Los niños y niñas introvertidos

La introversión

La introversión es una de las dimensiones que, en combinación con otras, constituye los perfiles de personalidad. La introversión es, por lo tanto, un rasgo de la personalidad, que se caracteriza por una actitud centrada en los propios procesos internos. Las personas introvertidas,se centran en sus pensamientos y emociones, en su mundo interior. En el extremo contrario se situaría la extroversión, actitud que se centra en el objeto externo, se interesan por su entorno y el mundo que les rodea.

Los introvertidos son introspectivos y tienen poco interés por socializarse. Escogen sus relaciones, no les gusta estar rodeados de gente o ser el centro de atención. A menudo se confunde el término introversión con timidez, y aunque ambos están relacionados no son lo mismo. La timidez es la actitud que surge del temor a la interacción con los demás, la introversión no tiene por qué ir acompañada de ese miedo.

 Enseñar a los niños/as introvertidos

Los niños y niñas introvertidos se desarrollan en proyectos individuales y creativos, suelen sacar su mundo interior. Enseñar a los niños/as introvertidos puede convertirse en un reto, el ambiente educativo, está orientado a grandes grupos y actividades de participación. Los introvertidos suelen sentirse incomodos cuando tienen que participar activamente, ellos prefieren el mundo interior antes que la interacción.

Es labor de los educadores conocer y comprender sus características, para integrar actividades y procesos de aprendizaje adecuados a ellos y al mismo tiempo animarles a sentirse más cómodos en la interacción.

El estilo de aprendizaje de los niños/as introvertidos

El estilo de aprendizaje de los niños/as introvertidos presenta las siguientes características sobre las que se basa:

  • El esfuerzo independiente.
  • La reflexión solitaria.
  • Tendencia a pensar antes de actuar.

10 Consejos para favorecer el proceso de aprendizaje de un niño/a introvertido

  1. Los niños/as introvertidos aprenden con la reflexión. Diseña actividades para ellos en este sentido, permitiendo que desarrollen técnicas para la reflexión, como la repetición, lectura, esquemas, escritura creativa, etc…
  2. Déjales momentos de descanso que favorezcan la reflexión y les permitan elaborar y ordenar su pensamiento.
  3. Los mapas conceptuales y esquemas de contenidos son una buena opción para favorecer su modo de aprender. Les facilita realizar conexiones y dar sentido a los conceptos.
  4. Permite que los niños y niñas introvertidos puedan expresarse en un escenario cómodo para ellos. Puede que la participación oral para ellos sea estresante, es importante permitirles otras formas de expresión individual y creativa, como: expresión escrita, visual, dibujos, collages, etc.
  5. Fomenta su participación y ayudarles a sentirse más cómodos en este sentido. Prueba a hacerlo en pequeños grupos, una buena estrategia es hacer parejas de trabajo o grupos reducidos, y después compartirlo con el grupo completo. El niño/a introvertido se sentirá más cómodo en un grupo reducido y compartiendo al grupo grande con el respaldo de un compañero.
  6. Si preguntas al grupo, deja tiempo de reflexión individual antes de pedir la respuesta. De este modo el introvertido tendrá tiempo para la reflexión solitaria.
  7. No le etiquetes como tímido, callado, vergonzoso, etc. Al etiquetarlo asimila esa información en su autoconcepto y reforzamos los comportamientos aislados, pudiendo además fomentar la timidez.
  8. Habla con ellos, deja que expresen sus sentimientos y sensaciones antes las interacciones sociales. Y muéstrales modos de comunicarse y abrirse al grupo.
  9. No le sobreprotejas y dale la oportunidad de hablar por sí mismo y desenvolverse en situaciones sociales.
  10. Respeta su forma de ser y recuérdale sus cualidades positivas.

 

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Fuente: Celia Rodríguez Ruiz – Educa y aprende.com 

Adolescentes y la Fobia Social ¿de qué se trata?

cache_2409999735Todo el mundo piensa que ser adolescente significa disfrutar a pleno de la vida social. ¿Por qué no? Entre la escuela, las fiestas y todas las actividades con amigos, de seguro que hay mucha diversión. Sin embargo, no todos los adolescentes disfrutan al participar en los eventos sociales y hasta los rechazan. Algunos incluso sienten una profunda ansiedad de ser vistos en público en situaciones cotidianas. Aquí te cuento de qué se trata esta fobia social en los adolescentes.

