantas como infantes y entornos, pero todas las situaciones tienen algunos aspectos en común: una nueva capacidad adquirida que genera un cambio, una vivencia inquietante ante ese cambio y un nivel individual de confianza en sí mismo.

 

Son, pues, momentos en los que el niño reajusta los esquemas evolutivos que había alcanzado, para poder incorporar las nuevas capacidades. En ese reajuste el niño pierde momentáneamente su seguridad. Pero tras ese ir y venir momentáneo, no exento de ansiedades importantes, presentes en todo momento de cambio, el niño dispone de nuevos recursos para seguir avanzando en su desarrollo. Sin embargo, este crecimiento nunca es lineal ni total, y a menudo observamos conductas y funcionamientos más infantiles de los que corresponderían si solo tuviéramos en cuenta su edad cronológica.

A partir de aquí, se nos hace evidente que el marco teórico referencial de cada clínico que describa la patología histérica lo llevará, no solo, a utilizar una u otra terminología, sino a una técnica terapéutica distinta. No es lo mismo situar su origen en fantasías traumáticas de tipo sexual, que hacerlo en situaciones traumáticas más iniciales, aquellas que pueden dificultar el desarrollo temprano del bebé y el establecimiento de vínculos con su entorno. Como tampoco situarlo, ¿por qué no? en traumas reales de tipo sexual, como los abusos.

Normalmente el paciente histérico niega los sentimientos de vacío, de exclusión y lo hace mediante la excitación, la euforia y una satisfacción narcisista infantil, pues conectar con ellos le supone la vivencia de ansiedades catastróficas. Posee un self frágil que se organiza defensivamente sobre ese narcisismo y suele comunicarse somáticamente.

Las comunicaciones somáticas suelen surgir cuando la persona no puede soportar ansiedades muy intensas y necesita expulsarlas, hacerlas desaparecer. La escritora S. Hustvedt (2009) investiga sobre esta relación cuerpo-mente, a partir de una dolorosa y enigmática vivencia personal: «la aparición de temblores» en un acto público, donde debía hablar de su padre, fallecido hacía poco, y que después se repitieron en otras circunstancias. Temblores a los que no hallaron ninguna causa física. Ella explora en profundidad y acompañada por diferentes especialistas diversas teorías médicas, neurológicas y psicológicas en un intento de hallar una respuesta a lo que le ocurre, y se va desplazando desde la conversión histérica a la epilepsia. También Bornstein (1946) había relacionado las dos patologías pero a partir del sonambulismo.

La lectura de ese libro me conectó con la vivencia de un paciente, al que atendí desde los cinco años hasta los catorce, y que a las pocas semanas de vida, después de diferentes ingresos por dificultades respiratorias, como consecuencia de una ingesta grave de meconio al nacer, presentó unas crisis diagnosticadas de epilepsia. Su madre explicaba una y otra vez, cómo ese «primer día» acudieron a urgencias y la echaron del box ante su insistencia de querer tomarlo en brazos. Ella había observado en su camino al hospital que cada vez que lo hacía y lo apretaba contra su pecho, el niño se calmaba y las crisis desaparecían. Con el tiempo perduraron en ese niño comportamientos fóbicos y temblores cuando se angustiaba.

 

Posiblemente sea difícil de verificar su relación, pero teniendo en cuenta que los fenómenos conversivos de la histeria pueden, en apariencia, asemejarse a los neurológicos, para mí existe una posibilidad más que razonable.

 

Ese niño era muy pequeño, pero lo cierto es que las ansiedades de separación, debidas a un ingreso prematuro y a una brusca separación de su madre, ya se habían instalado. Esas crisis parecían una descarga de su ansiedad, que se manifestaba corporalmente ante la situación traumática vivida y la imposibilidad de mentalizarla, pero ¿podrían considerarse el inicio de un camino hacia la conversión histérica o hacia posteriores somatizaciones?

 

F. Palacio Espasa y R. Dufour (1994) en su Diagnóstico Estructural en el niño, describen organizaciones psíquicas de tipo histérico con síntomas que se hallan al límite entre la conversión y la somatización.

Quizá puedan considerarse síntomas «prehistéricos» al no poseer todavía una representación simbólica. Pero si pensamos en la angustia puesta en el cuerpo, podemos también pensarlos como manifestaciones corporales, cuyo origen sería esos impactos sensoriales precoces, que al no poder ser mentalizados se expresan a través de lenguajes no verbales.

 

Cuando hablamos de considerar el origen de la histeria como un fracaso en el proceso de diferenciación, estamos planteando la existencia de un conflicto prematuro en el vínculo establecido entre madre e hijo que ha despertado una gran angustia, de la que el niño ha intentado protegerse. Una actividad defensiva más ligada a la vivencia traumática que supone «la pérdida» de la figura materna que a la represión de los instintos sexuales desplazados en sus progenitores, ante el sentimiento de exclusión de la triada.

 

Al no realizarse una buena diferenciación self-objeto, persiste en mayor o menor grado un tipo de relación simbiótico-adhesiva con la madre, lo cual nos indica que «el tercero» no ha podido entrar. El grado de esta persistencia determinará un funcionamiento histérico más cercano a la psicosis o a la neurosis.

Aunque en los adultos también encontramos núcleos indiferenciados bajo capas más evolucionadas, en el caso de los niños la situación se complica, pues evolutivamente, todavía están inmersos en ese proceso de diferenciación  y aunque el proceso no depende directamente de su edad cronológica, sí que debemos tenerla en cuenta, pues puede variar nuestro criterio diagnóstico.

O. Kernberg (1987)habla de la personalidad histérica como la continuación de lo que él define como las personalidades infantiles, histeroides o histriónicas. Según él los pacientes histéricos presentarían una organización neurótica de la personalidad, y las personalidades infantiles histeroides o histriónicas, una organización límite de la personalidad.

Veamos ahora una viñeta de una niña de siete años, por la que su familia consultó inicialmente porque presentaba una baja autoestima y un inicio de fracaso escolar, además de serias dificultades para relacionarse con sus compañeras de curso, si no era el centro de atención. Explicaban la tristeza de la niña por el retraso escolar, pero poco a poco fueron describiendo sus conductas: mentía, escondía cosas, somatizaba a veces, simulaba otras, y cuando la descubrían desplegaba un comportamiento seductor, basado en la indefensión, que los desesperaba porque no sabían cómo comportarse. Si la reñían el desespero aumentaba teatralmente y si no lo hacían persistía en su conducta. Cuando la situación se complicaba, la niña llamaba a un familiar para explicarle que la maltrataban, con lo cual la situación tomaba matices dramáticos.

La relación inicial con la madre había sido difícil e insatisfactoria para ambas. La madre por motivos laborales había estado ausente y la niña muy sola; el padre, prácticamente ausente hasta los dos años de la niña.

Se inició un tratamiento psicoterapéutico, en el que se puso en evidencia cómo la niña desplegaba todos sus encantos para seducir a la terapeuta. Normalmente dibujaba corazones y parejas de enamorados y «regalaba» esos dibujos a su terapeuta. Otras veces adoptaba una actitud de bebé en un intento de obtener caricias y besos. Entraba entonces en una rueda de excitación que no podía controlar. Cuando la terapeuta se lo señalaba, reaccionaba con patadas e insultos. Como suele ocurrir a menudo, las palabras de la terapeuta ejercían de «tercero», se colocaban entre las dos y no la dejaba soñar, viéndose obligada a salir de esa relación simbiótica e idílica fantaseada, donde todo ocurría según sus deseos. Muy a su pesar se evidenciaba la individualidad del otro y ella se sentía sola.

En cambio cuando la terapeuta callaba, esperando el desenlace de la situación, ella desplegaba más y más el papel de niña dulce y encantadora, pero la terapeuta se sentía cada vez más incómoda, inquieta, enfadada y «echada» de su tarea terapéutica.

Un día que no quería marcharse y la madre se retrasaba, apareció ese aspecto manipulador que la familia había referido. La terapeuta puso fin a la sesión y fue con ella a la sala de espera para esperar a la madre. No la dejó sola para no aumentar la ansiedad de separación.

Ella, cada vez más enfadada, tuvo que esperar no más de tres minutos, y cuando llamó la madre marchó sin decir nada. Al empezar a bajar la escalera, (la madre la esperaba abajo), empezó a llorar teatralmente y a gritos. La madre, que todavía no la veía, se inquietó y le preguntó qué le pasaba, a lo que la niña contestó, también a gritos, que la terapeuta le había dado un bofetón. Y seguramente así había sido en su fantasía, al no ceder a su deseo y dar por finalizada la sesión.

En estos pacientes, el principal reto del terapeuta es conectar con su verdadero drama, para entresacar de la puesta en escena histérica lo que es verdadero de lo falso. Ellos recurren defensivamente a la fantasía, intentando darle veracidad, pues prefieren la satisfacción fantaseada a la real no conseguida.

En estas situaciones es cuando el objeto terapéutico debe ser suficientemente permanente, coherente y honesto para no responder a las actuaciones, pero tampoco ignorarlas, y eso no es fácil. Contratransferencialmente no puede dejarse llevar por la irritación ni por la seducción, sino que es necesario acercarse a la indefensión y sufrimiento del paciente que solo encuentra esta vía de expresión. Pero no siempre es fácil de conseguir.

Los pacientes histéricos, hombres o mujeres, tienen generalmente, en común, una relación inicial con una madre conflictiva, invadida por su propia angustia, y con poca capacidad para conectar emocionalmente con ellos.

El niño interioriza una función materna poco contenedora e impregnada de angustia. A menudo algunas de las características personales de esas madres les dificultan tolerar su propia angustia y, entonces, transmiten al niño un sentimiento de catástrofe, sin reconocerlo conscientemente, puesto que para ellas no pasa nada. Sin intencionalidad, es cierto, pero lo que recibe el niño es un doble mensaje, al que debe de alguna manera adaptarse. Aquí se inicia ya una especie de «como sí» que puede derivar en un falso self.