Juliana recuerda que cuando tenía 16 años todo el mundo le decía que dejara de ser tan tímida. Ella era callada, más bien introvertida y odiaba, sobre todas las cosas, tener que pasar delante de mucha gente. Le daba vergüenza por ejemplo, subirse a un autobús (bus, colectivo, guagua, camión) urbano y tener que caminar por el pasillo para buscar un lugar. El sentir las miradas de la gente le producía mucha ansiedad hasta el punto de hacerla sudar y sonrojarse. Por eso, su mamá recuerda que siempre supo que lo de Juliana era mucho más que timidez. En el colegio no quería participar en actividades, como teatro o danza, por el miedo a exponerse en público y ser criticada. No le gustaba ir a fiestas porque le daba pánico no saber si la iban a sacar a bailar o no.

Fue entonces cuando decidieron buscar ayuda profesional y Juliana fue diagnosticada con fobia social. Hoy, ya varios años después, Juliana agradece a su mamá que la haya llevado a esa terapia, pues es abogada litigante y su trabajo le exige hablar en público.

Como Juliana, muchos adolescentes padecen de fobia social, la cual se define como una ansiedad intensa o un miedo persistente ante un objeto, una actividad o una situación social que se evade a toda costa para evitar el estrés. Hablar en público o iniciar una conversación son las principales situaciones de las que huyen los adolescentes.

Las estadísticas indican que el promedio de edad en el que se desarrollan los síntomas de la fobia social es entre los 11 y los 19 años, es decir, durante la adolescencia.

Para identificar si tienes fobia social o si tu hijo(a) adolescente la padece, presta atención a los siguientes síntomas:

  • Sentirse observado en situaciones sociales al punto de sentir      dolor de estómago, tener el pulso acelerado, marearse y llorar.
  • Sentirse cohibido (con timidez) cuando otros observan: pensar      que todos están juzgando lo que haces.
  • Tener un temor extremo de que otros te observen.
  • Temer al qué dirán los demás.
  • Evitar iniciar conversaciones con compañeros de la clase.
  • Sensaciones físicas como sonrojarse, palpitaciones, náusea,      sudor y sentirse humillado(a).

Si piensas que tu ansiedad ante situaciones sociales es extrema hasta el punto de interferir en tu vida diaria y tu bienestar emocional, puede que tengas fobia social. Para saber si es así, debes consultar con un especialista que puede recomendarte los dos tratamientos que hay para tratar este tipo de fobia: medicamentos y terapia psicológica o terapia de comportamiento.

Los medicamentos se pueden combinar con la terapia (es lo que generalmente se recomienda) y se ha comprobado que son efectivos para tratar y eliminar los síntomas de la fobia social. En los Estados Unidos, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) ha aprobado cuatro medicamentos específicamente para los casos de fobia social: Zoloft (Sertraline), Paxil (Paroxetine), Luvox (Fluvoxamine) y Effexor (Venlafaxine). Puede que en tu país existan con el mismo nombre o que tu médico te recomiende otros con ingredientes similares que sean igualmente efectivos (el ingrediente que se encuentra entre paréntesis es el ingrediente químico que es igual en todos los países).

Lo bueno de los medicamentos es que funcionan. Lo malo, es que sólo tratan los síntomas, en este caso no los curan y podrían causar algunos efectos secundarios. Por lo que, si se suspende su uso, los síntomas pueden regresar.  Por eso, la terapia psicológica o la terapia de comportamiento podría ser mejor a largo plazo si te funciona, ya que con algunos métodos podrías “entrenar” a tu cerebro para que le pierda miedo a las situaciones sociales que no podías enfrentar previamente.

De cualquier manera, el primer paso es identificar si padeces de fobia social para así poder tratarla y disfrutar de tu adolescencia a plenitud, (o ayudar a tu hijo(a) a   superarla).