Por otro lado, la figura paterna no ayuda a establecer una triangulación primaria, porque acostumbra a estar ausente emocionalmente, y mucho menos si coincide con una ausencia física. El niño queda entonces atrapado en esta relación simbiótica con la madre, relación real o fantaseada, pero ambivalente, y no puede hacer una buena identificación ni vinculación materna.

Al inicio comentábamos la posibilidad de desplegar un funcionamiento histérico a partir, no de una fantasía de abusos sino, de una vivencia real. Este fue el caso de una niña adoptada y que había sido abusada y prostituida en su país de origen. Cuando la vimos, ya púber, había desarrollado una gran facilidad para seducir al otro, pero no era consciente de ello y siempre se colocaba en situaciones ambiguas con los hombres, de las que después se asustaba y entonces se replegaba en casa, sin querer salir.

Los padres adoptivos refirieron un tratamiento médico como consecuencia de unas crisis convulsivas, que fueron diagnosticadas de epilepsia. Estuvieron presentes durante bastantes años de su niñez, hasta que remitieron sin más. Se manifestó entonces una anorexia nerviosa con vómitos recurrentes.

Vimos poco tiempo a esa paciente por un cambio de residencia, pero siempre mostró una gran necesidad de «ser mirada» física y emocionalmente. Sus ojos seductores buscaban la complicidad de los ojos de la terapeuta y a la par intentaban dominarla conduciendo su mirada donde ella quería. Era un lenguaje no verbal, siempre presente en las sesiones en las que solía mostrar un comportamiento muy infantil y necesitado. Su aspecto físico, su ropa, ocupaban gran parte de la temática verbal de las sesiones, pero era una manera de «mirar» hacia el exterior, hacia el disfraz que ocultaba su realidad, pues tanto la ropa como el pelo tapaban lesiones cutáneas importantes. Su cuerpo como depositario de lo no mentalizado, de lo no contenido, era también utilizado para reclamar la atención de los demás, que tanto necesitaba para sobrevivir. Accedió prematuramente a la sexualidad y buscaba en la erotización de sus relaciones un contacto sensorial que de bebé nunca tuvo, la reproducción de un vínculo, aunque fuera enfermizo.

En el niño pequeño la presencia de síntomas de conversión ha sido siempre un tema controvertido, a pesar de que Ana Freud (1926) relacionó ya la anorexia con la histeria al describir una anorexia histérica en una niña de veintisiete meses. En edades tempranas es más fácil observar rasgos de carácter histéricos (teatralización, seducción, dramatización) y sería en la pubertad y la adolescencia cuando se generalizaría claramente la descripción de la histeria como patología específica, sobre todo cuando el teórico la conceptualiza como un desplazamiento de la angustia reprimida de origen sexual, y no de un origen traumático carencial primario.

Otra de las dificultades actuales es la de diferenciar en la edad infantil los síntomas propiamente histéricos de los comportamientos histéricos, pero también dónde ubicar síntomas tales como la encopresis, los tics, la enuresis, la anorexia, las cefaleas, los dolores de barriga y muchos otros, dado que por el momento evolutivo podemos encontrarlos en otras patologías, induciendo a la confusión diagnóstica. ¿Hemos de considerarlos síntomas conversivos, o solo manifestaciones psicosomáticas? Realmente no existe un acuerdo.

La histeria «descendiente» de Freud contempla la conversión de un conflicto psíquico en una manifestación somática, con lo cual quedan afectadas las funciones sensoriales o motrices, pero preservándose la globalidad yoica. Desde este punto de vista los síntomas cumplirían esas premisas.

Pero en realidad creo que podemos hablar de un lenguaje a través del cuerpo. A veces con un contenido simbólico, otras como una manifestación de sensaciones vividas y registradas en el cuerpo, pero no mentalizadas y que no tienen otro medio de expresión.

Referencias bibliográficas

Ramos, J. (Compilador) (2010), «Aproximaciones contemporáneas a la histeria», en

Cuadernos de salud mental del 12, Madrid, Eride.

 Cramer, B. (1977), «Vicisitudes de l’investissement du corps symptômes de conversion en période pubertaire», en

La psychiatrie de l’enfant, XX, 1, 1977.

Freud, A. (1926), «An hysterical Symptom in a child of two years and three months old»,

International Journal of Psycho-analysis, núm.7.

Hernández, V. (2004), «La vertiente psicótica de la histeria»,Anuario Ibérico de Psicoanálisis, vol. VIII-IX. Hustvedt, S. (2009),

La mujer temblorosa, Barcelona, Editorial Anagrama, 2010. Kernberg, O. (1987),

Trastornos graves de la personalidad, Mexico, Editorial Manual Moderno. Tizón, J. (2000),

La histeria como organización o estructura relacional desde la psicopatología psicoanalítica (material policopiado), SEP, Barcelona.

Fuente: «Temas de Psicoanálisis» – Revista de la Sociedad Española de Psicoanálisis – (Montserrat Guàrdia) –  http://www.temasdepsicoanalisis.org/%e2%80%9c%c2%a1mirame%e2%80%9d-entresijos-de-la-histeria-en-la-infancia/