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Fuente: (Doctora Aliza) – http://www.vidaysalud.com

desQbre – El Arte de Seducir

El arte de la seducción puede ser para algunos algo espontáneo, pero para la mayoría, que no se atreve a intentarlo, puede ser algo que se puede aprender.

La palabra mágica parece ser la actitud, o sea estar dispuesto a extraer lo mejor de uno mismo para lograr seducir.

Cuando se está seguro de sí mismo no existen los obstáculos y esa seguridad se expresa con la actitud.

Los expertos en relaciones públicas, ceremonial e imagen, afirman que para poder transmitir quiénes realmente somos se necesita sobre todo seguridad, porque la actitud asertiva lo es todo y trasciende la vestimenta y el arreglo personal porque también está expresando el modo de encarar la vida.

Desde Adán y Eva, los hombres y las mujeres comenzaron el ritual de apareamiento con la mirada y eso todavía no cambió, porque es la mirada lo que atrae a los sexos más que cualquier otra cosa.
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Tener miedo es lo que hace que nos comportemos de manera diferente a como somos y que no podamos obtener lo que queremos, por eso hay que aprender a tener coraje y confiar en nosotros mismos.

El lenguaje corporal se aprende y la actitud para enfrentar al otro sexo se desarrolla.

Por lo general son las mujeres las que están mejor dispuestas a asistir a los talleres que existen en Buenos Aires para aprender el arte de la seducción.

Los hombres prefieren más que nada vencer la timidez y bajar las defensas para poder arriesgarse a ser más vulnerables.

Sin embargo, las mujeres quieren aprender algo más que seducir a un hombre; desean elevar su autoestima; y con los resultados poder enfrentar no sólo al sexo opuesto sino también cualquier situación social que se les presente que exija saber más de ellas mismas.

En Estados Unidos, Neil Strauss, escritor y periodista, un hombre común que creía tener escaso atractivo personal para las mujeres, se convirtió en un maestro de la seducción y escribió el libro “El método”.

Para muchos “El método” fue la tabla de salvación, porque les dio la oportunidad de conocer todas las estrategias para tener éxito con las mujeres.

Strauss que habitualmente escribe críticas de música en “The New York Time” y en la revista “Rolling Stone”; tiene un pasado de fracasos que no se cansa de recordar, cuando acostumbraba a rezar todas las noches para pedirle a Dios no morir virgen.

Pero aprendió a bailar y a cantar, hizo un curso de retórica, estudió Tarot y caligrafía y memorizó varias escenas de cine clásico.

Así fue que Strauss se transformó en todo un depredador que aconseja a los inexpertos sobre qué es lo que les interesa a las mujeres y que no.

Para un hombre, la conquista es más difícil porque no puede fracasar, sin embargo las chicas creen que para ellos es más fácil; sin embargo se equivocan, porque la realidad es que la mayoría de los hombres tiene mucho miedo.

Tanto es así que para muchos la homosexualidad fue la excusa para evitar enfrentarse con el otro sexo.

Los talleres de seducción apuestan a las salidas en grupo y a los hombres les exigen abordar a cien mujeres por mes de algún modo, para adquirir el hábito y perderles el miedo.

La época más favorable para relacionarse es el verano, que es cuando se puede estar más relajado y más dispuesto a buscar pareja; y la playa es el lugar ideal.

Lo más interesante de todo esto es que no es necesario mentir, porque la mejor manera de seducir es siendo uno mismo.

Strauss se convenció que no era necesario cambiar nada de su físico, porque se dio cuenta que la verdadera belleza es algo que no se ve sino que se percibe, se siente, se transmite y sobre todo trasciende la edad.

Es la naturalidad y la honestidad lo que mejor funciona y tener bien claro lo que uno quiere sin importarnos el qué dirán.

La espontaneidad es la clave y eso no se aprende, simplemente es atreverse a ser quien uno es y dejar de compararse con otros.

Lo importante es no generar falsas expectativas y observar atentamente las señales que emite el otro sin avasallar ni presionar.

Fuente: “LNR”; “Todo por seducirte”; Fabiana Scherer;

Fuente: http://psicologia.laguia2000.com

Fuente: http://psicologiayelser.blogspot.com.ar